Tras el pequeño parón después de la jornada 20, se retoma la sección y es hora de hablar de un campeón del mundo que realizó una gran actuación para ayudar a su equipo a conseguir los tres puntos. Hablamos del partido de Alexis Mac Allister ante el Bournemouth.
Sin Wataru Endo que está en la Copa Asia con Japón, es Alexis Mac Allister quien hace de pivote en el 4-3-3 de Klopp. Le toca duplicar esfuerzos para que la baja del nipón se note lo menos posible.
Alexis ya jugó como pivote en Brighton, pero acompañado de Caicedo en doble pivote. Ahí es donde poco a poco adquirió los conceptos necesarios para ahora adaptarse al rol que tiene en Liverpool.
El argentino el domingo mostró especialmente un gran uso de su cuerpo para robar la pelota y protegerla ante posibles pérdidas. Además de permitir el progreso de su equipo con pases siempre a la mejor opción para dicho avance.
Sin balón estuvo exigido y cumplió con creces, erigiéndose como interceptor y ganador de duelos; en un partido en el que tuvo que lidiar con la energía y el dinamismo de hombres como Sinisterra, Justin Kluivert o James Tavernier.
Como vemos, Alexis Mac Allister lideró todas las estadísticas defensivas ante el Bournemouth, siendo líder en duelos ganados, posesiones ganadas, tackles e intercepciones.
También podemos ver que fue el que más distancia recorrió, el que más ocasiones creó y líder en pases completados hacia el último tercio. Aparte de evitar ocasiones rivales, fue el creador de juego y el encargado de que el Liverpool llegara a zonas de peligro de manera más fácil; con envíos clave para la amenaza final de Darwin, Elliott, Jones o Jota.
Efectivamente, Alexis Mac Allister fue el motor de los reds en el 0-4 en el Vitality Stadium. Se mantuvo omnipresente en sus persecuciones al rival y en su recorrido con balón, dando además continuos apoyos a sus compañeros en la recepción de balón para agilizar la construcción del juego.
Sin Endo, Mac Allister cubrió la faceta defensiva en el medio y dio ese equilibrio necesario para que el Liverpool pudiera atacar con mayor seguridad; y sin Trent Alexander-Arnold, ‘el colorado‘ ejerció de creador de juego. Es la inteligencia hecha futbolista.