«Sexteto de Mogador»: hermanamiento de Marruecos y México a través del futbol

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سلام! لباس؟ (Salam! Labass?) Este es el dariya, el dialecto característico de árabe hablado en Marruecos. Espero que estés muy bien hoy. La semana pasada retomamos nuestro camino a Qatar y nos adentramos al mundo árabe a través de la historia del Atlético Tetuán, el único equipo marroquí en la primera división española. Ahora nos quedamos de nuevo en Marruecos porque esta historia de vidas paralelas me tiene embarbascado (como dice la canción Caballo le dan sabana). Es que en serio, es una historia donde el futbol es apenas un nexo, pero es importante para hablar de esto. En este texto juntaremos a dos países.

Recomendación musical 1

Esta música me acompañó al preparar el texto. En el cuarto de mi hermano (de vacaciones en Querétaro) puse YouTube, escogí un video de tres horas de música árabe para relajarme y concentrarme en la lectura que te platicaré a continuación. Salió esta meditación del instrumento llamado ‘ud, que ya te mencioné la semana pasada. Según Shazam, me dijo que el intérprete es Sufian Bouhrara (سفيان بوحراره), nacido en 1999 en Tánger. Si bien tengo cierta sospecha de que esto no es cierto, puedo quedarme con que sigo teniendo suerte. La canción se llama Arabic Dream.

Vamos al tema de esta semana

Introducción: Semillas de unas disculpas infértiles

Tenía que ir a la Casa del Tíbet. Era la noche del 9 de mayo de 2018. No me costó mucho trabajo llegar; trabajaba en la calle de Mérida, en la colonia Roma. Caminar a Orizaba era cuestión de tres cuadras. Estaba la presentación del libro Memorias del último califa de Bagdad y dentro de los principales promotores se encontraba una asociación donde estuve de voluntario, Proyecto Habesha. Esa era la única razón: consideraban que yo había llegado demasiado lejos pretendiendo a una chica y había causado una pésima sensación. Y mi responsabilidad era ofrecerles disculpas de frente, jamás mediante comunicados virtuales. Es así como encaré a una de estas promotoras al final de la charla. Por supuesto, me escuchó y las aceptó en lo lógico, jamás en lo emocional. No esperaba que mis disculpas causaran un cambio sustancial, sino que al menos fueran vistas con respeto. Fueron disculpas que no satisficieron a nadie; a ellos por mi atrevimiento, a mí por el ostracismo.

Pero curiosamente esa visita infructuosa me dejó una frase que de alguna manera taladró la ansiedad para preparar mis disculpas. Esta frase era: «Marruecos y México son gemelos desde antiguo y sin saberlo». No era del autor del libro presentado, sino de un escritor invitado, Alberto Ruy Sánchez. Fue inevitable poner más atención: «Los mexicanos que de verdad conocemos ese país norafricano nos sentimos más cómodos en él que en España o en el sur de los Estados Unidos. Y a los marroquíes les sucede lo mismo. Entre Marruecos y México hay enormes vidas paralelas que poco a poco van siendo exploradas por escritores, artistas y estudiosos de ambos países. La relación entre estos dos países es una relación sur-sur, no un orientalismo norte-sur. Y eso no puede perderse de vista».

Vayamos ahora a noviembre de 2021, cuando estaba ya preparando los temas para hablar de futbol árabe. Empecé a ver que Marruecos clasificó por primera vez a una copa mundial en la edición de México 1970, donde logró obtener el primer punto en esta competencia para un conjunto africano, y árabe. Tuvo que esperar 16 años para volver a la élite, de nuevo en México. En esa ocasión, volvió a hacer historia para el futbol africano y árabe: no solamente se convirtió en el primer país en superar la fase de grupos, sino en ganar su grupo. En cierta manera, el futbol marroquí le debe mucho a México. Es ahí donde de nuevo las palabras de este escritor resonaron en mi cabeza.

Fue cuando empecé a investigar y vi que Alberto Ruy Sánchez tenía una serie de libros al respecto, todos reunidos en Quinteto de Mogador, publicado por Editorial Alfaguara en 2014 en España, y al año siguiente en México. Tenía que leerlo para darle más cuerpo a este texto. Hacía mucho no me compraba un libro y fui a la discreta librería El Péndulo de Polanco. Tenía que terminarlo antes de publicarlo. ¿Y si se hacía un relato en colaboración con este autor? Es ahí cuando me pasaron el contacto de la persona que coordina sus entrevistas, Diana. A través de ella concertamos una charla por GoogleMeets, que ocurrió el lunes 7 de febrero.

Con este contexto, quiero darte la bienvenida a mi texto más enrevesado. No hay tantos datos ni estadísticas, hay más sentimientos e interpretaciones subjetivas. Esta búsqueda comenzó en diciembre de 2016 al conocer a una chica en un viaje a Cancún, luego inesperadamente dio origen a buscar una reparación de daños en mayo de 2018. Finalmente llegamos a febrero de 2022, cuando el rompecabezas se arma. Es un texto que escribo en un momento donde me he dado cuenta que no he hecho nada malo y donde ya no tengo nada de qué pedir perdón. He escrito a partir de la intuición. El futbol es la puerta de entrada, como siempre, pero el camino es mucho más sinuoso y más sorprendente. Es sensualidad, es la protección divina, es la pasión. Este es un azulejo perdido y por eso he decidido nombrar esta pieza Sexteto de Mogador.

La primera vez de Marruecos: México 1970

Casablanca fue donde se supo el destino marroquí. Así es, esta fue la ciudad donde se llevó a cabo el sorteo de la eliminatoria a tierras mexicanas. En apariencia era simple. 13 equipos se apuntaron, pero en realidad fueron 11 porque las inscripciones de Guinea y Zaire no fueron aceptadas. Ahora, todos los equipos se eliminarían en eliminatorias de ida y vuelta hasta tener un grupo final de tres. Ghana recibiría un pase directo a la segunda ronda por ser el campeón más reciente.

Marruecos venía con ganas de revancha. Se había quedado a las puertas de Chile 1962 al caer en ese repechaje injusto y europeizante con la España de di Stefano. Y en la memoria estaba fresco el boicot africano para Inglaterra 1966 por la dignidad (ya hablé al respecto). ¿La tercera sería la vencida? Por lo pronto, tocaba el primer escollo, Senegal. Costó más de lo pensado en este estadio d’Honneur (ahora estadio Mohammed V) y Marruecos ganó 1-0. La vuelta en Dakar comenzó con vientos favorables, que se transformó en un vendaval de la Teranga. El marcador fue una derrota. Como el marcador estaba empatado, había que disputar un tercer encuentro en una sede neutral. Ambos aceptaron jugar en Las Palmas, más cerca de África que de Europa. El recinto que vio las escuetas glorias de la UD Las Palmas vio a Marruecos solventar la eliminatoria con un 2-0. Primer paso, cumplido.

