HISTORIAL:
¿CÓMO CLASIFICÓ?
ANÁLISIS:
Se ha instalado ya cómodamente la selección francesa en su perenne condición de favorita, en el privilegio, o la condena, de tener entre sus filas a Kylian Mbappé, probablemente el jugador más desequilibrante del planeta, rodeado por varias estrellas fruto de una producción sin fin. Y aunque los dirigidos por Didier Deschamps llegan a Alemania con algunas dudas, ya sea por lesiones (Lucas Hernández, Coman entre algodones…) en realidad esto no es ninguna novedad para ellos. Francia, antes de cada torneo, siempre parece dejar recelos, motivos de que no llegan bien, y luego responden a las expectativas.
Y es que, más allá de si juegan bien o mal, que en su caso debería considerarse que juegan de manera óptima, potenciando lo que tienen, lo que caracteriza a esta selección francesa es su competitividad feroz. No se van nunca de los partidos, les puedes golpear sin cesar y siempre encontrarán la manera de responder. Que el último golpe es suyo. Solo así se explica que, en los últimos seis años, la era Mbappé, tan solo han sido eliminados en sendas tandas de penaltis. Para vencerles tienes que ir al límite.
Sigue Didier Deschamps al frente de la selección y, por tanto, se puede esperar de esta Francia lo mismo que la ha caracterizado en los últimos años. No es el seleccionador francés uno muy dado a los cambios y tampoco, supondrá él, el equipo los necesita. Porque bajo su aparente sencillez se encuentra un contexto donde las estrellas brillan y se sienten protagonistas. Tanto Griezmann como Kylian tienen, con la camiseta de su país, algunos de los mejores partidos de su carrera. Y eso no es casualidad.
Entrando ya en el análisis de su equipo, no es Francia un país al que le tiemble el pulso si necesita salir en largo (con la opción de Olivier Giroud) en caso de que el rival le presione arriba, pero no es ese un escenario que se suela dar en demasía como consecuencia del temor que causa la velocidad de Mbappé. En construcción media, le gusta a Deschamps que su equipo construya con tres jugadores en primera línea, normalmente cerrando al lateral derecho (Koundé o Pavard) para que el extremo dé la amplitud en esa banda. No es esto algo fijo, pues ya sea por el uso de un lateral más ofensivo (Jonathan Clauss), como la presencia de un extremo tipo Kolo Muani, que gusta de fijar en intervalo central-lateral, el equipo se puede permitir mandar a sus dos laterales arriba, compensando esa situación ya sea con Tchouaméni descendiendo entre centrales o con Rabiot (o Camavinga) lateralizando en primera línea.
Ya en campo rival, concentran mucha parte de su juego en la banda izquierdo, algo natural teniendo en cuenta que es Mbappé quien se mueve por ahí. El ya exjugador del PSG ha creado muy buenas migas con Theo Hernández en esa banda, siendo dos jugadores que, pese a la altísima velocidad que se les presupone, son capaces tanto de mantener la precisión a esos ritmos como de mezclar y aportar pausa si la situación lo requiere. Con Thuram moviéndose por ahí, desmarcándose y llevándose a los marcadores, Griezmann flotando en zonas intermedias cerca de ellos y la amenaza que puede dar un extremo como Ousmane Dembélé recibiendo en lado débil, el cocktail es muy potente.
A pesar de que Mbappé es el líder de la selección, Griezmann es el termómetro. Si el jugador del Atlético pesa en el encuentro, es capaz de recibir con continuidad y de aclarar las posesiones con sus toques rápidos, todo se facilita para sus compañeros. Si, en cambio, Francia no consigue avanzar por dentro ni conectar con Antoine, es común verles queriéndose saltar las complicaciones y optando por la resolución fácil, que es conectar ya sea con Dembélé o con Mbappé, abiertos en banda, para que, mediante su desborde, desequilibren el partido.
Esto, obviamente, puede resultar en una falta de control y de protección ante la pérdida, lo que desemboca en partidos rotos con muchas transiciones. Algo que, cabe mencionarlo, tampoco le viene mal a Francia. Y es que los galos cuentan con una amenaza en transición sin parangón en el fútbol mundial, la que les otorga Mbappé, Thuram, Dembélé y Griezmann lanzando. Si no tienes a un vencedor de duelos en última línea para corregir (Walker, Van Dijk) ni una gran protección ante la pérdida (Alemania, España) te van a destrozar.
