La mala dinámica que atraviesa el Arsenal no está permitiendo ver más allá y analizar ciertas cosas que, dentro de la vorágine negativa, están llamando la atención. La flexibilidad táctica y reestructuración semanal de Mikel Arteta no parece estar sentando bien a algunos jugadores que se ven contrariados por tener que adoptar diferentes roles para los que no están muy preparados. Sobre el tablero Gunner, observamos actuaciones muy bajas donde, la mayoría de las veces, la causa son los mecanismos que el joven técnico encomienda con poco éxito.
Si la tarea de organizador le queda grande a Dani Ceballos por sus riesgos con pelota y su ritmo bajo, a Héctor Bellerin, como carrilero, teniendo que estar arriba y no llegar, sólo le ha permitido tapar sus defectos en el retroceso, pero no sus dificultades en estático. Por otro lado, está el insistir con Elneny como conductor del juego o con Kolasinac (de poca cintura) como central izquierdo; son decisiones que no parecen mejorar el panorama. No obstante, como comentábamos al inicio, sí que hay un futbolista que no sólo ha interiorizado con maestría todos los mecanismos que debe practicar sobre el césped, sino que, además, lo han transformado, sin esperarlo, en uno de los valores competitivos más importantes del Arsenal. Hablamos de Kieran Tierney.
El escocés se ha convertido en una baza fundamental para los intereses del equipo. Ahí, Arteta ha encontrado a la ficha que mejor interpreta las consignas que trabaja cada día. Sin tener que pulir mucho sus virtudes, el defensor está disfrutando de un sinfín de posibilidades para tener protagonismo gracias a las funciones tan diversas que tiene que poner en liza. Lateral en defensa de cuatro, carrilero cuando se apuesta por un dibujo con tres centrales o central exterior izquierdo dentro de dicho esquema. Siempre a pie natural, siempre en su perfil óptimo, pero teniendo que hacer diversas cosas en cada espacio que ocupa.
Cuando actúa en el primer rol, su desarrollo en los encuentros es totalmente natural porque es el sitio donde se formó como jugador. Normalmente, el DT apuesta por extremos que parten desde la cal, aunque con tendencia interior. En concreto, la banda zurda suele estar ocupada por Aubameyang o Martinelli, que actúan a pie cambiado y buscan siempre el abandonar ese lugar para llegar al área. Es aquí donde el ex del Celtic debe ser quien domine toda la banda en las fases de construcción. Y lo hace con un gran timing para elegir bien sus incorporaciones, sin descuidar su espalda y cerrar espacios atacables para el rival. Aparece en campo rival con decisión y determinación en sus acciones. Capaz de eliminar marcas rivales gracias a un cambio de ritmo devastador, profundo llegando a línea de fondo con carreras potentes donde expone su gran capacidad atlética y con una cualidad que Arteta explota en demasía: un gran centro lateral.
Si el dibujo elegido es el 3-4-2-1, su inteligencia a la hora de tomar decisiones sobre el terreno de juego lo convierten en un elemento diferencial también en este sistema. Aquí, su despliegue posicional, lectura de las diferentes situaciones que van ocurriendo a lo largo de los noventa minutos y su exuberancia física lo hacen esencial para que la estructura adquiera sentido. Son dos las demarcaciones de las que se hace cargo en esta estructura: carrilero o central izquierdo de la línea de tres zagueros. Si ejecuta el primer rol, la altura desde la que parte es mayor que cuando lo hace como lateral. Este movimiento suele empañar el juego de muchos futbolistas que no se adaptan a estar pinchados arriba por mucho tiempo y necesitan del factor sorpresa para que su presencia se note en campo contrario.
No obstante, el joven escocés tiene muy mecanizadas las tareas a cumplir. Con la circulación fluyendo en el sector izquierdo, él sirve de un apoyo cercano porque, a pesar de no poseer una gran capacidad asociativa, sabe soltar la bola a uno o dos toques y da continuidad a la posesión para ir abriendo caminos ante las líneas rivales. Es en este sistema donde el Arsenal suele asentarse cuando el guion de partido va a ser de largos ataques posicionales. Por lo tanto, su presencia, al igual que la de Bellerín en el lado opuesto, es fundamental para hacer el bloque muy ancho y generar espacios por dentro. Aunque transcurran muchos minutos donde su misión sencillamente sea la de estar muy abierto, se activa rápidamente para entrar en contacto con el balón gracias a su alto nivel de concentración.
Si sus contactos son cerca de los últimos 20 metros del campo, aparece su dinamismo para, con pelota al pie, cambiar la velocidad de la jugada y desestabilizar el planteamiento defensivo rival. Incluso, sus arrancadas verticales pueden parecer poco efectivas porque su aceleración invita a pensar que, cuando frene, le va a costar tener una buena toma de decisiones. Pero todo lo contrario. Otra de sus principales cualidades es esa templanza para pasar de cero a cien y ser capaz de levantar la cabeza en el momento justo.
Que no se haya asentado definitivamente como central se debe al fichaje de Gabriel Magalhaes, la insistencia en David Luiz y, principalmente, al 4-2-3-1 como esquema más utilizado en los últimos partidos. Lo que es una realidad es que en este papel es donde más podemos ver una evolución que muestra que alberga condiciones para ser un jugador superior a lo que se le intuía en un principio. Sus rasgos más significativos están en el juego sin balón. Las coberturas al carrilero lateralizando hacia el costado, correcciones constantes cuando no hay un buen retroceso del colectivo y pulcritud en los tackles hacen que el sistema defensivo suba un peldaño. Un auténtico cacique que elimina inseguridades en su zona.
Arteta está imitando algunos movimientos que Antonio Conte o Chris Wilder utilizan con sus centrales exteriores. Tierney repite esos gestos de Bastoni en el Inter o Robinson en el Sheffield United. Desdobla a su propio carrilero —ofreciendo superioridad numérica en banda—, da una línea de pase extra para la medular o, si su compañero en la cal es propenso a pisar el pico del área, permite que siempre haya una referencia externa. Estos son algunos ‘tics’ de obligado cumplimiento que gestiona de manera impecable el zurdo nacido en Douglas.
Haría bien el Arsenal en cimentar su proyecto, sea quien sea el ocupante del banquillo, con futbolistas como Kieran Tierney. A todos sus poderes vestido de corto, se suman algunos intangibles, como ese aura de carisma y personalidad que lo envuelve. Liderazgo repleto de energía. Es algo que también se hace muy necesario en la plantilla.
Por: Pakillo Mariscal