Hoy es un buen día para reivindicar que las selecciones más mediáticas no siempre ofrecen el mayor espectáculo. Y viceversa. También que la Eurocopa, con ocho participantes más, gana imprevisibilidad por la capacidad de sorprender de las más humildes, que también son las que nos regalan las historias más emocionantes. Larga vida al formato de 24 y a la repesca vía Nations League, Memo Navarro, no pararé hasta convencerte. Dos cuestiones que le han cambiado la vida a varios combinados nacionales, empezando por Eslovenia. Especialmente, es un escenario idílico para esas cenicientas que sueñan con replicar el cuento de hadas de Islandia en 2016. En la anterior edición, Macedonia del Norte ya vendió cara su piel. Y en esta, los amigos georgianos han terminado por cautivarnos gracias a su inconmensurable entrega y el carisma de varios de sus virtuosos de la redonda. Buena, bonita y trabajadora, venció (2-0) a una Portugal que ya tenía el boleto a octavos asegurado en condición de líder y que rotó en exceso. Así, los de Willy Sagnol se meten como una de las mejores terceras, guiada por Kvaratskhelia y Mikautadze. Este último, goleador de penalti en el partido que cierra esta fase de grupos, para convertirse en el único que ha marcado tres tantos. Y en encuentros diferentes.
En ese mismo Grupo F, el más bonito de ver para el espectador neutral por propuestas y por suspense, Turquía le comió la tostada a la República Checa (1-2), pero estuvo cerca de añusgarse. Los de Montella, como ya advertimos en capítulos anteriores de este diario, son difíciles de maniatar; pero también demasiado caóticos. Y en un partido que pedía música clásica, se marcaron otro concierto de rock. Menos alegre fue el primer turno. Oh, sorpresa, paradme las rotativas. Tampoco vayan a pensar que fue a la hora de los primeros días, obvio, pero sí que especularon de más. Ucrania no tuvo prisa frente a Bélgica y se le hizo tarde (0-0), pese a que sí lanzaron un último arreón cuando todos dimos por hecho que en los minutos finales del Eslovaquia (1-1) Rumanía ya no atacaría ni el Tato. Lógico. El empate les clasificaba a ambos, mejor no arriesgar. Yo tengo un amigo que dice que no le gusta el dulce, pero ninguno le creemos una sola palabra. Lo mismo pasa con eslovacos y rumanos, que nos vendieron el discurso de que irían a por el partido, pero nunca nos olvidamos de que en realidad merendarían biscotto.
🥇🇧🇪 KEVIN DE BRUYNE
En una Copa del Mundo en la que las revelaciones de Enner Valencia, Mohammed Kudus, Kaoru Mitoma o Jhegson Méndez, entre otros, se hicieron notar; la figura de decepción fue casi unánime. El nivel mostrado por la estrella belga del Manchester City resultó sorprendentemente pobre, dentro de una Bélgica que, si bien parecía no llegar en buen momento individual y colectivo, mostró una imagen que rozó lo anticompetitivo. Todo ello, inmiscuidos en un vestuario dividido y con insólitas declaraciones del centrocampista skyblue, que no dejaron indiferentes a propios ni a extraños. «No tenemos opciones de ganar, somos demasiados viejos. Nuestra oportunidad era 2018. Tenemos un buen equipo, pero perdimos jugadores clave. Tenemos algunos buenos futbolistas nuevos que vienen, aunque no están al nivel de la anterior generación″. Esa visión la asumíamos casi todos, pero coincidiremos en que jamás puede salir de la boca de un líder de vestuario, ¿no? Menos aún cuando Kevin daba la sensación de ser hasta displicente sobre el césped. Y cuando él mismo reconocía que recibió el premio a MVP del partido contra Canadá «por ser quien era, después de jugar horrible». Palabras textuales.
Guía Eurocopa 2024, Bélgica: De Bruyne y los jinetes del apocalipsis
Se rumoreó que no estaría en la Eurocopa, como Thibaut Courtois. Que daría un paso al lado. Sin embargo, ha sucedido todo lo contrario. ‘KDB’ quiso un final más o menos feliz y veremos qué pasa a partir de ahora, pero ha puesto mucho de su parte a las órdenes de Tedesco. Su participación es sobresaliente y hoy le quedó una recopilación de virtudes la mar de curiosa: inteligencia posicional para recibir entre líneas, pase en profundidad, conducciones, amenaza al espacio o con golpeo, también a balón parado… Y, cómo no, con su jugada maestra en el intervalo central-lateral; bien atacándola él o habilitando compañeros en esa zona para que se pusiesen las botas. Todo ello, tras ser un martirio junto a Lukaku con Rumanía como oponente. Y después de ser la pieza que más daño le hizo a la Eslovaquia de Calzona, minimizada por la cátedra que nos brindó Stanislav Lobotka. El seleccionador italo-germano matizó su propuesta y dio con la tecla, aunque De Bruyne, ausente en el camino a esta Eurocopa por lesión, nunca se movió de la mediapunta. Sabía lo que querían de él. Solo había que rodearle de la forma correcta. Y cuando Domenico le vio hoy vestido de Tintin, supo encontrar a sus particulares detectives Hernández y Fernández, al capitán Haddock, al profesor Tornasol y a la cantante Bianca Castafiore. El resto es historia: Kevin no necesitó ni a su perro Milou para lucir como el mejor reportero belga en tierras teutonas.
