السلام عایکم! کیف حال؟ (Salam aleykum! Kaif hal?) Espero que estés muy bien. Seguimos en nuestro viaje para prepararnos de la mejor manera para la Copa Asiática, y tras haber visto la historia de esta competencia, es hora de centrarnos en la sede que es Qatar, cómo llegamos a este país y qué están haciendo para ponernos a punto.
China: la sede original.
La AFC decidió ponerse manos a la obra para escoger a la siguiente sede de la Copa Asiática que se llevaría a cabo en 2023, y como siempre abrió el proceso de licitación para elegirlo. En esta ocasión cinco países se mostraron interesados: China, Corea del Sur, India, Tailandia e Indonesia. Este último país se alcanzó a meter a la quinteta de milagro después de su suspensión de más de un año por parte de la FIFA.
India iba de acuerdo con el plan de albergar competencia tras competencia: llevaba el mundial sub-17 en 2017, se anotó para el sub-20 de 2019 (perdió con Polonia), y también logró quedarse con el mundial sub-17 femenil para 2020, que a la postre se pospondría dos años después por Covid. Sin embargo, había un problema: metió su candidatura días después de la fecha límite, marzo de 2017, quedando fuera de inicio. Así las cosas, la carrera estaba en marcha con cuatro.
Indonesia fue el primero en bajarse, lo cual ocurrió en junio de 2017; le siguió Tailandia un mes más tarde, en ambos casos por razones desconocidas. Tal vez el hecho de que Indonesia fuera una de las sedes del mundial de basket ese mismo año jugó. El caso es que la carrera era de dos ya: Corea del Sur y China.
Corea del Sur avanzó los planes aún más. Tenía ya lista bastante infraestructura, amén de hospitales. Por ello, postuló ocho ciudades: Suwon (수원), Goyang (고양), Hwaseong (화성), Cheonan (전안), Gwangju (광주), Jeonju (전주), Busan (부산) y Seogwipo (서귀포). Una motivación más fue para acabar con la maldición de una vez por todas, ya que no han albergado la Copa Asiática desde 1960, que es el año desde el cual no han vuelto a ganar. Con todo, un mes antes de tomar una decisión, Corea del Sur se retiró de la carrera. Se estaba concentrando en una candidatura conjunta con Corea del Norte para recibir el Mundial Femenil en 2023. De todas maneras, la idea se quedaría en el papel.
Regresemos a la historia. Al quedar solamente China, fue solamente una formalidad que le otorgaran la sede un día antes del 69° Congreso de la FIFA en París, Francia (5 de junio de 2019). A decir verdad, el proyecto chino de recibir la Copa Asiática no era tan reciente; databa del año 2013, cuando quisieron ser sede de la edición del 2019. En ese entonces se retiraron para enfocarse en el desarrollo de jugadores. Dos años después, ya estaban listos para la Copa Asiática.
¿China renunció por el Covid-19?
Hay que decir que China ya había sido la sede en 2004, la cual terminó con un nuevo trauma para el futbol chino al perder con Japón la final. Puso 10 ciudades a disposición de la AFC: Pekín (北京), Tianjin (天津), Shanghái (上海), Chengdu (成都), Chongqing (重庆), Xi’an (西安), Dalian (大连), Qingdao (青岛), Xiamen (厦门) y Suzhou (苏州). El torneo se disputaría del 16 de junio al 16 de julio de dicho año. El calor del verano de 2023 sería mortal, pero de todas maneras tolerable para jugar partidos del más alto nivel en Asia.
En ese lapso se desató en China la pandemia por Covid-19 que en todo el mundo conocimos y sufrimos. China estableció medidas muy restrictivas para la población con el fin de combatir la propagación del virus Sars-Covid-19, como un confinamiento a rajatabla en las ciudades más pobladas, las cuales limitaban sobremanera la movilidad en y entre las ciudades. Las vacunas elaboradas a contrarreloj se veían rebasadas por las variaciones que surgían.
No solamente consecuencias sociales surgieron a raíz de las estrictas políticas anti-Covid-19; la economía china, ya tocada por el crack de la bolsa producto de la quiebra del grupo de bienes raíces Evergrande, recibió un golpe del que no se pudo recuperar. Por ello, a nadie extrañó que el 14 de mayo de 2022, la AFC anunció que China había renunciado a albergar la Copa Asiática.
¿Había más razones para que hubiese renunciado? Echémosle un vistazo todavía más profundo al contexto deportivo de China. La variante omicron estaba a todo lo que daba; si bien tenía una rapidez de contagio exorbitante, la mortalidad era mucho menor que al principio. A pesar de esto, el gobierno no se detuvo a averiguar.
Y por eso un mes antes China también tuvo que postergar un año los Juegos Asiáticos, a celebrarse en Hangzhou (杭州). También le tocaba recibir el Campeonato del Este de Asia, pero se vio obligado a darle la sede a Japón. La única excepción fueron los Juegos Olímpicos de Invierno en Pekín en febrero de ese año, pero si se llevaron a cabo fue porque no había de otra, por lo que tuvieron que llevarlos a cabo con controles sanitarios estrictos.
¿Cómo era la situación en otros deportes? China es una parada obligatoria en el calendario de la Formula 1; su gran premio en el Circuito Internacional de Shanghai se corre a mediados de abril. Por las medidas anti-Covid se tuvo que cancelar desde 2020, y apenas el próximo año regresará. En tenis sucedió algo diferente: su mejor jugadora Peng Shuai (彭帅) denunció un abuso sexual del ex viceprimer ministro Zhang Gaoli (张高丽) en noviembre de 2021, desatando la condena mundial. Al poco tiempo desapareció públicamente, a lo que la WTA respondió suspendiendo los cuatro torneos de tenis apalabrados en suelo chino.
Se abre de nuevo la carrera
Fuera por el Covid-19 o por abuso sexual, la AFC tenía que buscar una nueva sede para su Copa Asiática, justo cuando ya se conocía la identidad de los 24 países participantes. Por ello en octubre comenzó una carrera relámpago para ver la sede de la Copa Asiática para dentro de ocho meses.
Japón quiso competir, pero solamente quedó en eso. Australia también fue apartada por la AFC, que pensó que mejor se debería enfocar a organizar exitosamente junto con Nueva Zelanda el mundial femenil. Otro país que mordió el polvo fue Indonesia, pero porque sería sede del Mundial Sub-20 y había preocupación con respecto a problemas logísticos en el eventual caso de que las dos competencias fueran simultáneas. Terminaría quedando fuera también de esa competencia FIFA por politiquerías con respecto a un boicot de la participación de Israel, pero esa es otra historia.
El caso es que teníamos una carrera de dos: Corea del Sur y Qatar. En el primer caso las ganas de por fin ganar la Copa Asiática pudieron más y se volvió a apuntar para la Copa Asiática. Además de las ciudades que mencionamos antes, Corea del Sur postuló dos estadios en Seúl (서울), más otro en Incheon (인천). Desgraciadamente, perdió la carrera con Qatar en octubre de 2022, en medio del furor que antecedía al mundial, además de las sospechas malintencionadas del uso del dinero por parte de Qatar para quedarse con un enésimo megaevento deportivo. Y si esto no era suficiente, el hecho de que fuese el campeón defensor en cierta manera ayudó a que la AFC finalmente se fuera a la segura. Así, Qatar será sede de la Copa Asiática después de 13 años.
Qatar como sede: a un año del mundial
Ha pasado más de un año desde que Lionel Messi, ataviado con un ceremonial bisht en color negro y dorado, levantara la tercera copa mundial para Argentina en el majestuoso estadio de Lusail. Después de las críticas del trato hacia la comunidad LGBT, mujeres y derechos humanos de los trabajadores que montaron casi todos los estadios, Qatar 2022 tuvo grandes juegos, goles a raudales y las mejores ganancias económicas para un ciclo mundialista de cuatro años.
El mundial de futbol en 2022 no pudo tener una mejor incursión dentro del Plan de Desarrollo de Qatar para 2030, con el fin de dejar de depender de los ingresos producto de las industrias petrolera y de gas natural. Uno de los cuatro pilares era el desarrollo social. Hablé al respecto en su momento. Como ciudadano qatarí extraoficial, el presidente de la FIFA Gianni Infantino hizo segunda voz en ese sentido y cuando estaba por concluir el campeonato mundial anunció la creación del Fondo de Legado de la FIFA, apocado para contribuir con el gobierno qatarí a las compensaciones económicas de los trabajadores fenecidos durante la construcción de los estadios.
Una preocupación extra con respecto a los mundiales es sobre el destino de los estadios construidos para tal efecto. ¿Qué sucederá una vez acabe el furor futbolístico? En casos donde el futbol forme parte de la cultura del país en cuestión, no pasa más que transformarse en una atracción turística. En Qatar sucede que Lusail no existía en 2005 y de hecho su estadio con una capacidad cercana a los 90 mil espectadores no fue más que una etapa en la meta final de desarrollo de una ciudad futurista, que llegará a su punto máximo en 2029.
En futbol parece que hay resultados mixtos. Tal vez no tengamos una asistencia como la del Argentina vs. México (la segunda más grande en la historia de la Copa Mundial), como comprobó el partido más reciente de la selección qatarí en las eliminatorias mundialistas: menos de 20.000 asistentes para presenciar una paliza 8-1 a Afganistán.
