هلا بشيخ! كيف الصحة؟ (Hala be sheikh! Kaif as-saha?) Espero que estés muy bien hoy. La semana pasada estuvimos hablando sobre el (ab)uso de extranjeros en el futbol qatarí y cómo se ve esto en los derechos humanos. Ahora es momento de dejar la polémica, para meternos en un tema que nos podría tomar horas tocarlo a cabalidad. Es momento de mirar hacia el exterior. Nos vamos a la geopolítica.
Recomendación musical 1
Escogí este artista porque quién mejor que alguien que ha estado entre dos países que se llegaron a odiar. Es Rabeh Sager (رابح صقر). No te dejes engañar por su apariencia lozana; ya tiene 57 años. Es de los pocos artistas árabes que empezó sin patrocinador. No cualquiera sobrevive en ese negocio así y lleva casi 30 años de carrera. Ha colaborado con gente de todo el mundo árabe y es muy celebrado en Qatar. Él se unió al boicot contra este país en 2017, pero no evita que siga llenando recintos. Esta canción se interpretó en un concierto en Riad, capital de Arabia Saudita, en 2018. Se llama Maghrora (مغروره | Arrogante). Mira a la gente volverse loca
Vamos al tema de hoy
La diplomacia del futbol
La popularidad del futbol le confiere muchas situaciones que los diversos países pueden explotar a su antojo para ganar poder o salir airoso de escollos aparentemente insalvables. Se dice hasta el cansancio que es el sucedáneo perfecto para evitar una guerra. Hay veces que incluso se desata gracias a una derrota, como la guerra del futbol que enfrentó a El Salvador y Honduras para las eliminatorias del mundial México 1970 o la lesión a las relaciones entre viejos amigos como Egipto y Argelia, desempate incluido para Sudáfrica 2010 (ya hablé de esa historia).
Otras veces puede ayudar a cerrar heridas internas. Un ejemplo es la historia del Žalgiris en Lituania. Claro, no lo habría hecho sin ayuda del basquetbol, pero indirectamente cimentó las bases de la Cadena Báltica y la eventual implosión de la Unión Soviética en 1989 (más información aquí). ¿Qué me dices que un paliativo del terror en Afganistán? En el breve espacio de descanso que tuvieron del régimen talibán un reality show les ayudó a formar una liga y más o menos adquirir un buen nivel (mira ese texto). Te podría también mencionar la provincia más marginal de Indonesia, Papúa Occidental, que ha logrado que volteen a verlos con el Persipura Jayapura (aquí hay más información).
En otros casos ayuda a lavar la imagen del país en cuestión. Hay una palabra en el vocabulario internacionalista llamado “poder suave” o “soft power”, y es una batalla mucho más sutil. En lugar de armas, se usan iniciativas. Hay un texto donde se ve con mayor detalle, pero en realidad es más hacia un país que siempre es candidato, como Países Bajos (aquí está). Qatar ha usado el futbol con maestría. Es más que una selección sin tanto ruido fuera de Asia. Ha influido en los cracks de esta década, ha dado dolores de cabeza a clubes laureados. Ahora todo el mundo no deja de hablar de ellos, para bien o para mal. Lo siguiente es una cátedra de estrategia cortesía de Qatar.
Votos por inversiones: el cabildeo para el mundial
Miremos cómo estaba el ecosistema del futbol a finales de la década del 2000, justo antes de esa votación para las sedes de los mundiales de 2018 y 2022. El presidente de la FIFA era el suizo Joseph Blatter, y el secretario, Jérôme Valcke. Había otro hombre también que podía ser crucial para las aspiraciones: Michel Platini. Como ex jugador y leyenda de los ’80, sabía de qué pie cojeaba un futbol que comenzaba a experimentar los efectos secundarios de la ley Bosman, y poco a poco había escalado toda la montaña para ser presidente de la UEFA y del Comité Técnico de Desarrollo de la FIFA. En cierta manera, también era un nexo con la política internacional externa, al ser cercano al presidente de Francia, Nicolas Sarkozy.
