Olá! Com estás? Estamos hablando en mozárabe, la manera en que los árabes de Andalucía hablaban español durante la Edad Media. Espero que estés muy bien hoy. La semana pasada nos comenzamos a sumergir en la piscina de futbol árabe al hablar de Zanzíbar, alguna vez integrante del Sultanato de Omán. Es momento de quitarle la pausa a nuestro recorrido por la Liga Árabe y ahora iremos a cada país integrante para ver historias de ese futbol desconocido. Comenzamos ahora desde el Magreb, nombre árabe que tiene dos acepciones: el oeste y Marruecos. Ese es nuestro destino.
Recomendación musical 1
Para arengar en la guerra de 1857, los españoles inventaron canciones. Una de ellas fue La plaza de Tetuán. Años después, en plena Guerra Civil Española, revivió este canto dentro del bando republicano, ya que los marroquíes apoyaban al general Franco. Esta versión es interpretada por Joaquín Díaz González, músico de Zaragoza preocupado por revivir las viejas canciones españolas.
Hoy nos acompaña Miguel Ruiz, estudiante español de periodismo en la Universidad de Valladolid, apasionado de la literatura y especialista en fútbol internacional e historia del fútbol, con gran interés en los matices geopolíticos y culturales del deporte rey en las diferentes realidades balompédicas. Puedes seguirlo en su Twitter como @migruizruiz. ¡Bienvenido, Miguel!
Vamos al tema de hoy
Equipos franceses y españoles en el Mundial de Clubes
En estos momentos se está disputando el Mundial de Clubes en Emiratos Árabes Unidos. Tal vez en México haya perdido interés por la salida prematura de Monterrey, al perder de manera infame ante el campeón de África, al-Ahly (الأهلي), lleno de bajas debido al Covid y a la campaña heroica de Egipto en la Copa Africana de Naciones que recién ha concluido, pero es un error, porque aún queda por la arrolladora presentación de al-Hilal (الهلال), la revancha del Palmeiras y ver si Chelsea puede sacarse esa mala racha de no ganar.
Hubo una participación que también fue pasada por alto de manera injusta por las personas que buscan glamour en un deporte democrático. al-Jazira (الجزيرة), campeón del país sede, superó de manera cómoda al Pirae, representante de Oceanía. Debido a las restricciones por Covid que impuso Jacinda Ardern, primer ministro de Nueva Zelanda, el Auckland City no pudo asistir, y su lugar fue tomado por este club de Tahití. Es así como se convierte en el segundo club francés en asistir al Mundial de Clubes, algo que logró dos años atrás el Hienghène Sport, de Nueva Caledonia. Son clubes franceses porque pueden disputar la Coupe de France, junto a clubes de otros territorios de ultramar como Martinica, Guadalupe y Reunión. Han superado así a los petrodólares del PSG y a la historia del Olympique de Marsella y Saint-Etienne. Hace precisamente dos años escribí al respecto y puedes consultar este texto aquí.
Cuando volteamos a ver a los representantes de Europa, hay cierta “democratización”, pero en realidad cada país con presencia mantiene un binomio. Alemania ha estado dos veces con el Bayern München, Italia ha mandado al Inter y al Milán, e Inglaterra tiene relativamente mayor diversidad con tres equipos: el Manchester United, el Chelsea y el Liverpool. La liga española es quien lleva la voz cantante. El binomio Barcelona-Real Madrid ha estado más veces que nadie como representante de UEFA…
¿Pero estás seguro que solamente dos equipos españoles han podido disputar el Mundial de Clubes? No te desesperes, no es una pregunta sencilla. De una vez te adelanto, la respuesta es no. ¿Por qué? Resulta que en el Mundial de Clubes ha estado otro equipo más, pero en este caso como representante de Marruecos, un país de la CAF. Fue sede en 2014 y en ese año fue campeón el Moghreb Tétouan (المغرب التطواني), el tercer club de la liga española en pisar el Mundial de Clubes. Pocos saben, pero antes era Atlético Tetuán y estuvo en primera división en la temporada 1951-52. ¿Cómo ocurrió esto?
Historia del Protectorado Español de Marruecos
Hablar de España y de Marruecos es hablar de fronteras. Y las historias de frontera siempre llevan consigo las cicatrices del tiempo y de las heridas, pero también de la voluntad de las gentes que las habitaron. A un lado y al otro, las historias se agolpan. Los conflictos políticos son como cuentos que pasan de unos a otros de manera sibilina, a veces como cantos lejanos, mientras la gente trata de vivir su vida de la mejor manera posible. España apenas está separada de Marruecos por menos de 15 kilómetros que comprende el estrecho de Gibraltar. A pesar de ello, Portugal siempre le ganó la carrera por la costa marroquí, dejándole a los españoles pequeñas posesiones como Ceuta, Melilla y el Peñón de Vélez de la Gomera, típicamente destinos para presidiarios.
En la mitad del siglo XIX el Sultanato de Marruecos apenas sobrevivía, y las potencias coloniales olieron sangre. Ahí se presentaron España, Francia y Reino Unido. España tomó como pretexto el ataque de las tribus de Anyera para atacar desde Ceuta. Así, el sultán se vio obligado a firmar un tratado en 1860 donde, entre otras cosas, España ocupaba la ciudad de Tetuán. Con muchos trabajos, la recuperó dos años después. Más tarde, Francia (para incorporar más territorio al Magreb francés) y Reino Unido (para consolidar comercio desde Gibraltar) se la disputaron, hasta que Alemania forzó a ambas a organizarse. Así, los británicos accedieron a ceder Marruecos a Francia a cambio de Egipto.
La España colonial estaba herida a comienzos del s. XX. Tetuán debía ser parte de la venda que cerrara la pérdida de Filipinas y Cuba años antes. Si bien es cierto que el territorio ya era conocido por el bando español desde mediados del s. XIX, en 1913 pasó a ser el llamado Protectorado español de Marruecos (الحماية الإسبانية على المغرب | al-Hamaya al-Isbaniya ‘ala al-Maghreb) tras la firma del Tratado de Fez (فاس), siendo la capital del territorio la propia Tetuán. Había otra fracción al sur que limitaba con la posesión española del Sahara y se llamaba Cabo Juby (رأس جوبي | Ra’s Juby). A eso le sumamos la ciudad autónoma de Ifni (إفني). Muchos militares empezaron a ver cómo África se convertía en uno de los destinos más comunes en su servicio.
Es muy ingenuo decir que los marroquíes se conformaron con este statu quo. En realidad, etnias beréberes como los rifeños querían esa independencia y Abd el-Krim (عبد الكريم) estaría infringiendo derrotas sonrojantes al ejército español estacionado en Marruecos. El general Primo de Rivera tuvo que recurrir a ayuda francesa para apaciguarlos por medio de bombas de gas mostaza entre 1923 y 1927. Así se apaciguaron los marroquíes y estuvieron callados… aparentemente.
Para demandar su independencia, los marroquíes apoyaron el establecimiento de la Segunda República, pero solamente consiguieron que les dieran la ciudadanía española a los judíos. En 1936 desembarcó desde Tenerife un general llamado Francisco Franco. A bordo del Ejército de Marruecos y desde Melilla comenzaría la sublevación final que terminaría venciendo a la república e instaurando el franquismo. En su punto más alto, el protectorado español de Marruecos tenía una superficie de 20.497 kilómetros cuadrados, lo que actualmente es menos del 5% del territorio marroquí.
Cuando Marruecos compitió en la liga española
En ese ir y venir de soldados españoles, porque quien viaja lleva maleta y sentimientos, el futbol se fue haciendo hueco poco a poco. Después del escarmiento en Rif (الريف) con gas mostaza, en ese trasiego fronterizo que era Tetuán, la llamada “Paloma Blanca” de África se iba a ir abriendo a algunas de las prácticas exportadas de los norteños mientras la paz lo consintiera. Es en esos primeros años donde se iba a instalar el germen de la historia y los protagonistas que nos ocupan. La línea norte a Sur es clara. De Southampton a Bilbao, de Bilbao a Madrid y de Madrid a Tetuán. Un error, cuatro ciudades, cuatro historias en cascada con una pasión como tejido conductor.
El viaje, de norte a sur, iba a hacer crecer la mística de unas camisetas equivocadas compradas por el joven Juan Elorduy para el Athletic Club, pero que marcarían el devenir también en Madrid y Tetuán. Muchos de los militares, seguidores del futbol en su país, empezaron a echar de menos la bola. En territorio hostil en muchos casos, pero al fin y al cabo hogar durante muchos meses, algunos de los soldados destinados al norte de África empezaron a formar equipos. Seguidores muchos de ellos del Athletic Club y del Atlético de Madrid, en la década de los veinte empezó a tomar forma un club que estuvo hecho a imagen y semejanza de sus hermanos en España. Si no por calidad, sí por ilusión y pasión por unos colores. El Atlético Tetuán tomaba forma. Su escudo, idéntico a sus ancestros, excepto que ahí figura la mezquita de Sidi Ali Baraka (سيدي علي براكة).
Si bien es cierto que los primeros años fueron locales, con una liga interna en el Protectorado que llegaría hasta mediados de los años treinta, el Atlético Tetuán empezó a escribir las páginas más importantes de su historia cuando su fundación celebraba los veinte años de existencia. El futbol, huyendo del horror de la guerra civil española, preparaba su vuelta a los estadios mientras el nuevo equipo rojiblanco se batía el cobre en divisiones regionales. Participando ya en la Copa del Generalísimo (e incluso en ediciones anteriores, como la de la 1935-36 en la Copa de la República), el Atlético Tetuán fue haciéndose nombre y sitio en el imaginario futbolístico español. De los campos de regional en 1945, pasó en apenas seis años a la élite del fútbol nacional.
En la 1950-51, llegaron a cuartos de final de la Copa nacional (eliminados por el FC Barcelona de Kubala) y ganaron la Segunda División española (por delante de UD Salamanca y UD Las Palmas). Es en esa temporada donde lograron lo que parecía imposible: un equipo marroquí, jugando en la élite del fútbol español. El Atlético Tetuán, creado por amantes del balón desplazados a la capital del Protectorado, empezaba a ser una historia importante que contar en la historia del fútbol español. Sin saberlo, los integrantes del equipo iban a ser partícipes de la única temporada del club en la Primera División española. Encabezados por Santiago Núñez, entrenador natural de Sevilla que había pasado ya como entrenador por Córdoba y Cádiz (en este último también como jugador), y con el nombre de Manolín, máximo goleador del equipo en la temporada anterior, se presentaba el Atlético Tetuán a la temporada 1951-52 a jugar al lado de las semillas de su creación: el Atlético de Bilbao (sin extranjerismos en ese entonces) y el Atlético de Madrid. La temporada, aunque especial, fue decepcionante.
Apenas los recuerdos pueden lograr sacar un punto de orgullo en un equipo que lograría vencer sólo siete veces, de las cuales serían seis en el estadio local de Saniat Rmel (ملعب سانية الرمل | antes Estadio Varela). Una de ellas, muy especial, ante el Atlético de Madrid de Helenio Herrera y Ben Barek (ídolo marroquí ausente en esa contienda), por cuatro goles a uno a favor de los marroquíes. Además de esa importante victoria, el equipo de Santiago Núñez lograría sumar la gesta de ganar al Deportivo de la Coruña en la ida y en la vuelta o la de empatar al Real Madrid de Scarone, con Zárraga, Molowny, Olsen o Pahiño en el campo. El sueño fue breve, pero los recuerdos, eternos. El Atlético Tetuán tocó la gloria y volvió a la Segunda División, tras lo cual no volvería a optar nunca más a la élite.
Otros clubes marroquíes en el futbol español
Sería también muy simplista decir que solamente Tetuán tuvo paso por el futbol español. Como el protectorado estaba lleno de soldados españoles, y muchos de ellos seguían con la pasión del futbol, cundieron otros clubes más, casi todos procedentes de Tánger, la ciudad internacional que era irrespetada por el ejército español:
- El primero fue el Sevillana. Como su nombre lo indica, este equipo nació gracias a aficionados al cuadro hispalense. Si bien no dio mucho de qué hablar, aquí comenzó la carrera del Hassan Akesbi (حسن أقصبي), el máximo romperredes marroquí en campeonatos europeos y una leyenda en el Nîmes francés.
- Un club que fue concebido con una identidad marroquí fue el Alcazaba (القصبة). De vida breve, apenas seis años, jugaban de blanco y azul.
