Borussia M’Gladbach 0-2 Manchester City: La obra de Pep vuelve a someter en Europa

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Nadie puede frenar al que, por rendimiento, es el mejor equipo de Europa actualmente. Una vez más, el Manchester City ratificó su incomparable estado de forma con una serena aunque trabajada victoria, la decimonovena consecutiva, en su visita al Borussia Park. Los ingleses dominaron desde el comienzo, imponiendo un ritmo bajo y sacudiéndose de las presiones orientadas sobre las bandas que lanzaba su rival, aunque los momentos diferentes volvieron a partir de las botas de Joao Cancelo, que parece llevar toda una vida desarrollándose como centrocampista.

El Manchester City empezó el partido con los extremos, en este caso Phil Foden (izquierda) y Sterling (derecha), ubicados en amplitud a pie natural. En zonas intermedias, Bernardo Silva en el costado derecho era controlado por Neuhaus, con leves deslizamientos sobre la línea de banda para poder activar sus clásicas conducciones en horizontal. Gündogan, por su parte, se ubicaba en el carril intermedio izquierdo, abriéndose también ante la insistente marca de su par, en este caso Denis Zakaria, y dando líneas de pase externas ante la presencia del lateral izquierdo por dentro. Porque Joao Cancelo, que volvía al costado izquierdo de Rodri, servía también como fuente de dudas por la ausencia de referencia defensiva: el interior rival dudaba, el extremo rival dudaba, y por consiguiente el bloque rival entero dudaba.

De hecho, la clave del primer tiempo para el Manchester City se encontraba precisamente en ese carril central y el rol del “lateral” portugués: a partir de una construcción en 3+2, con Kyle Walker más incorporado a la primera línea y Cancelo a la segunda, el Gladbach dispuso un sistema defensivo en 4-3-3 donde el mayor perjudicado era siempre Christoph Kramer. Con los interiores controlando a Bernardo Silva + Gündogan y los tres de arriba lanzando tímidos saltos sobre sus referencias, al medio alemán se le quedaba siempre un panorama poco vistoso a nivel general. Su trabajo, que consistía en abandonar su posición para saltar una y otra vez sobre el giro de Rodri y Cancelo, abría las ventanas de par en par a un Gabriel Jesús que, esta vez en un espacio más centrado que en los últimos partidos, atacaba sus espaldas y activaba compañeros en apoyo cuanto quería.

Pero la nota diferente la volvió a dar Joao Cancelo, esta vez con dos centros calcados desde prácticamente la misma posición. El portugués, que vive una temporada de ensueño como centrocampista reconvertido, no solo fue el punto táctico clave para hacer dudar al bloque rival; sino que también supuso el clásico descontrol que únicamente puede generarte un jugador con el talento suficiente para decidir eliminatorias de este tipo. Su metamorfosis ya viene siendo advertida de un tiempo a esta parte, pero no es mal escenario para confirmar que el portugués ya hace de todo en todas partes: desborda, elimina presiones, lanza carreras profundas, pone en ventaja a compañeros o filtra pases de medio gol.

Por ello, la esencia del encuentro en general estuvo en la calma con balón y en el factor Cancelo como elemento diferencial. El Manchester City conseguía avanzar una y otra vez con tranquilidad, esperando al salto rival y contactando con el compañero a sus espaldas, encontrando el mayor número de ventajas en los primeros pases del carril central. La presión sobre la fase de inicio también fue lógica y muy bien medida, esta vez contra un rival que apenas rifa el balón si no es por propia voluntad, pero que se vio obligado a hacerlo en más de una ocasión por la gran defensa alta del cuadro inglés. La contrapresión no hizo demasiadas aguas, y las transiciones que pudieron ser activadas por su rival fueron más fruto de errores individuales que de un sistema mal organizado tras pérdida.

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Manu Escuder
Periodista, analista y scout. Formando y formándome. También escribo en Revista Panenka.

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