Centrémonos por ahora en la votación para el 2022, abierta para todo mundo, excepto Europa y África. Qatar se metió a la pelea, y se enfrentaba a Japón, Corea del Sur, Australia… y Estados Unidos. De manera silenciosa, Qatar ya estaba en posiciones clave dentro del futbol mundial. Había alfiles como Mohammad bin Hammam (محمد بن همّام). El entonces presidente de la Confederación Asiática de Futbol era prácticamente la mano derecha de Blatter y con ello también tenía en la bolsa a Valcke.
Si querían ganar la sede del 2022 había que ganarse a todo el mundo, y lo harían con países que tuvieran una situación económica más o menos delicada. Comenzaron por Sudamérica. El presidente de la Conmebol era Nicolás Leoz, paraguayo. Otros hombres fuertes eran Julio Grondona, presidente de la federación de futbol de Argentina, y Ricardo Teixeira, mismo cargo, pero para el futbol brasileño. Ahí estaba Jack Warner, de Trinidad y Tobago, y presidente del bloque de Concacaf (información aquí). bin Hammam los fue convenciendo para que soltaran sus votos a su favor, en lugar de la candidatura de Estados Unidos, a cambio de inversiones. Y consiguió que apoyaran la candidatura de España-Portugal para 2018, jodiendo de paso a Inglaterra para no ganarle a Rusia. Venía el turno de Asia. Mismo modus operandi: votos a cambio de infraestructura. El delegado de Tailandia, Worawi Makudi (วรวีร์ มะกูดี), mordió el anzuelo. Fase uno, completa.
Venía el momento de cerrar la pinza, y ahí tenían que meter toda la carne del asador. ¿A qué punto? No solamente participó bin Hammam, él se trajo al mismo emir de Qatar. Ellos se vieron en secreto con Platini y Sarkozy. Nadie supo en ese momento sobre la reunión en el Elysée Palace poco antes del día D. Cuando acabó, se fueron con una sonrisa; sabían que habían jugado bien sus cartas. La votación en Zúrich fue el jaque mate: Rusia se impuso a la opción natural de Inglaterra para 2018. Y para el 2022, la candidatura qatarí le ganó a la tecnología japonesa, a la organización coreana, al crecimiento australiano y, en especial, al ruido norteamericano. En especial el resultado 14-8 fue una humillación para Estados Unidos.
Los beneficios llegaron pronto: Tailandia obtuvo gas qatarí a un precio preferencial, Qatar Airways comenzó a operar vuelos hacia Brasil y Argentina, y Qatar anunció inversiones récord para Paraguay justo en un momento donde buscaba desesperadamente infraestructura. Con Francia empezaba una larga relación.
Qatar y el control del futbol francés
Tenemos que introducir más personajes a este relato. Uno de ellos es Nasser al-Khelaifi (ناصر الخليفي). El hijo de un humilde pescador de perlas se metió al equipo de tenis de Qatar. A nivel mundial no pintaba mucho, pero le bastó para ser el segundo mejor jugador del equipo de Copa Davis. Es que, a la edad de 14, cuando quería entrar al mundo profesional, solía practicar con un niño seis años menor llamado Tamim bin Hamad Al Thani (تميم بن حمد آل ثاني), miembro de la familia real. Se ganó su amistad y así entró al círculo del poder. Le pagaron sus estudios de economía, le dejaron estudiar el posgrado que quisiera (eligió Ciencias Marítimas en la Universidad del Pireo). Lo dejaron a cargo del tenis qatarí, llegando eventualmente a la presidencia de la Federación Asiática.
Vamos ahora al 2011. Su amigo Tamim bin Hamad al-Thani ya estaba en la mira de la sucesión al trono de Qatar, y mientras tenía a su cargo la Qatar Investment Authority, un fondo soberano de inversión que manejaba las ganancias de los combustibles fósiles. Para ese año, Qatar había completado todos los gasoductos que la habían catapultado al liderato de la exportación de gas natural. Venía la diversificación. Compró, por ejemplo, Miramax Studios y entró a la industria del cine. El futbol se les estaba esquivando: no habían prosperado las compras del Everton y del Manchester United. Emiratos Árabes Unidos ya les llevaba ventaja con el Manchester City que empezaría a ganarlo todo. Necesitaban un club de futbol desesperadamente y pusieron los ojos en Francia, una liga más o menos competida, pero que no ingresaba a la élite de las cuatro (Serie A, Bundesliga, La Liga y Premier League) por más que quisiera. Para esto nombró a Nasser al-Khelaifi como CEO de Qatar Sports Investment, la sección deportiva de QIA.
Para ser una ciudad tan visitada a nivel mundial, París jugaba un rol secundario no digamos en Europa, en Francia misma. La ciudad de la luz veía como ciudades como Lyon y Marsella se disputaban la Ligue 1; también soportaba la humillación de que la ciudad más ganadora fuera St. Etienne, en pleno declive por la desindustralización francesa desde los años 70. No podemos hablar del Paris FC o del Red Star. El Paris Saint Germain vez en cuando tenía destellos, con jugadores como Raí y Ronaldinho, pero cuando se iban, sufría en serio. En 2007 de hecho estuvieron a tres puntos de descender, y eso que Canal+ lo vendió a los estadounidenses de Colony Capital. Era decepcionante su gestión; no podían sacar de la crisis económica al PSG claramente venido a menos.
PSG necesitaba un inversionista que los sacara del hoyo y Qatar necesitaba un club para entrar a competir. Mesa puesta para establecer un trato. Y así a finales de junio de 2011 el cuadro parisino anunció que era comprado por Qatar Sports Investment en un 70% de las acciones. Nasser al-Khelaifi se convertía en Presidente y CEO. De inmediato mostró un plan para llevar al conjunto parisino al top-3 de Francia y ganar la Champions League. Qatar Airways ahora aparecía en la camiseta. Y los fichajes experimentaron un cambio sustancial. La transferencia más cara para la temporada 2010-11 era Nênê del Mónaco por 5 millones de euros. Ahora llegaban Kevin Gameiro del Lorient (€11 millones), Thiago Motta del Inter de Milán (€11 millones) y Javier Pastore del Palermo (€42 millones). Lo mejor estaba por venir.
En 2013 llegaría una nueva movida de Qatar. Y para esto necesitaban echar mano de la televisión. al-Jazeera (الجزيرة) era una televisora que ya dominaba el Mundo Árabe y se erigía como una opción frente a otros medios como Fox y CNN; de hecho, era lo que había surgido de las cenizas de la sección árabe de la cadena británica BBC. La sección deportiva ya tenía presencia en 27 países en todos los continentes. Y olió sangre cuando la Ligue 1 se metió en problemas con la renuncia de Canal+ y Orange a la transmisión de encuentros. Tenía de entrada dos encuentros, pero ahora con el nuevo acuerdo ya poseía todos los derechos. La liga francesa se salvaba por cuatro años y al mismo tiempo empezaba a ser seguida por todo el mundo. Esa «liga de granjeros» se metía de lleno al top-5. Por cierto, al-Jazeera Sports pasó a llamase beIN Sports, cadena que ahora más ubicamos por las transmisiones y repeticiones que pululan en Twitter para no tener problemas con el copyright.
Dos años después, Qatar Sports Investment anunció la compra del resto de derechos del PSG. Y ahora con el presupuesto podían fichar lo que quisieran y con sueldos que muy difícilmente serán igualados. El PSG tardó en ganar la liga en dos temporadas, y desde entonces no han parado… en los últimos 10 años se han llevado ocho títulos, seis Coupes de France, seis Copas de Liga y ocho Supercopas. En poco tiempo han sido ya los más ganadores, quitando del trono a los otrora gigantes, como los Olympiques de Lyon y Marsella y arrebatándole todo al St. Etienne. La Champions todavía sigue siendo esquiva y hasta ahora permanece como tarea pendiente, pero nadie deja en dudas que la Ligue 1 es territorio PSG. ¿Quiénes han llegado? Zlatan Ibrahimović, David Beckham (como agente libre), Marco Verrati, Marquinhos, Edinson Cavani, Layvin Kurzawa, Ángel di Maria, Giovanni Lo Celso…
Qatar y Barcelona: amor y odio
Para entender la relación de Qatar con el conjunto catalán hay que recordar que Pep Guardiola tuvo dos años de su carrera en la entonces Q-League. Jugó para al-Arabi (العربي) y en su primera temporada ganó la distinción al mejor extranjero. Ahí fue con todo y su esposa, hijos y hermanos. Al estar ya en la dirección técnica del Barcelona, fue nombrado como embajador de la candidatura de Qatar para la sede del mundial 2022, y para eso mismo los asesoraría el presidente del Barcelona, Sandro Rosell. En 2006 un catalán llegó a la Aspire Academy. Se trataba de Félix Sánchez Bas, entrenador del Barça “A”.
Vayamos ahora a finales del 2010, cuando todo mundo ya hablaba de Qatar 2022. Barcelona Radio filtró que cambiarían de patrocinador a Qatar Foundation por seis años. Era una movida discutible que enfrentaba a socios. Después de casi mucho tiempo sin marca sobre la elástica blaugrana, habían cedido, pero con una alianza pro bono con Unicef. Ahora esto era muy arriesgado para un club que pregona los valores como avanzada. Por ello se vieron obligados a lanzar una conferencia de prensa para oficializar todo esto a cambio de una entrada de 30 millones de euros cada año. Qatar Foundation dio paso a Qatar Airways en 2014, por si no había quedado clara la nueva faceta comercial.
La relación entre Qatar y Barcelona empezó a desarrollar más tentáculos cuando se extendió hacia los derechos de retransmisión de la liga española y el periodismo deportivo escrito. Primero tocó la prensa. En 2014 nació el diario deportivo Sport Qatar, para satisfacer las necesidades del público qatarí. Esto fue producto del acuerdo entre el Grupo Zeta, encabezado por Joan Vehils, y Gulf Times. Nos parece que no hay medio más barcelonista que Sport. Al año siguiente llegó la alianza de beIN Sports con la productora MediaPro del catalán Jaume Roures (39 de 42 clubes). Fueron buenas temporadas para el futbol catalán y así fue como Qatar pisó fuerte dentro del mercado español sin controlar directamente un club.
Otro hombre que se involucró fue Xavi Hernández. En 2015 dejó al cuadro blaugrana para retirarse cómodamente en al-Sadd (السد). Ahí duró cuatro temporadas y se trajo a toda su familia a vivir, seducidos por la calidad de vida en Doha. Ahí entabló amistad con Félix Sánchez Bas, que tenía el proyecto de las Selección Juvenil de Qatar. Ahora imagina cómo se da la filosofía catalana con un laboratorio tan innovador como la Aspire Academy. Eso sería en un futuro dinamita pura y catalanes seguían enriqueciendo al futbol qatarí.
Sin embargo, nada duraría para siempre. La marcha de Guardiola comenzó a tambalear la seriedad del acuerdo de Qatar con los culés. Él mismo propició que Bayern Múnich empezara a fijarse más en este emirato; encima, Rosell era la persona menos querida para Pep y los dardos hacia él eran a veces cargados con veneno. La relación entre Barcelona y Qatar llegó a un punto muerto con la llegada de Josep Bartomeu a la presidencia. No todo mundo estaba contento y las reuniones entre socios podían durar sin que se pusieran de acuerdo. Bartomeu de hecho comenzó a explorar más opciones diferentes a la qatarí. Así pues, se fue desgastando la relación hasta que en 2016 se anunció la última temporada donde apareciera algo qatarí en la camiseta del Barcelona.
