¡Hola! ¿Cómo estás? Seguimos de nuevo en español, pero adonde vamos no hay una variante tan marcada en la parte regional. Espero que estés muy bien. Seguiremos con nuestra serie del futbol y los terremotos después de ir al mundial de Chile 1962 que se organizó a pesar de sufrir el sismo más potente del mundo. En esta ocasión iremos diez años adelante y cruzaremos el desierto de Atacama para hablar de nuestro siguiente destino, Perú.
Recomendación musical 1
La creencia popular es que el género punk nació en Inglaterra. Sí, también yo he caído en ese mito. Unas tías mías me ayudaron a desmentirla. El verdadero precursor del punk está en Perú y es el grupo Los Saicos. Originarios de Lima, tenían un ritmo agresivo, y a la vez divertido. Rompieron todos los esquemas del rock ‘n roll amable y bailable que sonaba en todas las radios no solamente de Latinoamérica, sino de todo el mundo. Apenas duraron tres años, pero eso les bastó para erigirse como uno de los grupos clave para entender la historia de la música popular en Perú. Esta es su canción insignia, Demolición. Que la cuenten como quieran. Los Saicos son los papás de The Ramones, Sex Pistols, The Stooges, The Saints y todos esos grupos.
Vamos al tema de esta semana.
Perú, pocas participaciones pero muy ruidosas
Si hay un país que ha aprovechado cada mundial para darse a conocer por el mundo es Perú. Han vencido problemas de indisciplina, decepciones, eliminaciones insospechadas, humillaciones, desperdicios de grandes camadas de jugadores, y en las últimas cinco ediciones de la Copa América se han metido cuando menos a semifinales en cuatro ocasiones.
Cuando califican a mundiales siempre dan la nota. Llevan cinco presencias y el aficionado peruano promedio recuerda con exactitud el marcador, los rivales, las ciudades y el once inicial de cada partido. Fueron parte de los 13 decanos que llegaron al mundial de Uruguay. Fueron los principales implicados en el presunto escándalo de amaño de partidos en Argentina para que la Albiceleste llegara a la final. En España pusieron contra las cuerdas al futuro campeón y se enfrascaron en un duelo entre brujos africanos y chamanes incas. Por último, en Rusia sus aficionados se robaron el corazón de todos, ganándose así el premio Fair Play de la FIFA.
He dejado aparte a propósito la presentación que dejó las mejores sensaciones en cuanto a nivel de juego. Se trata del mundial celebrado en México. Fue un campeonato alabado por expertos por el gran futbol desplegado. En el Estadio Azteca se llevó a cabo el Juego del Siglo entre Italia y Alemania Occidental. No fue el único. Brasil-Inglaterra, Alemania Occidental-Inglaterra, Brasil-Uruguay. Aquí estuvo la mejor atajada de un arquero (Gordon Banks). Aquí llegaron las sustituciones, las tarjetas amarillas y las tarjetas rojas. La altitud de la Ciudad de México no mermó el juego, sino que lo reforzó. Hubo ausencias dolorosas como Argentina, España y Portugal. Hubo debuts con cierta historia, como El Salvador y su boleto entintado con sangre, o como Israel y su pugna por el reconocimiento internacional, o bien como Marruecos que representó a un continente comunmente ninguneado (esa historia la veremos después). Aquí fue donde regresó Perú con una generación dorada que tuvo vigencia durante más de 10 años. Pocos saben que tuvo el componente de superación, de nuevo a causa del peor terremoto de su historia.
Futbol peruano, letargo de 40 años en mundiales
Como bien te decía, Perú fue parte de los 13 equipos que llegaron a un mundial de la FIFA. Es cierto que debutaron con una derrota ante Rumania, pero el juego contra los charrúas fue gala de un juego defensivo que los mismos uruguayos alabaron y respetaron. Apenas les marcaron un gol, mientras que yugoslavos y argentinos encajaron seis y cuatro, respectivamente.
