Comparte esta historia:

Facebook
LinkedIn
Twitter
Pinterest
Email
WhatsApp

Hay una gran diferencia entre haber sido jugador y empezar desde cero en un banquillo sin tener la capa que te protege por el mero hecho de un recuerdo cercano que de entrada, otorga un margen de tiempo mayor. Para Frank Lampard, la llegada al Chelsea en un momento complicado tuvo unas facilidades que, probablemente, otro entrenador no hubiera tenido sin la vitola de ídolo durante su etapa sobre el césped. Pero la sanción impuesta por la UEFA hizo que tuviera que formar su «primer Chelsea» a base de juventud e ingenio, con mucha oportunidad para gente sin experiencia en la élite y mucho cambio en forma de sistema e idea de juego. Más que en una estructura bien perfilada, cimentó su buena temporada en la calidad individual y la respuesta de algunas piezas que no parecían dar muchas expectativas. Apenas tuvo presión y hubo mucho margen por la situación que vivía el club.

Sin embargo, todo ha cambiado esta temporada. Los Blues han sido los grandes animadores de un mercado de fichajes austero y condicionado por la pandemia. Lo suyo fue una impecable gestión en cuanto a firmas que ha reformado una plantilla que anhelaba que jugadores como Timo Werner, Hakim Ziyech o Kai Havertz eligieran Stamford Bridge por delante de otros destinos. Son tres caras nuevas que han dado un evidente salto de calidad al plantel. A ellos, hay que sumar a Edouard Mendy, Thiago Silva y Ben Chilwell. Llegaron refuerzos en cada línea, paliando déficits del equipo y despertando un interés perdido por el proyecto de los londinenses.

Ahora, todo se ha aderezado de presión en este curso. A Lampard ya se le acabaron las excusas con tal grupo de trabajo a su disposición. No existen fisuras si nos paramos a analizar puesto por puesto. Pero, a pesar del abanico tan amplio, conseguir encajar el puzzle está siendo un auténtico quebradero de cabeza. Es difícil confeccionar un once donde tengan cabida los anteriormente mencionados con fichas insustituibles como N’Golo Kanté, Mason Mount o la figura del punta, representada en una rotación ya asumida entre Tammy Abraham y Olivier Giroud.

Frank ha probado de todo en materia de dibujos. 3-4-2-1 con carrileros altísimos y bien abiertos, presencia interior para Mount o Havertz y un doble pivote más rígido; 4-2-3-1 con extremos como Pulisic y Hudson-Odoi fijando fuera y un mediapunta menos móvil más enfocado en la finalización; 4-3-3 con Ziyech y Werner partiendo de la cal para trazar la diagonal hacia adentro, dos interiores con roles diferentes (Kovacic-Mount) y los laterales dando la amplitud. Además, un 4-1-4-1 con Jorginho como sostén y Havertz-Mount a la misma altura que los extremos… Una continua agitación del árbol que, lejos de ser una adaptación al rival o al transcurso de los encuentros, se realiza por la intensa búsqueda de un esquema que consiga ensamblarlo todo con coherencia y efectividad.

Las certezas este curso están llegando en la línea defensiva. Mendy ha conseguido darle a la portería la fiabilidad que Kepa Arrizabalaga había hecho añicos. El guardameta francés suma puertas a cero con una notable capacidad para transmitir seguridad en sus acciones gracias a un nivel de concentración altísimo. Lo mismo pasa con la presencia de Thiago Silva en el corazón de la primera línea. Tras completar un sensacional último tramo del curso pasado con el PSG, parecía que poco más le quedaba por dar al internacional brasileño. No obstante, ha callado la boca de propios y extraños que dudaban que, a su edad, pudiera ser el líder de una zaga necesitada justo de lo que él rebosa, experiencia y jerarquía. El central está permitiendo al Chelsea mejorar en sus prestaciones en área propia.

Y el último intérprete de la mejoría en defensa es Ben Chilwell. Existe un antes y un después en el lateral izquierdo porque Marcos Alonso y Emerson Palmieri, como ya ocurrió con Maurizio Sarri, se quedaron muy cortos para las exigencias del modelo. Con el inglés, hay opciones en los ataques posiciónales, amplitud constante, mayor entendimiento del juego y una gran sinergia con Timo Werner en banda izquierda.

Con la casa empezada por el lugar que corresponde, los dolores de cabeza de Frank Lampard han llegado de medio campo en adelante. Un pivote y un delantero. Esos dos puestos son inamovibles. Lo demás es todo modificación constante, y Kai Havertz lo ejemplifica. El ex del Bayer Leverkusen ha jugado en cuatro puestos diferentes sin encontrar el impacto deseado para el colectivo. Ha sido un proceso de adaptación lógico por el salto que ha dado, pero las dificultades se elevan cuando hay que encontrarle a todos sus mejores hábitats. Porque, lesiones aparte, cuando Hakim Ziyech ha sido de la partida, también han surgido conflictos tácticos. Si el marroquí parte desde la derecha, su naturaleza le lleva a pisar carril central. Ahí acapara balón y zona con un Mount que tiene la necesidad de entrar en contacto permanente. Estas son dudas posicionales que han llevado al Chelsea a ser un equipo gris y predecible en su juego durante muchos tramos del curso. Hay perfiles diferentes, pero repetidos en cuanto a espíritu.

Los Blues tienen una plantilla que cuenta con muchas piezas que piden el balón al pie, que causan gran acumulación por dentro y poca creatividad cuando el adversario le cede la posesión. Sin mostrar aún su mejor versión, podríamos señalar como nota positiva a Timo Werner, porque al punta sí que le han diseñado un escenario particular para que su juego se desarrolle de forma similar a la que tenía en el Leipzig. Con un nueve de referencia por delante y partiendo desde el sector izquierdo, el alemán está asumiendo mucha de la responsabilidad en el juego ofensivo. Traza permanentes diagonales atacando el pico del área, conducciones larguísimas para comandar las transiciones y muestra voracidad para intentar siempre la finalización de las jugadas.

Lo que parecía iba a ser un Chelsea estelar con balón, que aunaría talento arriba y sería un equipo en constante producción de ocasiones, se ha convertido, de momento, en un conjunto que está apoyándose en el buen hacer de su sistema defensivo para ir ganando tiempo. Con esto, Frank Lampard esta consiguiendo oxígeno hasta que el modelo haga convivir a la nueva colección de cromos. Le falta mucho camino a los londinenses.

Por: Pakillo Mariscal

Picture of Francisco Mariscal
Francisco Mariscal
Periodista deportivo y Analista táctico. Entusiasta de encontrar los porqués del juego. Cualquier estilo es válido e igual de interesante, pero dame siempre a un enganche y dos extremos.

También lee: