Labor multicultural para la gloria del futbol de Suiza

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Gruetzi! / Salut! / Ciao! / Allegra! Estos son los saludos en suizo alemán, francés, italiano y romanche, los cuatro idiomas oficiales de Suiza. La vez pasada estuvimos hablando de cómo el futbol ha acercado a musulmanes y ortodoxos en Srebrenica, el sitio con el peor genocidio desde la II Guerra Mundial. Hoy vamos a otro país idealmente neutro en la diplomacia, Suiza. Y es porque recientemente ha experimentado una época de oro en su futbol… todo gracias a un ambiente multicultural.

Recomendación musical

Suiza no suele tener participaciones de renombre mundial más allá de Eurovisión, y eso muy localmente. Solamente ha ganado dos veces: en 1956, la primera de todas, y en 1988, cuando Céline Dion llegó desde Québec para dominar Europa. De todas maneras este país hace su preselección interna, bastante seguida por cierto, en la que solamente una canción podrá representar a los suizos. No quiere decir que ya acabe la carrera si no ganas la preselección, y esto fue lo que le ocurrió a Ilira en 2011. Esta chica de padre kosovar y madre albanesa no se dio por vencido y decidió moverse a Alemania, donde trabaja desde entonces, como la canción Diablo que canta con el español Juan Magán. Su éxito más sonado fue en colaboración con el DJ alemán Alle Farben, Fading. Esta canción ilustra perfectamente la labor de los migrantes en la escena musical suiza.

Vamos al tema de esta semana.

Una barrera de comida que divide al país

Detrás del queso y el excelso chocolate, Suiza también tiene artes culinarias que solamente aprendes si vas allá. Una de ellas es el platillo llamado Rösti, plato nacional comido preferentemente en el desayuno. Los Rösti (sí, está en plural en alemán) surgió en Berna; algunos dicen que fue en Zúrich. El caso es que es un platillo de papas, cocidas si es para acompañar o crudas si es principal, freídas originalmente con manteca de cerdo, y ahora con aceite de oliva. Unos buenos Rösti como Dios manda van solos, pero puede llevar tocino ahumado, hierbas, queso, cebolla o manzana dependiendo del pueblo.

Para los suizos, los Rösti tienen otra función. Forman la barrera que divide al país lingüísticamente, conocida en alemán como la fosa de Rösti (der Röschtigraben) y en francés como la barrera de Rosti (la barrière des Rösti). Empieza desde el norte, justamente en el Macizo de Jura, va a lo largo del altiplano suizo cruzando los lagos Neuchâtel y Morat, cruza los famosos Alpes suizos y llega al valle del Ródano separando el cantón del Valais y finalmente llega a la frontera con Val d’Aoesta Italia, separando de nuevo a los cantones de Evolène y Zermatt. Al oeste está la Suiza de habla francesa, al este se habla alemán. Al oeste normalmente se vota a favor de los interminables referéndums gubernamentales (influidos por el centralismo de Francia), al este se vota en contra. Al oeste se toma vino a medio día y son más relajados, al este hay una rigidez que asfixia.

Algunos hablan también de la fosa de la polenta (Polentagraben) que separa también a la Suiza alemana de la italiana, más enfocada en valores familiares y muy conservadora por ser tradicionalmente pasados por alto. Y por ahí, ninguna barrera que identifica a los hablantes de romanche, el cuarto idioma oficial de Suiza.

En fin, cuatro idiomas, cuatro culturas, cuatro pueblos. Su unión contra todos los pronósticos y su misma perenne bonanza ha llamado a gente de todo el mundo literalmente, en especial balcánicos, turcos, africanos y latinoamericanos, y esto se ha visto reflejado en el reciente desarrollo de la Nati. ¿Cómo ha sido posible?

Historia de la Confederación Helvética

La barrera de Rösti y la barrera de Polenta son apenas muestras de diferencias culturales que conviven en la llamada Confederación Helvética, el nombre oficial de Suiza. Una confederación formada por 26 cantones, cada una con uno, dos o hasta tres idiomas oficiales.

