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السلام علیک! کیفك؟ (As salam alayk! Keefik?) Espero que estés muy bien. ¡Bienvenido seas al 2024! Este año en particular viene bien cargado con competencias de alto nivel, por los cinco continentes, por cinco de seis confederaciones, con selecciones dispuestas a reinar y con un nivel que no se veía desde antes en cada uno de los frentes. Empecemos por el principio, con la Copa Asiática.

Recomendación musical

En medio del furor de himnos que revistieran de solemnidad cada confederación, Asia no fue la excepción. Le encargó la tarea al compositor surcoreano Lee Dong-june (이동준), con experiencia en películas locales exitosas, como Green Fish (초록 물고기), Milagro en la Celda n° 7 (7번방의 선물) y Camino a Boston (1947 보스톤). Este es el himno de la AFC, melodía que prepara los partidos de la Champions League, la Copa AFC y la Copa Asiática.

Vamos al tema de hoy.

Inicios de la Copa Asiática

1956. Apenas han pasado dos años desde que se fundó la Confederación Asiática de Futbol en Manila, Filipinas, mientras se celebraban los II Juegos Asiáticos. Todavía en Europa se juegan los torneos regionales, a diferencia de Sudamérica que mantiene la Copa América desde 1916. La idea de una copa panasiática estaba engranada desde el final de la II Guerra Mundial, pero los rencores de esa hecatombe todavía estaban recientes como para zanjarlos con un balón. Entonces, reflexionan sobre esa idea y la llevan a cabo.

Se decidió que la primera sede fuera Hong Kong. Se inscribieron siete de los 12 miembros y se dividieron en tres zonas: este, centro y oeste. Clasificaron Corea del Sur, Vietnam del Sur e Israel, los representantes de su respectiva región. Aquí fue un torneo de todos contra todos, y por única ocasión se estipuló que los partidos durarían 80 minutos. El primer campeón fue Corea del Sur.

Cuatro años después, Corea del Sur tuvo la encomienda de organizarla. El único cambio fue la República de China (que ahora conocemos como Taiwán). El anfitrión ganó con categoría. Pocos imaginarían que ahí comenzaría la maldición que hasta la fecha aqueja a los surcoreanos. 

Dominio de Asia Occidental y aparición de Israel

Se mantuvo la tónica de anfitrión ganador durante la década de los 60. En 1964 Israel ganó su único trofeo continental, y cuatro años después le tocó ganar a Irán, edición en la que aumentó a cinco el número de participantes, con una participación destacada de Burma (ahora Myanmar). 

En 1972 Israel tendría otra vez la sede, pero se retiró por las tensiones derivadas de la guerra de Yom Kippur. Dos años después, Israel sería expulsada de la AFC. Pero regresemos a la historia. Tailandia fue la sustituta e Irán defendió con éxito su título, repitiendo cuatro años más tarde en casa.

En la década de los 80 el número de equipos clasificados aumentó a diez, pero el oeste de Asia siguió acaparando los títulos. En 1980 Kuwait también se aprovechó de la localía para confirmar que era en esos momentos la mejor selección asiática (ya hablé de eso en su momento). Singapur 1984 marcó la irrupción de Arabia Saudita como rey de Asia, sobreponiéndose a un inicio dubitativo. Mismo trance tuvo que pasar para refrendar esa corona en Qatar 1988. En la final dio cuenta de chinos y surcoreanos.

Explosión de Japón

La edición de 1992 fue también especial. Japón le daba la bienvenida a esta competencia, que contó con dos equipos menos, y eligió Hiroshima como su sede para darle una revitalización de ciudad internacional destinada a conferencias y eventos internacionales. Hay que mencionar que la selección japonesa antes de este año había tenido una única participación discreta en Copa Asiática cuatro años atrás; aun cuando era anfitrión, nadie los tomaba en serio. Se pensaba que seguiría esto, más después de dos empates iniciales. La historia cambió al ganar a Irán para ganar de forma agónica la primera posición de grupo, luego sobre China en semifinales y finalmente venció a Arabia Saudita para reclamar su primer cetro continental. Y de ahí en adelante Japón comenzaría su camino para ser reconocido como potencia dentro de Asia.

En un intento de profesionalización, la Copa Asiática volvió a aumentar su elenco a 12 selecciones y ahora aterrizó en Emiratos Árabes Unidos para su edición de 1996. Tras 22 partidos, la selección local logró el hito de meterse a la final, pero su vecino incómodo Arabia Saudita recuperó el poder en Asia por la vía de los penales.

La AFC le dio la sede a Líbano para la edición de 2000. Esa fue una decisión valiente, porque la máxima competencia asiática llegaba a un país en plena reconstrucción tras una cruenta guerra civil de más de 15 años. En su momento hablé al respecto. Al final, el pueblo libanés se volcó hacia Arabia Saudita, pero Japón les negó la alegría al ganar 1-0.

Japón volvería a reinar cuatro años más tarde, en China. Primero, recibió con vítores el que Arabia Saudita se quedara en fase de grupos. Irán se mandó una participación muy entretenida: rescató un empate frente a Omán, ganó un duelo de poder a poder frente a Corea del Sur en cuartos de final y los penales lo separaron de llegar a la final al caer con el anfitrión, dando como resultado una final donde recibió una fuerte carga política y viejas rencillas que datan desde la II Guerra Mundial entre chinos y japoneses. Al final, Japón venció por la mínima.

Tres años después la AFC confió en el sureste de Asia como bloque, y por ello Malasia, Vietnam, Tailandia e Indonesia se apuntaron todas como sede. Esta vez la decisión no resultó como esperaba; parecía que no había aprendido nada del caos logístico que representaba el mundial de dos sedes Corea del Sur-Japón en 2002, ahora imagínate con cuatro sedes. Haya sido como haya sido, tuvimos una copa llena de situaciones sui generis. Por ejemplo, este fue el debut por la puerta grande de Australia, que se había mudado de Oceanía en busca de mejorar su nivel, y pagó su inexperiencia. Sin embargo, aquí se dio una de las historias más inspiradoras de los últimos 25 años. En medio de una invasión de Estados Unidos, y con una selección que de alguna manera agolpó a cristianos, kurdos, turcomanos y árabes, Irak dio el golpe al pasar por encima de Australia, Corea del Sur y Arabia Saudita. Si quieres saber más a profundidad de esta heroica gesta, tengo un texto que habla al respecto.

Cambios en la década pasada

En 2011 le tocó el turno a Qatar, que con esta Copa Asiática comenzaba su preparación para albergar el mundial 11 años más tarde. Este fue un torneo desangelado, como atestiguaron sus bajas asistencias a estadios. Su solución fue emplear a miembros de las fuerzas armadas para maquillar estos parches en los estadios vacíos. Aquí tuvimos el regreso de Australia para por fin desquitar esa mudanza; llegó a la final, pero perdió contra Japón, quien con este triunfo pasó a ser el máximo ganador de la Copa Asiática.

De todos modos, ese crecimiento meteórico de Australia le valió el respeto de la AFC y en 2015 recibió la sede de la Copa Asiática. No faltaron las voces de que esta era la copa menos asiática de la historia, y tenían razón de alguna manera. El futbol no alcanza el seguimiento de deportes como el rugby, el futbol australiano o el cricket, pero nadie pudo aducir una pésima organización. Si bien quedó a deber en publicidad dentro de Australia, fue una fiesta dentro y fuera de los estadios. Los Socceroos lograron coronarse en penales en casa al vencer en penales a Corea del Sur.

En 2019, Emiratos Árabes Unidos volvió a ser la sede de la Copa Asiática, que ahora aumentó a 24 países dispuestos a vencer. En pleno crecimiento de su proyecto futbolístico para ser un anfitrión respetable en su mundial, Qatar tuvo un recorrido inmaculado. En un contexto de una crisis diplomática con Emiratos Árabes Unidos que prohibió la entrada de aficionados qataríes, ambas selecciones se enfrentaron en semifinales, y Qatar ganó 4-0. Ya en la final, Qatar coronó su invicto al ganar su primera Copa Asiática venciendo 1-0 a Japón.

El balón

Desde su primera edición hasta el 2000, no hubo un balón oficial. Es decir, se usaron tantos ya sea por decisión de los equipos o el mismo comité organizador, que no se sabe a ciencia cierta cuál era el verdadero.

La cosa cambió en China 2004, cuando se instauró por primera vez un balón oficial, el Roteiro de Nike usado unos meses antes en la Eurocopa de Portugal, y para la edición del sureste de Asia, el balón escogido fue el Mercurial Veloci, también de Nike, que apareció en la Copa América de Venezuela. Repitieron la fórmula en Qatar 2011 con el Total 90 Tracer, y en Australia 2015 se usó el Ordem 2, tan en boga en competencias futbolísticas por todo el mundo.

Emiratos Árabes Unidos 2019 fue la primera edición donde la Copa Asiática consiguió de alguna manera su independencia. La marca japonesa Molten, con experiencia en balones de baloncesto y la Europa League, se aventuró a hacer el primer balón de la Copa Asiática distintivo, el Acentec.

Para Qatar 2023, los españoles de Kelme serán los encargados de proveer el balón, el cual se llama VORTEXAC23, una hermosa combinación de diseño y tecnología, que promete generar furor antes y durante la competencia. El color del balón tiene tonalidades en marrón, fiel espejo de la identidad de Qatar.

El trofeo

De 1956 a 2015 se usó un trofeo que asimilaba un tazón de 42 centímetros de alto y 15 kg de peso. Hasta 2000 tenía una base de madera donde se colocaban placas con los nombres de los ganadores. Después de ese año la base negra fue mucho menor, y en esa base de metal se inscribió el nombre del país que ganaba.

Como en el caso del balón, en 2019 también debutó el nuevo diseño del trofeo. La gigante inglesa Thomas Lyte siguió dominando el mundo en este rubro y a la Copa Asiática le elaboró un primor: un trofeo con el mismo peso en plata, 42 centímetros de diámetro y 12 kg de peso. Tiene forma de loto asiático, la flor más representativa del continente, con cinco pétalos, que simbolizan cada una de las regiones que conforman la Confederación Asiática de Futbol.

Trivia

  • En esta Copa Asiática, hay varias selecciones con un ayuno pronunciado sin poder ganar esta competencia: Arabia Saudita tiene 27 años, Irán no vence desde 1976 y Corea del Sur no lo hace desde 1960.
  • Brasil lidera en la nacionalidad de los DTs ganadores de la Copa Asiática, con cuatro: Carlos Alberto Parreira con Kuwait (1980) y Qatar (1988), Zico con Japón (2004) y Jorvan Vieira con Irak (2007). De hecho, Carlos Alberto Parreira es el único DT que ha ganado dos veces.
  • Ningún DT asiático ha ganado la Copa Asiática desde 1984, cuando Khalil al-Zayani (خليل الزياني) lo hizo con Arabia Saudita en 1984.
  • La edición de Kuwait 1980 fue la vez donde más países debutaron. Por su parte, en las ediciones de Japón 1992 y Qatar 2011 no hubo ningún país nuevo.
  • En total, 36 países han participado en la Copa Asiática. Dos de ellos ya no existen: Vietnam del Sur y Yemen del Sur.
  • Ningún país ha disputado todas las ediciones de la Copa Asiática. Los que más lo han hecho son Irán y Corea del Sur, con 14 presencias, seguidos por China (12) y un cuádruple empate con Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Qatar, con 10 participaciones cada uno.
  • Los peores anfitriones han sido Singapur 1984, Qatar 1988, Líbano 2000 y el 75% de las sedes de 2007, al haberse quedado en fase de grupos. El único país que logró clasificar en esa última edición fue Vietnam.
  • Los peores campeones defensores fueron Japón en 1996 y 2015, Irak en 2011 y Australia en 2019, al caer en cuartos de final.
  • Pakistán es la selección con más intentos infructuosos por clasificar a la Copa Asiática, con 13. Le siguen Sri Lanka con 10, y Nepal y Macao, con 9.
  • Ahora miembro de la UEFA, Israel ganó su único trofeo continental en 1964. Originalmente miembro de la OFC, Australia ganó la Copa Asiática en 2015.
  • Ignatiy Nesterov, de Uzbekistán, es el jugador con más apariciones en Copa Asiática, con cinco.
  • Ali Daei (علی دایی), de Irán, es el jugador con más goles en Copa Asiática, con 14, seguido de Lee Dong-gook (이동국), de Corea del Sur con 10 dianas. Posteriormente hay un triple empate con 9 anotaciones: Naohiko Takahara (高原 直泰) de Japón, Ali Mabkhout (علي مبخوت) de Emiratos Árabes Unidos, y Almoez Ali (المعز علي), de Qatar. Estos dos últimos jugadores siguen activos.
  • Irán tiene el mayor número de partidos jugados en Copa Asiática, con 68; además, es el único país en ser tricampeón de manera consecutiva.
  • La mayor asistencia en un partido de Copa Asiática fue de 100.000 espectadores, en la final de la Copa Asiática 1976 entre Irán y Kuwait.
  • La asistencia más baja se dio en la Copa Asiática Kuwait 1980 en un partido de fase de grupos entre Corea del Norte y Bangladesh: ¡apenas 300 jugadores!
  • Fuera de una final, las mejores asistencias de la fase de grupos ocurrieron en 2007: Indonesia llenó los estadios en partidos ante Corea del Sur y Arabia Saudita. 88.000 espectadores acudieron a ver esos juegos.
  • El gol más rápido cayó en Australia 2015. El amirí Ali Mabkhout le anotó a Bahréin a los 14 segundos.

La edición del 2027 ya está asignada para Arabia Saudita, en pleno proyecto de este reino para transformarse en un polo multideportivo. Es momento de centrarnos en la edición actual, que nos compete. ¿Cómo llega Qatar? ¿Cómo fue electa como sede? ¿Qué estadios se utilizarán? Es lo que veremos en nuestra siguiente parada.

Nos vemos la siguiente.

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Sebastián Alarcón
Soy Sebastián Alarcón, tengo 31 años. Aspiro a ser polímata. Junto futbol con geopolítica, sociedad, cultura, idiomas e historia y le agrego música para explicar el mundo. Escribo de futbol de la FIFA y fuera de ella. Si sientes la décima parte de lo que siento al escribir, mi misión está completa.

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