Esto pegó muy fuerte en Doha y de ser un idilio romántico, pasó al odio más recalcitrante. Pero había que atender asuntos mucho más urgentes. Ellos tenían ahora que sacarse de encima toda la mierda del reporte García y los escándalos de corrupción que rodearon a la votación de Qatar 2022 con el reporte García del FBI. Sí, era el contraataque de Estados Unidos por la derrota del 2010, y venía en serio, con arrestos y movidas de Interpol incluidos. Eso desembocó en el escándalo del FIFAGate y con el fin de las carreras de varios pesos pesados de la FIFA: Blatter, Valcke, Leoz, Grondona, Teixeira y Warner. Lo peor estaba por venir, porque Qatar estaba bajo fuego, y no solamente en futbol, en todos sentidos.
Bloqueo del Mundo Árabe a Qatar
La cadena al-Jazzera no es precisamente una hermanita de la caridad. La cara que daba al mundo exterior era pluralidad y libertad de expresión, pero dentro del mundo árabe tiene una pésima reputación porque le da voz a todo lo que huela a problemas. Era una de las jugadas a dos bandas que mandaba la diplomacia qatarí. Esta era la principal fuente de furia árabe ante la invasión a Irak en 2003. La cobertura que se le dio a Gaza era bastante profunda. Y por lo bajo Qatar financiaba a los grupos del fundamentalismo islámico como al-Qaeda (القاعدة) en Afganistán, la Hermandad Musulmana (الإخوان المسلمين) en Egipto, Hamas (حماس) en Palestina, Hezbollah (حزب الله) en Líbano y Daesh (داعش) en Siria.
Hay otra cosa que no le perdonaban a Qatar. Atrás había quedado los años en que Egipto unió a todo el mundo árabe bajo el panarabismo gracias a la extensión radiofónica (más información aquí). al-Jazeera había tomado su lugar y comenzó a inflamar a toda la juventud con ideas de quitar el viejo régimen para abrazar una nueva realidad. Era una manera de dejar de lado ese rol de mediador perfecto para tomar un papel mucho más activo. Surgía así la Primavera Árabe. En países como Egipto, Túnez, Libia y Siria esto fue muy mal recibido por las élites que buscaban mantener el poder.
Por otro lado, Qatar también se empezaba a acercar a actores que buscaban el control del Medio Oriente como Turquía e Irán. El régimen de Erdoğan estaba muy agradecido con las inversiones qataríes y la cooperación se escalaba también a la fracción militar. Por otro lado, Teherán era el aliado más fuerte de Doha y con ello ganaba más presencia en su conflicto con Arabia Saudita. Ellos estaban muy metidos en toda la guerra civil de Yemen, punto culmen del conflicto que tienen en el aspecto religioso: Irán es de mayoría chií, Arabia Saudita es sunní. Y hablando precisamente de Arabia Saudita, Riad veía con terror cómo perdía terreno con Doha por la supremacía de este sunnismo, más cuando Qatar ya tenía el primer lugar mundial en PIB per cápita. La presencia de Donald Trump en Riad a finales de mayo les dio el valor suficiente. Había que ponerle un alto a Qatar.
El pretexto fue un hackeo a la cuenta de Twitter del Emir de Bahréin, reportado desde Doha. Entre el 5 y el 6 de junio de 2017, todo el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), salvo Omán, anunció un bloqueo a Qatar por todos lados. El CCG es una unión económica y comercial de países del Golfo Pérsico. Ahí está Arabia Saudita, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos y Omán más Qatar. También se unieron Egipto, Siria, Libia y Yemen. Esto trajo una serie de consecuencias que golpearon a Qatar:
- Alimentación: el 80% de los alimentos consumidos de Qatar procedían de países del resto del golfo, y solamente el 1% se producía localmente.
