Akhmat Grozny y la guerra de Chechenia

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Маршалла хуьлда! Муха Ӏаш ву хьо? (Marshalá jüldá! Mukha ash vu ho?). Este es el saludo en checheno, un idioma perteneciente a las lenguas caucásicas del norte. Espero que estés muy bien. La vez pasada estuvimos viendo el ascenso y la caída del Anzhi Majachkala. Recordarás que esta ciudad era la capital de Daguestán, que tiene frontera a su vez con otra república de la Federación Rusa: Chechenia. Ahí iremos.

Recomendación musical

 

Para esta ocasión, te mostraré un poco de la música que se escucha en Chechenia. Hay varios ritmos caucásicos que se escuchan en las barracas de Moscú y San Petersburgo, llenas de chechenos que buscan una vida mejor. Puedes ver a chechenos bailando la lezginka. Esta canción es así: se llama San dago lökhu ho masso a khanna (Сам даго лоьху хьо а ханна), «Mi corazón te busca todo el tiempo», y la canta Askhan Bakharagov (Асхан Бахарагов). Disfrútala.

Vamos al tema de hoy.

Cáucaso, crisol de culturas

 

La vez pasada te introduje un poco a la diversidad demográfica que se vive en este punto del globo terráqueo. El Cáucaso no solamente es rico en geografía, sino en idiomas, religiones y pueblos. No solamente hay diferencias desde el Mar Negro al Mar Caspio; no es lo mismo lo que encontramos al sur que al norte.

 

Imagina una zona donde hay más de 60 idiomas concentrados en una zona con tan pocos kilómetros cuadrados. Imagina esa misma zona donde hay desde el cristianismo ortodoxo hasta el islam más recalcitrante, sin dejar de lado la religión budista. Imagina a pueblos indoeuropeos primos de los iraníes como los osetios conviviendo mano a mano con pueblos nativos como los cherquesos y los cabardinos. El Cáucaso es un ecosistema social que rivaliza con África, Latinoamérica o hasta el norte de Australia.

 

Ahora bien, te hablé sobre Daguestán y la alta cantidad de idiomas y pueblos que se encuentran ahí. Al oeste se encuentra una república que en su momento se defendió con uñas y dientes de la dominación rusa. Este pueblo es conocido como «los franceses del Cáucaso». No es broma; pueden ser los más alegres y seductores, pero a la hora de que les quieren arrebatar la libertad, son capaces de armar una revolución. Nos vamos a Chechenia.

Un poco sobre Chechenia

 

Chechenia (en ruso Чечня, Chéchña, en checheno Нохчийчоь, Nójchichö) es una república que limita al norte y al este con Daguestán, al oeste con el krai de Stavropol y Osetia del Norte, mientras que del otro lado de la cordillera, al sur, está Georgia. Es bastante pequeña: su territorio apenas llega a los 17.300 km² y su población es un poco más de 1,6 millones de habitantes. Su capital en la ciudad de Grozny (Грозный), que en checheno se llama Sölzha Ghala (Соьлжа-ГӀала). Casi la totalidad de su población (97,4%) es chechena, y la cantidad de rusos no llega ni al 1%. El resto se reparte entre cumucos, inguses, avares, nogais y otros.

 

A diferencia del resto de Rusia, la religión mayoritaria en Chechenia es la musulmana. Desde una evangelización que llevó de los siglos XVI a XIX, los chechenos abrazaron el islam como una manera de protegerse de la conquista que estaba llevando a cabo Rusia, que usaba el cristianismo como justificación. Allá por 1921, el Ejército Rojo se anexó las repúblicas del Cáucaso Norte. Y a mediados de los años 30, llegaron varios ucranianos que la pasaban realmente mal a causa del Holodomor (del cual ya hablé en su momento).