Tras ello, una gira en Europa con chilenos en el Conjunto del Pacífico, y una participación más que decorosa en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936. Le ganaron 4-2 a esa Austria que se llamaba Equipo maravilla (Wunderteam), pero la FIFA hizo más caso a unas quejas sin fundamentos de los austriacos que no supieron perder. Anuló el resultado meritorio para volver a disputar el partido sin espectadores. Tras eso, el gobierno peruano decidió sacar a toda su delegación de los Juegos Olímpicos.
Después de la II Guerra Mundial llegó la desaparición. El gobierno peruano empezaba a reprimir a las organizaciones políticas, sociales y económicas de la clase urbana y pobre. Eso podría explicarse en parte por qué de pronto Perú dejó de hacer ruido a nivel mundial. Es verdad que no iba mal en citas como los Juegos Bolivarianos, el Campeonato Panamericano, el Campeonato Sudamericano (actual Copa América), los Juegos Olímpicos de Roma 1960 y la Copa del Pacífico ante Chile.
La asignatura pendiente para el futbol peruano era clasificar de nuevo a un Campeonato Mundial. No participó en las eliminatorias sino hasta 1958. Para Suecia, Perú quedó tan cerca de eliminar a Brasil, pero un gol de folha seca de su inventor Didí privó a los peruanos. Para el mundial de Chile sucumbió de manera sorpresiva frente a Colombia, y para Inglaterra no pudo oponer gran resistencia a Uruguay.
El camino a México
Comenzaba así un nuevo intento de colarse hacia un mundial. Había un optimismo inexplicable para quien no fuera peruano. La Federación Peruana había convencido a un brasileño para dirigir a las huestes peruanas. Él los había privado de asistir al mundial, su nombre era Waldir Pereira y era conocido como Didí. No era alguien ajeno. Ya había dirigido a Sporting Cristal.
No empezó tan bien. No tuvo ninguna victoria en siete partidos. Después, llegó un partido ante Colombia, que por fin ganaron. Tras ello, una sola derrota en ocho encuentros. Los peruanos empezaban a soñar. Venía la eliminatoria al Mundial de 1970. Para llegar a México, tenía que ganar un grupo que tenía a Bolivia y a Argentina. La alineación se conocía de sobra: Rubiños; Gonzales, de la Torre, Fuentes y Chumpitaz; Chale, Mifflin, Cubillas, León, Baylón y Gallardo. El grupo se abrió con una sorpresiva victoria de los bolivianos ante los argentinos 3-1 en La Paz.
Era momento del debut peruano en el Estadio Nacional de Lima, que quedó enlutado cinco años antes con su peor desastre. Al minuto 52 llegó un centro de Chumpitaz tras haber robado el balón en la banda y León remató de volea para marcar el único gol de ese partido. ¡Perú había derrotado a los argentinos!
Una semana después, Perú visitó a Bolivia en la temida altura del Hernando Siles. No solamente tuvo una derrota dolorosa por 2-1, sino fue víctima de un arbitraje parcial del venezolano Sergio Chechelev. Eso no fue excusa para la reacción violenta de Fuentes y Mifflin, que les costó un año de suspensión.
Venía la revancha a la semana siguiente. Perú se cobraría esa derrota dolorosa y le endosaría tres goles sin respuesta a los bolivianos; la victoria no fue limpia, perdieron a Gallardo por lesión. Los bolivianos sucumbieron siete días después en Argentina 1-0. Por primera vez en mucho tiempo, Perú se encontraba en una posición envidiable para ir al mundial, y para ello debía evitar perder ante Argentina. En caso de que la albiceleste ganara, habría un triple empate. Esa cita con el destino sería en el estadio Alberto J. Armando, también conocido como La Bombonera.
Para prepararse mentalmente para el partido, Perú llegó a Buenos Aires dos días antes. Empezaron las especulaciones. Didí tenía que buscar al reemplazo de Gallardo. Se pensaba en la estrella del Universitario, Percy Rojas, pero se decidió por un joven que rompía redes en el Sport Boys, Oswaldo Cachito Ramírez, de apenas 22 años. Esta decisión era inexplicable, y en Perú empezaban las quejas hacia el estratega brasileño.
31 de agosto de 1969. Tres de la tarde, hora de Buenos Aires. Estadio Alberto J. Armando. La Bombonera era un hervidero con un poco menos de 70.000 almas dispuestas a que Argentina no quedara fuera. Es verdad que los manejos de la Asociación de Futbol de Argentina eran por demás cuestionables, pero no ganar ese encuentro era algo que no se llegaba a imaginar. Perú se encomendó a Nuestra Señora de Lima y salió al campo. La alineación tenía ese 4-2-4 que enamoraba a todos: Luis Rubiños iba a la portería. En la defensa estaba Eloy Campos, Orlando de la Torre, Héctor Chumpitaz y Rafael Risco, que había sustituido a Fuentes. La media tenía a Roberto Chale y Luis Cruzado en sustitución de Mifflin. La delantera era temible con Julio Baylón, Pedro León, Teófilo Cubillas y Oswaldo Ramírez. El árbitro era el chileno Rafael Hormazábal, que pitó el inicio del encuentro.
El primer tiempo tuvo la siguiente tónica: Perú saldría a poner la pierna fuerte y a proponer. Sabían que si le cedían la iniciativa a Argentina sería un suicidio. El problema era que Cachito Ramírez no estaba con la mira fina y falló al menos tres ocasiones manifiestas de gol. Así se acabó el primer tiempo y el marcador estaba en ceros. El pase todavía lo tenía Perú.
Llegó el segundo tiempo y Argentina se fue encima en pos de la victoria, pero todo se enfriaba entre una pésima delantera y una atenta defensa de Perú. El balón estaba en propiedad argentina, hasta que Cachito Ramírez robó el balón, entró al área y sacó un zurdazo que venció a Cejas. Perú ganaba 1-0. La grada lanzaba botellas y botellas por la decepción. Todo cambió al minuto 80, porque Fuentes hizo una falta dentro del área, lo que significaba un penal que convirtió Yazalde gracias a una serie de amagues. Ahora estaban las cosas 1-1, pero Argentina estaba eliminada todavía
Y lo estaría aún más. Tres minutos después Chale robó un balón en medio campo. De ahí sirvió a Cruzado que de inmediato brindó un pase a Ramírez que iba a toda velocidad al área. Ahí remató sutilmente. Gol de Perú. 2-1, y estaban a minutos de hacer historia. Cachito no había marcado antes de ese día con la casaca albirroja y ahora llevaba un doblete. Pero no había que bajar la guardia, que Argentina se iría con furia por esos dos goles.
Era el minuto 92 y Argentina empató por conjunto de un remate de Rendo al palo tras una tímida salida de Rubiños. Aún había que aguardar unos minutos para consumar el milagro. Argentina estaba hecho un vendaval. Al último segundo sucedió. Centro de Brindisi que remataba Marcos de cabeza para por fin lograr la voltereta ansiada.
Todo era alegría en La Bombonera… no tan rápido. El árbitro Hormazábal anuló el tanto porque para él Marcos había cometido falta sobre Rubiños. ¡Valiente decisión que podía significar la furia de 70.000 argentinos enardecidos! Se mantuvo. No había tiempo para más. Perú estaba en el Mundial después de 40 años.
Preparativos para México
Meses después ocurrió el sorteo del campeonato mundial en el hotel Sheraton María Isabel del Paseo de la Reforma en la Ciudad de México. Perú estaría agrupado en el bombo con el resto de representantes sudamericanos y el anfitrión. Con tan sólo 10 años ,Mónica, la hija de Guillermo Cañedo, el mandamás del futbol mexicano, era la responsable de sacar las bolas con los nombres de los países. Así pues, Perú fue a parar al grupo 4. Sus rivales eran. Bulgaria, que había ganado la medalla de plata en los Olímpicos dos años atrás. Marruecos, representante de toda África, y la siempre temida Alemania Occidental. Todos los juegos serían en el Camp Nou de León, capital del calzado de cuero.
Los cuatro meses se escurrieron como agua. Por fin estaban entre nombres grandes. Y por dos semanas todos los peruanos podrían seguir a su selección. Se esperaba un momento de fiesta como solamente los peruanos saben hacer, más cuando regresan después de mucho tiempo. Didí anunció una convocatoria con base en los tres grandes del futbol peruano: Universitario, Sporting Cristal y Alianza Lima. Estaba apenas complementada con ciertas incorporaciones del Juan Aurich, el Deportivo Municipal y el Sport Boys.
Por fin llegó mayo. La selección peruana estaba concentrada en León, pensando en su debut ante Bulgaria. Era una selección con un bloque defensivo bastante sólido que pondría a prueba a ese 4-2-4 que privilegiaba el buen trato al balón. Para descansar, se pusieron a ver el partido inaugural entre México y la Unión Soviética. Nadie esperaba que la desgracia golpearía a este país que fuera uno de los virreinatos más importantes del Imperio Español
Terremoto en Áncash
El 31 de mayo de 1970, a las 3 de la tarde, la ciudad de Yungay en el departamento de Áncash (a 750 km al norte de Lima y a 2.500 metros sobre el nivel del mar) transcurría como cualquier domingo de un pueblo peruano: un mercado en ebullición lleno de rebajas y regateos, gente que venía de escuchar misa, gente que observaba la majestuosidad de la Cordillera de los Andes, gente privilegiada que acababa de ver el primer partido del mundial en México.
Nadie sospechaba que, a 44 km al suroeste de la ciudad costeña de Chimbote, a una profundidad de 64 km habría un movimiento entre las Placas de Nazca y la Sudamericana, causando un terremoto de magnitud 7,9 en la escala Richter. El terremoto empezó a las 3:23 de la tarde y el pueblo de Yungay se empezó a derrumbar. 45 segundos de infierno fue lo que duró el temblor. Las únicas personas que se salvaron fueron las que corrieron al cementerio local y los niños que habían ido al circo itinerante Verolina. De 20.000 habitantes que tenía Yungay, solamente sobrevivieron 300. Lo único que quedó de ese pueblo fueron cuatro palmeras y el Cristo a lo alto del cementerio.
Mapa del terremoto de Perú de 1970 (Fuente: Deutsche Welle)
Eso no era todo. Hubo un desprendimiento de hielo del monte Huascarán, que tiene una altura de 5 mil metros, hacia su cara sur. Originó una gigantesca masa de tierra, rocas, árboles y barro, que se convirtió en aluvión, y fue lo que terminó por darle el tiro de gracia, pues la ayuda solo pudo acceder dos días después tras difuminarse la nube de polvo que también permitió que el hielo tardara en derretirse y que el lodo tardara en secarse un mes. El que quedara bloqueada la Carretera Panamericana tampoco ayudó.
De 38 poblaciones, 15 quedaron con más del 80% de las viviendas destruidas, el resto sufrió daños de consideración. En 18 pueblos con más de 300.000 habitantes en total y 81 poblados pequeños con casi 60.000, los alcantarillados quedaron inhabilitados. La capacidad de generación de energía eléctrica de los departamentos de Áncash y La Libertad quedó reducida al 10%. El 77% de sus caminos se interrumpieron, así como el 40% de los de Chancay y Cajatambo, al norte del departamento de Lima.
Estimaciones optimistas no bajaban de los 70.000 muertos, mientras que las más estrictas calculaban 120.000. Hubo 20 mil desaparecidos entre las piedras y el lodo, 143 mil heridos y más de 3 millones de afectados (equivalente al 30-35% de la población peruana). Afectaron prácticamente a todo el departamento de Áncash y el sur del de La Libertad. Los daños no se limitaron a Yungay, sino que incluyó a ciudades como Ranrahirca, Chimbote, Casma y el norte de Lima. El terremoto se llegó a sentir al sur de Ecuador (en especial Guayaquil) y el oeste y centro de Brasil. Se dice que ha sido el terremoto más mortífero de la historia de Perú.