🥈🇬🇪 KHVICHA KVARATSKHELIA
Tenía que ser él. Porque, sí, Georgia es la selección de Kvaradona, aunque ni mucho menos es solo suya. Está compuesta por un ejército de futbolistas desbordantes de ilusión, entrega, solidez en los duelos y autosuficiencia ofensiva. Esto último, a palas, y corre a cargo de Mikautadze y Kvaratskhelia, dos ídolos nacionales pese a que ambos tienen edad para ir a los Juegos Olímpicos. Cosa que no es descartable, por cierto; allí también se clasificaron y sería demasiado osado decir que irán a pasarlo bien. Matizo, irán a competir, porque esa es su naturaleza, y lo pasarán en grande. Tal y como han hecho en la primera Eurocopa de su historia. El sueño de la 74ª selección en el ranking FIFA continúa. Y el que mandó a dormir a Portugal, la 6ª, fue el señor ‘Kvara’. Un conductor insaciable, con medias bajas, facha destartalada y esencia informal; junto a un punta brillante en los apoyos de espaldas y en el secuestro de la redonda para oxigenar a su equipo. ¿Qué podía salir mal…? La especialidad de Khvicha ya la conocíamos: exhibir recursos técnicos con un fascinante manejo de diferentes superficies del pie, así como el cambio de dirección tan impredecible del georgiano en carrera. Es un jugador diferente, callejero. Imperfecto y muy poco ortodoxo. Sin ir más lejos hoy no siempre tomó las mejores decisiones. Por eso nos despierta ese cosquilleo cuando arranca solo contra el mundo, porque nos retrotrae a nuestra niñez. Por eso en el minuto 3 la mayoría de los aficionados al fútbol dimos un brinco.
Guía Eurocopa 2024, Georgia: Khvicha y las primeras veces
El carismático depredador de Tiflis la mandó a guardar, cómo no, asistido por su panita Mikautadze, después de un grosero error de Antonio Silva en salida de balón. El canterano del Benfica tuvo un día de perros como sustituto de Pepe, al que Roberto Martínez quiso dosificar. Y con Georgia mandando en el luminoso, el partido se puso muy de cara para trazar su plan predilecto. Defender juntitos desde un bloque medio-bajo en 5-4-1 o 5-3-2, morir en cada duelo y buscar el gol de la tranquilidad al contraataque. Claro, con Kvaratskhelia encendido, sonaba a las mil maravillas. Y así salió, en parte porque Portugal se mostró plana en ataque, más allá de cierta rebeldía de João Félix. Aunque, para atrevidas, las conducciones de nuestro chico, sus pases en profundidad o algún que otro centro peligroso a balón parado. Y nada de andar cuando el adversario se hacía con la posesión. Rol muy diferente al que le hizo explotar por completo en el Napoli de Spalletti. Aún más meritorio. Y todavía más emocionante.
🥉🇨🇿 LUKÁŠ PROVOD
La República Checa no llegaba bien a esta Eurocopa. Sobre todo, porque tenía un curioso incendio montado tras una salida nocturna en una concentración reciente. Coufal, Kuchta y Brabec fueron los implicados; Šilhavý les expulsó antes de sellar la clasificación a este certamen y de dimitir. El seleccionador que les llevó hasta los cuartos de final, eliminando por el camino a Países Bajos en la ‘Euro’ de 2021, y que les dotó de una identidad clara. Se puede intuir que el vestuario quedó marcado. Y, la afición, bastante dividida y desilusionada. Ivan Hašek fue su sustituto y la receta no cambió demasiado. El repliegue y juego directo fueron una buena baza para medirse a Portugal, pero encajaron el gol de la derrota sobre la bocina y eso les condicionó. Ante Georgia tocaba ganar. Los checos fueron con todo a encerrar a su segundo adversario y cargaron el área con mucha gente para centrar a balón parado o corrido, pero entonces Mamardashvili completó la que probablemente sea la mejor actuación de un portero en el torneo. Empate insípido, aunque de nuevo con buenas sensaciones. No quedaba otra que superar a Turquía en la tercera y definitiva fecha. Y, para colmo, jugaron casi todo el partido con diez por una roja accidental de Antonin Barak. Y sin Patrick Schick, lesionado, su jugador insignia, además de un fetichista de los momentos importantes en las Eurocopas.
Guía Eurocopa 2024, República Checa: Lo bueno conocido
Turquía se adelantó mediado el segundo acto y ya todo parecía perdido. Montaban un circo y les crecían los enanos. Pero sus gigantes, dieron una zancada adelante y rozaron la proeza. Con la fe de Soucek, una máquina en duelos, especialmente aéreos, que empató el partido en una de sus segundas jugadas marca de la casa. Y, por encima de todo, con Lukáš Provod, que cuajó un partido en mitad de la tempestad para tirarse meses aplaudiéndole. Abarcó metros por doquier, se hizo fuerte en los balones divididos, robó carteras cual mafioso, condujo transiciones y lanzó ataques con verticalidad pasadora. Hasta probó su disparo potente desde las inmediaciones del área, tras descoserla con su golazo a Portugal en el debut. No se puede hacer mucho más con menos, por eso debemos resaltar su nombre por encima del de Ferdi Kadıoğlu, de nuevo vía de desequilibrio turca por izquierda en el primer tiempo. O por delante de Barış Alper Yilmaz, que se salió el segundo periodo en derecha; incansable y autosuficiente con conducciones eternas, fino al apoyo e indetectable por su movilidad. Provod, soldado de Trpišovský, renacido de ti. Te lesionaste de gravedad cuando eras la joven promesa del balompié checo y te quedaste sin ese cuento de hadas en forma de Eurocopa hace tres años. Pero el fútbol da revanchas. Y aunque esta vez el camino haya sido corto y pedregoso, has llevado en volandas a tu país como tantas veces soñaste en aquel maldito 2021. Será un placer aplaudirte allá donde vayas, el mundo necesita más gente con tu mentalidad.