La siguiente parada era un encuentro norafricano, contra Túnez, que a su vez había eliminado a otro vecino, Argelia. Había un 50% de posibilidades de ver un duelo de poder a poder, y un 50% de posibilidades de que ambos se neutralizaran. Ocurrió lo segundo. Un 0-0 en Túnez fue seguido de un 0-0 en Casablanca. Y de nuevo, un tercer encuentro en sede neutral. Se escogió a Marsella, la capital no oficial del Magreb en Francia. En el pequeño estadio Municipal, marroquíes y tunecinos olvidaron el pudor que implica pelear contra hermanos y salieron por todo. Claro, el recibir un gol tempranero (3’) fue suficiente para que Marruecos abandonara esa especulación. Khanousi marcaría el empate al 27’. Descanso, nada para nadie. Seguía el segundo tiempo y ahora tocaría dar el primer golpe con Jarir (53’). Todo pintaba para llegar a un buen puerto, pero a tres minutos del final Túnez anotó. 2-2. Como quien no quería la cosa, el desempate sería roto por el vuelo de una moneda. En Marruecos, la baraka (بركة) juega un papel clave. Es más que la buena suerte o la acción de la Divina Providencia, es una bendición que el cielo derrama sobre los protegidos. Y la baraka se hizo presente. Marruecos ganó el volado.

En realidad el trance ocurrió únicamente en esas dos series. Como buen equipo destinado a hacer algo, Marruecos fue el único que tuvo que pasar por tres partidos en cada ronda. Nigeria y Sudán aguardaban en su grupo. Todo parecía apuntar a que el cansancio estuviera a flor de piel. Lo que no contaban sus rivales es que Marruecos fue el único también que entendió que la casa se respeta y se centró en ganar ahí, más cuando vio que ellos dos empataron su compromiso en Lagos a cero tantos. Casablanca fue la ciudad donde supo su destino, y Casablanca fue la ciudad donde selló su pasaporte. Esa victoria de 2-1 contra Nigeria fue la mitad de la tarea, y tres goles ante los sudaneses fueron la gloria después de sudar sangre.  ¡Ahora sí, vámonos a México!

África volvía a decir presente en un campeonato mundial. Marruecos tenía esa responsabilidad. A decir verdad, tras bambalinas se había inscrito con letras de oro en la historia, con una marca que luce imposible de batir debido a la manera en la cual el futbol ha mutado. Just Fontaine, autor de esos 13 goles en Suecia 1958, nació en Marrakech. Pero vio la luz cuando Marruecos estaba entre Francia y España. Ahora sí estaban listos para la acción. Al ver al resto de equipos que lograron clasificar, Marruecos se sorprendió con las ausencias de Francia y España, pero puso el grito en el cielo cuando apareció el nombre de Israel, vencedor de Asia. Le comunicó a la FIFA: «Si me toca en el sorteo, me largo». Tomó nota; por esa razón, no logró ir a México dos años atrás para darle su lugar a Ghana en los Juegos Olímpicos. No fue difícil: fue cuestión de enviarla al grupo 4, con Alemania Occidental, Bulgaria y Perú. Todo a jugarse en León.

Para este estreno, Marruecos contrató los servicios de Blagoje Vidinić (Благоје Видинић), antiguo guardameta macedonio que ganó oro en los Olímpicos de Roma 1960. Su 1,98 m de estatura donaban cierta seguridad bajo los tres palos, pero ¿sería capaz de dejar un buen sabor de boca? Por si las dudas, el rey Hasan II estaba moviendo los hilos desde lejos. Él mismo usó el futbol como factor de unidad tras la independencia, fundando la Federación de Futbol en 1958. Y en el banquillo de Vidinić había un teléfono con línea directa a la Dar el-Makhzen (دار المخزن), la residencia oficial del monarca. Para mostrarte qué tan insólitas eran sus peticiones, un botón: «Habéis de practicar con collarines unos minutos, porque vosotros jugáis mucho tiempo viendo los pies en el campo».

Al final, estos fueron los jugadores de la convocatoria:

Número Nombre Posición Equipo
1 Allal Ben Kassou (علال بن قصو) Portero FAR Rabat
2 Abdallah Lamrani (عبد الله العمراني) Defensa FAR Rabat
3 Boujemaâ Benkhrif (بوجمعة بنخريف) Defensa KAC Kénitra
4 Moulay Khanousi (C) (مولاي الخنوسي) Defensa Maghreb de Fes
5 Kacem Slimani (قاسم سليماني) Defensa RS Settat
6 Mohammed Mahroufi (محمد محروفي) Medio Difaâ El Jadida
7 Said Ghandi (سعيد غاندي) Medio Raja Casablanca
8 Driss Bamous (إدريس باموس) Medio FAR Rabat
9 Ahmed Faras (أحمد فرس) Delantero Chabab Mohammedia
10 Mohamed El Filali (محمد الفيلالي) Delantero Mouloudia Oujda
11 Maouhoub Ghazouani (موهوب الغزواني) Medio FAR Rabat
12 Hamid Hazzaz (حميد الهزاز) Portero Maghreb Fes
13 Jilali Fadili (الجيلالي الفاضيلي) Defensa FAR Rabat
14 Mohamed Houmane Jarir (محمد حومان جرير) Delantero Raja Casablanca
15 Hamed Dahane (حامد دحان) Medio Union Sidi Kacem
16 Mustapha Choukri (مصطفى شكري) Medio Raja Casablanca
17 Ahmed Alaoui (أحمد العاوي) Delantero RS Settat
18 Abdelkader El Khiati (عبد القادر الخياطي) Defensa FAR Rabat
19 Abdelkader Ouaraghli (عبد القادر الورياغلي) Portero Wydad Casablanca

Primer partido, y contra Alemania. El historial no despertaba ninguna esperanza: perder 4-1 en Casablanca en 1963 para caer 5-1 en Karlsruhe en 1967 vaticinaban una derrota de igual calibre en sede neutra. Pero desde el seno marroquí algo se cocinaba: sobre sus hombros descansaban las esperanzas de un continente y del pueblo árabe. Como quien no quería la cosa, ese sentido de responsabilidad les llevó a salir al campo con la confianza en sí mismos y en que podían vencer a la subcampeona del mundo, con nombres como Gerd Müller y Franz Beckenbauer. El equipo saldría con un 4-4-2 con una base en el FAR Rabat: Ben-Kassou, Lamrani, Ghazouani y Bamous. A través de la ramificación con Houmane Jarir lograron pegar al 21’.

Como solía suceder, esa bofetada del principio era la chispa que detonaba el poderío de la máquina alemana y comenzó el vendaval, pero la figura de Ben Kassou estuvo ahí para detener todo. Vidinić estaba con el alma en un hilo, encendiendo cigarrillo tras cigarrillo. Casi al acabar el primer tiempo, un bombazo de Overath que dejó tocado a Ben Kassou. Lo sensato era cambiarlo, pero estaba haciendo bien las cosas. Al segundo tiempo siguió en la portería. Esa imprudencia se pagó caro: los alemanes remontaron 2-1. En efecto, el pronóstico se cumplió, pero de pronto todo mundo vio que no había que tomar tan a la ligera a esos leones recién llegados del Atlas.