- El fundador marroquí fue sin lugar a dudas al-Hilal (الهلال). Jamás estuvo en su escudo alguna letra española, sino todo fue en alifato árabe. No sobrevivió a la II República Española.
- La Juventud Deportiva Israelita. Es el ´único que no es de Tánger, sino de Larache. La comunidad judía jamás fue extirpada de la sociedad marroquí y ese fue el claro ejemplo.
- La sucursal del Atlético Tetuán fue el Unión Tangerina. Es el verdadero decano del futbol marroquí-español, pero no obtuvo muchos reflectores.
- Otro más fue el Iberia. De colores amarillo y negro, tampoco inquietó mucho el futbol de Marruecos.
- La primera incursión fue de la Escuela Hispano Árabe. Ese fue el maridaje entre españoles y marroquíes. Ellos apoyaron más que nadie al general Franco, y cuando ganó decidió devolverles el favor. El EHA recibió un salvoconducto para disputar la segunda división en la temporada 39-40. Su aventura fue más bien humillante. Apenas consiguieron empatar un encuentro ante el Recreativo de Huelva, y el resto fueron derrotas.
- El más importante fue el España. Los duelos ante el Atlético Tetuán podrían considerarse un clásico marroquí-español. No fue un crecimiento tan meteórico como el de su rival, pero fue sostenido. En la temporada 1954-55 terminó en cuarto lugar del grupo sur de segunda división, apenas a un punto de la promoción hacia primera. Característico era su uniforme, una calca de la vestimenta de la selección española.
Fin del protectorado de Marruecos
Ese sueño de ver un Marruecos independiente comenzó a reactivarse desde la II Guerra Mundial con la Operación Torch de 1942, una especie de Desembarco en Normandía a la marroquí. Ahí comenzó a reactivarse el sueño independentista en dormancia. En ocasiones el sultán marroquí Mohamed V (محمد الخامس) decía que Marruecos tenía que ser independiente. Eso no les gustó a los franceses y lo desterraron en 1952.
Los españoles protestaron. Más que hermanitas de la caridad con la causa de independencia marroquí, les enojó que ni siquiera les hubieran avisado, y demandó que todo Marruecos estuviera bajo el mando del califa. Esta pelea en el poder era un símbolo del debilitamiento imperialista en Marruecos, y Francia no tuvo más remedio que permitir el regreso del sultán. En marzo de 1956, Francia reconocía la independencia de su protectorado. A regañadientes, Franco la concedió un mes después. Cabo Juby se incorporaría en 1958 y en 1969 la eterna ciudad de Ifni haría lo propio.
Moghreb Tétouan hoy
La deriva de resultados y las necesidades económicas provocaron que, en julio de 1956, se fundiera la institución con la Asociación Deportiva Ceuta, localidad española al norte de Tetuán y que acabó con la trayectoria del equipo marroquí en competiciones españolas. Un final algo amargo para un viaje norte a sur que acabaría por cortar un sueño común que nació, de manera primigenia, de la pasión por el fútbol de muchachos jóvenes lejos de las gradas del estadio de sus amores, de las franjas rojas y blancas que acabaron por marcar la historia de Tetuán.
Ese vacío en el futbol de Tetuán rápidamente fue llenado y de ahí nació el Moghreb Tétouan. En apariencia rompía con todo el legado español, pero en realidad mantenía los mismos colores y la misma forma del escudo. Apenas se volvió independiente, el Moghreb Tetouan llegó a primera división. Su primera campaña fue un desastre y sufrió el descenso al quedar en lugar 13 de 16. Regresó para la campaña 1960-61 y desde entonces se han mantenido 14 campañas en Botola 1 (البطولة) (primera división marroquí) y 34 en Botola 2 (segunda). En las emisiones francesas, el Moghreb aparece como MAT, siglas de Moghreb Atlético Tétouan (المغرب أتلتيكو تطوان). Y sus aficionados con frecuencia quitan el Moghreb de su vocabulario. No cabe duda que ese guiño español es su signo distintivo. Desgraciadamente el año pasado ha descendido a segunda división, pero que no cunda el pánico: lleva una cómoda ventaja en la punta para regresar a Botola 1.
El Moghreb Tétouan tiene un estatus de equipo de media tabla que suele incomodar a los clubes de Casablanca, el Raja (الرجاء) y el Wydad (الوداد). Hay ocasiones en que da el do de pecho, como en 2007, cuando terminó en tercer lugar. Ahí coincidió con la llegada de la directiva de su club “padrino” español, el Atlético Madrid y firmaron un acuerdo con ellos. A cambio de una escuela de formación colchonera, se reforzó la posición de los aficionados del Moghreb Tetouan.
El Moghreb Tétouan mantuvo su clásico español con Tánger. Cuando sucedió la independencia del protectorado, el España también sufrió el mismo destino, pero en este caso el club que absorbió su lugar fue el Algeciras. Esta ciudad tardó mucho tiempo en tener un sucesor claro hasta que llegó el Ittihad Riadi Tanger (الاتحاد الرياضي لطنجة), o IRT. Cuando vemos la traducción del nombre árabe, también vemos que ese componente español no se ha caído por el uso del tiempo: Unión Deportiva. Ese era su nombre completo en los tiempos del protectorado (Unión Deportiva Española). Y el ahora clásico del norte de Marruecos no le pide nada al derbi de Casablanca o al de Rabat.
Otro símbolo del Moghreb Tétouan es la fidelidad de sus aficionados, cuya barra se llama “Los Toreros”. Se saben orgullosos herederos del pasado español y en sus letras mezclan la dariya (árabe marroquí) con el castellano. Su mayor muestra de músculo se produjo a finales de mayo de 2012.
El FUS Rabat (الفتح الرياضي) recibía al Moghreb Tétouan en un duelo por el título de Botola. Era la primera temporada de futbol profesional en Marruecos. Habría un campeón inédito, pero los tetuaníes partían con 58 puntos, un punto más que el cuadro capitalino. Además, era un desempeño sorprendente para su coach, Aziz El Amri (عزيز العامري), que originalmente los había tomado para evitar el descenso. Pero sucedió que los jugadores titulares estaban en huelga por sueldos, y El Amri tuvo que emplear a jóvenes inexpertos. Como se veía posible el primer título de su historia, 30.000 toreros hicieron el viaje de cerca de cuatro horas a Rabat para invadir el estadio Belvédère (ملعب بيلفيدير), con capacidad para 15.000 espectadores. El Moghreb ganaría contra todo pronóstico 1-0 y se convertiría en el primer club del norte de Marruecos en ser campeón.
El Moghreb Tetuán en el Mundial de Clubes
Se anunció que en 2014 Marruecos sería la sede del Mundial de Clubes. Esto era un aliciente para cualquier club de Botola. Además de clasificar a la Champions Africana, el campeón tendría la oportunidad de jugar contra clubes como el Bayern Múnich. Pues esa temporada se pudo haber dado un emparejamiento hermano en el Mundial de Clubes. El Atlético Madrid había pasado a la final de la Champions y el Moghreb estaba en primer lugar.
Parecía que no sería así: primero, el Moghreb Tétouan recibió un 5-0 del Raja Casablanca, que puso en riesgo el título, y luego sucedió el cabezazo salvador de Sergio Ramos que provocó un desmoronamiento colchonero en tiempo extra. Una semana después se salvó parcialmente el Moghreb, porque el Raja perdió inexplicablemente en campo del Olympic Safi (أولمبيك أسفي), dándoles el segundo título a los tetuanenses. El Moghreb Tétouan tendría la oportunidad de vengar a sus hermanos.
De nuevo estuvo en riesgo ese duelo hipotético, cuando Marruecos cerró las fronteras con el resto de África por la epidemia del ébola, lo cual le quitó la sede de la Copa Africana 2015, que pasó a Guinea Ecuatorial (ya hablé al respecto). Ahí, el primo hispano perdido en África llegó sorpresivamente a semifinales (también ya escribí sobre ese tema). La FIFA lo salvó cuando se supo que el campeón africano no era subsahariano, sino el ES Sétif (الوفاق الرياضي السطايفي) argelino. La revancha seguía en pie.
Así, llegó el sorteo. Complicó de más la revancha. Primero, el Moghreb tenía que superar al Auckland City, campeón de Oceanía. En caso de ganar, debería de eliminar al ES Sétif, y si seguía su camino, tendría que vencer al San Lorenzo, campeón de la Libertadores… y si seguían vivos, ahora sí habría revancha con el Real Madrid. Había cierto escepticismo. El Moghreb Tétouan llevaba apenas dos empates en sus últimos cinco partidos y cuando fueron campeones cayeron apenas en primera ronda en penales con el Casa Sport, campeón de la liga senegalesa que no aparecía ni en el ránking CAF. Llegó el partido contra el Auckland City. Pasó a la historia como un concierto de pésimas decisiones desde el banquillo. De nuevo, penales; de nuevo, derrota. Fue todo para Aziz El Amri, que acabó su brillante etapa por la puerta de atrás. Y el Auckland City terminaría en tercer lugar, el mejor papel de un club de la OFC.
Relaciones tórridas entre Madrid y Rabat
Marruecos siempre ocupa una posición clave de las relaciones de España. Es su segundo socio comercial fuera de la Unión Europea (detrás de Estados Unidos). Por la falta de peces, a menudo los pescadores se ven obligados a hurgar en aguas de jurisdicción marroquí. Y los marroquíes son la minoría más grande en el Estado Español.
Por otra parte, España es la puerta hacia Europa para Marruecos, literal y gráficamente: además de Ceuta y Melilla, tiene el Peñón de Alhucemas y la Isla de Alborán, sin olvidarnos de la frontera física más corta del mundo, 85 m que separan el peñón Vélez de la Gomera. Más le vale no mosquearlo, porque las consecuencias pueden ser contraproducentes. Por si eso fuera poco, 600 empresas españolas dan trabajo a 20.000 marroquíes, un envión económico nada despreciable.
Las relaciones Madrid-Rabat giran en torno a cuatro ejes principales:
- La soberanía de Sahara Occidental, región autónoma que fue colonia española hasta 1975. (Aquí hablamos de su futbol).
- Crisis migratoria, que va el paso ilegal a través de Ceuta o del Peñón de Vélez de la Gomera hasta el nado desde el Sahara hasta las Islas Canarias.
- Acuerdos comerciales, en especial el agrícola donde Bruselas también mete sus narices, y el pesquero ya mencionado.
- La soberanía sobre Ceuta, Melilla, las islas y el mencionado Peñón de Vélez, punto militar estratégico español.
Por lo general, son relaciones cordiales entre vecinos, pero últimamente ha habido tumbos. Todo comenzó en 2020 cuando Donald Trump visitó Rabat y dijo que Sahara Occidental era marroquí para catalizar las relaciones entre Israel y un país árabe más. No solamente no encontró el espaldarazo necesario de la Unión Europea. Eso no cayó bien en el Palacio de la Moncloa, y en respuesta, el presidente de España, Pedro Sánchez, provocó la recepción por todo lo alto del líder del Frente Polisario, fuerza mayoritaria saharaui. ¿Ah sí? Solamente bastó con que abrieran el grifo migratorio para bajar los humos.
España y Marruecos se ven obligados a entenderse y la cultura sigue siendo el punto de cohesión. España tiene más presencia de institutos de lengua española en Marruecos que en ningún otro país del mundo y el español es la lengua extranjera más enseñada en el sistema educativo marroquí, sin contar el inglés. Por si fuera poco, España es el principal destino de marroquíes en programas de maestría con el programa YGCA (Young Generation as Change Agents).
Ambos deben entender que tienen más parecido de lo que creen y tienen un carácter bastante similar. Hubo historia compartida, y el futbol fue apenas una escena de esta película. Ahora Tetuán es residencia veraniega del monarca en Marruecos, pero no olvida su pasado ligado a España. Presencias insospechadas, como la del (Moghreb) Atlético Tetuán, tercer club español en disputar el Mundial de Clubes.
Muchas gracias por pasarte por acá, Miguel. Es un placer haber hecho mancuerna contigo. Tienes las puertas abiertas para cuando gustes.
Fuentes
Biblioteca Nacional de España. Protectorado Español de Marruecos. Actualizado el 3 de diciembre de 2012
Sánchez Sandoval, Juan José; El Fathi, Abderrahman. Relaciones España-Marruecos: Nuevas perspectivas y enfoques. Universidad de Cádiz. 2007
La Sexta. El particular ‘Erasmus’ de estudiantes marroquíes que contribuye al desarrollo de sectores estratégicos en su país. 27 de septiembre de 2020
Alonso, Ana. Marruecos, una constante pesadilla para España. El Independiente. 18 de diciembre de 2021
Fernández, Irene; Soler, Eduard. España-Marruecos: una continuidad inesperada. CIDOB. Febrero de 2014
Valenzuela, Javier. ¡Atleti, Atleti, Atlético de Tetuán! Los 50. 28 de octubre de 2015
BD Fútbol. Primera División 1951-52
Pita, Antonio. El equipo marroquí que jugó en Primera en España. El País. 6 de julio de 2016
Cabaleiro, Jesús. El Mogreb Atlético Tetuán desciende a Segunda División. 28 de julio de 2021
NZ Herald. Football: Auckland City FC withdraw from FIFA Club World Cup. 31 de diciembre de 2021
F´útbol y Pasiones Políticas. Los escudos de los equipos del Protectado español en Marruecos. 3 de julio de 2012
Curiosamente Marruecos estuvo a punto de competir en su primer mundial de futbol en Chile 1962 como representante de África, pero quedó fuera al perder un repechaje precisamente ante España. Marruecos terminaría clasificando en México 1970, donde obtuvo el primer punto para un país africano… y árabe. Regresaría 16 años después, de nuevo en México; en esta ocasión, sería el primer africano (y árabe) en superar la fase de grupos y ser líder de su pelotón. En cierta manera, Marruecos le debe tanto a la nación mexicana hablando de futbol, y curiosamente en México ha nacido un escritor que honra a Marruecos con su serie de libros Quinteto de Mogador, publicados por Editorial Alfaguara. Su nombre es Alberto Ruy Sánchez. En sus palabras, «México y Marruecos son gemelos desde antiguo y sin saberlo». Veremos este paso por futbol, literatura y baraka la siguiente semana.
Recomendación musical 2
En la música de nicho en España, hay mucha fascinación hacia todo lo árabe y lo medieval. Basta recordar que durante 800 años estuvieron en la península española. Uno de esos músicos es Eduardo Paniagua, madrileño fascinado con la música andalusí (ojo, no andaluza). A veces forma mancuerna con Omar Metioui (عمر المتيوي), marroquí intérprete del oud (عود), ancestro del laúd y la guitarra. Ellos formaron el ensamble Ibn Baya. Esta es una canción suya: Man yaqul lak (مَن يقول لك). Según datos de Google Music, su traducción es “Atormentado por amarte”.
Recapitulemos
En la historia del Mundial de Clubes se cree que solamente ha habido dos equipos de la liga española, el Barcelona y el Real Madrid. En realidad, ha habido un tercero, el Moghreb Tétouan (2014). Esto sucedió porque Marruecos fue sede ese año y ese equipo fue campeón. Esta aseveración se debe a que de 1912 a 1956 la parte norte de Marruecos y el Cabo Juby fueron el Protectorado Español de Marruecos. Dentro de lo que sucedió, fue que Francisco Franco al mando del Ejército de África y desde Melilla logró vencer al republicanismo. Hablando de militares españoles, algunos que eran aficionados al Atlético Madrid y al Athletic Bilbao fundaron el Atlético Tetuán, capital de ese protectorado. Ese equipo logró disputar una sola temporada en primera división española (1951-52). Aunque descendió, logró ganarle al Atlético Madrid y un vibrante empate a 3 con el Real Madrid. Otros clubes marroquíes estuvieron en Tánger, como el EHA y el España. Pasó el tiempo y Marruecos se independizó en 1956. El Atlético Tetuán fue absorbido por el Ceuta, pero reencarnó en el Moghreb Tétouan. Tiene una hinchada romperrécords que mezcla letras con dariya y español y ha sido campeón en 2012 y 2014; ahora está en segunda división. Tiene el derbi del norte de Marruecos con el IR de Tánger (heredero del España de Tánger). En el Mundial de Clubes perdieron su partido con el Auckland City en penales. Y es parte luminosa de las relaciones entre España y Marruecos, muy tórridas por temas como la migración, la soberanía de Sahara Occidental, acuerdos pesqueros y la soberanía de Ceuta, Melilla, algunas islas y el peñón Vélez de la Gomera.
Nos vemos la siguiente. Adiós. Asalamu alaycum!