- Vuelos: casi todos los vuelos de Qatar Airways pasaban por espacio aéreo de sus vecinos y el cielo iraní no era tan bien visto para pilotos en todo el mundo.
- Correos y envíos: cuando Emiratos Árabes Unidos bloqueó todos los barcos cargueros que fueran de o a Qatar, esto aumentó los problemas de compañías como la danesa Mærsk, la suiza MSC, la china COSCO y la taiwanesa Evergreen Marine, entre otras. No podían enviar directamente al país y tenían ahora que confiar en Omán.
- Finanzas: la firma Standard & Poor rebajó la calificación crediticia de Qatar y la paridad rial qatarí/dólar estadounidense se disparó (de 3,64 a 3,81, después de estar fijo desde el 2001). Muchos de los bancos mundiales tuvieron que dejar de hacer operaciones en Doha, situación que tomó meses arreglar.
- Medios de comunicación: al-Jazeera recibió prohibiciones en Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Egipto, con lo que se perdía alrededor del 50% de la audiencia árabe.
- Energía: el gas natural subió de precio en todo el mundo, en especial en Reino Unido, uno de los clientes más fuertes de Qatar.
El bloqueo pudo haber durado más, pero no cumplió el objetivo esperado: doblar a Qatar. Y en buena parte fue gracias al futbol.
Traspaso récord de Neymar al PSG para salvar a Qatar
El 5 agosto de 2017, el PSG rompió el mercado de verano cuando anunció con bombo y platillo la liquidación de la cláusula de rescisión del contrato de la estrella del Barcelona, el brasileño Neymar Jr. El precio fue una barbaridad: ¡¡¡222 millones de euros!!! Jamás se había pagado por alguien con una tamaña cantidad de dinero. Parecía demasiado por un jugador que no estaba todavía ni siquiera a la altura de Cristiano Ronaldo y Messi, sin importar que por fin le había dado el oro olímpico a Brasil, y parecía demasiado pronto para un jugador originalmente destinado a dar más glorias a la Ciudad Condal.
Parecía hasta cómico el destino. Un día te remontan una eliminatoria que ganabas 4-0 y meses después le quitas el componente alegre de esa MSN arrolladora. La presentación fue con 40.000 espectadores que abarrotaron el Parque de los Príncipes, y todavía rentaron la Torre Eiffel, lo que cuesta 262.000 euros por noche. Esto fue capricho de al-Khelaifi, que quería dar mayor resonancia al evento más mediático del futbol mundial con un juego de luces en el monumento más socorrido del turismo moderno. Le dieron todo un contingente de seguridad que por un día cuesta 65.000 euros.
El jugoso contrato de Neymar nos golpea si analizamos todo lo que conlleva. Solamente el de Messi con el Barcelona lo supera en jugosidad. Fichaba por cinco años, embolsándose hasta 43 millones de euros anuales. Si renovaba por una sexta temporada, la cifra ascendería hasta 50 millones. También involucró la venta de sus derechos de imagen. ¿Cómo ha respondido? Si bien el desempeño de Neymar ha dado un poco que desear por culpa de las lesiones, en sus cinco temporadas ha marcado 111 goles y ha dado 65 asistencias en 170 encuentros. Los títulos no dejan de caer y ya llegaron a la final de la Champions League del 2020, pero el Bayern Múnich los apartó.
Todo esto deja hasta el momento una friolera de casi 490 millones de euros. Esta cantidad parece estratosférica y pone en riesgo al Fair Play financiero que evita que el futbol caiga en un carácter empresarial con clubes estado. Sin embargo, ¿qué son 490 millones de euros cuando lo comparamos con proyectos qataríes de infraestructura o inversión en todo el mundo? Solamente por mencionar ejemplos, Qatar ha invertido más de 20 mil millones de euros en compañías alemanas como Deutsche Bank, Volkswagen o Siemens; ha adquirido la firma italiana de moda Valentino en €700 millones, el 18,93% de las acciones de la petrolera rusa Rosneft (11 mil millones de dólares) y proyectos de bienes raíces en Nueva York que ascienden hasta 9 mil millones de dólares. Todo eso deja un capricho futbolístico como un simple caramelo.