El siguiente partido era contra los peruanos. Este equipo inca con el toque brasileño de Didí no solamente les había negado a los argentinos su boleto en la Bombonera que atestiguaba el crecimiento de la leyenda de Boca Juniors. El equipo blanquirrojo tenía las esperanzas de un país destrozado por el terremoto de Áncash de 7,9 grados en escala Richter, que se cobró hasta 120.000 víctimas. Estuvieron a punto de irse antes de su debut, pero decidieron hacer tripas corazón y así ganaron 3-2 a Bulgaria (aquí puedes ver la historia). Vidinić cometió el craso error de subestimar el fuego sagrado de los peruanos. Tras la batalla contra los alemanes, dispuso de un día de descanso. Ese parón sacó de balance a los marroquíes, y de nuevo pagarían las consecuencias. Marruecos terminó ahogado en el segundo tiempo y tres goles en 10 minutos llevaron un 3-0 que los sacó de cualquier posibilidad de disputar el trofeo Jules Rimet.

En el partido que nadie vería más que los amantes del futbol mundial, Marruecos le logró empatar a Bulgaria por medio de Ghazouani. Todo el continente festejó, todo el pueblo los vitoreó a la vuelta a Rabat. Ese primer punto era más que merecido por todo el esfuerzo que emplearon. Ese punto desmintió la percepción errónea de Sir Stanley Rous: África no era mediocre y más valía andarse con cuidado con ellos. El mismo equipo estaba orgulloso de dejar esa huella en México, y ese fue el punto pivotal de su vida futbolística: lograron pasar de fase de grupos en los Olímpicos de Munich 1972 y en 1976 ganaron su primera y única Copa Africana de Naciones en Etiopía. Hasta la fecha, se siguen reuniendo los miembros de esa primera generación de oro que se volvió un equipo de culto.

Apuntes de la conversación con Alberto Ruy Sánchez I

«Sebastián, una disculpa por haberte dejado esperar media hora. Se me fue la hora, pero ¡me alegro que le hayas mandado el mensaje a Diana para preguntar qué había pasado!». Así comenzaba la llamada por GoogleMeets. Era imposible no empatizar con él, yo también he cometido el mismo pecado. Son tantas cosas las que rondan por nuestra cabeza, que en ocasiones nuestras citas y compromisos se ven irremediablemente atrasados. Es el precio a pagar por querer siempre iniciar nuestras melodías con anacrusa.

«Primero que nada, te advierto que no sé nada de futbol». Yo ya lo sabía. Su campo de juego son realmente las letras. Con formación prolija como filósofo por la Universidad Iberoamericana, hizo su doctorado en París. Colgando los botines de su vida estudiantil, se convirtió en escritor. Su debut fue en 1987 con la novela Los nombres del aire, ambientada en Mogador. De inmediato, su primer título: el premio Xavier Villaurrutia. Ese golazo con el que pisó su primera cancha no deja de ser reimpreso, cual chilena de Raúl Jiménez ante Panamá en 2013. Ha escrito 31 libros en total, cifra que bien podría ser el número de goles del pichichi de la liga española sin problemas. Desde 1988 comanda con su esposa, la historiadora Margarita de Orellana, la revista Artes de México. Rescató esa revista después de ocho años de ausencia, y hasta la fecha sigue. También ganó la temporada 2017 del Premio Nacional de las Artes y la Literatura que otorga el FONCA para todos los creadores por su trayectoria; esta distinción fue el mismo año en el cual Hervé Renard metía a la selección marroquí de vuelta a un mundial después de 20 años. Hay mucho que ha logrado él, pero dejo lo más relevante.

Yo ya sabía que no sabe del juego per se, pero sí sabía que él está más enfocado en lo que hay detrás. Había visto su entrevista con Alberto Lati con motivo de la publicación de su obra Los expedientes de Anna Ajmátova. Y es aquí donde encuentro la primera similitud con él. Le conté toda la historia que me había traído hasta él. Le ofrecí disculpas por no haber acabado su libro Quinteto de Mogador; me había quedado en la página 730 de 800. Me dijo que no había problemas. Yo sabía que él mencionaba el futbol como factor de polarización, pero lo que pensaba era hablar de la amistad México-Marruecos usando el futbol como factor de unión. Se mostró encantado para comenzar una tertulia a distancia.

«Muchas veces pensamos que el futbol es algo vinculado con la destreza: la ciencia de las jugadas. El que hace mejores jugadas para anotar goles, gana. No por nada este deporte fue creado por los ingleses, expertos en seguir las reglas del juego. Sin embargo, también es importante considerar otros elementos como la suerte. Para mí, el talento es la suma de la genética más la suerte».

Cuando comenzó a dictar cátedra, la voz en mi interior comenzó a lamentarse de que yo no hubiera activado la grabación para no perder detalle de esta disertación de futbol-no futbol. Instintivamente, recordé mis tiempos en la Facultad de Química en esos seminarios en el Auditorio A; iba siempre armado con una libreta y una pluma para capturar las frases más llamativas. Finalmente, mi aprendizaje es kinestésico, y es mi manera de absorber todo lo que pueda. A un lado tenía mi libreta y una pluma. Con eso bastaba. Y mientras estaba con sus vivencias, aprovechaba para apuntar. La paráfrasis sería inevitable, pero era mejor eso a quedarme con las manos vacías.

«Seguramente te has preguntado por qué la gente ve al futbol como una religión, y es que finalmente aquí se conjunta un ritual para conseguir el talento, con el fin de realizar jugadas por anotar, y es algo que depende de todo el equipo. En este caso, cada oración que da el sacerdote es la jugada que realizan los 11 hombres en la cancha»… y esta jugada tiene que rendir frutos e ir hacia la portería contraria, evitando que el contrario robe la pelota.

«Estamos acostumbrados a tener dioses en la religión. Y los auténticos jugadores fuera de serie son una especie de seres humanos mágicos, o más bien de semidioses: humanos que desarrollaron su talento y que cambian el curso de un juego con un simple gesto técnico. Son mucho más apreciados en las tierras donde nacen en menor frecuencia.

«El futbol guarda mucha similitud con la lucha libre, ya que es un espectáculo teatral, pero que esconde cierta verdad; es una puesta en escena donde hay un riesgo. En la lucha libre se gana, se pierde, pero también puede salir alguien lastimado». Lo mismo en el futbol: se gana, se pierde, se empata y se puede salir lastimado.

El autor mencionó el concepto de baraka que ya te introduje. Lo hizo al retomar la ecuación de futbol = cuestiones raciales + fortuna. Y aprovechó para contarme su historia donde vio por primera vez cuánto creen los marroquíes en la baraka.

Él estaba en la plaza de Fez. Mientras unos niños jugaban futbol, él estaba admirando la mezquita al-Karaouine. Así como las torres de las iglesias tienen una cruz en punta, los alminares están coronados por una media luna, símbolo del islam. Esa imagen le produjo cierto embelesamiento a Alberto Ruy Sánchez que decidió fotografiar esa imagen. De pronto notó varios roces suaves de niños que gritaban alegremente «Baraka baraka baraka…». Para los marroquíes, el primero que ve la luna creciente adquiere baraka y si quieres conservar un poco, tienes que tocar a esa persona inmediatamente. Me sentí honrado de que me contara esa anécdota.

También me contó cómo la baraka ha ayudado a mandatarios. El rey de Marruecos ahora es Mohamed VI, pero antes de él el monarca fue Hasan II (الحسن الثاني). África es un continente políticamente inestable, y Hassan II se salvó de dos golpes de estado gracias a la baraka. El primer intento fue cuando los militares ingresaron a su palacio. Querían encontrarlo para arrestarlo. Pasaron por el jardín y le preguntaron a un trabajador si sabía dónde estaba. Él señaló una habitación donde solía orar. Allá fueron. Ese jardinero humilde era Hassan II disfrazado. La segunda ocasión fue cuando realizaba ejercicios militares aéreos. Él piloteaba un avión caza junto con otros pilotos. En eso, otros dos aviones aparecieron para dispararle a la avioneta que comandaba hasta derribarla. Uno de ellos le dijo por la radio al piloto que lo flanqueaba por la derecha: «Está hecho». Lo que no sabía ese militar disidente es que se acababa de comunicar con el rey; había suplantado a un piloto ese preciso día y no comandaba esa táctica.

«Es por ello que me divierte ver las discusiones sobre quién es el mejor jugador de la historia, porque son simples permutaciones de discusiones sobre la fe, de unirse contra alguien. Partidarios de Pelé vs. partidarios de Maradona, partidarios de Messi vs. partidarios de Cristiano Ronaldo, partidarios de Mbappé vs. partidarios de Håland… ¿No es finalmente una manifestación de la gente que cree en la baraka?»… No pude evitar sonreír.

México y Marruecos: vidas paralelas (I Parte)

En cuatro días devoré el libro Quinteto de Mogador. Tenía todo un fin de semana largo para adentrarme en este texto. Tenía que ir al gimnasio lo más temprano posible y lavar los trastes sin dilación para tener el tiempo suficiente. Mi hermano Patricio se iría a Querétaro con su amigo. Y además la participación de Monterrey en el Mundial de Clubes en Abu Dabi provocaba que su compromiso ante mi Toluca se aplazara a principios de abril. Sin incentivos para ver futbol y sin trabajo pendiente, podía apagar el celular con confianza y tumbarme a leer el libro. Podía hacerlo con la actitud de mente abierta a dejarme llevar por los sentidos y el erotismo, pero sabedor de esa fecha límite para la charla con el autor.

Y ahí comencé a ver las vidas paralelas que México y Marruecos tienen. Muchas personas preocupadas por la apariencia de su cabellera han encontrado la solución en el aceite de árgano, una planta que crece a las puertas del Sahara (no escribo desierto porque es tautología) y que nunca pierde su color verde sin importar el poderío de las dunas; es más, da todavía una tonalidad a este desierto. Es pariente lejano del huizache y el mezquite que crecen también en desiertos, pero del norte de México. La razón de su supervivencia es la longitud de sus raíces, hasta de 20 metros, que les permite acceder a cuerpos de agua inaccesibles para el común de los seres vivos.

Me permito transcribir un fragmento de este libro. México es una trenza complicada de otras naciones, de mil pueblos y de mil castas dispersas en sus vientos enrarecidos. Es un hervidero de razas. De minorías, como les gusta decir ahora. Es más árabe que español. México es un país árabe que se desconoce. Y lo mismo sucede para Marruecos. Por aquí pasaron fenicios, cartagineses, beréberes, romanos, vándalos, árabes, portugueses, españoles, franceses, africanos.

Las gastronomías mexicana y marroquí tampoco escapan a estas similitudes. México conjunta las tradiciones indígenas, el mercado asiático, el aporte español más otros componentes cuya importancia no se pasa por alto. Marruecos debe su sabor al maridaje entre Arabia y el Mediterráneo. Los mexicanos usan las tortillas para todo, para los marroquíes es el pan. Su preparación en los pueblos es un ritual que otorga un sabor envidiado por sibaritas. Mientras que el sabor característico mexicano es el chile o el mole, en Marruecos todo se basa en el cuscús. Todos las platillos marroquíes y mexicanos se transmitían a través del sabor. En la noche los mexicanos se alivian con tacos, mientras que los marroquíes recurren al kebab.

En la parte migratoria hay también similitudes. México es un puente para que personas de Centroamérica (y recientemente de otros lados) puedan acceder hacia Estados Unidos cruzando el río Bravo o el muro que se construye. Claramente hay mexicanos que integran este flujo. Marruecos es el punto más corto para cruzar a Europa directamente, y varios marroquíes aspiran a cruzar el estrecho entre Ceuta y Gibraltar, citando a Manu Chao. Ya de ahí se desperdigan por todo el continente. Y no solamente van marroquíes, sino también personas de todo el continente.

Y a eso sumamos los parecidos que encontró Alberto Ruy Sánchez a su llegada en 1975: la talavera de Puebla es muy parecida a los azulejos que podemos encontrar en ciudades como Tánger, Marrakech y Agadir. Las mismas artesanías que encuentras en Marruecos puedes encontrarlas también en Chiapas. Las techumbres de casas solariegas en los pueblos de México eran sorprendentemente similares a los techos de casas marroquíes. Y la gente también es similar: ambos pueblos tienen poca distancia personal, son alegres, ruidosos, joviales, fiesteros… En efecto, el mexicano y el marroquí son gemelos sin saberlo.

La segunda vez de Marruecos: México 1986

Complicadas como son todas las eliminatorias africanas, Marruecos se preparó para la guerra. La buena noticia es que ahora África contaba con dos representantes. La mala es que aumentaban los equipos y el nivel. 29 equipos se inscribieron finalmente. La mecánica sería una especie de torneo a eliminación directa para obtener a los dos clasificados. Por acomodo, tres equipos recibieron pase automático para la segunda ronda: Argelia, Camerún y Ghana. En los dos primeros casos, era el premio por haber clasificado a España 1982; en cuanto a Ghana, el motivo fue haber ganado la Copa Africana en Libia ese mismo año.

Marruecos tendría que largar desde el inicio, sin importar su paso aceptable por los Olímpicos de Los Ángeles 1984; un grupo con Brasil y Alemania parece una sentencia de muerte a priori. No le costó mucho sacar primero a Sierra Leona (5-0 global) y tampoco Malawi representó un escollo muy serio (2-0). La verdadera competencia comenzó en tercera ronda, cuando la suerte dictó jugar contra Egipto. No es solamente jugar contra tu hermano árabe, es jugar de poder a poder. Resistieron como pudieron en El Cairo y se llevaron un precioso empate sin anotaciones. Ya en Casablanca vencieron 2-0. Curiosamente la última etapa para sacar al par representante en México sería una cuestión de África del Norte: Argelia jugaría contra Túnez, mientras que Marruecos tendría que verse las caras con la sorprendente Libia, que a su vez había sacado a Ghana de circulación. El estadio Mohamed V se llenó de 120 mil almas que atestiguaron una victoria contundente de 3-0. La vuelta en Benghazi fue también soportar cada embate libio y una derrota 1-0 fue apenas el saldo. ¡Marruecos estaba de vuelta tras 16 años!

Gran parte de ese éxito marroquí era gracias al brasileño José Faria. Llegó a Marruecos tras dirigir cuatro años a al-Sadd (السد) en la liga de Qatar. Además de experiencia, se embolsó varios miles de dólares. Ya con solvencia económica, aceptó la propuesta del FAR Rabat. En un año pasó a ser el candidato predilecto para ser el entrenador de la selección de Marruecos, y aceptó. Tenía un ojo clínico para no solamente detectar al talento en ciernes, sino para potenciarlo. No en vano pasó 10 años trabajando en las inferiores del Flamengo. Así pues, desarrolló el talento de Mohamed Timouni, mejor jugador de África en 1985. Ahí estaba también el impasable guardameta Badou Zaki, y también los regates legendarios de Aziz Bouderbala. José Faria quedó tan engranado en lo marroquí, que se convirtió al islam y adoptó el nombre de Mehdi.

Este mundial se llevaría a cabo a pesar de los embates del terremoto de México 1986. En los estudios de Televisa San Ángel, Marruecos conoció su destino. De nuevo, al último grupo. Ahora, no era León, sino Monterrey. En esta ocasión todos sus rivales eran europeos. Se enfrentaría a Polonia, que venía de colgarse a semifinales en España. Ahí seguiría Inglaterra, que nunca se descarta. Y cerrarían en Guadalajara contra Portugal, irrupción sorpresa tras propinarles a los alemanes su primera derrota en casa en eliminatorias. También estaba fresco el recuerdo de esas semifinales de la Eurocopa dos años atrás. A diferencia de hace 16 años, ahora el pase a la siguiente ronda estaba abierto para terceros lugares, pero todo dependía de sus resultados.

Tres meses antes del verano mexicano, Mehdi Faria anunció su convocatoria:

Número Nombre Posición Equipo
1 Badou Zaki (C) (الزاكي بادو) Portero Wydad Casablanca
2 Labid Khalifa (خليفة العابد) Defensa Kénitra
3 Abdelmajid Lamriss (عبد المجيد لمريس) Defensa FAR Rabat
4 Mustafa El Biyaz (مصطفى البياز) Defensa KAC Marrakech
5 Noureddine Bouyahyaoui (نور الدين البويحياوي) Defensa Kénitra
6 Abdelmajid Dolmy (عبد المجيد الظلمي) Defensa Raja Casablanca
7 Mustafa El Haddaoui (مصطفى الحداوي) Medio Lausanne (Suiza)
8 Aziz Bouderbala (عزيز بودربالة) Medio Sion (Suiza)
9 Abdelkrim Merry “Krimau” (عبد الكريم ميري كريمو) Delantero Le Havre (Francia)
10 Mohamed Timoumi (محمد التيمومي) Medio FAR Rabat
11 Mustafa Merry (مصطفى ميري) Delantero Valenciennes (Francia)
12 Salahdine Hmied (صلاح الدين حميد) Portero FAR Rabat
13 Abdelfettah Rhiati (عبد الفتاح رحياتي) Delantero Maghreb Fez
14 Lahcen Ouadani (لحسن وداني) Defensa FAR Rabat
15 Mouncif El Haddaoui (منصف الحداوي) Medio AS Sale
16 Azzedine Amanallah (عز الدين أمان الله) Medio Besançon (Francia)
17 Abderrazak Khairi (عبد الرزاق خيري) Delantero FAR Rabat
18 Mohamed Sahil (محمد سهيل) Medio KAC Marrakech
19 Fadel Jilal (فاضل جلال) Medio Wydad Casablanca
20 Abdellah Bidane (عبد الله بيدان) Defensa COD Meknes
21 Abdelaziz Souleimani (عبد العزيز سليماني) Medio Maghreb Fez
22 Abdelfettah Mouddani (عبد الفتاح موداني) Portero Kénitra

Y ahí va de nuevo la acción a distancia del rey Hasan II. Él diseñó el trabajo previo: tres semanas en Suiza, otras tres en Escocia, unas tres más en Brasil y un campamento de 40 días en Monterrey para aclimatarse. El juego iba tomando cohesión partido a partido, entrenamiento tras entrenamiento. Tenía que llegar junio para ver los resultados.

Los asistentes del difunto Estadio Tecnológico vieron a un conjunto marroquí ordenado hasta el paroxismo. Por más que lo intentaron, polacos e ingleses no pudieron doblegarlos. Ese cuarteto de roscas no era un mal resultado, pero los demás resultados de grupo (Inglaterra 0-1 Portugal, Polonia 1-0 Portugal) obligaban a una victoria ante los portugueses si no querían irse eliminados.

Y esa victoria llegó. El futbol del seleccionado estaba en pleno estado de descomposición debido al germen incubado y crecido en la concentración de Saltillo (luego hablaré al respecto). En el Estadio 3 de Marzo, Marruecos sacó todo ese poderío guardado en orden aparente y antes del minuto 65’ ya ganaban 3-0. Nadie esperaba una diferencia así, aunque al minuto 80’ Portugal maquilló un poco las cosas. Silbatazo final. Marruecos se convertía así en el primer africano y árabe en pasar de fase. Eso no era todo. Por la radio se enteraba de que Inglaterra le había ganado 3-0 a los polacos, y ese resultado les daba el primer lugar de grupo. Otra vez los pioneros africanos y árabes.

Ya en octavos de final tenían que verse también contra Alemania Federal. Mismo rival que en su debut mexicano 16 años atrás. Diferente ciudad. Ahora jugaban en el otro estadio de Monterrey, el Universitario. Alemania Federal venía de ser sometida por un conjunto danés más que dinámico. Realmente no era su mejor momento. Marruecos se lo hizo saber. Como 16 años atrás, salieron con la confianza a tope, sin dejarse cegar por la luz de un conjunto dirigido por Franz Beckenbauer, pero ahora desde el banquillo. Los alemanes tuvieron que hacer de todo para romper ese cerrojo marroquí, que cedió hasta el 89’ con un disparo imparable de Lothar Matthäus. El círculo se cerraba. Debutaron con derrota ante Alemania Federal, se iban a casa con una derrota ante Alemania Federal. Para mayor información respecto a la participación árabe en mundiales puedes consultar los textos aquí y aquí.

Apuntes de la conversación con Alberto Ruy Sánchez II

Y de pronto Alberto llegó a la frase que esperaba:

«Nosotros los mexicanos somos hijos del barroco, los ingleses son hijos del protestantismo».

«Los protestantes son binarios: son o no son. Los barrocos somos y no somos a la vez. En lo barroco, el peso de lo simbólico es muy fuerte, mucho más que el hecho en sí. Cometemos un error como barrocos si pensamos este proceso de manera lineal, como si 1+1=2, cuando en realidad el que cree es envuelto en todos sus sentidos y cree en todos los símbolos. Mira las grandes misas: es un espectáculo multimedia sensorial, donde el olor y la luz juegan un papel clave. Esas son las características de la mentalidad barroca, así como el desarrollo de la geometría en la civilización.

«En el siglo XVII, el barroco tuvo un duelo con el protestantismo… y lo perdió. Por eso la ciencia tomó un camino binario a través del método lineal observación, medición, experimentación, análisis, conclusión. Todo es binario: la hipótesis planteada es verdadera o es falsa. Si es falsa se mantiene; si no, se cambia. La ciencia debe regresar al barroco, y ya lo está haciendo a través de la física cuántica, que horada más allá de lo tangible y lo posible. El mundo árabe está lleno del barroco, y eso se ve precisamente en el desarrollo de la geometría y de la arquitectura, mundos donde lo simbólico es lo más importante.

«Todos debemos regresar a la naturaleza primitiva, y eso es canalizado muy bien por los hooligans, que reconocen su naturaleza antigua o primitiva. Resulta que Inglaterra y Alemania ganan no debido al protestantismo, o más bien a pesar de éste, sino por poder apelar a esa parte primitiva del ser humano».

«Eso tiene cierto sentido con la actualidad en el futbol», dije. Era un momento donde debía interrumpir esta ponencia de barroco vs. protestantismo y sería ahora. «Tiene sentido porque actualmente la Premier League es la mejor del mundo y gran parte de ese éxito tiene que ver con los adelantos tácticos y estratégicos que han hecho técnicos alemanes, en especial tres: Thomas Tuchel en el Chelsea (Londres), Jürgen Klopp en el Liverpool y Ralf Rangnick (Manchester United), y eso sin olvidarnos de otros más de la Bundesliga, como Julian Nagelsmann, Florian Kohfeldt, Marco Rose, Hans-Dieter Flick…» En Alemania se encuentra La Meca de los directores técnicos. Lo curioso es que todos ellos también recibieron influencia de Pep Guardiola, ahora en el Manchester City. Él precisamente es de Barcelona, donde todavía estaba la influencia del barroco, pero su verdadera madurez como DT fue en el Bayern München (algo de lo que hablé en su momento)…

«¿Sabes cuál es el origen del barroco?», me preguntó sonriente Alberto Ruy Sánchez. Desgraciadamente, lo ignoraba, pero también quería darle una asistencia para rematar la jugada. «Es Baviera. Así es, en Múnich surgió el barroco». Y tiene razón. Múnich es la parte más católica de Alemania. Y barroco/protestante es el gegenpressing característico de los bávaros.

«Y sí, los ingleses son lo más flemáticos que quieras, pero cuando se lo proponen pueden ser los mejores del mundo, de ahí el éxito de la Premier League. No sabes de lo que son capaces los ingleses cuando se enojan». «Por supuesto que lo sé», le dije. «¡Se enojaron y armaron el imperio donde nunca toca el sol!». Empezó a reírse. No fue un logro, en realidad la plática era muy amena y nuestro asombro mutuo enriquecía las ganas de seguir sabiendo. Todavía me habló de un ritual sincrético en Papúa-Nueva Guinea donde el fondo era un juego de cricket. Yo le respondí con la situación racial entre el rugby sevens (melanesios) y el futbol (indios) en Fiji (historia que ya conté). Ese sincretismo provoca la actuación de lo inesperado

La hora transcurrió rápidamente. A mi derecha la ventana indicaba que el sol se había ido a tomar un descanso y el juego de colores naranja-rojo-morado-negro indicaba que realmente la conversación había tocado a su fin. Fue ahí cuando le propuse hacer el texto conjunto. Se negó porque estaba precisamente enfrascado en la segunda parte de su Expediente de Anna Ajmátova, y viajar de San Petersburgo a Mogador no le resultaría tan fácil. En eso lancé una contrapropuesta desesperada de texto escrito íntegramente por mí, al cual se le añadiría la firma. Obviamente se negó. A lo que sí accedió es a nombrarlo en los agradecimientos. Era lo menos que podía hacer, ya que realmente de ese día de asueto me llevaba un aprendizaje y la pieza que me faltaba para elaborar este texto.

México y Marruecos: vidas paralelas (II Parte)

En el futbol todavía hay similitudes que pueden espantar al más escéptico.

Factor estratégico en sus confederaciones

Marruecos encabeza el ránking de la CAF para competencias continentales como la Champions League y la Copa Africana de Naciones. Para este año ha repetido como líder por apenas medio punto de ventaja sobre Egipto. México hace lo mismo en la Concacaf, y un 2021 tambaleante ha recortado su ventaja sobre Estados Unidos. Marruecos es la única sede africana para el Mundial de Clubes, mientras que México es punta de lanza para saber los cambios que la FIFA implementará. No es solamente en logística, sino en nivel y en pasión. Por último, las sedes de los campeonatos continentales femeninos serán en 2022 y serán en ambos países.

Maldiciones que los persiguen en el futbol

El futbol mexicano no es lo que es sin la maldición del quinto partido. México y Brasil comparten la constancia de ser los únicos en superar la fase de grupos desde Estados Unidos 1994. Por desgracia para el Tri, jamás ha podido acceder a los cuartos de final fuera de casa. El aficionado mexicano promedio se sabe al derecho y al revés todas las derrotas en octavos de final de los últimos siete mundiales, y también sabe a detalle cuáles fueron las circunstancias que llevaron al fracaso. Suerte, mala gestión del banquillo, humillaciones, penales, decisiones arbitrales cuestionables, desaprovechar oportunidades… Los aficionados mexicanos están obsesionados con acceder a la élite de los ocho mejores, como si eso fuera a hacerlos un mejor país.

El futbol marroquí no es lo que es sin la maldición de la sede del mundial. Marruecos se ha apuntado para organizar la Copa del Mundo en cinco ocasiones, número que comparte con países potencia como España, Italia, Inglaterra y Argentina; sin embargo, Marruecos ha quedado en segundo lugar en cada ocasión: 1994, 1998, 2006, 2010 y 2026. Por lo pronto ya se apuntó para 2030. Marruecos ha terminado frustrado en su intento por ser de nuevo pionero para el futbol africano y árabe, ya que Sudáfrica le ganó la carrera, y luego la FIFA apuntó a Qatar. El aficionado marroquí promedio le atribuye factores externos esa mala suerte. Corrupción, eurocentrismo, codicia de los dirigentes, cabildeo, nerviosismo… Los aficionados marroquíes están obsesionados con organizar un mundial, como si eso fuera a hacerlos un mejor país.

Decisiones cuestionadas de sus técnicos actuales

Después de la aventura de Juan Carlos Osorio, nadie quería apuntarse a ser seleccionador de México, hasta que convencieron al DT del Atlanta United, Gerardo ‘Tata’ Martino. Todo comenzó bien, con la victoria de la Copa Oro 2019 y giras europeas aceptables. En 2021 sucedió algo que causó que México vacilara donde antes no lo hacía. Tres derrotas seguidas con Estados Unidos ponen los pelos de punta y no faltan las personas que desean que se vaya ya, sin importarles su buen porcentaje de victorias. El descontento tiene raíces en la falta de variantes y en un sistema de juego que tiene como base jugadores cuya edad supera los 30 años; se muere con la suya cuando hay una generación de 24 años bronce en Tokio que podría imprimir frescura. Además, el Tata se niega a convocar delanteros anteriormente consagrados que bien podrían otorgar cierta tranquilidad en la cosecha de goles, por ejemplo, Javier “Chicharito” Hernández y Carlos Vela.

Desde Vidinić, Marruecos no había confiado en alguien de la ex Yugoslavia para dirigirlos y así fue como llegó Vahid Halilhodžić. Su meta fue volverse a meter a un mundial y de paso ganar la Copa Africana de Naciones. Su porcentaje también es bueno (75%), pero cayó en los cuartos de final ante Egipto. Expertos dicen que esta generación marroquí es aún más talentosa que sus contrapartes de 1970 y 1986, con tantos jugadores en los mejores equipos… y la principal crítica para el sistema de Halilhodžić es que no les sabe sacar partido. Otro punto sensible es su fuerte convicción y su intransigencia. Tuvo un fuerte altercado con quizá su jugador más diferencial, Hakim Ziyech (حكيم زياش). Desde esa vez, no volvió a ser convocado y recientemente ha anunciado su retiro de la selección marroquí.

Reseña de Quinteto de Mogador

En realidad, Quinteto de Mogador es una compilación de cinco libros que han sido recopilados. En todos los casos aparece la ciudad de Mogador (موجادر), que también se conoce como Essaouira (الصويرة). A veces como telón de fondo, otras veces como un protagonista más, Mogador nos recibe a través de su sensualidad y erotismo para invitarnos a que el jalaiquí llamado Alberto Ruy Sánchez nos cuente su historia y las diferentes aristas del deseo.

El primer libro es Nueve veces el asombro, y es la descripción de Mogador a través de 81 pedazos de texto que nos describen la vida allá. En sus aforismos podemos ver las costumbres, la relación con el tiempo y la música. El tiempo transcurre rápido y lento según lo desea el autor. Alberto Ruy Sánchez recurre a las frases hechas y al presumible saber popular con guiños hacia lo erótico.

Después de esta llegada nos toca respirar Los nombres del aire, quizá una radiografía del deseo femenino. Una lectura de cartas nos va contando la historia que tiene un olor a sal y cuya acción confluye en el hamam, o baño público. Fatma esconde un secreto que no puede expresar, pero que la carcome. Ese secreto la va poseyendo hasta que solamente sus recuerdos quedan. Nueve cartas nos llevan hasta el pico del placer, mientras que cuatro más dispuestas en un ciclo cuentan la historia que sucede después, y que inunda nuestras fosas nasales.

Ahora llega el momento de En los labios del agua, y nos sumergimos en una alberca que va hacia derroteros tan distantes como un salón de baile en Guadalajara, una noche gélida e iluminada en las Montañas Rocosas de Canadá y un festival en Cartagena, entre muchos otros lugares. El autor en primera persona busca saber de dónde viene y por qué reconoce a una secta/religión/casta de personas llamada Los Sonámbulos. Su único salvavidas en esta agua es la obra de Aziz al-Gazali y los sueños que se escurren cuando uno más piensa que los tiene seguros.

Pasamos ahora a un refugio verde llamado Los jardines secretos de Mogador. ¿Alguna vez te has preguntado qué sucedería si Sherezada invirtiera los papeles con su rey? ¿Qué pasaría si la única condición para mantener el amor de una mujer es contar una historia por noche? Eso sucede. Son flores que nos invitan a olerlas y a conocer dónde más crecen. Al llegar ahí, podemos descubrir que hay más jardines de los que pensamos y solamente basta detenernos a ver sus voces… quizá incluso ya nos descubramos plantados sin poder salir.

Finalmente llega La mano del fuego, sin lugar a dudas el relato más personal de toda la colección y el más abrasador. Cinco dedos con funciones diferentes, pero que nos sirven para tocar texturas que jamás pensamos tener a la mano. Vivencias que refuerzan cada dedo. El proceso de elaboración de un jarro. Para terminar, la biografía del amante que nos ha recibido en la introducción.

Fueron cuatro días de lectura que transcurrieron de manera fluida y sin poder advertir de lo que me pasaba a mi alrededor. En verdad, Quinteto de Mogador es un libro que cautivará todos tus sentidos si le das una oportunidad de ser leído. No recomiendo leerlo a ratos, sino de corrido, para que la pasión nunca pueda ser sofocada. Este libro es un caos ordenado a través de la geometría. Números que se repiten como el 9 a través de algo llamado cuadrado védico. Y ese orden nos permite ser poseídos por la sensualidad que muchas veces reprimimos en nosotros mismos. A veces no sabes si lo que nos rodea es real, o si todo es producto de decisiones de dos amantes al otro lado del Océano Atlántico. En cualquier caso, se conjuntan los cuatro elementos vitales: el agua, la tierra, el fuego y el viento. Y todo confluye en el quinto elemento… el asombro. Y ese asombro es lo que te lleva a lo largo de sus 820 páginas. Cómpralo en línea aquí o aquí.

Terminando el viaje al corazón

Alguna vez leí una frase de Rumi que hasta la fecha guía mis pasos: «Tu corazón conoce el camino. Corre en esa dirección». Este texto que he escrito ha tenido un toque personal. Mientras leía Quinteto de Mogador, llegaba a mi cama un ligero dejo a perfume de jazmín y ámbar que me golpeó de imprevisto en ese autobús al Moon Palace de Cancún aquel 3 de diciembre de 2016. Sonreí, y recordé la sonrisa de esta chica. Sabía el riesgo de dejarme llevar por el sentimiento, y aun así lo pagué. Antes de la versión millenial de la acción de romper una fotografía llamada «bloquear en todas las redes sociales», me enteré que ella fue de vacaciones… a Marruecos. Su apellido es libanés y característico: comienza con una onomatopeya de ternura, seguida de un diptongo en dunas y acaba en un muro con sabor a chocolate. Prefiero bifurcar el camino: a esa ternura, sigue una fricción suave de aliento a flor y termino con un aterrizaje hacia el silencio, contemplando su mirada. Para un chico con Asperger, el contacto visual es trabajoso y sus ojos me permiten mirarlos, salir quemado y sobrevivir. 

Han pasado cuatro años de viaje purificador. Llegó mayo de 2018 y supe de los paralelismos entre México y Marruecos. Los pude confirmar en 2021, y aquí estoy escribiendo este texto. De hecho, este es un camino al corazón, pero no hay una meta final. El verdadero triunfo es disfrutar del proceso, por más azares que surjan. Leer este libro es un proceso que me produce pasión, escribir esta serie de textos llamados Zemljopis NK es un proceso que espero también te produzca esa pasión. Ordenar el caos es un proceso que nos produce pasión. El enamoramiento es un proceso que puede ser tan súbito como el cambio de coloración de fenolftaleína, o puede ser gradual como un pardeamiento enzimático. El resultado es el mismo: nos produce pasión por sentirnos vivos. Aquí estoy, conjuntando relaciones internacionales, futbol, historia, análisis literario, periodismo y sentimientos.

Lo que más me dejó anonadado fue la presencia de números recurrentes, como el 9 y el 3. A veces eran intencionales, como la presencia del cuadrado védico. Mencionaré los fortuitos:

  • Me tocó entrevistar a Alberto Ruy Sánchez el 7 de febrero de 2022. Si nos vamos a la numerología de la fecha, tienes una suma de 15, múltiplo de 3.
  • Este es el texto 162 de la serie Zemljopis NK. Sumadas las cifras, nos da 9.
  • Cuando le mandé un agradecimiento a Alberto Ruy Sánchez por la conversación ese mismo día, vi que tenía 3.333 mensajes sin leer (no me juzgues).

En mi caso, el 3 significa tanto en mi vida. Conocí a esta chica a los 27 años de edad, tenemos una diferencia de 6 años. Nuestras numerologías son 40 y 35, que sumadas dan 75, luego 12 y al final 3 (40+35= 75 = 7+5 = 12= 1+2= 3). Mido 1,85 m y ella 1,76 m; ¡nueve centímetros de diferencia!… Hasta ahí le paro.

Es así como concluye el texto más personal que he escrito. Es una muestra del agradecimiento que Marruecos tiene para con México. Decidí corresponderle a través de este texto. No es descabellado pensar que también en Mogador vibraron con esos partidos de los Leones del Atlas. Tal vez Amjrus y Mohamed organizaron a los pescadores con porras. Tal vez Kadiya se encomendó a la baraka para que Marruecos colgara el cero en varios partidos. Tal vez la abuela de Fatma auguró ese punto con la baraja. Tal vez Aziz dejó escrito en Vidinic el deseo para trascender en el mundo. Tal vez Jassiba cortó flores que fueron derramadas para el regreso de esos héroes que estuvieron el León. Tal vez Zaydún fue al Camp Nou de León a ver ese partido, o quizá le tocó viajar al Tecnológico de Monterrey y aburrirse con un 0-0 acompañado de un hooligan. Tal vez Tarik le obsequió un jarrón a Houmane Jarir por el gol que anotó ante los alemanes. En un mundo donde todo es posible, prefiero creerlo. Me considero ya un Sonámbulo, pero a través de los deseos del futbol. Quiero cerrar con este párrafo extraído del libro:

Como todo lo que rodea a Mogador, éste es el palacio del deseo […] y como tal obedece las leyes azarosas de lo deseado: nos arrebata lo que anhelamos torpemente y nos entrega por sorpresa lo que no sabíamos que necesitábamos tanto y que se ajusta tan perfectamente a nuestros cuerpos.

Quiero agradecer en primer lugar a Alberto Ruy Sánchez por haber creado este texto maravilloso que sigue conquistando mentes que se dejan atrapar. También le doy las gracias por esa plática, y espero que después podamos ahondar en estos temas. Quiero agradecer a Alberto Lati por haber hecho posible que pueda escuchar en primera fila a este jalaiquí, o contador de historias. Quiero agradecer también a mi tía Doro por haberme asegurado que leer este libro ha sido una de las mejores decisiones que he tomado en los últimos 12 meses. Su avizorado juicio para la literatura debe ser considerado como un bien intangible de la familia Alarcón. Quiero agradecer a Dios por llevarme de la mano en este viaje. Aún no sé cuál será la siguiente parada, pero no importa. Por último, quiero agradecerte, chica. No hay rencor, hay amor y sentimiento que crece. Gracias por encaminarme y te saludo a la distancia. Tómate tu tiempo. Gracias, Andrea.

Fuentes

Ghemmour, Chérif. Pourquoi le Maroc du Mondial 1970 est une équipe mythique. SoFoot. 28 de julio de 2020
Villatoro, Manuel P. «Baraka»: la misteriosa «bendición mora» que salvó a Francisco Franco de una sangrienta muerte en el Rif. ABC Historia. 18 de octubre de 2018
Cricket Soccer. The story of Morocco in Mexico 1970. 11 de junio de 2020
Sánchez Bernal, Indira Iasel. México y Marruecos: migración, colonialidad del saber y poder: diálogo desde el Sur. Revista Mexicana de Política Exterior. Mayo-agosto de 2019
Álvarez Alfeirán, Luis Javier. México y Marruecos, sedes de riqueza culinaria y cultural. 26 de octubre de 2020
AfricaNews.fr. Coupe du monde : les héros marocains de Mexico 86 s’en souviennent encore. 14 de junio de 2018
Benargane, Yassine. En 1986, les Lions de l’Atlas s’imposaient face aux Portugais au Mondial du Mexique. Ya Biladi. 19 de junio de 2018
La Información. Ruy Sánchez afirma en Rabat que México y Marruecos son «gemelos sin saberlo». 30 de octubre de 2012
Biografía de Alberto Ruy Sánchez
Ruy Sánchez, Alberto. Quinteto de Mogador. Alfaguara. México. 2015

México y Marruecos guardan otra similitud: están conectados a través del mar. Si bien la costa este de México da hacia el Golfo de México, hay una sección que se abre hacia el Océano Atlántico, el estrecho que comprende Cape Sable, FL, y Cayo Cruz del Padre, la parte más al norte de Cuba. En efecto, si recorremos esas mismas latitudes llegamos a Marruecos… pero en la realidad es un territorio que busca reconocimiento, el Sahara Occidental. ¿Cómo se vive el futbol ahí? Es lo que veremos la siguiente semana.

Recomendación musical 2

Cuando estaba con los discos de Putumayo, había una colección de música árabe acústica y me sorprendió un pianista marroquí llamado Maurice El Medioni. Sus tonadas no eran árabes, más bien daban un guiño latinoamericano. Si lo pones en un salón de baile junto a danzones o boleros, pasa desapercibido. Una de ellas podía ser escuchada en una sala tranquila de un Sanborn’s. Se llama Tu n’aurais jamais du. ¿Era el embrión de esta colaboración? No lo sé. Cuando la volví a recordar y la busqué en YouTube vi que en realidad era una colaboración con un cubano llamado Roberto Rodríguez. Ahí tuvo sentido todo. 

Recapitulemos

México y Marruecos son gemelos desde antiguo y sin saberlo. Artesanías, casas, cocina, migración, historia, personalidad… muchas cosas nos indican que tienen vidas paralelas. Al futbol llega esta similitud. Marruecos clasificó a sus primeros dos mundiales en México, haciendo historia a su manera: primero en ganar un punto, primero en clasificar a octavos de final y primero en ser líder de grupo. Otras similitudes en futbol son: factor estratégico en sus confederaciones, maldiciones en el futbol (quinto partido, sede del mundial) y decisiones cuestionables de su técnico. Esta similitud fue advertida por el escritor mexicano Alberto Ruy Sánchez, que escribió la serie llamada Quinteto de Mogador.

Nos vemos la siguiente semana. نتشاوفو! (N’tchawfu!)

Sebastián Alarcón
Sebastián Alarcón
Soy Sebastián Alarcón, tengo 31 años. Aspiro a ser polímata. Junto futbol con geopolítica, sociedad, cultura, idiomas e historia y le agrego música para explicar el mundo. Escribo de futbol de la FIFA y fuera de ella. Si sientes la décima parte de lo que siento al escribir, mi misión está completa.

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