La tarde de Wembley sirvió para poner fin a varias cosas: La racha de derrotas inglesas ante Alemania, a quien no vencían desde que lo hicieran en la final de la Copa del Mundo en 1966, la participación germana en esta Eurocopa y la etapa de Joachim Löw al frente de la selección. Como siempre, cuando algo acaba algo inicia, y este partido quieren los ingleses que sea el posible comienzo de algo mayor. La selección de Southgate no maravilla, tiene problemas claros y prescinde del talento, pero se ha plantado en cuartos de final sin recibir un solo gol. Traer a casa la primera Eurocopa de su historia, el objetivo de todo un país.
Sin Mason Mount, Phil Foden, Jadon Sancho, Jack Grealish, Marcus Rashford… Southgate prescindió de varios de sus jugadores más talentosos y decidió cambiar el esquema, volviendo a los tres centrales con los que fue semifinalista del Mundial en Rusia y emparejando el sistema habitual alemán. De tal manera, el escenario del partido fue uno en el que se presentaban continuos duelos individuales, con los propias sistemas invitando a ello pues cada uno emparejaba con su par. Teniendo esto en cuenta, fue Alemania quien lo entendió mejor.
«Kai Havertz fue el hombre más inteligente sobre el césped, detectando fallos rivales y ofreciéndose para permitir avanzar»
Inglaterra perseguía individualmente, pero solo hasta cierto punto. Por ejemplo, si Kai Havertz bajaba a mediocampo a recibir, Maguire no saltaba sobre él y jugaba libre. Si Kroos bajaba a primera línea a recibir, Kalvin Phillips no saltaba tanto y le dejaba libre. Inglaterra tenía problemas a la hora de calibrar esto, pues daban tiempo y espacio al lanzador y su línea defensiva no estaba del todo atenta defendiendo a campo abierto. La llave para los de Löw, se encontraba en los descensos de Müller sacando a Stones de posición para luego lanzar a Werner a campo abierto a ese espacio liberado, pero Thomas completó uno de los peores partidos que se le recuerdan. Alemania tenía la llave, pero le faltaba concretar.
Por parte inglesa, las dificultades para salir eran palpables. La Eurocopa de Harry Kane sigue estando por debajo de las expectativas, y no se trata únicamente de un tema de estar más o menos acertado de cara a puerta. Harry lleva años en el Tottenham siendo el faro ofensivo gracias a su brutal juego en apoyo, pero con la selección no se le está viendo esa faceta. Contra Alemania, apenas 15 pases completados en 20 intentos.
De cara a confundir los emparejamientos por sector alemanes, Inglaterra probó dos variantes interesantes. Una, con Kalvin Phillips lateralizando su posición en derecha mientras Walker ocupaba la base de la jugada. La otra, con Bukayo Saka fijando abierto y Trippier apareciendo en zonas intermedias. Gracias a estos intercambios, las marcas alemanas quedaban desorientadas e Inglaterra avanzaba, pero en el tercio final todo eran precipitaciones y malas decisiones.
El segundo tiempo seguía los mismos derroteros, con Alemania acercándose más al gol aprovechando esas desventajas comentadas del planteamiento defensivo inglés, además de los problemas de Rice y Phillips cerrando su zona. A partir de Kai Havertz ofreciéndose y girando, la capacidad asociativa de Kroos, y la interpretación de los espacios de Goretzka para llegar desde atrás, Alemania empujaba en busca del gol. Las grandes actuaciones defensivas de Harry Maguire y Kyle Walker, más las intervenciones de Jordan Pickford bajo palos, claves para explicar la portería a cero.
«Jack Grealish revolucionó el partido. Aportó la pausa en un escenario donde todos corrían»
A la primera que Southgate metió a uno de los talentosos en el campo, le sirvió para revolucionar el partido. Grealish, tal como se ve en la acción del 1-0, aportó esa pausa clave para abrir a Luke Shaw y que este asistiera a Sterling en el área. Raheem llevaba todo el partido buscando producir por insistencia, pero no fue hasta que entró alguien que diera sentido a las posesiones, que pudo reflejar su impacto en el marcador. Con los teutones todavía noqueados por el primer gol y la clarísima ocasión fallada por Müller para el empate, llegó un segundo gol que les enterró del todo las esperanzas.
Alemania no golpeó cuando tenía el partido favorable, y acabó pagando con el problema consistente en los últimos años de Löw, la transición defensiva, quedando de nuevo en evidencia. El glorioso ciclo Alemania-Löw, que les llevó a conquistar el mundo, llegó a su fin en una tarde londinense. A Joachim le ha pasado un poco aquello de lo que advertía Harvey Dent en The Dark Knight, «O mueres como un héroe, o vives lo suficiente para verte convertido en el villano». A Löw se le alargó de más su ciclo, y ahora, tal como hizo en el Bayern Múnich, le toca a Hans-Dieter Flick levantar un proyecto que se encuentra dormido.