Francia 1-0 Alemania: Angustia emocional

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Jugar contra la Francia de Didier Deschamps es enfrentarse a los miedos y las inseguridades de uno mismo. Es dar todo para acabar llevándote nada. Es enfrentarte a un equipo que no solo disfruta estar arrinconado sino que hace de ello su mayor fortaleza. Es temer cada pérdida ante la velocidad de Kylian Mbappé a campo abierto, pero también el tener que exponerte sin dilación para superar un bloque que cuenta con piezas como N´Golo Kanté o Raphael Varane. Al fin y al cabo, jugar contra Francia es una buena metáfora de la vida humana, porque por mucho que golpees siempre sabes que te la va a devolver más fuerte.

De primeras, Francia decidió esperar y ceder la iniciativa, por más que esto sea una trampa que le hacen creer al mundo entero, pues la iniciativa siempre la tienen ellos a dos pases de salir en transición con Mbappé a campo abierto. Alemania, con Joshua Kimmich alejado del carril central, contaba con Kroos y Gundogan a un buen nivel dirigiendo las posesiones, pero faltó más creatividad y desborde en el tercio final del campo, donde solo Kai Havertz a partir de su posicionamiento abriendo línea de pase y girando dio soluciones.

El bloque francés tampoco era extremadamente sólido, pues descolgaba bastante al tridente de ataque y el posicionamiento de Paul Pogba era mejorable, abriendo siempre una grieta a los costados de Kanté, aunque el jugador del Chelsea estuvo inmenso apareciendo en coberturas y negando cualquier avance alemán por carril central. La selección dirigida por Joachim Low se tenía que exponer de cara a superar el bloque rival, dejando espacios a su espalda que acabarían siendo mortales.

Pogba es un jugador muy irregular, no ya solo dentro del día a día liguero, sino dentro de los propios partidos, pero es ponerse la camiseta de su selección y dejar partidos para el recuerdo. Ya hace tres años en Rusia fue uno de los mejores jugadores del Mundial, y hoy completó una exhibición lanzando a Mbappé al espacio. Su precisión ahí es inhumana, arma el golpeo rapidísimo, y con el del PSG rompiendo a campo abierto, la conexión es un alma mortal. Precisamente de Pogba es el pase de la acción que acabaría con el gol en propia de Hummels, pero pudo haber varios más así.

Con ventaja en el marcador, Francia perdió altura defensiva sin esto suponer un paso atrás, pues defendieron mejor y siguieron sumando salidas. Antoine Griezmann dejó un partido sacrificadísimo sin balón, en ocasiones haciendo el recorrido hasta la línea de fondo propia persiguiendo a Robin Gosens, mientras Raphael Varane fue una muralla protegiendo el área y apareciendo en coberturas a sus compañeros. La selección germana mejoró a medida que Kroos ganó peso en el partido, sumando mucho asociativamente, pero siempre dieron la sensación de estar lejos de poder marcar.

Mientras tanto, Mbappé les hacía temblar cada vez que perdían la posesión, ofreciendo salidas a campo abierto en una muestra de superioridad increíble. Lo suyo es de una autosuficiencia que asusta. Sin ser su mejor partido, Francia superó con claridad a Alemania, y deja en el aire la pregunta de si es posible vencerles. Porque por mucho que lo intentes, ellos siempre golpearán más fuerte.

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Hugo Marugan
Fútbol. Para disfrutarlo, para aprender y para contarlo.

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