السلام عليكم! طيب؟ (As-salamu alaykum! Tayeeb?) Espero que estés muy bien hoy. La semana pasada estuvimos hablando sobre todo lo referente al futbol de clubes de Qatar. Ahí vimos que Qatar comenzó a sonar en el futbol mundial cuando llegaron las contrataciones de peso con esos 10 millones de dólares. Es momento de tocar este tema sensible, quizá más de lo que pareciera ser.
Recomendación musical 1
Te hemos dicho que los qataríes son muy celosos con su música y sus tradiciones, ¿pero sabías que hay rock en Qatar? Te presento a Nasser Mestarihi (ناصر المستريحي). Se trata del primer qatarí que lanza un álbum fuera de su país. Con influencias de Guns ‘n Roses, Eddie van Halen y Jimmy Hendrix. Es autodidacta, a tal punto que se aburrió cuando fue a una escuela de música. Él mismo compone su música y está muy al pendiente de todo momento del proceso de grabación. Ha lanzado tres discos, y ahora vive en Dubái. Esta es una canción que hizo con el baterista sudafricano Cobus. Se llama Prevail, y es original.
Advertencia: Entendemos que es un tema muy polémico y hemos intentado abordarlo de la manera más imparcial posible. Como parte de esta guía, hemos intentado hablar sobre el futbol desde todas las aristas, incluso las más incómodas. Queremos traerte Qatar tal cual es, sin eufemismos que podrían distorsionar la realidad. En Editorial Puskás nos regimos por la verdad y ocultarla no es ético. No todo será de manera inquisidora. Hemos empezado de manera estricta, pero también hablaremos de las cuestiones positivas que hay. ¡Gracias por tu paciencia!
Vamos al tema de hoy
Derechos humanos: el lastre de Qatar como organizador
2 de diciembre de 2020. Tras la victoria en la votación para la sede del mundial 2022, tardó más el viaje de la delegación de Qatar de Zúrich a Doha que en que empezaran las acusaciones de compra de votos. Es que Qatar es un país sin respeto a los derechos humanos, es que Qatar discrimina a la comunidad LGBT, es que en Qatar hay machismo que se mira en el trato cotidiano de la mujer… El escándalo del FIFAGate de hecho acabó por ahora con la carrera de 11 de 22 directivos de la FIFA en esa votación por acusaciones de corrupción, como por ejemplo el ex presidente de la Concacaf, el trinitario Jack Warner (más información aquí).
Durante estos casi 12 años que llevamos preparándonos, varios países han externado sus preocupaciones. Conforme se llevaban a cabo los trabajos de construcción de toda la infraestructura para el Mundial de 2022, las reclamaciones alcanzaron a la condición infrahumana de los trabajadores del subcontinente indio. Según un reporte de The Guardian, alrededor de 6.500 migrantes perdieron la vida debido a circunstancias más allá de los accidentes, como golpes de calor al trabajar a temperaturas mayores de 35°C de sol a sol.
La selección de Noruega fue la primera en protestar; posó para una foto con camisetas con la leyenda “Human Rights On and Off the Pitch” (Derechos humanos dentro y fuera del campo) antes del partido de clasificación contra Gibraltar. Alemania le hizo segunda a los pocos días antes de su encuentro contra Islandia. Esto fue bajo la presión del futuro canciller Olaf Scholz, líder del Partido Social Demócrata. Países Bajos le siguió a su vez cuando se iba a enfrentar a Letonia. Para ellos no es nuevo; por ejemplo, Johann Cruyff se negó a viajar al mundial de Argentina 1978 porque eso significaría apoyar a la junta militar de Videla (más información aquí). Surgieron voces para boicotear ese mundial en junio de 2021. Al final, no prosperó esto.
Sin embargo, la presidente de la Federación de Futbol de Noruega, Lise Klaveness, tuvo la valentía de decir un discurso sobre Derechos Humanos en Doha, durante el Congreso de la FIFA un día antes del sorteo del mundial. A esto le sumamos que el simple hecho de ir a Qatar era temerario: al estar ella casada con una mujer, arriesgaba a una pena de siete años de cárcel. Esto le valió recibir el premio honorario de la fundación Fritz Ord. Pero no fue de casualidad si vemos la carrera de Klaveness: mediocampista y delantera de la selección nórdica, ella es abogada, ha formado parte del comité de administración del sindicato de futbolistas de Noruega, ha sido juez y se especializa en derecho laboral, conciliación y arbitraje.
Qatar tiene un historial de empleo de extranjeros en todos sentidos, y esto es de lo que hablaremos hoy, en su arista con el futbol.
Historia de la esclavitud en Qatar
Hay un lugar que tal vez no resalte en tu guía de viajes en caso de que vayas a Qatar. Msheireb (مشيرب) está a unos pasos del cautivador Souq Waqif (سوق واقف) y tiene todos los museos. Uno de ellos es la antigua casa bin Jelmood (بيت بن جلمود), una casa que se descubrió en las obras de remodelación de Msheireb. Es un museo único en todo el mundo árabe. Aquí se habla sin ambages sobre la esclavitud de Qatar. Mientras en el mundo se pretende ocultar las páginas negras del pasado y pretender que nada pasó (como el genocidio armenio en países túrquicos, más información aquí), Qatar está dispuesto a ver el elefante en el bazar, cuando la esclavitud sigue siendo un tabú entre sus vecinos. Esta casa le pertenecía a un esclavista saudita llamado bin Jelmood que servía para casa y tienda de esclavos que traía desde las costas africanas.
La esclavitud es tan antigua como la humanidad. La han ejercido desde los chinos hasta los otomanos, pasando por griegos y romanos. El Golfo Pérsico era un punto concurrido dentro de las principales rutas del comercio con Arabia, Persia e India, por lo que parte de las transacciones involucraba la presencia de esclavos. Los esclavos en Qatar procedían del este de África, como la isla de Zanzíbar (aquí puedes ver más información de su futbol), de Abisinia (actualmente Etiopía) y la región del Alto Nilo (actualmente Sudán del Sur).
¿Cuál era el precio que pagaban por ellos? A veces dinero, otras veces artículos como arroz, azúcar, sal, granos y cualquier otro bien que fuera escaso. Claro, estamos hablando de un lujo en un terreno yermo; aun así, valían menos que un hombre libre. Sus destinos normalmente eran los barcos perleros y los plantíos de dátiles. En el caso de las mujeres, se dedicaban a las actividades del hogar a partir de que llegaban a los 15 años. A cambio, no recibían más pago que un techo, comida y ropa. Eran meros objetos para sus amos, perdían sus derechos como una vida digna. Un trato justo o deplorable estaba simplemente a merced de su amo. En general estaban bien alimentados; si estaban en buena forma, eso significaba una mayor riqueza y la posibilidad de contratar más esclavos. En la clase media, el esclavo terminaba siendo parte de la familia.
Quienes peor vida tenían eran los esclavos de las tribus beduinas. Acostumbradas a guerrear entre sí, los esclavos de los vencidos pasaban a las posesiones de los vencedores. Su vida social era dada por su amo. No tenían derecho ni de casarse, y la única manera de tener descendencia era si se apiadaban de él y le compraban una esclava más.
El imperio británico abolió la esclavitud en India en 1843, y esto chocó con la realidad de Qatar. Parte de las prerrogativas que exigía el Reino Unido era en nombre del derecho de los esclavos. En realidad, no era filantropía; simplemente era un punto de presión para ganar el mejor tratado posible. Esta era la salida para los esclavos qataríes. Veían la oportunidad de huir nadando hacia las islas Hawar, de Bahréin. Ahí de inmediato acudían a la Oficina Política Británica y firmaban un documento que les decían que eran hombres libres. A pesar de la brutalidad, había veces que preferían quedarse; si obtenían la manumisión, tendrían que arreglárselas por su cuenta y en tales condiciones hostiles de vida era difícil sobrevivir.
Según un censo a principios del siglo XX, la población en Qatar era de 27.000 habitantes, 6.500 de los cuales eran de raza negra. Esto nos indica que uno de cada seis qataríes era descendiente de esclavos. Había una situación, donde a los hijos de madres negras se les decía “wlid abdi” (وليد عبدي), hijo de esclava. Otros más afortunados tenían un amo bueno, que les dejaba también parte de la herencia. El hijo de uno de ellos, por ejemplo, llegó a ser regente de Doha. No era tan generalizado, pero se puede inferir que la esclavitud comenzó a menguar cuando se descubrió el petróleo.
Finalmente, el 10 de abril de 1952, el jeque Ali bin Abdullah (شيخ علي بن عبد الله) promulgó un decreto donde se abolía la esclavitud en el Protectorado de Qatar.