Partido en Bulgaria: sobreponerse al dolor
La noticia cayó como un balde de agua fría para el pueblo peruano que había vivido un tiempo de alegría por la futura participación del deporte más popular de Perú. La concentración de la selección peruana de pronto se contagió de la tristeza. El futbol de pronto había pasado a segundo término y los jugadores se comunicaban con sus familiares para saber cómo estaban. En dos días tenían su primer partido contra Bulgaria, pero la cabeza estaba a más de 4.500 kilómetros al sur. ¿Qué hacer?
El doctor Javier Aramburú, entonces presidente del Comité Nacional de Deportes, tomó tierra de cualquier maceta cercana y motivó a los jugadores: «Muchachos, he traído tierra peruana, esa que se movió abruptamente y quiero que me juren, con una mano sobre ella, que ganaremos para alegrar al país». El equipo tomó la decisión de jugar el partido con un moño negro en la manga izquierda de la camiseta roja que vestirían para la tarde del 2 de junio en el Camp Nou, casa del León.
El partido no pudo empezar de peor manera. Las dudas que se habían cernido en la preparación (cuatro triunfos en 13 amistosos) se cernían y con una jugada a balón parado sufrieron un gol de Dinko Dermendzhiev (Динко Дерменджиев) tras una triangulación perfecta al 11’. A los cuatro minutos de empezado el segundo tiempo, Bulgaria cascó el segundo por conducto de Hristo Bonev (Христо Бонев) que arrebató el balón de un Rubiños muy tímido.
La reacción de Perú, alentada por más de 10 millones de peruanos que entre la desolación se levantaba, no tardó. Gallardo corrió a levantarle la moral a Rubiños en una señal de rebelión y anotó inmediatamente (50’) con un fierrazo de la diestra que antes dio en el larguero. Entró Sotil por Baylón y de inmediato Perú ganó movilidad y picardía. Con una jugada de táctica fija trabajada, Chumpitaz empató al 55’.
Cubillas tenía 21 años, pero en la cancha parecía tener 10 más. Poco a poco Perú derribaba el imponente muro búlgaro a golpe de paredes y toques de primera intención con Mifflin y Chale. Aunque Chumpitaz medía menos de 1,70, no se notaba esa falta de estatura. Cubillas logró la remontada al 73’. Perú terminó ganando 3-2 y ese triunfo fue dedicado al pueblo peruano, que veía una alegría en medio de la tragedia. El mismo presidente Juan Velasco Alvarado mandó un cable felicitando a la selección que levantaba el ánimo.
Partido contra Marruecos: golpe de autoridad
Cuatro días más tarde, Marruecos era el rival. Venía de una derrota bastante digna contra los alemanes, y el marcador era 2-1. Para este partido ya había mucha mayor confianza, y aún así Didí realizó modificaciones: confió en Sotil en lugar de Baylón, y Pedro González reemplazó a Campos que había quedado tocado. Lo mejor de todo: regresaba la tradicional camiseta blanca con la franja roja.
Como el primer partido, Perú empezó no jugando al cien por cierto y se fueron al descanso con un empate a 0. En el descanso, Aramburú volvió a hacer ese ritual de la tierra “peruana” y funcionó. Para la segunda parte se fueron encima y con dos goles de Cubillas (65’ de rebote y 75’ de remate) y Chale (67’ de jugada individual), lograron la clasificación a la siguiente ronda al colocarse matemáticamente entre los ocho mejores. El primer objetivo se había cumplido
Partido contra Alemania Occidental
Aún quedaba el partido pendiente contra Alemania Federal que definiría quién se quedaría en León y quien viajaría a Guadalajara a enfrentar al ganador del grupo D. Los alemanes tenían a Beckenbauer que ya no era ningún niño, a Müller que amenazaba con romper el récord de Just Fontaine en Suecia. Por ahí pujaban Uwe Seller, Berti Vogts y Wolfgang Overath. De nuevo Perú no carburó la primera parte, pero la diferencia es que un equipo como Alemania Occidental no perdona. fue suficiente para condenar la derrota, pues antes de los 40’ Müller ya había marcado un triplete. El gol de Cubillas a punto de acabar la primera parte fue insuficiente.