 

Aunque hubo chechenos que combatieron en la II Guerra Mundial, se acusó falsamente a Chechenia y a Ingushetia de apoyar a los nazis. El castigo fue cruel: sufrieron un exilio hasta Kazajistán a pie bajo la operación Lentil. Se dice que era una manera de amedrentar a los turcos. Por las condiciones climáticas, alrededor del 60% de los chechenos murieron. En 1956, en un intento de desestalinizar toda la URSS, el régimen de Khruschov permitió que los chechenos regresaran a sus tierras, las cuales estaban ya habitadas por rusos venidos de toda la Unión Soviética.

Las guerras de Chechenia

 

Eran los estertores de la URSS. Viendo que muchas repúblicas, como las bálticas, estaban estableciendo su independencia (algo que también ya mencioné), Chechenia quiso hacer lo mismo. Primero revivió el islam apagado por el ateísmo forzado de las autoridades soviéticas. Cayó la Unión Soviética y surgió un movimiento independentista muy fuerte a cargo del primer presidente de Chechenia, Dzhokhar Dudayev (Джохар Дудаев). Obviamente Boris Yeltsin (Борис Ельцин) se opuso: no solamente había riesgo de que se desintegrara toda Rusia en caso de que Chechenia se independizara, ahí estaba la mayor infraestructura de petróleo. En 1994 estalló la guerra en Chechenia.

 

Aunque Rusia mandó toda su fuerza para apagar el fuego revolucionario, el ejército ruso perdió más tanques que en toda la toma de Berlín en la II Guerra Mundial y perdió la guerra. Con una mina perdieron a Dudayev, fue el precio que tuvo que pagar Chechenia. De inmediato eligieron a Aslan Maskhadov (Аслан Масхадов) como líder y encargado de las negociaciones con Moscú. El problema es que no pudo controlar a sus combatientes más recalcitrantes y Chechenia cayó en la anarquía. No solamente había chechenos en muchos campos de refugiados, la principal fuente de ingresos era el secuestro.

 

La segunda guerra de Chechenia empezó de esta manera: una serie de bombas en varias ciudades mató a 300 civiles en septiembre de 1999. La culpa fue de un grupo de chechenos liderado por Shamil Basayev (Шамил Басаев). A diferencia de la primera guerra, ahora Rusia se organizó bien y tomó el control de manera rápida y expedita. Grozny cayó el 5 de febrero de 2000 y más o menos las cosas se calmaron.

 

En 2002, 40 rebeldes chechenos tomaron 900 rehenes en el teatro Dubrovka (Дубровка) de Moscú. Después de negociaciones tensas, murieron 117 rehenes y todos los rebeldes. Vladimir Putin volvió al ataque y desde Moscú impusieron un nuevo régimen en Chechenia prorruso. En 2003 hubo un referéndum: Chechenia tendría más autonomía dentro de Rusia, pero seguiría sujeta a Moscú. La cereza del pastel fue que la ONU declaró que la capital Grozny era la ciudad más destruida del mundo.

Terek Grozny: futbol en tiempos de guerra

 

Mientras los chechenos sufrían con la funesta marcha hacia Kazajistán, se formaba un equipo en Grozny llamado Dinamo. El Dinamo fue fundado en 1946, pero dos años después cambió el nombre a Neftyanik (Нефтяник), por la importancia del petróleo encontrado en Chechenia. Diez años duró con ese nombre, hasta que en 1958 quedó como Terek (Терек), haciendo alusión al río del mismo nombre que nace en Georgia, serprentea buena parte del Cáucaso, atraviesa Chechenia y desemboca en el Mar Caspio. Jamás despegaron de la segunda división soviética, aunque constantemente animaban el campeonato.

 

El Terek Grozny en 1960

 

Cuando cayó la URSS, pasaron a formar parte de la segunda división, y cayeron a la tercera en 1994. No durarían mucho en esa división, y no porque fuera su nivel demasiado bueno o malo: el gobierno ruso disolvió el equipo por la situación de guerra que se estaba viviendo en Chechenia. Los jugadores migraban al futbol de Europa del Este, o bien engrosaban las filas de los rebeldes chechenos, como Zaur Sadayev (Заур Садаев), por ejemplo.

 

El Terek en los años 70

La estancia de Akhmat Kadyrov

 

Akhmat Kadyrov (Ахмат Кадыров) nació en pleno destierro checheno, en Karaganda, Kazajistán. Era el año 1951. Como todo checheno, Kadyrov nació odiando a Rusia a muerte. La primera guerra con Rusia fue el momento de descargar todo ese odio al ser el líder de esa república chechena durante este conflicto. Asimismo también apoyaba al Terek desde su nacimiento.

 

Todo cambió para la segunda guerra. Viendo con terror cómo el wahabbismo permeaba en la insurgencia y con ganas de mejorar la situación de los chechenos, Kadyrov cambió de bando y se volvió pro Moscú (bueno, también fue por ambición personal). Las fuerzas rusas controlaron Chechenia en siete meses e inmediatamente, Putin lo nombró cabeza de la administración.

 

En ese momento, Kadyrov volvió a traer al Terek a la mesa. ¿Qué tal si hay un equipo que se vuelva símbolo de Grozny para cuando las cosas estén un poco mejor? Junto con el ministro de deportes de Chechecnia, Khaidar Alkanov (Хайдар Алханов), inyectó dinero para regresar a la vida al Terek.

 

Cuando el Terek regresó, se dieron cuenta de que no era nada viable jugar en Grozny. Hasta el estadio Dinamo estaba destruido a causa de tantos rifirrafes. Tuvieron que peregrinar de una ciudad a otra. Duraron muy poco en una pequeña ciudad llamada Kislovodsk (Кисловодск), en el krai de Stavropol. No duraron ahí porque las autoridades temieron que los chechenos harían sus desmanes. Tuvieron que terminar la temporada en Cherkessk (Черкесск), la capital de Cherkesia. El espacio era mucho menor. Al año siguiente de su regreso, ascendió.

 

En 2002 se partieron entre dos ciudades: el estadio Beshtau (Бештау), de la ciudad de Lermontov (Лермонтов), y el estadio Central de una ciudad de reposo llamada Pyatigorsk (Пятигорск). Al año siguiente, Kadyrov fue electo presidente de Chechenia y su tónica siguió favoreciendo los intereses de Putin. La traición le valió ser víctima de intentos de atentado, los cuales sobrevivió.

 

El club resurgió gracias a una repatriación de jugadores que se habían marchado de Chechenia por la guerra y vivían en países como Israel y Ucrania. También empleó a futbolistas que aún quedaban en una Grozny que se desangraba por tantas balas, morteros y bombas. La mayoría de los convocados rebasaba los 30 años. No es casualidad que esa hambre de triunfo hiciera del 2004 un año inolvidable: no solamente certificaron su ascenso a falta de siete jornadas y cerraron con 21 juegos invictos, sino que se convirtieron en el único equipo hasta ahora en lograr 100 puntos en la segunda división. Además, ganó la final de la Copa de Rusia, disputada en Moscú: 1-0 sobre el Krylya Sovetov Samara (Крылья Советов Самара). Así, el Terek Grozny fue el primer club fuera del máximo circuito y fuera de Moscú y San Petersburgo en llevarse la copa.

 

El Terek Grozny, en segunda división, era el campeón de la Copa y podían ir a Europa. El problema es que 10 días después de la victoria en la copa, Akhmat Kadyrov al fin fue asesinado en un atentado.

 

Con el dolor que significó perder a Kadyrov, el Akhmat logró regresar a primera, pero duraron un año ahí. De todos modos, les dio el gas para cargarse al Lech Poznań de Polonia con un cuadro plagado por lesiones. Lo malo es que el Basilea de Suiza les negó la entrada a la fase de grupos. Cabe destacar que, por la incapacidad de su estadio, tuvieron que jugar en Moscú, dos años después de lo sucedido en ese teatro Dubrovka.

