HISTORIAL:
¿CÓMO CLASIFICÓ?
ANÁLISIS:
Llega República Checa a la Eurocopa seguramente siendo el equipo que más incertidumbre plantea de todos en el torneo, y es que su entrenador, Ivan Hasek, tomó las riendas del equipo hace apenas cinco meses. A contracorriente, con apenas cuatro partidos amistosos para prepararse, Hasek tuvo que asumir las riendas de un combinado checo que se quedó sin su guía, el exseleccionador Jaroslav Silhavy, cuando éste dimitió el pasado mes de noviembre argumentando una enorme presión.
Por lo tanto, es difícil saber qué comportamientos tomará la selección checa en el torneo, con muy poco tiempo para interiorizar las ideas de su nuevo entrenador. También es por eso, seguramente, que su forma de jugar se asemeje tanto a la del Slavia Praga de Jindřich Trpišovský, un equipo nacional que ha logrado muy buenos resultados en el pasado reciente, que aporta a muchos jugadores a la selección y que, con una forma de jugar peculiar, es fácil de identificar. Ante la incertidumbre, los jugadores están utilizando mecanismos de su club de origen para formar este equipo que llega a la Eurocopa en una situación difícil.
Entrando ya en el análisis del equipo, existen dudas de si formará con línea de 5 o línea de 4 atrás. Lo común, tanto en el ciclo de Šilhavý como en los últimos amistosos ha sido jugar con tres centrales y dos carrileros, pero, contra Noruega, en un amistoso del pasado mes de marzo, en el debut de Hasek en el banquillo y la prueba más exigente a la que se han enfrentado con él, formaron con un 4-2-3-1 que presenta la duda.
Sea como fuere, lo que sí se puede tener claro son las intenciones, y ahí cabe hablar de esta selección checa como una a la que no le gusta arriesgar en salida de balón y que, ante la mínima complicación, busca el juego directo ya sea hacia Patrik Schick, Mojmír Chytil o Tomas Soucek, tres jugadores dominantes en esa faceta. Luego atacan bien la prologación, con Hlozek desmarcándose al espacio, o se compenetran bien para vencer la caída e instalarse en campo rival. Suelen volcar esas salidas directas sobre el costado derecho, donde Schick y Soucek más se mueven.
En cambio, si prefieren salir de una manera más elaborada, con pases desde atrás, es el costado izquierdo donde juntan el mayor volumen de juego, donde cuentan con un fantástico constructor como es Krejci. También lo es Michal Sadilek, que se va a perder el torneo por una lesión de ultimísima hora que le abre un problema importante e inesperado a Hasek. Con él en el campo, se intercambiaba con frecuencia roles y alturas de participación con Krejci, lo que dificultaba al rival a la hora de marcarles pues podían aparecer por cualquier lado del campo. Está por ver si su sustituto, que en un principio puede ser tanto Lukas Provod como Pavel Sulc, replican ese rol.
Otra característica importante de esta selección, como si fuese el Sheffield United de Chris Wilder, es lo mucho que sus centrales exteriores se incorporan al ataque. Krejci y Holes empiezan las jugadas abajo, pero las acaban arriba, empujando al rival, sumándose por fuera y aprovechando el fantástico golpeo en el caso del primero o la llegada en el del segundo para sumar importantes recursos en campo rival. Se trata de un equipo algo alocado, que suma a muchos jugadores por delante de la línea de balón.
En campo rival no se complican intentando meter el balón por dentro, recibiendo en zonas intermedias, sino que concentran sus esfuerzos en atacar por fuera, con carrileros profundos (muy importante Vladimír Coufal en este equipo), formando buenas dualidades con esos centrales que se suman para conquistar la línea de fondo y buscar centros. Cargan bien el área, juntando cerca del punto de penalti a los dos delanteros y al carrilero del lado débil, mientras que por detrás se suman Souček y Barák, con todos sus centímetros para sumar poderío rematador. Desde el banquillo, Václav Černý les da otro recurso pues es un jugador que ofrece mucha movilidad en el último tercio.
Sin embargo, también como consecuencia de todo lo comentado, se presenta la gran debilidad de este equipo, que es la transición defensiva. Suman a tantos jugadores al ataque, son tan agresivos con sus movimientos verticales hacia portería que, en el momento de la pérdida, si no existe una recuperación inmediata, se enfrentan a situaciones de igualdad o incluso inferioridad a campo abierto, con centrales que no son especialmente veloces para corregir al espacio y que no se imponen en este tipo de acciones. En caso de no finalizar jugada, es común verles sufriendo corriendo hacia atrás.
En defensa organizada, han dejado un poco atrás la presión alta con marcas al hombre tan característica de Šilhavý y están prefiriendo ordenarse en un bloque medio, no muy presionante en primera línea, que se caracteriza por ser muy corto, dejando mucho espacio a la espalda de los centrales y forzando al rival a que todo el partido se concentre en una parcela muy reducida del campo. Los centrales son muy agresivos buscando el anticipo, saltando a receptor, pero manteniendo la altura de la línea lejos de la portería. De nuevo, la herencia informe y confusa de Trpišovský en el Slavia.
Realizaron un muy buen papel hace tres años, llegando hasta cuartos de final tras haber dejado a Países Bajos en el camino. Algo que parece difícil replicar ahora. La confusa situación en el banquillo les obliga a presentarse aquí como quien llega de imprevisto a una fiesta, sin saber muy bien qué hace ahí. Lo que no significa que no te lo puedas pasar bien.
XI TIPO:
FIGURA: PATRIK SCHICK
Uno de los nombres propios de la pasada Eurocopa, cuando anotó cinco goles en el torneo incluido uno desde mediocampo, Schick llega ahora más maduro, siendo mejor jugador pero también con la sensación que no ha acabado de explotar del todo. En Leverkusen, entre lesiones y competencia, no tiene el puesto asegurado y apenas ha anotado 10 goles en Bundesliga en las últimas dos campañas juntas.
Sin embargo, en una selección checa donde falta alguien que destaque por encima del resto, Schick puede erigirse en ese jugador al que mirar cuando necesiten un líder. Aporta descargando balones largos, aguantando de espaldas, sumando en apoyo y, si puede aportar su cuota goleadora, República Checa podrá soñar con pasar de fase.
PROMESA: ADAM HLOŽEK
Poco de promesa tiene dentro de la concepción checa, donde ya es una de las realidades más tangibles en clave selección, pero, a sus 21 años, Adam Hložek se presenta en su segundo gran torneo de selecciones (ya estuvo en el anterior con apenas 18 años) dispuesto a llamar a la puerta como el líder de la selección checa para los próximos 10 años.
Tras destrozar los registros y las expectativas en el Sparta Praga, se marchó al Bayer Leverkusen, junto a Kovář y Schick, donde ha estado las últimas dos temporadas. Las cifras de goles producidos no están siendo especialmente destacables, pero, bajo las órdenes de Xabi Alonso, se ha convertido en un jugador que aporta mucho en el último tercio gracias a su velocidad y capacidad de desmarcarse al espacio o desequilibrio recibiendo al pie, Puede jugar tanto por dentro o dejarse caer por la banda izquierda.
ENTRENADOR: IVAN HAŠEK
Como un Señor Lobo al que llamaron cuando se encontraron con la renuncia de Šilhavý, Hašek, a sus 60 años, cuenta con una trayectoria muy extensa en banquillos de todo el mundo, donde incluso ya dirigió a la selección de su país en un corto período en el año 2009 (dirigió apenas seis partidos de los que no ganó ninguno). También ha dirigido a las selecciones nacionales de Gabón y el Líbano.
A nivel de clubes, ha pasado por su República Checa natal, Francia, Japón, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí y Qatar, dirigiendo a nueve equipos diferentes. Ganó en dos ocasiones la liga checa con el Sparta Praga y también la emiratí con el Al-Ahli Dubai. También fue el presidente de la Asociación de Fútbol de República Checa.
LISTA DE CONVOCADOS: