La segunda jornada intersemanal de la Premier League ha dejado sensaciones muy interesantes cuando faltan tres semanas para que se detenga la actividad y se cambie el chip de cara a Catar 2022. Grandes victorias, resultados urgentes y otra cabeza cortada fueron parte de la acción. La nueva exhibición del Manchester United ante un Big Six al vencer al Tottenham, el despido de Steven Gerrard del Aston Villa, una victoria que le permite al Leicester volver a ver la luz, la victoria sui generis del Liverpool y otro golpe del Newcastle son la propuesta para entender la doceava fecha de la Premiership.
Otra exhibición del Manchester United ante un Big Six
El Manchester United lo hizo de nuevo. En 12 fechas, los de Erik ten Hag han enfrentado a cuatro de los otros cinco integrantes del Big Six, sacándole victorias a todos menos al Manchester City, que lo vapuleó 6-3 en el Etihad. La más reciente fue la de este miércoles ante el Tottenham en casa, dejando una nueva exhibición ante otro de sus semejantes. Enfrentando el 5-3-2 de Antonio Conte que volvió a incorporar al trivote Højbjerg-Bissouma-Bentancur, los Devils mostraron su mejor cara de la temporada a partir de tres puntos clave. El primero fue su ataque posicional, y pese a que este fue el rubro que se quedó algo corto debido a la falta de profundidad en su línea de atacantes, mostró algunas soluciones interesantes para amenazar a Hugo Lloris. Todas ellas partieron de combinar rápido por dentro del bloque rival, girando el juego de izquierda a derecha para encontrar a Antony o Diogo Dalot. Fuese con el brasileño enganchando hacia adentro o el portugués desbordando por la banda, el United encontró la forma de meter centro al área para los llegadores y Marcus Rashford o pase atrás que los de segunda línea tomaban para rematar al arco desde fuera del área. Con esto, se hundió muchísimo al Tottenham en campo propio y se le mantuvo a raya por lapsos grandes, y ahí vino el segundo punto clave. El achique y la contrapresión Red fueron buenísimos, con Raphaël Varane y Lisandro Martínez ayudados por Casemiro para ir muy arriba a cortar y recuperar, haciendo jugar mucho más cerca del área rival al bloque. Y luego, una gran presión alta basada en vigilancias individuales que incomodó las salidas de los Spurs.
El adiós de Steven Gerrard
La Premier League ha cobrado su segunda víctima en los banquillos. El 3-0 que le propinó el Fulham al Aston Villa causó la destitución de Steven Gerrard del banquillo villano a poco menos de un año de su llegada. Tras una dinámica negativa de resultados causada -en parte- por lesiones y bajos momentos físicos de los pilares de su equipo, el inglés perdió el crédito y tiempo que le quedaba en el club de Birmingham. A orillas del Támesis, el equipo de Marco Silva planteó un partido de golpe a golpe que, sin duda, estaba más capacitado para jugar que su rival. El entrenador portugués tiró de Bobby Decordova-Reid como lateral derecho al no contar con Kenny Tete -titular indiscutido-, y el plan de partido recayó tanto en el jamaiquino como en Antonee Robinson atrayendo al rival para poder correr la pelota por las bandas y encontrar los espacios a espaldas de los interiores -John McGinn y Jacob Ramsey-. No sólo fue que lo lograran, sino que Willian, Andreas Pereira y Neeskens Kebano se dieron un festín en esa zona y aprovecharon muy bien las subidas de Harrison Reed y João Palhinha desde el doble pivote. A sabiendas del riesgo, los Cottagers lo asumieron y castigaron duramente a un Villa que sí generó ocasiones y exigió a Bernd Leno hasta en seis ocasiones. De nuevo, Tyrone Mings salió en una foto negativa con un autogol, y Douglas Luiz, clave total del plan de Stevie G, se hizo expulsar. Así fue como Steven Gerrard dijo adiós en Craven Cottage.
