Se midieron en Rayán debutando en esta edición de la Copa del Mundo dos equipos tremendamente opuestos en lo que a grado de maduración del proyecto se refiere. Canadá, joven e inexperta, volviendo a este torneo 36 años después y únicamente por segunda vez en su historia, mientras que la generación belga, con un XI continuado a lo largo de los años que prácticamente ya nos sabemos de memoria, apareciendo en un torneo más con la esperanza de cumplir las expectativas y llevar a la gloria al país. Fue un partido movido y con multitud de alternativas, pero donde Bélgica aprovechó su experiencia en estas instancias y el contar con una figura determinante como Thibaut Courtois para lograr tres puntos que encaminan su clasificación.
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Salió sin ningún complejo Canadá, sin notarse que son una plantilla repleta de jugadores jóvenes y que no se habían visto antes en un torneo así. Con balón, concentrando juego en izquierda, dándole peso a su estrella: Alphonso Davies. El jugador del Bayern Múnich partía como carrilero izquierdo pero tenía mucha libertad para aparecer por diferentes zonas y a distintas alturas, con Hoilett compensándole abriéndose a banda. Los dirigidos por el inglés John Herdman se juntaban ahí, con una gran versión de Stephen Eustáquio dirigiendo las posesiones y lanzando, y buscaban atacar las espaldas de la envejecida zaga belga. Sufrieron especialmente Alderweireld y Vertonghen, de 33 y 35 años respectivamente, controlando esos balones largos a su espalda, faltándoles velocidad de reacción y capacidad para girarse.
En la banda derecha también fue muy interesante el reparto de espacios y funciones de los representantes de Concacaf, con el central Alistair Johnston sumándose al ataque, subiendo por fuera. Metiéndose por dentro y llegando en profundidad al último tercio logró producir un incisivo Richie Laryea, pero no tanto un algo desacertado Tajon Buchanan. Canadá tuvo su moméntum en el partido y golpeó en repetidas ocasiones, pero entre el desacierto definiendo y la parada de Courtois a Davies en el penalti, el marcador se quedó igual.
Sin balón, Canadá se mostró igual de valiente y desmelenada, buscando presionar arriba la salida de balón belga. Fue notorio cómo los de Roberto Martínez buscaban constantemente que fuese De Bruyne el receptor y el director de sus posesiones, con varios movimientos de otros jugadores pensados para ese fin. Por ejemplo, se vieron ocasiones con el carrilero Timothy Castagne muy profundo, llevándose a su par, y permitiendo a De Bruyne caer fuera y recibir con libertad, o también mucho movimiento profundo de Tielemans para estirar al rival y compensar el descenso de Kevin. Para desgracia del combinado europeo, el jugador del Manchester City no tuvo ese día y a Bélgica le costó producir.
Donde sí sufrió ( y mucho) Canadá fue con balones largos a espaldas de su última línea, con los centrales viéndose superados intentando despejar esos balones, midiendo mal y siendo un equipo muy largo, lo que les impedía imponerse en las segundas jugadas. Bélgica tiene buenos lanzadores en primera línea (y más si De Bruyne o Tielemans retrocedían su posición) y dañaron al bloque rival con esos balones largos (no estuvo mal Hazard recibiéndoles y con buenos gestos técnicos, aunque sin motor físico para regatear). El 1-0 se explica así, con Alderweireld lanzando a Batshuayi a la espalda de la defensa canadiense, con Vitória y Miller quedando especialmente señalados.
Pese a la momentánea victoria al descanso, a Roberto Martínez no le debía estar gustando mucho lo visto y realizó dos cambios para protegerse mejor: Thomas Meunier, un perfil más defensivo que Carrasco y con altura para cerrar centros al segundo palo, y Amadou Onana para sumar recorrido y presencia defensiva en el sector de Davies.
También fue realizando cambios Canadá, pasando Davies a la derecha para jugar a pierna cambiada, metiéndose dentro liberando la banda a Laryea o Johnston. En este contexto, de mucho empuje exterior canadiense, estuvo bastante insegura Bélgica en defensa y especialmente protegiendo el área, solo con Courtois transmitiendo seguridad. Sin salidas debido al mal partido de De Bruyne y al poco impacto de Trossard u Openda, Canadá murió juntando a mucha gente ofensiva e intentándolo de todas las maneras, aunque la salida de Eustáquio les restó claridad en las posesiones.
No jugó para perder Canadá, pero sus errores atrás y la falta de definición arriba acabaron provocando una derrota. Han mostrado fútbol para creer que pueden vencer a Marruecos y Croacia y esperan dos partidos preciosos. Por su parte, Bélgica no contó con Lukaku, De Bruyne no jugó bien y el equipo sufrió bastante, pero con Courtois manteniendo el cerrojo atrás, todo es más fácil. Veremos hasta donde les llega esta vez.