Apuesto a que no hay ningún futbolero que no se haya imaginado marcando un gol ganador de chilena en el último minuto. Esto precisamente lo realizó en la tarde de Gelserkirchen un futbolista tocado por la varita en los últimos meses. Jude Bellingham vivió el sueño y lo mejoró. Porque no lo hizo en un encuentro trivial, sino para mantener con vida a una selección que lleva casi 60 años sin llenar las calles inglesas para celebrar. Y, de acuerdo, es cierto que el tanto solo era el empate, pero por el momento, el guion del encuentro, la entidad de los rivales, las fuerzas de unos y otros, el cambio emocional que supone, el desenlace de este octavo de final se intuyó en cuanto Inglaterra selló la prórroga. Pero que Kane marcase el 2-1 nada más empezar el tiempo extra e Inglaterra se clasificase a cuartos de final no puede ser óbice para que se ensalcen las virtudes de Eslovaquia y se empequeñezcan los problemas del combinado de Gareth Southgate.
Porque Inglaterra ya empezó con problemas para establecerse en campo rival. El balón fue siempre suyo, pero pocas veces generó peligro ante Dubravka sin que el balón parado tuviese su peso. De hecho, ambos goles llegarán así, pero entre tanto su estructura por el centro de 3-2-2-1, más Trippier y Saka por los costados, no conseguía que Foden, Kane o Bellingham recibiesen por delante de los defensores en posiciones peligrosas. El bloque medio de Eslovaquia: 4-1-4-1 o 4-4-2 según el momento y con Duda como potencial acompañante de Strelec a la hora de ir a morder a los centrales. Cuando eso ocurría, Lobotka ganaba metros y vigilaba a Mainoo. La presión zonal tapando el carril central de Lobotka, Duda y Kucka fue realmente bueno. Y cuando el balón viajaba a banda, Calzona optaba por que se concentrasen todas las piernas en la orilla del campo a riesgo de vaciar el lado contrario (esto generará peligro en las pocas ocasiones que Inglaterra sea capaz de hacer rápidos cambios de orientación), dejan a Inglaterra con la única opción del juego directo, más efectivo a través de los carriles más exteriores, como sus caminos para llegar a campo rival.
Entretanto, Eslovaquia lo tiene más fácil. Si roba, ataque rápido. Si inicia, aprovecha para atraer o directamente juega en largo hacia el costado derecho. Inglaterra sufrirá a menudo con ese 3×3 que deja atrás cuando presiona alto, pues muchas segundas jugadas son para el rival. Eslovaquia opta por ataques más rápidos cuando consigue esa segunda jugada o robar con su bloque medio. Y genera sensación de peligro varias veces hasta que llega el 0-1. El gol de Schranz (explicado más abajo), retrasa de forma casi insconciente 5-10 metros la agrupación eslovaca, e irá a más ese retroceso con el paso de los minutos hasta el descanso. Inglaterra seguirá teniendo los mismos problemas por dentro, pero al menos empezará a poder circular en U (de costado a costado pasando por los centrales) pisando campo rival cada vez más veces. Pero ninguna inquietará desde el gol. Pues Eslovaquia no consigue robar y salir, ni ganar duelos aéreos o segundas jugadas como al principio. El balón parado y un potencial centro lateral sí generan mayor sensación de peligro del bando inglés, pero se queda solo en sensación.
En la segunda parte, el partido cada vez más se vive en campo eslovaco, que apenas esconde en contadas ocasiones el esférico (Boženík y Bénes aportan un poquito, pero no mucho desde el banquillo); aunque Strelec a punto está de aprovechar desde el centro del campo el enésimo error de Walker. Aunque Eslovaquia quiere presionar como al principio, Southgate da libertad a los mediocentros para que bajen a altura de centrales, y así por las bandas, los laterales pero también Bellingham, Saka (luego Palmer) y Foden permiten avanzar desde la banda, a través del pase o la conducción. Así, logran hundir a Eslovaquia al menos hasta campo propio. Pero ahí vivirá a gusto con Škriniar y Vavro sacando balones y todos dando un máster de coberturas y permutas. Inglaterra sigue sin meter pase por dentro y sus centros son siempre diagonales y sin llegar a zonas comprometedoras. Apenas en una falta lateral rematada por Kane (78′) y en el disparo de Rice al poste (81′), con todo el bloque eslovaco dentro del área por primera vez, Dubrávka se ve en apuros. Pero Eslovaquia no es capaz de aprovechar que Inglaterra cierra solo con los centrales, Rice y a veces Walker (en el campo estaban ya Saka de lateral izquierdo, Eze, Bellingham, Foden, Kane y Palmer), y cada vez está más y más hundida. Hasta que llega el 1-1 y las tornas emocionales se cambian. Tanto que la ola de celebración del primero en el 95′ se convierte en el 2-1 nada más empezar la prórroga.
Con todo perdido, Eslovaquia (también con defensa de tres) vuelve a proponer y a sumar tiempo con balón. Inglaterra apenas sumará el 37% de la posesión en una prórroga que tras tantos cambios ofensivos hechos, los pross se recomponen con un 5-3-2 en el que Saka y Eze son los laterales y Palmer y Bellingham los interiores. Lo corrige Southgate en el descanso de la prórroga, con Konsa y Gallagher por los autores de los goles, pues Eslovaquia ha metido el susto en un centro de Bénes y un remate alto de Pekarík. En esa jugada Saka y Eze demostraron porque son más ofensivos que defensivos, uno abriendo mucho su espacio con el central por donde coló Suslov el pase filtrado a la caída del punta, y otro por impedir de cualquier modo que Pekarík rematase en el segundo palo. Y aun así, los 29′ restantes tras el gol dejaron mucho que desear para Inglaterra con balón, pues no amenazó a Dúbravka. Pero Eslovaquia no le devolvió el golpe e Inglaterra no dejó escapar el triunfo en el ocaso. En ese suspiro en el que Bellingham, para vivir el sueño de cada niño, rompió el de todos los halcones.
Los goles
- 0-1 Schranz (25′). Eslovaquia reinicia en corto desde Dubravka, pero acaba lanzando en largo. Guéhi despeja-pasa de cabeza a Duda quien abre a Haraslín. Kucka se proyecta por el costado izquierdo, pero esta vez no hay opción para el ataque rápido. La circulación eslovaca termina de vuelta en la su pareja de centrales. Como Foden encima a Vavro, este opta por volver a jugar en largo. Stones tiene controlado a Kucka que regresó a su sector, aunque Guéhi decide también acudir al duelo. Para colmo, es el interior eslovaco quien cabecea entre ambos centrales pues ambos tienen perdida la posición respecto a la trayectoria. Lejos de Walker y por delante de Stones, recibe Strelec. El punta dispone de tiempo para, protegiendo con su cuerpo, controlar hacia atrás, levantar la cabeza y esperar. Stones tarda en hacerle la cobertura a Guéhi y se recoloca en la línea del área. Walker primero busca hacer la cobertura a los centrales, pero como ve que llega Stones, se abre al costado derecho, pero retrocediendo mucho más allá de la línea de área. Entretanto, Guéhi pierde milésimas en entender qué ocurre y, cuando lo hace, ya es tarde más que para trastabillar a Ivan Schranz. Sin fuera de juego por la posición de Walker dentro del área, el extremo del Slavia recibe a la carrera la asistencia de Strelec para controlar y batir con el exterior de su pie derecho a Pickford.
- 1-1 Bellingham (90+5′). Saque de banda cerca del córner derecho. A la desesperada, cargando el área con muchos jugadores, Walker lanzó de manos para que Guéhi peinara de cabeza y el futbolista del Real Madrid, separándose de Vavro, empatase el partido de chilena. Epicidad en un momento que ha de caer como un terrible mazazo para el conjunto eslovaco.
- 2-1 Kane (1′ T.E.). Del saque de centro de la prórroga y el juego directo de Pickford, Inglaterra va a provocar una falta al lado del córner derecho cortesía de Gyömber sobre Toney. Palmer cuelga el balón cerrado, Dúvrabka despeja de puños hacia la frontal y los zagueros pierden las referencias zonales buscando salir. En la frontal no hay ningún eslovaco. Sí Eze. Su golpeo en semifallo es un pase perfecto para que Toney coloque de cabeza al otro costado y Kane remate ante el jolgorio inglés. Estaba escrito desde el 1-1.