Kafala: la esclavitud con patrocinio
El sistema jurídico de Qatar está dominado por la sharia, o ley islámica (más información sobre la influencia del islam en el futbol la puedes encontrar aquí). Entre ellas se encuentra lo referente a la adopción. En países árabes no se permite adoptar niños, pero está muy bien visto hacerte cargo de él. Esto es la kafala (كفالة), palabra árabe que quiere decir “patrocinio”. Hablando de niños, en 2005 se prohibió que ellos fueran los jinetes de carreras de camellos, reemplazándolos por robots.
Esto se extrapoló a otras corrientes, como lo referente al trabajo de migrantes en los Países del Golfo Pérsico, Arabia Saudita y Líbano. Esta es la razón detrás de todos los abusos laborales en la sociedad qatarí hasta hace poco. Las condiciones de vivienda eran por demás deplorables, con 12 trabajadores viviendo en un cuarto, a veces sin comida y sin una paga decente. Se les confiscaba su pasaporte y otros documentos migratorios. Desde el 2002, Qatar tenía una Comisión Nacional de Derechos Humanos… que servía para absolutamente nada.
Los migrantes de países como India, Nepal, Pakistán, Bangladesh, Sri Lanka y Nepal estaban hechos para el trabajo pesado, como albañilería, muelles, limpiavidrios, limpiaplatos, limpieza, guardias de seguridad. También aquí entraban a escena las mujeres del sureste de Asia, en especial Filipinas, que eran mucamas, niñeras, enfermeras u otras ocupaciones relativas a los hogares. En todos los casos era lo mismo: pasaban a ser propiedad del empleador qatarí. La ley establecía antes que era obligatorio el permiso del patrón para cambiar de trabajo o incluso para abandonar Qatar. Había jefes abusivos que les retrasaban los salarios o de plano no se los pagaban; tenían peor destino si se atrevían a hablar públicamente de esos abusos.
Los migrantes altamente calificados tampoco quedaban exentos, y escuchabas historias de los infiernos que pasaban para abandonar su antiguo trabajo. Ellos procedían de países como Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea. Una vez que acababan su relación laboral, les podían negar el permiso en el último minuto (llamado Certificado de No Objeción), perdiendo así la posibilidad de cambiar de compañía en el mejor de los casos durante dos años. Cuando las cosas se complicaban, era una manera de extorsión para obtener todavía más dinero del trabajador. Por ejemplo, les hacían firmar documentos donde renunciaban a una parte del salario que se les debía para que se les regresara el pasaporte.
Con todo esto, ¿cómo es el uso de extranjeros en el futbol qatarí?
Llegada de extranjeros a la liga qatarí
Primero que nada, hay que establecer que Qatar es un país formado por extranjeros. De acuerdo con censos modernos, las personas no nacidas en Qatar ascienden hasta 88%. Ni siquiera se puede hablar de un qatarí puro. La diversidad de la población local tiene colores diversos de pieles porque su historia va de la mano con la historia de Asia Occidental. El qatarí puede tener ancestros africanos, árabes, persas y/o indios.
Con este contexto, ya podemos proseguir. Vayamos al 2003. En ese momento, la Federación Qatarí de Futbol pretendió conquistar el mundo a punta de billetazos, y quiso emular a ligas como Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos que poco a poco acaparaban los reflectores. A cada uno de los 10 equipos de la Q-League les dio un presupuesto de 10 millones de euros. A corto plazo funcionó. Llegaron ex campeones del mundo y estrellas que buscaban un retiro en paz ganando sueldos de escándalos.
¿Quiénes regalaron destellos aquí? Nigel de Jong, Gabriel Batistuta, Raúl González, Pep Guardiola, Frank de Boer, Juninho, Wesley Snijder, Xavi Hernández, Marcel Desailly, Samuel Eto’o y Mario Mandžukić, entre otros.
Para fortalecer la aparición de qataríes, la liga tiene la regla de cinco extranjeros. Uno tiene que ser forzosamente de un país miembro de la Unión Árabe, otro debe ser de algún país asiático y el resto es procedencia libre. De 2016 a 2019 Qatar fue el solaz para futbolistas de Yemen. En un país golpeado por la guerra civil les permitieron a los equipos de la Qatar Stars League fichar a un jugador yemení para que ellos no perdieran ritmo.
¿Ha habido casos de abusos laborales a futbolistas? No sería descabellado pensarlo, pero esto sería un suicidio para el equipo que los contrata. Si cuidan de su poder humano, ellos les pueden responder en la cancha, y los sueldos son considerablemente más altos que incluso las ligas más fuertes de Europa.
Extranjeros que han llegado a la selección de Qatar
Cuando todavía no estaba fuerte el nivel de la selección, la Federación de Qatar comenzó a naturalizar jugadores al vapor. La FIFA les puso la mira en 2004 cuando tres jugadores brasileños (Aílton, Dedé y Leandro) expresaron su deseo de jugar para Qatar. Era un intento de comprar jugadores y así incrementar sus posibilidades. Les daban la ciudadanía, un millón de euros para empezar y 400.000 euros cada año que jugaran para ellos.
La FIFA se dio cuenta y paró la movida. Ese fue el criterio para endurecer los criterios de naturalización: debían tener padres o abuelos del país en cuestión (ius sanguinis) y residir en el país cuando menos cinco años (ius soli). Recientemente se ha incorporado el criterio de alguna conexión genuina con el país (ius nexi). Esto lo aprovechó Países Bajos para usar jugadores de origen surinamés (más información, aquí). En cierta manera, recuerda al escándalo que tuvo el futbol de Timor Oriental (más información, aquí).
Lo que ignoraba la FIFA es que Qatar llevaba haciendo esto desde el año 1997 cuando llegó el primer naturalizado. Se trata de Abdullah Koni, que alineó para un partido contra China en las eliminatorias para Francia 1998. Él nació en Senegal, pero se mudó a Qatar de niño, y se enroló con al-Sadd desde los 11 años. Hasta ese episodio de naturalización paga en 2004, Qatar se fijaba en jugadores que venían de los diversos países árabes y de África.
Hasta la fecha, 58 jugadores nacidos fuera han jugado cuando menos un partido con la casaca de Qatar. En esta lista encontrarás a los más decisivos:
Nombre | País de origen | Posición |
Wesam Rizik (وسام رزق) | Kuwait | Mediocampista |
Sebastián Soria | Uruguay | Delantero |
Sayed Ali Bechir (سيد علي البشير) | Mauritania | Delantero |
Qasem Burhan (قاسم برهان) | Senegal | Portero |
Ibrahim Majid (إبراهيم ماجد) | Kuwait | Defensa |
Karim Boudiaf (كريم بوضياف) | Francia | Medio |
Boualem Khoukhi (بوعلام خوخي) | Argelia | Defensa |
Mohammed Kasola | Ghana | Defensa |
Pedro Miguel (Rô-Rô) | Portugal | Defensa |
Saad al-Shammari (سعد الشمري) | Arabia Saudita | Defensa |
El hándbol y el orgullo de Jorge Fossati
En 2015, Qatar fue sede del mundial de hándbol. Tuvo una gran participación al llegar a la final y caer con Francia. Previamente se había cargado a Brasil, Austria, Alemania y Polonia. Si has seguido este deporte, sabes que es muy complicado llegar a estas instancias si no eres país europeo. Pues la polémica surgió cuando solamente cuatro jugadores de 17 habían nacido en Qatar. El resto procedía de diversos países árabes (Túnez, Egipto, Siria), Cuba, Francia, España y los Balcanes. Uno de ellos, Danijel Šarić, ya había representado a Serbia y Montenegro y Bosnia-Herzegovina (en futbol se ha dado este caso en, por ejemplo, Daniel “el Ruso” Brailovsky. Aquí puedes ver su historia). Aprovecharon un vacío legal de la Federación Internacional de Hándbol que decía que podían cambiar de selección siempre y cuando hubiesen pasado tres años sin disputar un partido internacional.
Dos meses después, Qatar enfrentó a Argelia en un amistoso. Ganó 1-0. Tras la victoria, la FIFA dijo que los tenía en la mira por la alta cantidad de naturalizados. Blatter había estado muy al pendiente de ese equipo extranjero plata en hándbol cuyo único mérito fue fichar a cuanto extranjero se dejó. En esta ocasión, Qatar usó prácticamente una selección resto del mundo: Amine Lecomte (Francia), Abdulraham Abubakar (عبد الرحمن أبو بكر | Arabia Saudita), Mohamed Kasola (Ghana), Tresor Kangambu (República Democrática del Congo), Ali Assadalla (علي أسد الله | Bahréin), Karim Boudiaf (Francia), Ahmed Abdul Masouq (أحمد عبد المقصود | Egipto), Ismail Mardanil (اسماعيل ماردنلي | Siria), Mohamed Muntari (Ghana), Magid Mohamed (ماجد محمد | Sudán), Hussain Shehab (حسين شهاب | Irak), Mosaab Mahmoud (مصعب محمود | Sudán) y Yusef Ahmed (يوسف أحمد | Arabia Saudita). Más de la mitad de la alineación inicial era no qatarí. Recuerda bastante a los problemas que tuvo Guinea Ecuatorial en su momento (más información, aquí).
Por más que querían, no podían, por lo menos para las eliminatorias a Rusia. El componente extranjero era la columna vertebral del DT Jorge Fossati. En un partido en China a finales del 2016, siguió usando sus seis naturalizados y la FIFA les advirtió que no lo hicieran más so pena de sanciones, como pérdida de puntos. Esto preocupó mucho al entrenador uruguayo, quien amenazó con renunciar si no les dejaban emplear naturalizados.
Félix Sánchez Bas: ¿dejando de lado los extranjeros?
De todas maneras, esto sentó un precedente y esta camada extranjera comenzó a disminuir, cuando Qatar empezó a confiar más en su talento local. La Aspire Academy empezaba a cosechar sus frutos y Jorge Fossati fue sustituido por un director técnico formado ahí: el español Félix Sánchez Bas. A decir verdad, era un movimiento esperado. Él estuvo desde 2006 y lo nombraron gerente de la selección sub-19 en 2013, con la que ganó el campeonato de la AFC al año siguiente. Y además le fue muy bien con sub-20 y sub-23.
Este proceso natural le permitía contar con una base forjada en la Aspire Academy. A finales de 2018, Qatar fue a Suiza y triunfó en amistoso. Ahora solamente había dos jugadores extranjeros en su plantilla: Rô-Rô (Portugal), y Almoez Ali (المعز علي | Sudán). Los demás, hechos en Qatar. El resto es historia. Ganaron su Copa Asiática, participaron en Copa América, llegaron a semifinales de Copa Oro. Por lo menos no pueden decir que no están preparados, y ahora no usan jugadores naturalizados.
¿Pero es esto verdad? Aspire Academy tiene un proyecto llamado Aspire Football Dreams que recluta a niños de países africanos, les da formación, les da cobijo, les da nutrición, les pule la técnica. En apariencia es un esfuerzo humanitario de la Qatar Foundation para mejorar la calidad de vida de otros países, construyendo así un sparring de respeto para los qataríes que se preparan aquí. Algunos críticos dicen que en realidad es un sistema kafala disfrazado, porque la Federación de Qatar puede naturalizar a los mejores de esos talentos. Esto, claramente, no está demostrado.
De qué manera Qatar está yendo hacia el respeto de los derechos humanos
Qatar ha respondido a estas presiones para mejorar las condiciones de trabajadores. Ya se había avanzado en la construcción de un suburbio especial para trabajadores migrantes, tomando como lección el “campamento de Dubái”, pero faltaba dar un golpe sobre la mesa. La kafala está cambiando poco a poco. En 2016 llegaron las primeras reformas al sistema laboral. 2020 fue el año donde cayó oficialmente el permiso obligatorio de salida; ya no había que presentar el Certificado de No Objeción para cambiar de trabajo y/o salir de Qatar. El gobierno destinó alrededor de 824 millones de dólares para que las empresas pagaran los sueldos durante la pandemia por COVID-19. Más tarde en ese año, subió el salario mínimo de 750 a 1.000 riales qataríes (275 dólares) para todos los trabajadores sin excepción.
Hay reportes donde estas medidas son todavía insuficientes para garantizar una vida digna; queda pendiente por ejemplo la situación de las empleadas domésticas que no tienen un contrato firmado en la mayoría de casos. También expertos dicen que ese museo de la casa bin-Jelmood es una manera de tapar el sol con un dedo; alteran la narrativa a conveniencia, exageran las excepciones de esclavitud, o suavizan las penurias que pasaron los esclavos. De pronto este museo es un arma para mejorar la percepción del país, pero de dientes para afuera. No obstante, la Organización Internacional del Trabajo ha dicho que Qatar es el alumno más avanzado de la región.
No es para menos. Esto es parte de las iniciativas para el plan Qatar National Vision 2030. Tenemos un país que se debate entre las tradiciones y la vida cosmopolita. Qatar es país de extranjeros, sea una procedencia explícita o implícita. Para bien o para mal son la fuerza que mueve al país. La apuesta está en dejar de usar las rueditas de la bicicleta para tener un proyecto rentable hecho en Qatar. El futbol está haciendo su parte.
Fuentes
Amnistía Internacional. Reporte Qatar 2021. Fecha desconocida
Centro de Información sobre Empresas y Derechos Humanos. Labour rights and the Qatar World Cup 2022. Fecha desconocida
Christenson, Marcus. Norway players take human rights stand before World Cup qualifier. The Guardian. 25 de marzo de 2021
Reuters. Germany players add support over human rights before Qatar World Cup. The Guardian. 26 de marzo de 2021
McVitie, Peter. Netherlands join Germany & Norway in making Qatar human rights protest prior to World Cup qualifier. Goal.com. 27 de marzo de 2021
Kooy, Jan. Dutch and Belgian Sportswriters Say: “No More Qatar”. Human Rights Watch. 10 de junio de 2022
al-Jazeera. Qatar’s human rights record takes centre stage at FIFA Congress. 31 de marzo de 2022
al-Mulla, Mariam Ibrahim. History of Slaves in Qatar: Social Reality and Contemporary Political Vision. Journal of History Culture and Art Research (2017). Revista 6, Volumen 4. pp. 85-111
Whitley, David. In Doha, Qatar, a museum about the history of slavery can be unsettling. Traveller. 26 de febrero de 2020
EFE. Ailton, Leandro y Dedé obtendrán la nacionalidad qatarí. elmundo.es. 8 de marzo de 2004
Oonk, Gijsbert. Who May Represent the Country? Football, Citizenship, Migration, and National Identity at the FIFA World Cup. The International Journal of the History of Sport. 2020. Volumen 37. pp. 1046-1065
Dupré, Rémi. World Cup 2022 in Qatar: Amnesty International uncovers FIFA’s responsibility in human rights violations. Le Monde. 19 de mayo de 2022
El mundial de Qatar es la motivación que necesitaban para cambiar muchas cosas que no les favorecían. El deporte les está dando la oportunidad de cambiar una percepción negativa en ese sentido. Ya vienen los cambios internos, ¿pero te has dado cuenta de que en las relaciones internacionales la pelota ha dado ventajas nada desdeñables? Tienen un club que ha alineado a Neymar y Messi, sobrevivieron a un bloqueo comercial de todos sus vecinos, sometieron a un equipo todopoderoso para hacerse respetar. El futbol es un arma diplomática. Eso lo veremos en la siguiente semana.
Recomendación musical 2
Hay grupos que escapan a toda clasificación. Producen un sonido tan inédito que comienzan un nuevo género. Este es el caso de Dead Can Dance, un dueto formado por el inglés Brendan Perry y la australiana Lisa Gerrard. Si te suena el segundo nombre, no estás loco. Ella fue la que participó en el soundtrack de la película Gladiador. Dead can Dance combina ritmos de todo el mundo, desde la polifonía gregoriana hasta los polirritmos africanos. Esta canción tiene todo un sabor de caravana por el desierto y un oasis que nos espera para recargar energías. Se llama Rakim (رقيم). Sí, aparece el yangqin de China y Bután, y las palabras son canalizadas desde el interior de Brendan, ¿pero qué importa? Esto merece entrar en la guía para el mundial.
Recapitulemos
Las críticas hacia Qatar como organizador del mundial radican en un pobre desempeño de los derechos humanos. En Doha, la casa bin-Jelmood ahora es un museo que crea conciencia sobre la esclavitud. Esta práctica estuvo latente durante mucho tiempo en Qatar, con esclavos del este de África, sobre todo. En el papel, se abolió en 1952, pero en la práctica hay un sistema llamado kafala, que es la causa raíz de abusos laborales: maltratos, condiciones infrahumanas, salarios no pagados… En un contexto en el que los qataríes forman apenas el 12% de la población, ellos tienen una mezcla de diversos orígenes: africanos, árabes, persas e indios. Qatar ha usado extranjeros para realzar la liga y un incidente de “naturalización remunerada” de tres jugadores brasileños provocó que la FIFA endureciera los criterios para jugar por un país u otro. Han jugado un total de 58 extranjeros en la selección qatarí, y en un partido amistoso de 2015 hubo solamente cinco qataríes en la alineación inicial. Esta cifra ha ido bajando gracias a la generación fruto de la Aspire Academy (solamente dos en un partido del 2018). El plan Qatar National Vision 2030 ha traido consigo cambios positivos hacia la situación laboral: ya no hay que esperar a que den permiso de cambiar de trabajo, subió el salario mínimo. Estos esfuerzos han sido reconocidos por la Organización Internacional del Trabajo.
Nos vemos la siguiente. Kamal lil lah! (كمال لي الله!)