El Leicester vuelve a ver la luz
De los varios equipos que necesitaban -o siguen necesitando- una victoria como el comer, el Leicester City ha sido el afortunado de conseguirla esta semana. La escuadra de Brendan Rodgers sacó un triunfo vital ante el Leeds United con un plan de mínimos y, hacia el final, con un ejercicio de resistencia que le dio tres puntos que saben a gloria. Los Foxes lograron ensuciar por tramos con sus marcas individuales los intentos del Leeds por montar ataques posicionales, robando por dentro y llevando el balón afuera para buscar el centro al área. El patrón de ataque funcionó con lo justo gracias a Dennis Praet estirando a Junior Firpo, Jamie Vardy arrastrando a los centrales, Kiernan Dewsbury-Hall conectando al equipo y Harvey Barnes amenazando el segundo palo. Uno de esos intentos terminó en autogol de Robin Koch, y el otro sí fue empujado por el propio Barnes al arco. Sin embargo, los de Jesse Marsch generaron suficientes ocasiones como para alcanzar el empate, con el metal de la portería, una defensa de área a la épica y Danny Ward en el arco evitándolo por todos lados. Al final, los Whites tampoco pudieron marcar diferencias por las bandas pese a que Crysencio Summerville y Luis Sinisterra intentaron mucho desborde y mano a mano por fuera. Con uñas y dientes, el Leicester ha vuelto a ver la luz en un terrible inicio de temporada.
La victoria sui generis del Liverpool
El Liverpool volvió a sumar de a tres en esta jornada. De nuevo, en un partido con truco, pues aunque produjo las oportunidades para ganarlo, el rival también creó el peligro para llevarse el partido, aunque llegando bastante menos. Al igual que el Manchester City la semana pasada, el West Ham se metió a Anfield para buscar una salida de la parte media-baja de la tabla, y no estuvo tan lejos de conseguirlo. Con Jürgen Klopp apostando fuerte por el 4-2-3-1, Roberto Firmino volvió a hacer de segundo punta, esta vez por detrás de Darwin Núñez. El delantero uruguayo fue de lo mejor de los Reds con su electricidad y pegada para desmarcarse al espacio, dar algún apoyo y sumar muchísima amenaza área en el área. Fue así como marcó el único gol del partido con un impresionante remate de cabeza cruzado al segundo palo tras atacar el área. Pero así como las llegadas se daban de córner o robando y corriendo al espacio con Mohamed Salah e Issa Diop a punto de hacer un autogol, los Hammers encontraron sus opciones con Jarrod Bowen desmarcándose entre central y lateral, consiguiendo así un penal que luego Alisson le atajó de forma brillante. Pero no fue todo: Tomáš Souček perdonó la última ocasión clara de los londinenses en una acción que le dejaba de frente al arco y casi en el área chica. Otra victoria en casa para el Liverpool, otro triunfo sui generis donde se ha salvado por poco.
El Newcastle ya es una realidad
La promesa se está haciendo realidad. El Newcastle ganó su tercer partido en los últimos cinco con mucha autoridad ante un Everton que no encuentra cómo competir mejor en ningún escenario. En St. James’ Park, el conjunto de Eddie Howe volvió a pegar gracias a la velocidad de sus atacantes, un Bruno Guimarães que hace muchas cosas bien en el mediocentro de las Urracas y un gran Kieran Trippier en la banda derecha. En un juego dominado primero con la pelota y luego castigado sin ella, el Newcastle abrió la lata con Trippier ganando mucha altura por fuera, habilitando a Almirón por dentro y poniendo la pelota en zonas muy complicadas para los Toffees. Además, las diagonales hacia adentro de Miguel Almirón desde la derecha y Jacob Murphy desde la izquierda también fueron un gran problema para los de Frank Lampard. Y si a esto se le suma Bruno Guimarães dándole continuidad a la posesión de la pelota, agregándose al frente y amenazando con su golpeo, las cosas no podían salir bien para el Everton. De hecho, la escuadra del Merseyside nunca pudo rematar a portería, sumando así partidos consecutivos sin hacerlo. El hecho es que Eddie Howe tiene clara la ruta para que su Newcastle siga creciendo y, de momento, el trabajo del inglés va rindiendo sus frutos.