En cuestión de dos semanas, Qatar dejaba de tener un significado negativo en el futbol. En dos semanas, Qatar dejaba de correr peligro de que le quitaran la sede del mundial. En dos semanas, Alemania retiraba sus preocupaciones. El que le quitaran la organización de la Copa del Golfo 2017 era peccata minuta. Y en cuestión de dos semanas, el mundo volvía a mostrarle simpatía a Qatar, todo gracias al futbol, y otras cosas, como el apoyo incondicional de Turquía e Irán.
Contraataque de Qatar
Tras haber pasado por la tormenta, tocaba el turno de Qatar para vengar los desaires del Barcelona. Primero que nada, se negó a devolver a Marco Verratti, en una operación que tal vez habría sido tersa en 2016. Luego, le birlaron a Messi en 2020; ni le dieron la oportunidad de tener un partido de despedida a lo grande. Triste final para quien llenara de gloria el Camp Nou. Y finalmente el Barcelona tuvo que humillarse para repatriar a Xavi Hernández, que tenía contrato con al-Sadd (السد) como DT hasta 2023. Llegó demasiado tarde, cuando los culés habían sido sacados de la Champions League en fase de grupos por primera vez en casi 15 años.
Sin dejar de lado las crisis económicas y de valores que ha traído la gerencia Laporta, las movidas del PSG desencadenaron el hoyo en el que todavía está el Barcelona. Dos ligas conquistadas no parecen ser bastante dolorosas, pero en Champions la regresión prendió alarmas, con derrotas increíbles contra la Roma (semifinales en 2018), el Liverpool (semifinales en 2019), el Bayern Múnich (cuartos de final en 2020, ¡auch!), el mismo PSG (octavos de final en 2021) y ahora de nuevo el Bayern Múnich y Benfica (fase de grupos en 2022).
Moraleja: no muerdas la mano que te da de comer porque la venganza será terrible.
Capital qatarí en el futbol después del 2022
La Champions League sigue siendo un torneo que se le escapa al cuadro parisino. De DTs no se pueden quejar: Ancelotti, Blanc, Emery, Tuchel y Pochettino han dictado cátedra. Tampoco pueden decir que no han fichado a lo mejor de lo mejor, con jugadores como Kylian Mbappé, Keylor Navas, Sergio Ramos, Achraf Hakimi (أشرف حكيمي), Mauro Icardi, Idrissa Gueyé, Gianluigi Buffon, Gianluigi Donnaruma, Georginio Wijnaldum, Pablo Sarabia, Vitinha. Sin embargo, les falta algo que les haga por fin alzar la orejona. al-Khelaifi se ha tenido que tragar tropiezos a veces increíbles y muchas veces con falta de alma.
Por ello, surgen rumores de que, tras el mundial 2022, viene una política mucho más austera en el fichaje, de acuerdo con voces optimistas, o incluso de que Qatar se vaya de París, en el escenario más pesimista. ¿Será cierto? Todavía no se sabe. Es verdad que la UEFA y la FIFA no quieren un futbol que se abra únicamente a los que pueden pagarlo y por eso han endurecido las medidas para fortalecer el fair play financiero, pero París juega como pivote en la política de capital deportivo qatarí.