Esta vez la reacción de la segunda parte no surtió efecto y el resultado de 3-1 se mantuvo. No importaba, Perú tenía que ir a Guadalajara, que se había convertido en una especie de Sao Paulo mexicano por el cariño que le tenían a Brasil.
El partido contra Brasil: el cenit fallido
Perú enfrentaba a Brasil. Brasil contaba con uno de sus mejores equipos en la historia con jugadores como Jairzinho, Carlos Alberto, Tostão, Rivelino y el mejor jugador de todos los tiempos, Pelé. Imagina un equipo con cinco jugadores que podían portar el 10 sin que nadie se enojara. Ese era el poderío brasileño. Encima, Didí enfrentaba a algunos de sus compañeros en los mundiales de Suecia, Chile e Inglaterra. Era un jogo bonito brasileño contra un jogo bonito peruano.
Las condiciones estaban dadas para tener un gran partido en la grama del Estadio Jalisco. Rivelino adelantó a la Canarinha a los 11’ y cuatro minutos más tarde Tostão aumentó la ventaja. Perú no se rindió y Gallardo a los 25’ acercó a los incas. Así, los equipos se fueron al descanso con el marcador 2-1. El segundo tiempo vio a Brasil con deseos de acrecentar la ventaja y Perú con ganas de remontar como contra Bulgaria. Sucedió lo primero: Tostão anotó el 3-1 al 52’. De inmediato, tomando toda la energía de los 10 millones de peruanos, Perú se volcó al ataque. Iban a morir peleando, no defendiendo. Cubillas, quien fue reconocido como el mejor jugador joven de ese mundial, hizo soñar a los peruanos cuando metió el 2-3 al 70’, y brindó esperanzas a su pueblo de empatar el partido. Jairzinho se encargó de darle fin al sueño peruano cuando anotó el 4-2 al 75’. No hubo tiempo para una reacción heroica, Perú quedó eliminado y Brasil se enfilaría al campeonato.
¿Qué pasó después en Perú?
El terremoto de Yungay produjo una destrucción que no se había visto. Fue tan mortífero que se fundó una nueva ciudad a un kilómetro de distancia del Yungay original, donde se levantó un campamento provisional para los rescatistas. Esta nueva ciudad se llama Nueva Yungay, y en su escudo viene el símbolo de solidaridad, como una manera de recordar cómo los peruanos se unieron. Perú vivió dos semanas de alegría y llanto: alegría por el gran papel que realizó y llanto porque una parte importante de su población estaba destruida. Esos niños sobrevivientes de Yungay fueron adoptados por familias de Europa, Estados Unidos y Canadá; muchos de ellos han regresado a buscar su casa, los restos de su familia y organizan eventos para recordar este trágico suceso.
Para prevenir que una tragedia ocurra, se creó en Perú en 1972 el Sistema Nacional de Defensa Civil que ha servido para concientizar a la población sobre el riesgo de los sismos. Cada 31 de mayo se realiza el simulacro para preparar a la población en caso de otro movimiento telúrico, como el que ocurrió en Pisco en 2007. Después de todo, Perú también está a las faldas de ese Cinturón de Fuego que mencionamos la semana pasada.
Por su parte, la generación dorada peruana apenas comenzaba. En lo que duró se pudo meter a dos mundiales más (Argentina 1978 y España 1982). También pudo apropiarse de un Campeonato Sudamericano en 1975, logrando una sorpresiva victoria ante Brasil en el Maracanã. Por último, en el futbol de clubes, el Universitario fue el primer club peruano en llegar a la final de la Copa Libertadores, lo cual ocurrió en 1972. Por cierto, Argentina se tomó en serio este fracaso, y desde 1974 no falta a un mundial.
La motivación en el deporte es vital para lograr resultados que nunca se han tenido, y la motivación puede venir de muchas fuentes. Una de las fuentes es precisamente el dolor que han tenido tus seres queridos. ¿Cuántas historias de gloria en el deporte se han escrito a partir del renacer de las cenizas de un individuo, de una pareja, de un equipo, de un país entero? Como dice Mario Vargas Llosa, único Premio Nobel peruano (Literatura, 2010):
«El amor al país en que uno nació no puede ser obligatorio, sino, al igual que cualquier otro amor, un movimiento espontáneo del corazón».
Fuentes
Márquez C., Ramón, y Díaz, Pedro. Los Mundiales: México 1970, Brasil, el arte mayor. La Jornada. 11 de junio de 1994
Combe, Eduardo. ¡’Bombonerazo’! Se cumplen 50 años de la clasificación de la Selección Peruana a México 1970. Depor. 31 de agosto de 2019
El Gráfico. Argentina-Perú 1969: el peor recuerdo de la Selección en la Bombonera. 17 de noviembre de 2016
Muñoz Lima, Rosa. 50 años tras el terremoto de Áncash: ¿qué aprendió Perú? Deutsche Welle. 28 de mayo de 2020Depor. Nuestro primer festejo mundial. Fecha desconocida
ESPN.pe A 50 años: La goleada ante Marruecos, un golpe de autoridad de Perú en el Mundial de México 1970. 6 de junio de 2020
ESPN.cl A 50 años de México 1970: La derrota de Perú frente al favorito Alemania Federal. 10 de junio de 2020
La semana pasada acabó la Copa América en Brasil y la próxima semana comenzarán los Juegos Olímpicos de Tokio. Te adelanto que para el mayor evento deportivo tocaremos temas del futbol japonés. Mientras tanto, nos quedaremos en Perú, y al mismo tiempo iremos a Brasil para un texto de transición. A ambos países llegó una nutrida migración japonesa (la comunidad nikkei) y en futbol se dejaron ver. En Perú hubo jugadores como los hermanos Iwasaki, Jorge Hirano y José Pereda, además de un árbitro que llegó a México, Arturo Yamasaki. En Brasil la contribución fue al revés. Jugadores como Zico y Marcus Tulio Tanaka ayudaron al desarrollo del futbol nipón. Esta historia te la traigo la siguiente semana.
Recomendación musical 2
Me he tomado la libertad de recomendarte esta canción, aunque no haya sido compuesta en la década de los 60. Esta canción fue de las pocas cosas buenas que dejó como legado la dictadura de Francisco Morales Bermúdez. El general Augusto Vinatea conocía ya al músico Augusto Polo Campos por haber compuesto Y se llama Perú. Eran 1977 y Perú estaba a punto de clasificar al mundial de Argentina; había que crear una obra para alentar al país. En tan sólo 15 minutos ideó la letra que conmovió a las lágrimas en el veredicto. En la grabación contó con Arturo «Zambo» Cavero en la vez principal uno de los mejores representantes de la comunidad afroperuana, y con Óscar Avilés en la guitarra y en la segunda voz. Es así cómo nació Contigo, Perú. Con el paso del tiempo, este vals se transformó en el segundo himno nacional. Se canta en las buenas y en las malas. En Rusia 2018, a cada país le pidieron escoger una canción emblemática, y la FPF la propuso. El mundo la conoció cuando sonó en las tres canchas donde jugó la selección peruana: la Mordovia Arena (Мордовия Арена) de Saransk, la Arena de Ekaterimburgo (Екатеринбург Арена) y finalmente y el Estadio Fisht (Стадион «Фишт») Sochi. De pronto todos los peruanos cantaban llorando de emoción, nostalgia y alegría. Esta es la canción.
Recapitulemos
Perú tardó 40 años en regresar al mundial. Logró clasificar a México 1970 al ganar un grupo que tenía a Bolivia y Argentina. Esa clasificación se dio con un empate a dos goles en la Bombonera. El día de la inauguración, sucedió el terremoto más mortífero en la historia de Perú. Un sismo 7,9 grados Richter pegó en la región de Áncash y provocó un alud en el Huascarán. Así, poblados como Yungay, Casma, Ranrahirca y Chimbote. La selección peruana tenía un nivel de juego muy prometedor y logró ganar en su debut 3-2 a Bulgaria. También le ganó a Marruecos 3-0, cayó con Alemania Occidental 3-1. Y en cuartos de final quedó eliminado a manos de Brasil 4-2.
Nos vemos la siguiente semana. ¡Hasta luego!