En la segunda jornada de Premier League se enfrentaban West Ham United y Crystal Palace en Selhurst Park, en el que era un llamativo encuentro por el plantel de los hammers y el juego de los locales con Glasner. Se acabaron imponiendo los de Lopetegui con un muy buen partido de uno de sus fichajes: Max Kilman.
Lopetegui le está dando galones al central con un papel importante; ya que desde Kilman inició el West Ham varias jugadas. El inglés trató de romper líneas desde su envío vertical, cambio de dirección y rompiendo desde la conducción, tal y como llegó el 2-0 de Jarrod Bowen: se deshace de Adam Wharton con un quiebro para meterle un pase en profundidad a Bowen aprovechando el salto a destiempo de Marc Guehi.
Es una pequeña muestra de que Max no sólo tiene presencia física en ambas áreas, sino que también ofrece una gran compostura en posesión y jugará un papel importante en cómo el equipo de Lopetegui construye desde su defensa durante el resto de la temporada.
La calidad del central con el esférico es muy importante para la forma en la que Lopetegui quiere jugar, construyendo desde atrás y jugando entre líneas, como demostró Kilman, completando 5/9 balones largos y dando dos pases clave, uno de ellos destinado al gol de Bowen.
El nuevo central de 1,93cm del West Ham, tuvo una actuación de mejor jugador del partido contra el Crystal Palace, ganando todos sus duelos aéreos , 3/4 de sus duelos terrestres, realizando seis despejes, tres intercepciones y cinco recuperaciones. Datos que nos enseñan que junto a Mavropanos, cuajó un partido bastante sólido en la zaga.
En su última temporada en los wolves mostró cierta irregularidad, intercambiando juegos buenos con otros no tan buenos; es por ello que necesitaba un cambio de aires para recuperar su mejor versión, y lo cierto es que de momento está cumpliendo bajo las órdenes de Lopetegui, quien le dirigió en The Molineux en la 22/23, aunque sólo le pudo dirigir nueve meses.