Mientras tanto, Qatar va a lo suyo en relaciones internacionales. Todavía juega como mediador, como se vio en la reciente ofensiva talibán para ganar el control de Afganistán, o el reinicio de su accionar en la crisis que hasta la fecha golpea a Yemen. Ahora tiene relaciones más fuertes con Ankara (no Ankara Messi) y Teherán, ahora es fuente de comida para India y Pakistán, ahora hace sociedad con China, ahora se siente su apoyo por el sureste de Asia. La crisis diplomática poco a poco amainó, hasta que Riad anunció el fin del embargo a Qatar después de tres años y medio. Influyó, claramente, que Biden volvió a acercarse con Irán y que Europa busca más opciones para gas natural que no sea Rusia. El mundial FIFA sigue siendo razón poderosa y Qatar ha podido usar con creces ese as bajo la manga. ¡Viva el futbol, carajo!
Fuentes
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Por ahora basta de mencionar al futbol como arma política tanto interna como externa. Pensamos que Qatar es un debutante y que no tiene nada que hacer en el futbol mundial, al menos en la selección mayor. Muchos ignoran que en realidad tuvo durante mucho tiempo la reputación de ser potencia mundial en selecciones menores de edad. Ya llegaron a la final de un torneo sub-20, ya entraron a Juegos Olímpicos y ya se llevaron el oro en Juegos Asiáticos. La historia de las participaciones más destacadas de Qatar en torneos menores se verá la siguiente semana.
Recomendación musical 2
Jesse Cook es uno de mis guitarristas favoritos. Nacido en Canadá, combina diversos ritmos como el jazz, la rumba flamenca y otros géneros. Ha ganado el Premio Juno que se le entrega al mejor artista canadiense del año. En realidad, nació en París, pero viajes por España moldearon todo su gusto. Recibió mentoría de los Gypsy Kings, institución del flamenco a nivel mundial. Ha pasado por el Royal Conservatory de Toronto y la Escuela de Berkley, en Boston. Firmó con disqueras como EMI y la extinta Narada. No es música española, es música del mundo. Dentro de todo su repertorio, he escogido esta canción que sí la podemos considerar con un dejo árabe. Esta fue interpretada en un concierto durante el Festival Internacional de Jazz en Montreal en el año 2007. Juntó a un elenco de grandes músicos, como Nicholas Hernández en la guitarra y el MVP de esa noche, Chris Church en el violín. Se llama Closer to Madness. Es fácil perderse en la locura del violín, la decisión de la guitarra primera y los diversos ritmos que nos persiguen hasta dejarnos sin aliento. Parece como si fuera una carrera en el desierto, donde unos bandidos nos quieren quitar todo y tenemos que huir.
Recapitulemos
Qatar ha usado el futbol como un arma alterna para su política externa. Para conseguir el mundial del 2022 recurrió a un cabildeo con Asia, Sudamérica, Concacaf y en especial la UEFA, a cambio de inversiones récord. En particular la relación que surgió con Michel Platini condujo a que la Qatar Sports Investment comprara al Paris Saint-Germain; después de eso, compró los derechos de transmisión de la Ligue 1 (ahora con beIN Sports). Ahora con Nasser al-Khelaifi es el cuadro más ganador de Francia, aunque la Champions sigue siendo asignatura pendiente. También mantuvo un acuerdo con el Barcelona durante seis años para ser el patrocinador de la camiseta, extendido hacia MediaPro y el diario Sport. Esto acabó mal a mediados del 2017, y este final coincidió con el bloqueo de países árabes a Qatar por razones como la propaganda terrorista de al-Jazeera, el doble papel de Qatar con Irán y Turquía y la rivalidad con Arabia Saudita. También de paso afectó el escándalo del FIFAGate. Algo que ayudó a que no quebrara Qatar fue el fichaje récord por Neymar. Qatar se vengó con la retirada de la negociación por Verratti, la compra de Messi y la dilación para soltar a Xavi para la dirección técnica. Ahora la situación está un poco mejor, y el futbol es en gran parte responsable. Después de 2022 hay rumores de que Qatar dejará el PSG, pero esto son simplemente rumores.
Nos vemos la siguiente. Yalla bye! (ياالله باي!)