Con todo, en la Qatar Stars League (QSL) estamos viendo públicos similares a los de países europeos medianos. El módico precio de las entradas (cerca de 13 dólares) ayuda bastante. Además, en el público de a pie el futbol está siendo practicado a una mayor frecuencia y hay un mayor flujo de jugadores de tempranas edades y ligas juveniles de futbol. La FIFA y la QSL han organizado activaciones con el fin de desarrollar la participación de los aficionados y consolidar el crecimiento de las habilidades de jugadores y entrenadores por igual.
Sin embargo, hay un factor que merma este crecimiento: Arabia Saudita. No es solamente el plan de desarrollo para quedarse inminentemente con el mundial 2034, es también la irrupción de su liga en el plano mediático y económico, con contrataciones de jugadores como Cristiano Ronaldo, Neymar Jr., Karim Benzema, Riyad Mahrez, Sadio Mané y más. Esto ha eclipsado la oferta qatarí de jugadores como Philippe Coutinho y Marco Verratti. Arabia Saudita está haciendo la misma estrategia que Qatar empleó en 2003.
¿Y los estadios? De los ocho estadios utilizados para el mundial, la QSL ha dado continuidad a cinco. El 974 acabó su uso tras los octavos de final, como se había dicho desde un principio, aunque todavía sigue en pie. El Education City está destinado para eventos culturales, como por ejemplo los rezos para el fin del Ramadán este año: ¡35.000 fieles! El de Lusail es simplemente demasiado suntuoso para ser utilizado con regularidad.
Con respecto a la situación de los trabajadores migrantes, ha mejorado en el papel con un salario mínimo mayor, a la par de hospedaje y alimentos, y a eso le sumamos la eliminación del permiso del patrón para cambiar de trabajo. En la práctica falta mucho todavía. Hay ocasiones donde el salario no se paga de manera íntegra. Los casos de conciliación y arbitraje se acumulan por montones, dejando las cortes laborales sin abasto para atender los casos que pueden tardar años, para decepción y hastío de los trabajadores. Ya ni hablamos de discriminación. Todo esto coincide con la reducción del personal del Supremo Comité.
Con respecto a la situación económica, Qatar ha sido un país ganador con respecto al conflicto de Ucrania, el aumento de turismo tras el mundial de 2022, más un favorecimiento de las condiciones para hacer negocios en el país. Puede que el ritmo no emule al año anterior, pero está creciendo de manera sostenida. Qatar también ha buscado responder a los pagos de deudas externas y créditos, lo que ha incrementado la confianza del comercio exterior y ha disminuido la inflación de 4,4% a principios de año a 4%
Los planes de desarrollo de Qatar continúan viento en popa. En los próximos cuatro años el enfoque estará en completar el proyecto de expansión de North Field, la mayor reserva mundial de gas natural. La capacidad de licuefacción aumentará de 77 a 126 millones de toneladas por año. No es solamente producir gas por producir, sino los condensados que surjan, lo que genera muchas mayores ganancias. Los países que quieren hacer negocio con ellos simplemente hacen fila. Por eso los contratos de muchos años con China y Alemania prácticamente se elaboran solos.
En la geopolítica mundial, Qatar ahora es un jugador clave. Un día Estados Unidos puede reconocerlo como el aliado más valioso fuera de la OTAN, y al día siguiente puede ser recibido con honores por China. En medio de una solución de conflicto en el Medio Oriente, es capaz de ser el enlace de Irán con toda la Península Arábiga, también ha unido fuerzas con Arabia Saudita, le ha dado el foro al régimen talibán 2.0 que gobierna Afganistán y sigue dándole hospedaje a los líderes palestinos que buscan desesperadamente apoyo en medio del ataque del ejército israelí. Qatar también puede darse el lujo de emprender campañas militares en Libia y Sudán, así como ser la voz cantante en la Unión Árabe. Nada mal para apenas una península.
Los aficionados que quieran acudir a Qatar para la Copa Asiática encontrarán un país que no ha decaído en su ritmo. Si ya pudiste ir al mundial, verás que la Hayya Card, elemento vital de todo aficionado, te sirve para los partidos. Por si fuera poco, en estos momentos hay una exposición mundial de horticultura, la primera de su tipo en el Medio Oriente. 1,7 millones de metros cuadrados en el parque al-Bidda son palestra de arreglos ornamentales, espectáculos sin parangón, experiencias culinarias pensadas fuera de la caja… todo esto con las aguas cristalinas del Golfo Pérsico al fondo. 80 países se dan cita, sin olvidarnos de ONGs y representantes del sector privado. El tema elegido es “Desierto verde, mejor medio ambiente”, y no se podía haber elegido mejor escenario para esta conferencia, destinada para crear conciencia con el fin de evitar la desertificación. Esta conferencia comenzó en octubre y estará hasta marzo. La Hayya Card también te servirá si quieres echarle un vistazo.
Se podría pensar que esta es la última competencia fuerte del futbol que tiene Qatar, pero en dos meses llegará una Copa Asiática más, salvo que esta es sub-23 y es valedera como torneo clasificatorio para los Juegos Olímpicos de París. Ahí se acabará el futbol como programa deportivo prioritario de Qatar… le cederá los reflectores al basquetbol. En 2027, Qatar recibirá el Mundial FIBA de basquetbol, un evento que también pinta de manera espectacular, y al igual que en el 2022, el primer mundial en Medio Oriente. 32 países llegarán a Doha, en un torneo que será centralizado, recordando a la logística de las primeras ediciones.
¿En qué estadios se jugará?
Primero que nada, al recibir Qatar la Copa Asiática había dudas con respecto al tiempo de disputa. Cuando China apuntaba a la sede, la temperatura no era lo bastante alta como para impedir que se disputara en verano. La logística cambió con Qatar. De las cuestiones impopulares del mundial fue mover su fecha de disputa del tradicional verano al invierno; ni las innovaciones tecnológicas en cuanto al control de temperatura en interiores podrían paliar los riesgos a la salud que conlleva el calor extremo. Por ello, la solución fue mover la fecha al 13 de enero-13 de febrero de 2024, cuando las temperaturas invernales son más amables. Y si eso no era suficiente, se movió porque Qatar participó en la Copa Oro de Concacaf, en la cual llegó a cuartos de final.
Con respecto a los estadios donde se disputarán, son prácticamente todos los utilizados durante el mundial, salvo el 974 por las razones mencionadas anteriormente. En la guía que Editorial Puskás realizó para Qatar 2022, puedes ver más información de todos los estadios, pero te damos un pequeño recordatorio:
Nombre del estadio | Ciudad | Capacidad |
al-Bayt | al-Khor | 68.895 |
Ahmad bin Ali | Doha | 45.032 |
Education City | al-Rayyan | 44.667 |
Internacional Khalifa | Doha | 45.857 |
al-Thumama | Doha | 44.400 |
al-Janoub | al-Wakrah | 44.325 |
Hay también dos estadios en Doha que no fueron contemplados por la FIFA para el Campeonato Mundial por no llegar ni a la mitad del aforo mínimo requerido (40.000). Los veremos a detalle aquí:
Estadio Jassim bin Hammad (ملعب جاسم بن حمد)
Capacidad: 15.000
Localizado en al-Rayyan (الريان), este es de los estadios fuertes en el contexto del futbol de Qatar. Es la casa de al-Sadd (السد), equipo a vencer dentro de la QSL. Fue de los primeros estadios destinados al deporte en el país; inaugurado en 1975, ha sufrido dos remodelaciones. Está dedicado al primer Ministro de Juventud y Deportes de Qatar, Jassim bin Hamad bin Abdullah Al Thani. En su arquitectura conviven elementos tradicionales de la cultura qatarí, la inspiración de los dhows, un techo retráctil y la modernidad. Este estadio ha visto partidos de los Juegos Asiáticos Doha 2006, la Copa de Naciones del Golfo, el Mundial de Clubes de 2019 y hasta dos ediciones de la Supercoppa Italiana.
Estadio Abdullah bin Khalifa (استاد عبد الله بن خليفة)
Capacidad: 10.000
Localizado en Doha, es el estadio del Duhail (الدحيل), de los pesos pesados de la QSL y representativo del distrito del mismo nombre. Fue el estadio principal de la Copa de Naciones del Golfo en 2019. En esta ocasión, será el recinto más pequeño destinado para la Copa Asiática, pero no por ello desentona en pasión y curiosidades. Por ejemplo, está en el complejo de las Fuerzas de Seguridad Internas. Tardó dos años en su construcción y se inauguró en 2013.
En fin, habrá 51 partidos para esta Copa Asiática. Estamos seguros de que con esta guía que ilustra la historia, el contexto y el proceso para su celebración pueda establecer un excelente panorama y que estés preparado para seguir a tu país favorito. ¿Y qué pasa con la competencia per se? En Editorial Puskás nos interesa responder también a cuestiones tácticas y hemos detectado que nunca se habían dado cita grandes nombres en los banquillos asiáticos como ahora. En nuestra siguiente parada encontrarás a los principales DT.