El futbol checheno renace por Ramzan Kadyrov

 

Según la Constitución de Chechenia, el presidente tiene que tener mínimo 30 años de edad. Eso impidió que por dos años el hijo de Akhmat, Ramzan (Рамзан), no pudiera asumir la presidencia, por lo que tuvo que esperar. Mientras tanto se quedó con el cargo Alu Alkhanov (Алу Алханов). Así pues, en 2007 ascendió a la presidencia y de inmediato empezaron las pláticas con Rusia. Ese mismo año el Terek regresó a primera tras quedar segundo.

 

De inmediato Chechenia se empezó a recuperar económicamente. Y Ramzan Kadyrov alternó su rol de presidente de Chechenia con el del presidente del Terek Grozny. En 2008 le permitieron volver a jugar en la ciudad de Grozny. Regresaron a su estadio reconstruido con cancha de pasto sintético incluida tras años de que tuviera un tanque ruso como base y cuyos muebles fueran destinados a que soldados rusos hicieran fogatas. Ahora se llamaba Sultan Bilimkhanov (Султан Билимханов) en honor a un político del parlamento checheno que murió en un accidente. Dos años después, se mudaron al flamante Akhmat Arena (Ахмат Арена), con capacidad para 30.600 espectadores, con un costo de 280 millones de dólares. De todos modos, era un riesgo jugar en Grozny porque no era raro ver tiroteos entre rusos y chechenos y porque con frecuencia explotaban los coches por bombas.

 

Paralelamente al apaciguamiento oficial de las hostilidades, el Terek empezó a mejorar sus resultados paulatinamente. De ser un equipo que peleaba por no descender, llegó a competir por los primeros puestos. En 2017 lograron su mejor puesto en su historia: un quinto lugar, a un punto de puestos europeos. Ese mismo año, las autoridades del Terek hicieron una solicitud para cambiar el nombre del equipo. A partir de la temporada pasada se llama Akhmat Grozny (Ахмат Грозный), en honor al primer presidente checheno, Akhmat Kadyrov. 

 

No solamente Kadyrov ha hecho maravillas. Uno de los ex jugadores insignia del club es el camerunés Guy-Stéphane Essame. que jugó para el Terek de 2008 a 2012 y a su vuelta a Camerún fundó el FC Lotus Terek en Yaundé, y no deja de exportar talento al club checheno.

 

A partir de ahí llegó el bajón, con dos temporadas a media tabla. La última temporada fue alarmante y durante varias jornadas navegó en el riesgo de perder la categoría. Terminaron empatados en puntos con el penúltimo lugar y el 14. Si el criterio de desempate hubiera sido la diferencia de goles, el Akhmat habría descendido, ya que tenía -19, por -4 del Tambov (Тамбов) y -7 del Krylia Sovetov Samara, que fue el desafortunado en bajar.

Futbol checheno contra el racismo

 

El mosaico multicultural de ciudades como Moscú y San Petersburgo se debe al centralismo de estas ciudades desde los tiempos de la ex URSS. Allá van inmigrantes no solamente de repúblicas ex soviéticas del Asia Central como Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán, sino de pueblos caucásicos. Estos migrantes, particularmente en la crisis financiera de 2008 y 2009, tomaron los trabajos que los rusos nativos no querían tomar.

 

Los rusos en especial se ensañan con los chechenos. Además de lo anterior, aún guardan rencor por el terrorismo pasado. Son varios los estigmas con los que se ha quedado Chechenia: bandidos, contrabandistas, terroristas, secuestradores. El hecho de que el atentado del maratón de Boston en 2013 haya sido responsabilidad de dos hermanos chechenos (Dzhokhar y Tamerlan Tsarnaev (Тамерлан Царнаев)) tampoco ayuda mucho.

 

Los ultras neo-nazis de equipos como el CSKA de Moscú y el Zenit de San Petersburgo no tienen suficiente con hacer el saludo nazi. En un partido contra el Zenit, una vez quemaron una bandera de Chechenia. Aficionados a clubes moscovitas se la pasan provocando a los chechenos usando el chauvinismo ruso. Y aficionados a clubes como el Rubin se han negado a viajar a Grozny. Los chechenos no se quedan callados: se la pasan gritando consignas a favor del separatismo. Se dice que Putin mismo presionó a la Federación Rusa de Futbol para que le dieran el permiso al Terek de regresar a Grozny.

 

Este equipo ha sido el apuntalamiento del poder de Ramzan Kadyrov. ¿Cómo ha sido su gestión?

Luces y sombras de la gestión de Kadyrov

 

Según la Constitución de la Federación Rusa, las repúblicas tienen autonomía en su sistema de gobierno y por ello Chechenia tiene su presidente. La cosa es que Kadyrov es prácticamente una marioneta de Putin; es incluso miembro de Rusia Unida, el partido en el poder. En una ocasión, Putin ha declarado que Kadyrov es como su hijo, pero políticos como Ilya Yashin (Илья Яшин) le han dicho que el checheno más bien es un «perro guardián sin control».

 

La pasión de Kadyrov por el futbol y en especial por el Terek no están en entredicho. En cuanto llegó al club, abrió la chequera para fichar a tres jugadores rumanos: Andrei Margaritescu (Dinamo de Bucarest), Florentin Petre (CSKA Sofía) y Daniel Pancu (Rapid de Bucarest). Con esa sangre rumana, el Terek evitó perder la categoría como la primera vez al quedar en el lugar 12. Fue él el artífice de contratar a Ruud Gullit como entrenador del Terek en 2011, aunque no duró media temporada por malos resultados. Dicen las malas lenguas que en realidad Kadyrov despidió a Gullit porque no solamente no se impresionó con las instalaciones del Terek, sino tuvo los pantalones de decir sin pelos en la lengua que nadie en Europa sabía dónde estaba Grozny.

 

Kadyrov con Gullit

 

Tres meses antes de que se inaugurara el flamante Akhmat Arena, organizó un partido contra un equipo de ex estrellas brasileñas. Así, a Chechenia llegaron jugadores de la talla de Romário, Dunga y Bebeto. Obviamente no llegaron por caridad. El marcador fue 4-6 en favor de los cracks, Y ya en la mera inauguración del estadio checheno, armó otro partido: una selección caucásica contra un equipo de leyendas como Robbie Fowler, Diego Maradona, Luís Figo, Fabien Barthez, Christian Vieri, Rinat Dasaev, Alessandro Costacurta, Iván Zamorano y Steve McManaman. Kadyrov se destapó una tercia de goles, aunque también dicen que ellos le dejaron meter los goles. Y en 2015 decidió regalarle a Putin en su 63er cumpleaños un amistoso en Grozny para lavar un poco su imagen en Chchenia, pero el pésimo nivel de Ramzan eclipsó el mismo partido.

 

Hablando del futbol, Ramzan ha ocupado las planas, y no precisamente para bien. Era marzo de 2013 y el Terek Grozny jugaba contra el Rubin Kazan (Рубин Казань). Los chechenos prácticamente se comían a patadas a los tártaros. En eso, una última patada fue tan dura que el árbitro expulsó al capitán Rizvan Utsiev (Ризван Уциев). Desde el sistema de sonido se escuchó «Судья проданный. Вы козёл» (El árbitro está vendido. Es usted un cabrón). La gente aplaudió al reconocer la voz: era Ramzan Kadyrov. Todavía le metió más leña al fuego desde su cuenta de Instagram: se disculpó con la gente, pero insistió en que el árbitro Mikhail Vilkov (Михаил Вилков) era un corrupto. La Federación Rusa lo multó con 200 mil rublos y el Terek tuvo que recibir al Zenit en el estadio Petrovsky en San Petersburgo.

 

Kadyrov con Medvedev

 

Putin y Kadyrov han usado sus redes sociales para estar en contacto y mostrar una imagen magnificada de sus pueblos, pero hay diferencias en cómo ambos manejan su imagen. Mientras Putin es más mesurado y calculado, Kadyrov es muy agresivo, sobre todo en Instagram. Es cierto que sube imágenes presumiendo su físico, su cariño hacia los niños y animales, su intelecto y sus conexiones con personas poderosas. A veces parece emular el culto de imagen que hiciera alguna vez Stalin, pero Ramzan no duda en irse a la yugular para todo aquel que osa criticarlo.

 

Y es que el culto a la personalidad es apenas el menor de los males para Kadyrov. Desde que ha estado en el poder, el régimen de Kadyrov ha sido tachado con acusaciones por una corrupción descarada, nulos derechos humanos y tortura a granel. Kadyrov ha intentado imponer la Sharia en Chechenia por medio de una policía especial, aprovechando que la mayoría de los chechenos son musulmanes recalcitrantes. Las personas homosexuales tienen pavor de salir del clóset; Kadyrov ha declarado una y otra vez que los homosexuales no son humanos. Eso ha enardecido a los chechenos y los gays constantemente son acosados, y hasta llegan a ser ejecutados. Se dice que el ejército especial, los Kadyrovtsy (Кадыровцы), estuvieron involucrados en el conflicto del Donbass en 2014 (del cual ya hablé en su momento).

 

La lealtad hacia Putin llega a extremos deplorables; se dice que Kadyrov le hizo el trabajo sucio de eliminar figuras prominentes de la oposición al Kremlin, como el político Boris Nemtsov (Борис Немцов) y la periodista Anna Politkovskaya (Анна Политковская). Por último, el manejo de la pandemia CoVID-19 por parte de Kadyrov ha sido bastante cuestionable.

Kadyrov y su relación con el futbol

 

El futbol no ha estado tampoco fuera del ojo del huracán. Algunos sectores de la sociedad chechena le reprochan el gasto excesivo sobre su juguete llamado Terek. Lo critican porque con ese dinero podría sacar adelante a la Chechenia que vive afuera de Grozny. La única manera en que se salió del organigrama del Terek fue para evitar que la UEFA sospechara de que mezclaba el futbol con la política, pero sigue siendo presidente honorario del club y casi no se pierde ningún partido en el Akhmat Arena.

 

El cambio de nombre del Terek a Akhmat es apenas un aspecto de la obsesión de Ramzan por honrar el legado de su padre: una de las mezquitas más grandes de Rusia, una mezquita en un poblado de Israel llamado Abu Ghosh (אבו גוש‎/أبو غوش‎) ahora se llaman Akhmat Kadyrov.

 

Como premio a la fidelidad de Putin, Rusia escogió a Grozny para un partido amistoso contra Rumania en noviembre de 2016. Para Chechenia, ese juego representó algo más. Fue en un momento donde Rusia estaba bastante involucrada en el conflicto de Siria, por lo que era un intento de calmar el extremismo islámico que podía resurgir en la región. Fue el primer partido de Rusia en esta ciudad. El DT de Rusia Stanislav Cherchesov (Станислав Черчесов) decidió darle la oportunidad al checheno Magomed Ozdoev (Магомед Оздоев) de debutar. Él lo entendía: Cherchesov es osetio, y los osetios también pertenecen al Cáucaso. Ozdoev jugaba en el Rubin Kazan, pero nació en Grozny. Y fue profeta en su tierra: él marcó el único tanto del partido, y ese también fue su primer gol con la casaca rusa. Cherchesov quedó satisfecho con el ambiente del Akhmat Arena ¿Qué más quería el ego de Kadyrov?

 

Ozdoev celebra el gol contra Rumania

 

Kadyrov fue de los principales responsables de que Grozny se postulara como sede del mundial, como una manera en promocionarla como la ciudad más tranquila del mundo. Fue imposible. Por mucho que Putin quisiera a Kadyrov, no podía darse el lujo de que algo saliera mal en el evento del año y Grozny todavía tiene niveles alarmantes de crimen. Y además, si una ciudad del Cáucaso como Krasnodar no pasó el corte de sedes del mundial, mucho menos lo lograría Grozny.

 

Al menos Kadyrov se quedó con un premio de consolación. Egipto escogió a Grozny como campamento para el mundial. Eso significaba una cosa: Chechenia recibiría a Mohamed Salah (محمد صلاح), el futbolista más mediático del mundo musulmán en ese entonces, por más que viniera lesionado de la final de Champions en Kiev. Obviamente Kadyrov no se perdería estar cerca de la estrella del Liverpool y de Egipto por nada del mundo. Se dice que Kadyrov fue al hotel de concentración por Salah para llevarlo al estadio a bordo de su coche. Más tarde, Kadyrov lo nombró ciudadano honorario de Chechenia. Estos encuentros no pasaron desapercibidos y la polémica inundó cada movimiento. Salah tácitamente respaldaba un régimen polémico en Chechenia. Decían los rumores que Salah quedó tan enojado por eso, que pensó seriamente en dejar la selección después del partido contra Arabia Saudita. Eso fue desmentido de inmediato por la federación de futbol de Egipto.

 

A pesar de sus polémicas no se puede negar que Ramzan Kadyrov y el Akhmat han traído alegrías a Grozny y a Chechenia en general. La gente con frecuencia se involucra con el equipo y no son pocas las veces en que hay una asistencia decente al Akhmat Arena. El futbol para Chechenia es una manera de dejar atrás la guerra, la destrucción, las peleas de bandas y los secuestros, para encaminarse hacia un futuro de paz. Los chechenos agradecen el pan y el circo después de perderlo todo en esos años fatídicos.

 

Grozny

 

¡Ramzan! ¡Gracias por el Terek!

 

Chechenia tuvo sus conflictos también con el gobierno central de Moscú y le representó verdaderos dolores de cabeza a Putin en sus primeros años. Moscú no quiso darle la autonomía a Chechenia, pero al mismo tiempo apoyó movimientos independentistas en Abjasia y Osetia del Sur, que están en territorio georgiano. Chechenia también comparte frontera con Georgia. Esta ex república soviética jugó un rol protagonista en los tiempos de la URSS, más en el futbol. Su equipo era el Dinamo Tbilisi y entre otros logros ganó la Recopa UEFA en 1981, y junto con el Dynamo Kiev fue el único conjunto soviético en alzar un título europeo, algo que no consiguieron los rusos. Esa historia te la traigo en la próxima parada.

Recapitulemos

 

El Akhmat Grozny ha vivido en carne propia los estragos de la Guerra con Chechenia. Durante 10 años no pudieron jugar en la liga por la situación de la guerra, y hasta hace poco pudieron regresar a jugar a Grozny, capital de Chechenia, que ha sufrido dos guerras con Rusia. En los acuerdos que llegaron fue tener autonomía, y por eso escogieron a su primer presidente, Akhmat Kadyrov, que sufrió un atentado, justo 10 días después de que el Terek ganara la Copa de Rusia en 2004 y ascendiera ese mismo año. El Terek ha tenido que soportar conductas racistas de Moscú y San Petersburgo. Ramzan ha levantado al futbol en Chechenia. Cambió el nombre del equipo a Akhmat en honor a su padre y ha inyectado de capital para que haya futbol. Kadyrov ha sido acusado por violar sistemáticamente los derechos humanos y en el futbol no ha estado exento de polémica, ya sea reclamando al árbitro o atosigando a Mohamed Salah durante el mundial de Rusia. Eso no empaña el bien que está haciendo a Chechenia con alegrías del equipo.

Nos vemos la siguiente. Ӏодика йойла! (Odika ioila!)

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Sebastián Alarcón
Soy Sebastián Alarcón, tengo 31 años. Aspiro a ser polímata. Junto futbol con geopolítica, sociedad, cultura, idiomas e historia y le agrego música para explicar el mundo. Escribo de futbol de la FIFA y fuera de ella. Si sientes la décima parte de lo que siento al escribir, mi misión está completa.

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