Y es que la propia Francia, desde su postura sin balón, empuja a ese guion de partido. No suelen presionar arriba, sino que presionan en un bloque medio, muy corto (la última línea tiene buenas conductas coordinándose y tirando el fuera de juego) que incita al rival a meter el balón dentro, donde Tchouaméni corta y Griezmann monta la transición en un parpadeo. Además, Deschamps incrementa la amenaza tras robo liberando a Kylian de trabajo defensivo, haciendo que, en fases de bloque medio, el interior izquierdo (normalmente Rabiot, pero también puede ser Camavinga) se escore hacia la banda izquierda, cerrando ese sector, con la estrella quedando más descolgado y cerca de la portería contraria en caso de recuperación.
A pesar de que, como se ha dicho, no suelen optar por presionar, es algo que pueden hacer en determinados momentos de los partidos. Para ello, buscan emparejar en reinicios con el delantero y Mbappé sobre centrales, lo que les suele repercutir en dudas a la hora de determinar quién salta al lateral que Kylian deja libre (puede ser tanto Theo, en un salto más grande, o el interior, buscando acortar). Tienen muchos ganadores de duelos y poderío físico para imponerse, pero no es esta la fase del juego que más preparada tienen de antemano.
Como punto débil, por mencionar alguno de esta plantilla de videojuego, es que, por el prototipo de centrales que suelen utilizar, y pese a William Saliba, sufren de vez en cuando de desconexiones o fallos de lectura, especialmente en la defensa de área, que pueden resultar muy peligrosos.
Conociendo a Francia, y viendo su proceder reciente en los torneos, es tan cierto que pueden sufrir ante equipos que les entreguen el balón, les impogan un guion que no les gusta, como que, en eliminatorias, ante rivales de igual a igual, probablemente ninguna cause mayor temor. Y ninguna otra tiene a un jugador como Mbappé, que no quiere presentarse en su nueva casa de vacío.
XI TIPO:
FIGURA: KYLIAN MBAPPÉ
Pese a que Griezmann siempre tiene una preponderancia mayúscula en este equipo, y que Mbappé llega tras una temporada complicada, especialmente los últimos meses desde que se filtró su marcha de París, sería de necios negar que un equipo con Mbappé le tendrá a él como estrella. Encuentra Deschamps una dicotomía similar a la de Luis Enrique esta temporada en la capital gala, pudiendo usar a Kylian tanto tirado a la banda izquierda, otorgándole mucha libertad, o algo más cerrado siendo el delantero centro.
La pasada Eurocopa, que finalizó para él con un penalti fallado, es el gran lunar de su carrera en contexto selección. Y, después de cómo se le escapó la gloria en Qatar, quiere presentarse en Alemania dispuesto a reclamar el trono del fútbol europeo. Theo y Griezmann le potencian, Thuram le entiende y el equipo parece el molde perfecto para que él pueda brillar. Ahora le toca aportar su granito de arena.
PROMESA: WARREN ZAÏRE-EMERY
Temporada de ascensión meteórica la suya en París, haciéndose indiscutible en los onces de Luis Enrique pese a haber cumplido recientemente la mayoría de edad. Es un interior de mucha inteligencia y predisposición para moverse sin balón, abriendo líneas de pase, mientras que, cuando recibe, no se complica y es capaz de mantener el ritmo en las posesiones. Jugando por el sector derecho, le gusta caer a banda o romper en intervalo central-lateral.
Dentro de una Francia que, parece, va a dejar en el banquillo a un jugador, Camavinga, que viene de brillar como titular en una final de la Champions, parece dispuesto que encuentre su hueco en el once. Pero, teniendo en cuenta condiciones y edad, si no es ahora será en el siguiente.
ENTRENADOR: DIDIER DESCHAMPS
Ya son 12 años al frente de la selección francesa, a donde llegó recogiendo a un equipo herido de muerte, todavía convaleciente tras el adiós de Zidane, hasta devolverle a la gloria mundial y convertirla en una de las mejores selecciones del mundo. Sin embargo, hay quien dice que el palmarés recogido en todos estos años no se encuentra a la altura de las plantillas de las que ha dispuesto.
Bloques defensivos sólidos, amenaza a balón parado y confianza y responsabilidad en las estrellas son algunas de las señas de este entrenador, que acepta la injusticia de que si se gana será una victoria de Mbappé y si se pierde su cabeza será la primera en reclamarse. Buscará en Alemania la tercera Eurocopa para Francia tras las logradas en 1984 y el 2000.
LISTA DE CONVOCADOS: