Participación árabe en mundiales FIFA (Primera parte)

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مرحبا (Marhaba!) ¿Cómo estás? Espero que muy bien. La vez pasada hablamos un poco del panorama de clubes árabes hablando de la Copa Árabe de Clubes, una especie de Champions League del Medio Oriente. Ahora es momento de brincarnos al futbol de selecciones para hablar de algo relativamente tangible: su participación durante las copas mundiales.

Recomendación musical 1

Internet es un lugar donde puedes encontrarte de todo, desde publicaciones basura hasta estudiar la universidad extraoficialmente. También hay talento dispuesto a ser descubierto. ¡Qué mejor definición para describir a Ahmed al-Shaiba (أحمد الشيبة)! Nacido en Yemen, estudió el instrumento llamado oud (عود) de manera autodidacta y tomó por asalto YouTube con interpretaciones de canciones populares a la manera árabe, usando la mayor cantidad de instrumentos musicales. Este es un ejemplo. Escucha la versión árabe de Blinding Lights de The Weeknd. 

Vamos al tema de esta semana.

Mundo Árabe: mucha pasión, pocos resultados

En el Mundo Árabe se vive con mucha pasión. Quizá es la personalidad en general de los habitantes de rodean toda la cuenca del Mediterráneo, quizá es a veces las condiciones climatológicas agresivas, quizá es la tendencia histórica a entablar negociaciones donde ambas partes ganen, quizás es la familia como centro de la vida cotidiana, quizá es la entrega del corazón de manera incondicional cuando llega la hora de enamorarse, quizá es el ardor cuando es momento de defender la patria, el argumento y/o la religión… Sea como fuere, por lo menos nunca te quejarás de un carácter plano en caso de conocer a un árabe.

A muslim family enjoying a day outside

En un idioma tan prolijo como el árabe incluso la palabra “pasión” se puede traducir de diferentes maneras y nos da matices interesantes:

  • اتقاد (ittiqad | celo, ardor)
  • تحمس (tahammus | fanatismo)
  • حرارة (harara | fervor, ardor)
  • حماس (hamas | inspiración)
  • حماسة (hamasa | fuego, espíritu, entusiasmo)
  • شغف (shaghaf | ansia, manía)
  • شواظ (shuwadh | flama)
  • صبابة (sababa | fuerte deseo)
  • عشق (‘ishq | amor)
  • هوى (hawa | amor [un poco más fuerte que el anterior])
  • هيام (huyam | amor aún más apasionado)
  • ولع (wala’ | infatuación)

Toda esa pasión que caracteriza al árabe se traslada al futbol. Hinchadas fieles a lo largo y ancho del Mundo Árabe, fanaticadas que a veces se meten en problemas por la violencia, jugadores que usan el fervor patriótico para dar el 110% en el campo, sobremesas que duran horas y horas. Los derbis de cada país árabe son un excelente termómetro para medir dicho concepto. No importa si se trata de un país que languidece en los pantanos de la mediocridad o si se trata del clásico egipcio entre al-Ahly vs. Zamalek, el que recibe más reflectores mediáticos en África y Medio Oriente (lo veremos después).

Desgraciadamente esa pasión se ha trasladado en resultados relativamente estériles en la escala internacional. De los 23 países que conforman la Liga Árabe, solamente ocho han podido llegar a un mundial, donde el techo es la ronda de octavos de final. Al menos podemos decir que hay presencia constante árabe en los años más recientes. Para que en el fin de año te dediques más a tu familia y a que planees tu 2022, he decidido dejar la narrativa más tranquila y he partido este texto en dos.

Italia 1934

Egipto: La primera participación de un país árabe data de 1934. Hay que tomar en cuenta que Arabia en conjunto comenzó a ganar su independencia a partir de la II Guerra Mundial, pero había algunos estados que todavía estaban presentes en el mundo, aunque fuera como protectorados. Uno de ellos era Egipto. Los británicos le permitieron tener su selección para 1920. Al ver la FIFA el éxito del campeonato del mundo en Uruguay, convocó a que todos los países se inscribieran para la siguiente edición en Italia, pero no llegarían por arte de magia, sino atravesando eliminatorias para obtener a los 16 equipos. Egipto así tuvo que eliminarse en un grupo del Medio Oriente, con Turquía y el Mandato de Palestina. Los turcos se retiraron, mientras que la selección palestina solamente tenía jugadores británicos y judíos. Egipto ganó con facilidad y así llegó al mundial.

El escocés James McCrae hizo un trabajo bastante aceptable al mando de los egipcios, que se presentaron en Nápoles para enfrentar a Hungría, que comenzaba su paso hacia volverse un rival serio en Europa Central. Había por ahí una cuenta pendiente, ya que en los Olímpicos de París 1924 los egipcios echaron a los magiares, provocando una hecatombe administrativa al seno de la Federación Húngara de Futbol. Hungría comenzó ganando 2-0, pero Egipto no bajó los brazos y de la mano de Abdulrahman Fawzi (عبد الرحمن فوزي) empataron en cuatro minutos. En el segundo tiempo, los egipcios se volcaron al ataque, y Fawzi anotó la voltereta, que fue anulada por fuera de lugar. Hungría ahora dictó el trámite del encuentro, se adueñó del balón y calmó las aguas para vencer 4-2. Los egipcios se quejaron del favoritismo hacia los europeos, sobre todo en el cuarto gol, que era falta de los húngaros.

Dos apuntes más. El partido fue en el Giorgio Ascarelli, un estadio que no logró sobrevivir a la II Guerra Mundial por el bombardeo aliado. La otra es que Hungría y Egipto tienen una relación de más de cuatro siglos y hay un grupo de egipcios de origen húngaro, los magyarab. Lo veremos después.

México 1970

Marruecos: Entre un nivel que todavía no estaba a la altura de Europa (el parámetro más cercano), boicots políticos y dignidad incuestionable, ningún país árabe logró treparse al mundial sino hasta 1970. África por fin tenía una plaza fija y el primero en clasificar por esa vía fue la selección de Marruecos, lo cual incluyó eliminar a Túnez en un volado, después de tres partidos sin ningún ganador.

De vuelta al mundial, Marruecos quedó sorteado en el grupo 4, junto a Alemania Occidental, Perú y Bulgaria. La sede sería el Camp Nou de León, en el Bajío. Y el debut era con los vigentes subcampeones. Por ser un país debutante, todo mundo asumía una victoria inobjetable de los teutones, pero desde el Magreb tenían algo que decir y se volcaron al ataque. Houmane Jarir (حومان جري) al 21’ incluso los dejó 1-0 ganando al medio tiempo. Todo Marruecos festejaba extasiado. La cosa es que Alemania Occidental siempre está acostumbrada a voltear las cosas cuando más están de color de hormiga, pero tuvieron que emplearse a fondo para remontar, prueba de ello son los autores de los goles, Uwe Seeler y Gerd Müller. 1-2, pero los marroquíes habían puesto contra las cuerdas a los alemanes.

El siguiente partido fue ante esta sucursal brasileña llamada Perú, que venía con una motivación extra; días antes de su debut sufrieron el peor terremoto de su historia  (7,9 grados Richter en Áncash) que causó entre 70.000 y 120.000 víctimas en el norte (ya hablé de eso). A Marruecos se le acabó el gas en el partido contra Alemania y nada pudo hacer para contener el embate peruano. El marcador final fue 0-3.

Finalmente ya eliminados quedaba jugar contra los búlgaros. Para ser un partido de aparente “desinterés” por no jugarse ya nada, Bulgaria y Marruecos regalaron un juego bastante entretenido. Dobromir Zhechev (Добромир Жечев) al 40’ mandó a Bulgaria con la victoria al descanso, pero Maouhoub Ghazouani (موهوب الغزواني) empató los cartones al 61’. Terminó el partido con un empate a 1-1. No solamente festejaban en Marruecos, todo un continente y toda una región también lo hacían. Se trataba del primer punto que ganaban tanto África como un país árabe.

Argentina 1978

Túnez: Tras una edición donde ahora sí sin remedio Arabia quedó eliminada, Argentina era la siguiente parada del futbol mundial. En el campeonato del mundo donde estadísticamente era menos probable clasificar, Túnez alzó la mano como representante del continente africano, y del mundo árabe, por qué no.

Las Águilas de Cartago recibieron un sorteo en apariencia bastante adverso. Les tocó el grupo 3, con Alemania Occidental, México y Polonia. Parecía que no había nada que hacer; hablamos del campeón más reciente y el tercer lugar con un ataque más que formidable. Para colmo de males, venía un país de buen trato al balón y que recibía un refuerzo de la selección juvenil subcampeona del primer mundial de la especialidad. Y contra los mexicanos era el debut en el Gigante de Arroyito de Rosario. Tras un inicio esperado, donde México se marchó al vestidor con un penal anotado en las postrimerías, Túnez se inspiró en Aníbal y Cartago para terminar ganando de manera inobjetable gracias a los goles de Ali Kaabi (علي الكعبي), Néjib Ghommidh (نجيب غميض) y Mokhtar Dhouieb (المختار ذويب).

Seguía el partido contra los polacos, que habían dejado un grato sabor de boca en el partido inaugural contra los alemanes. Fue un partido que tuvo a dos equipos en buena lid, peleando por el balón, pero que se decidió por una genialidad del buen Grzegorz Lato. Todavía había posibilidades de clasificar, pero todo quedaba en vencer a Alemania, que estaba teniendo problemas para defender su título, independientemente de que hubieran masacrado a los mexicanos 6-0. Ahora tenían que viajar a Córdoba, al Chateau Carreras (ahora Mario Alberto Kempes). Alemania partía con ventaja; sabía que con un empate estaban en la siguiente ronda. Túnez lo intentó, pero de nada valió. Un 0-0 final que los mandaba de vuelta a casa.

De todas maneras no había sido una mala presentación tunecina. Habían logrado la primera victoria para un conjunto africano y árabe en un mundial y además por primera vez no se quedaban en el último lugar de un sector. Claro está que nadie esperaba que los tunecinos clasificaran en un grupo tan complejo, pero se habían ganado el respeto, tal como los cartagineses tuvieron contra las cuerdas a los romanos. Eso lo veremos con más detalle en su momento.

España 1982

Argelia: Con el incremento de 16 a 24 selecciones invitadas, aumentaron las chances para ver más selecciones luchando por el trofeo de la FIFA. Claramente África se beneficiaba con un cupo más y además de Camerún, llegaba Argelia.

De nuevo el sorteo no les daba mucha esperanza. Quedaron en el grupo 2 (el Asturiano) con Alemania Federal, Austria y Chile, y comenzaban con los alemanes en el Molinón de Gijón. Como 12 años atrás, de nuevo se esperaba una victoria contundente para la Mannschaft, pero de nuevo el partido resultó más trabado. El mundo se maravillaba con 11 argelinos que le plantaban cara a un equipo con tantos blasones. Como 12 años atrás, el Magreb pegó primero, con Rabah Madjer (رابح ماجر) al 54’. Como 12 años atrás, Alemania respondió, ahora por conducto de Rummenige (67’). Pero a diferencia de 12 años atrás, Argelia reaccionó rápido y Lakhdar Belloumi (لخضر بلومي) anotó un minuto después. Alemania se volcó al ataque fúrica, pero en vano. 2-1. El mundo no lo podía creer; Alemania había caído a manos de un equipo debutante, pero con un ardor increíble.

Ya instalados en Oviedo, les tocaba contra los austriacos, a veces considerados socarronamente como la selección alemana “B”. Y en esta ocasión los argelinos no pudieron emular la gran hazaña de cinco días atrás. Austria se terminó imponiendo 2-0. Por si fuera poco, Alemania había destrozado 4-1 a los chilenos. Argelia tenía todavía oportunidad de clasificar a la segunda ronda; ya habían pasado los partidos más complicados y Chile estaba dando más pena que gloria. En Gijón alemanes y austriacos se verían las caras.

Como se esperaba, Argelia empezó a tambor batiente contra Chile. Goles de Salah Assad (صالح عصاد) al 7’ y al 31’ y Tedj Bensaoula (تاج بن سحاولة)) al 35’ dejaba todo a pedir de boca a los argelinos. Como el criterio de desempate era la diferencia de goles, había que seguir encima para tener más probabilidades de pasar y dejar todo cuesta arriba para los alemanes. Pero los argelinos se confiaron de manera inexplicable, y dejaron crecer a los chilenos, que dejaron el partido con un marcador final 3-2. Pagarían las consecuencias al día siguiente. Para que Argelia quedara eliminada, Alemania debía ganar por diferencia de hasta dos goles. Nadie esperaba que con el gol de Hrubesch al 10’, terminaría el partido. Como el marcador los clasificaba a ambos, alemanes y austriacos se dedicaron a pasear el balón en uno de los espectáculos más bochornosos en la historia de los mundiales. Descaradamente se echaron a la hamaca, entre abucheos del respetable; de todos modos ya estaban dentro de los 12 mejores. Ese partido se conoce de manera sarcástica como “la tregua de Gijón”. Argelia se marchó eliminada y con un coraje bastante atravesado. La FIFA en ese momento no podía hacer nada; habían ganado de manera legal. Eso sí, esto sentó un precedente: con el fin de evitar arreglos sospechosos, a partir del siguiente mundial los partidos de la última jornada de fase de grupos serán de ahora en adelante el mismo día y a la misma hora.

Kuwait: Te había dicho antes que Kuwait ahora da pena, pero en los años 80 dominaban en Asia; había ganado cinco de seis Copas del Golfo Árabe, tenían un sistema de juego agradable a la vista y eran los más recientes campeones de Asia, torneo que ganaron de local. También clasificaron con relativa comodidad como primer lugar de Asia-Oceanía.

Ahora bien, una cosa era el plano regional y continental, y otra cosa era medirte a los mejores del mundo. El sorteo también fue brutal para ellos: grupo 4 entre Valladolid y Bilbao con Inglaterra, Francia y Checoslovaquia.

En el José Zorrilla de Valladolid, Kuwait comenzó su andar frente a Checoslovaquia. De nuevo todo mundo veía maravillado a un conjunto árabe jugar bien y de hecho pegaron una en el poste. Pero vino penal en contra y marcó Antonin Panenka, pero no con el sello de la casa. En el segundo tiempo, Kuwait se volcó al ataque y Faisal al-Dakheel (فيصل الدخيل) marcó un soberbio gol que causó un marcador que ya no se movió, 1-1.

Días después venían los franceses. Los galos comenzaban a desarrollar un juego rápido y agresivo que los llevaría a alturas insospechadas, como ganar una Euro dos años atrás. Ahí hombres como Giresse y Platini estaban en ciernes. Los kuwaitíes no podían hacer nada ante tal vendaval más que salvarse quien pudiera. El gol de Abdullah al-Buloushi (عبد الله البلوشي) al 75’ no hizo más que maquillar la paliza que le estaban metiendo (1-3), y todavía no había hecho más que empeorar con un gol de Giresse. Los franceses festejaban, pero los kuwaitíes protestaban, incluso amenazaban con retirarse el partido. Decían que habían escuchado un pitido y pensaron que el árbitro fue, lo cual no era cierto. Y es aquí donde comenzó uno de los momentos más rocambolescos de las historia de mundiales: el presidente de la Federación de Futbol de Kuwait bajó a la grama del José Zorrilla. Era nada menos que el Jeque Fahad al-Ahmed al-Jaber al-Sabah (الشيخ فهد الأحمد الجابر الصباح), miembro de la casa reinante de Kuwait. Sorprendentemente lo dejaron pasar al campo, que encaró al árbitro soviético Myroslav Stupar y le pidió que anulara el gol. Stupar lo hizo, y ahora la furia era de los franceses, pero como iban ganando no hicieron mucho aspaviento. De todos modos al 89’, Francia ahora sí marcó el 4-1.

El daño estaba hecho. Con la reputación mancillada, Kuwait llegó al San Mamés bastante desmotivado para enfrentar a Inglaterra. Un solitario tanto de Trevor Francis fue el acabose para Kuwait que salió sin gloria y con mucha pena de su único mundial. Más adelante veremos a detalle esta participación.

México 1986

Irak: Asia ideó unas eliminatorias regionales para obtener a sus dos invitados. Un boleto iría al oeste, el otro iría al este. Irán estaba en plena guerra con Irak y la FIFA pidió que sus partidos fueran en terreno neutral. Como los iraníes se negaron, fueron descalificados. Así pues, este boleto sería escenario para una guerra civil árabe entre 10 países. El superviviente fue Irak, que había reclamado la sucesión de Kuwait como mejor equipo del momento en Asia: había ganado oro en los Juegos Asiáticos Nueva Delhi 1982, más otros títulos, como la Copa Árabe y los Juegos Pan Árabes. Ahora bien, esto sucedía en un contexto donde el dictador Sadam Hussein dictaba todo, incluyendo el futbol (después veremos eso)

Con un nuevo formato que permitía que solamente ocho equipos quedaran eliminados (clasificaban los dos mejores de cada grupo y los cuatro mejores terceros), era más probable ver aún más emociones. Lo malo es que a Irak le tocó en suerte el grupo B, con Bélgica, Paraguay y los anfitriones.

Sabedores de que el nivel no les daba para más, los iraquíes se preocuparon más por no sufrir daños que en atacar. Funcionó a secas, porque todas sus derrotas fueron apenas por diferencia de un gol. Al menos se marcharon con un tanto marcado, Ahmed Radhi (أحمد راضي) al 59’ en el de la honra ante los belgas. Y aquí enfrentaron su partido con más público, ante los mexicanos en un Estadio Azteca pletórico (103.000 almas) 

Argelia: Después de la frustración de cuatro años atrás, Argelia volvía con ganas de revancha, exacerbadas por terminar por primera vez fuera del podio de la Copa Africana de Naciones meses atrás en Egipto. Su grupo no era tan pesado (D, con Brasil, España e Irlanda del Norte). Y como ahora había posibilidad de colarse como mejor tercero, podía haber oportunidad de sanar esa herida ovetense. Todo quedaba en obtener un resultado positivo contra los norirlandeses, y después… quién sabe.

Precisamente su primer partido era ante Irlanda del Norte en el Tres de Marzo. Y otra vez contra las cuerdas. Al minuto 8’ ya lo perdían con un gol de Norman Whiteside, que aún ostenta el récord del jugador más joven en aparecer en un mundial. Argelia no se rindió, y empató en el segundo tiempo gracias a Djamel Zidane (جمال زيدان). Faltaba un gol más, pero no pudo caer. Argelia se iba con un punto, que para fines de clasificación era insuficiente… porque seguían los fuertes.

Contra Brasil fue gala de resistencia para tener posibilidades de aspirar al final. Casi les salía la táctica en el estadio Jalisco, pero un gol de Careca al 66’ tiró por la borda una tarea a priori muy difícil. Ya desmotivados y lejos de su Guadalajara (jugaron en el Tecnológico de Monterrey), Argelia sufrió un 0-3 ante España, que explotaría en octavos.

Marruecos: Por otra parte, Marruecos volvía al país donde comenzó su andar en la palestra mundial. Eso sí, no era León, sino Monterrey. El grupo era bastante parejo, el F, con Inglaterra, Polonia y Portugal. En este caso había bastantes probabilidades de pasar, más por igualdad de condiciones entre los cuatro miembros. Eso se notó en los primeros partidos de los marroquíes ante polacos (Estadio Universitario de Monterrey) e ingleses (Estadio Tecnológico). En ambos casos fue 0-0. El final sería de alarido.

Mientras Argelia iba al Tecnológico, su rival del Magreb partía al Tres de Marzo para jugar contra Portugal. Los lusitanos acudían a un mundial después de una gran Eurocopa, pero lo que pocos sabían es que su vestidor estaba roto y estallaría lo que se conocería después como el caso Saltillo. Así pues, Marruecos se aprovechó de un rival que se desangraba internamente para salir a morder. Al minuto 63’ ya ganaba 3-0 gracias a dos tantos de Abderrazak Khairi (عبد الرزاق خيري), uno al 19’ y otro al 26’, más otro de Merry Karim ‘Krimau’ (عبد الكريم ميري كريمو) al (62’). La anotación de Diamantino simplemente decoró la debacle portuguesa. Después hablaremos de este acontecimiento que marcó un antes y un después en el futbol de Portugal. Pero mientras tanto Marruecos logró lo que se pensaba que nunca ocurriría: era el primer país africano (y árabe) en pasar la fase de grupos. Aún más importante, era el primer africano (¡y árabe!) en ganar un grupo.

Regresaban a Monterrey para octavos de final, y el rival era quien les había dado la bienvenida hacía 16 años, Alemania Occidental. Mismo trámite: los alemanes encima, pero no totalmente. Marruecos seguía envalentonada por esa victoria sensacional. Como contexto, Portugal les había propinado su primera derrota en casa en eliminatorias. Tuvo que llegar Lothar Matthäus al 88’ para desequilibrar el encuentro. Marruecos se iba así de nuevo con la frente en alto. Y por cierto, Marruecos le debe tanto a México en el futbol, como está retratado en el libro Quinteto de Mogador de Alberto Ruy Sánchez. Veremos esa relación después.

Italia 1990

Emiratos Árabes Unidos: Hasta este momento hemos visto que los países árabes que se han metido a mundiales lo han hecho con toda justicia. En este caso, Emiratos Árabes Unidos aprovechó estar en el lugar y tiempo adecuados para clasificar. Lo hizo siempre apelando a criterios como la diferencia de goles para eliminar a Kuwait en un grupo previo, y también en el hexagonal final en Singapur. Su registro fue inaudito, una victoria y cuatro empates.

Esta característica se notó ya en el mundial. Encuadrados en el grupo D (en Milán y Boloña) con Alemania, Yugoslavia y Colombia, prácticamente no tuvieron nada que hacer. Este fue el grupo que animó un campeonato con ataques estériles; alrededor del 15% de goles totales en el mundial cayó aquí. Y en buena medida fue gracias a la debilidad de los amiríes. La derrota 0-2 ante Colombia fue un mero solaz. Cayeron 1-5 contra los alemanes y 1-4 contra Yugoslavia. ¡Claramente fue último puesto! Los únicos que pasaron a la historia fueron los autores de los goles: Khalid Ismail (خالد اسماعيل) ante Alemania (46’) y Ali Thani (علي ثاني) ante Yugoslavia (22’).

Egipto: Egipto puede ser lo más dominante que quiera en Copas Africanas, pero algo pasa que se le indigesta todo en eliminatorias a mundiales y todo ese poderío no puede ser ejercido. Como siempre, en la eliminatoria sudó sangre, pero logró sacar en el partido decisivo a Argelia para regresar a un mundial después de 56 años. Simplemente es la espera más larga de un país en el mundial… y curiosamente regresaba a donde todo comenzó, Italia.

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Su camino en el mundial era mucho más equilibrado. Quedó en el grupo F junto a Inglaterra, Irlanda y Países Bajos. Era el único grupo que no se jugaría en la Italia continental, sino en las islas: Cagliari, la capital de Cerdeña, y Palermo, la ciudad más grande de Sicilia. La falta de nivel de los egipcios se compensaba con un apoyo masivo. Cientos de egipcios tomaron ferris desde Alejandría y Port Said hasta Sicilia y Cerdeña para ir a apoyar a su selección. Les alcanzó para rescatar un empate a un gol contra neerlandeses y otro sin anotaciones ante los irlandeses. Inglaterra probó ser demasiado para ellos y se marcharon con una derrota de 1-0. El único que pudo marcar un gol fue Magdi Abdelghani (مجدي عبد الغني), y de penal (83’). A diferencia de Emiratos Árabes Unidos, en este grupo nadie marcó más de un gol en un partido. Fue tan soso que Irlanda y Países Bajos tuvieron que ver quién quedaba en segundo y tercero por un sorteo. Esto fue en la primera época de oro del futbol irlandés, gracias al inglés Jack Charlton. Puedes leer la historia que escribí al respecto hace tiempo.

Estados Unidos 1994

Marruecos y Arabia Saudita: La fantástica copa del mundo de Camerún (primer país africano en meterse a cuartos de final) maravilló tanto a la FIFA que le quitó un cupo a Europa para dárselo a África. Estaba convencida de que había mucho más talento escondido. Marruecos aprovechó este cambio para clasificar gracias a la victoria en el último encuentro ante Zambia que había renacido contra todo pronósticode las cenizas de un fatal accidente de avión en Gabón, y que estaba encabezada por Kalusha Bwalya, fortuito superviviente (hace mucho hablé de eso).

Por su parte, Arabia Saudita llegaba a su debut con cierta holgura. Era el único invicto en Asia y había sobrevivido al hexagonal en Qatar, ahí donde Japón sucumbió de manera sorpresiva ante una eliminada Irak en la llamada Agonía de Doha (ya hablé de eso).

El sorteo de Estados Unidos 1994 fue bastante caprichoso al respecto. Los metió en el mismo grupo, el F. Y además, los otros rivales también eran hermanos a su manera, Bélgica y Países Bajos. La primera jornada parecía dictar la tónica. Bélgica derrotó 1-0 a Marruecos en el Citrus Bowl de Orlando, mientras que la Naranja Mecánica hizo lo propio con Arabia Saudita en el Robert F. Kennedy Memorial Stadium de Washington DC. Fuad Anwar (فؤاد أنور) había puesto en estado de gracia a los saudiárabes al 18’, pero los neerlandeses remontaron en el segundo tiempo.

La siguiente cita era fratricida, y el escenario era el Giants Stadium que con fines administrativos se consideraba como Nueva York. Sería el primer partido entre países árabes, y en esta ocasión Arabia Saudita ganó 2-1. El marcador se abrió con un penal de Sami al-Jaber (سامي الجابر) al minuto 7, empató al 26’ Mohammed Chaouch (محمد شاوش) y antes del descanso volvió a marcar Fuad Anwar.

Como producto de esta victoria, Arabia Saudita estaba en posibilidades serias de pasar de ronda. Para que esto ocurriera, no debía perder ante Bélgica para al menos estar peleando como mejor tercero. Esto parecía lejano, pues Bélgica tenía dos victorias más o menos convincentes. Para aficionados románticos al futbol, era factible; Arabia Saudita había despertado ilusión con un gran juego. Y el destino era Washington DC. Al minuto 6’, un jugador aparentemente desconocido, Saeed al-Owairan (سعيد العويران), tomó el balón en media cancha y continuó a la portería defendida por el siempre confiable Preud’homme. A su paso dejó sembrado a defensor tras defensor. al-Owairan terminó consumando la obra para un 1-0 que nadie esperaba. Este resultado mandaba directo y sin escalas a Arabia Saudita hacia la tierra prometida de los 16 mejores.

Mientras tanto, en Orlando, Países Bajos se veía las caras con Marruecos. La sorpresiva caída de los belgas le abría la posibilidad de ganar el grupo y con un gol de Bergkamp se ponían arriba en el marcador. Llegó el empate de los marroquíes por conducto de Hassan Nader (حسن ناظر) al 47’. Con este empate, Arabia Saudita estaba sorpresivamente de líder de grupo y jugaría contra Irlanda, mientras que Bélgica se vería las caras con Suecia y Países Bajos terminaría como mejor tercero. Todo acabó con un gol de Roy al 77’. Los neerlandeses ganaban el partido y el grupo. Silbatazo final. Arabia Saudita sorprendía a todos clasificando como segundo. Marruecos se marchó sin puntos, pero tranquila por haber hecho sudar a dos potencias.

En octavos de final tendrían que jugar en el Cotton Bowl de Dallas contra los suecos, que de la mano de Henrik Larsson y Martin Dahlin estaban en buena forma. Arabia Saudita intentó desplegar su juego, pero se topó con un equipo rocoso y todavía más alegre que ellos. Dahlin precisamente marcó el 1-0 al 6’ y Kenneth Andersson aumentó la ventaja al 51’. Los árabes no bajaron los brazos y pudieron descontar por medio de Fahad al-Gheseyan (فهد صالح الغشيان) al 85’. ¿Les daría tiempo para la prórroga? ¡Para nada! Andersson acabó con las esperanzas al 88’. En un duelo de caballos negros, Suecia eliminaba a la amenaza de Arabia Saudita.

En ese mundial el jugador que más destacó fue Saeed al-Owairan y tenía todo para continuar en otro club grande; desafortunadamente, entre malas decisiones de vida y un estricto control en su natal Arabia Saudita truncaron una carrera prometedora. Después te contaré esa historia.

Fuentes

BAB.la
FIFA.com
RSSSF

Para nuestra siguiente parte continuaremos con nuestro recorrido. Nos hemos quedado en Francia 1998.

Recapitulemos

En total, ocho países árabes han participado en mundiales:

  • Italia 1934: Egipto
  • México 1970: Marruecos
  • Argentina 1978: Túnez
  • España 1982: Argelia y Kuwait
  • México 1986: Argelia, Irak y Marruecos
  • Italia 1990: Egipto y Emiratos Árabes Unidos
  • Estados Unidos 1994: Arabia Saudita y Marruecos

Nos vemos mañana. Una de las cosas que olvidé decirte era enseñarte cómo se dice Feliz Navidad en árabe: 

عيد ميلاد مجيد

(Eid milad majid)

Sebastián Alarcón
Sebastián Alarcón
Soy Sebastián Alarcón, tengo 31 años. Aspiro a ser polímata. Junto futbol con geopolítica, sociedad, cultura, idiomas e historia y le agrego música para explicar el mundo. Escribo de futbol de la FIFA y fuera de ella. Si sientes la décima parte de lo que siento al escribir, mi misión está completa.