Esto no fue de la noche a la mañana. Antes de los romanos estaban los helvéticos, un pueblo celta que habitaba en ese territorio flanqueado por las montañas más altas de Europa. Con los romanos llegaron las particiones: al oeste estaba la provincia de la Gallia Belgica, al centro la Germania Superior y al este Recia. Lentamente se transformó en una tierra fronteriza y los constantes saqueos de los alamanes finalmente exacerbaron las diferencias: al oeste estaba el Reino de Borgoña, al este se formó Alamania. 

Los francos llegaron y los dominaron a ambos, llegando a un punto máximo con el rey Carlomagno y Suiza se dividió entre Francia Occidentral y Francia Media, hasta que llegó el Sacro Imperio Romano de habla alemana y volvió a dominar todo. En 1200 Suiza estaba gobernada por las casas reales de Saboya, Habsburgo, Zähringer y Kyburg. Esto ocultaba que poco a poco se fraguaban alianzas comerciales que desembocaron en la Antigua Confederación Suiza, sellada en 1291 por la Carta Federal por las comunidades rurales de Uri, Schwyz y Unterwalen.

Esta Carta Federal desencadenó un proceso que culminó en 1460 con la victoria en la Guerra de Suabia sobre la dinastía de los Habsburgo y así se declaraba una independencia de facto del Sacro Imperio Romano. Mientras todo eso sucedía, esta Confederación empezaba a ganar fama de ser invencible por su bravía y fiereza en el campo, de lo cual hablaba Nicolás Maquiavelo en su obra El Príncipe. Después de la derrota en la batalla de Marignano esa expansión menguó.

Mapa de la Confederación Helvética (años 1291-1493)

Suiza finalmente se independizó oficialmente tras el Tratado de Westfalia en 1648, donde su enviado Johann Rudolf Wettstein logró con negociaciones hábiles garantizar su independencia y que Suiza fuera neutral en las guerras que desolaban Europa. Poco importaba el desprecio de las clases gobernantes, las crisis económicas por esos conflictos de Europa y las eternas peleas entre cantones protestantes y católicos. ¡Eran independientes y nadie se metería con ellos! ¿O no?

Johann Rudolf Wettstein

Napoleón se pasó esa neutralidad por el Arco del Triunfo literalmente e invadió Suiza en 1798. Los suizos obviamente se negaron a combatir al lado de Francia que los subyugó a un estado satélite y centralista. Napoleón se vio obligado a negociar con sus líderes políticos y con ello surgió el Acta de Mediación en 1803; desde entonces, la política suiza es un equilibrio entre el gobierno y la autonomía de los cantones. Esa turbulencia acabó en 1815 con el Congreso de Viena y la extensión final de Suiza.

Invasión napoleónica de Suiza

Suiza entró a la tendencia de guerra civiles (Sonderbund en 1839), pero solamente duró un mes. Entendieron que todos se debían unir y dejar de lado diferencias de credos, idiomas y economía si querían sobrevivir. El resultado de ello fue la tercera constitución más antigua del mundo altamente basada en la estadounidense. Llama la atención de los referéndums para autorizar cualquier cambio, lo que hace una constitución que está constantemente evolucionando.

Zúrich en el siglo XIXI

Suiza no fue invadida en ninguna de las guerra mundiales y a cambio recibió una bonanza económica. Suiza también fue escenario de espionajes que servían para los países del eje y aliados.

Razones para migrar hacia Suiza

Personas como el escritor irlandés James Joyce y el intelectual soviético Vladimir Ilich Ulyanov (más tarde Vladimir Lenin) lo sabían: Suiza es un lugar predilecto para migrar, ya sea temporalmente o para siempre. Hay diez razones principales para migrar a Suiza:

Paisajes idílicos, desde montañas hasta lagos.

Instituciones públicas bastante confiables, las cuales atraen capital extranjero e inversiones sin miedo.

Menor carga de impuestos que sus vecinos, lo cual genera un estado de bienestar.

Su sistema político que equilibra un gobierno central y alta autonomía de sus 26 cantones.

Las cuentas públicas están saneadas, lo que causa que tenga muy poca deuda externa y que su moneda, el franco suizo, sea una de las más fuertes del mundo.

Infraestructuras de más alto nivel, como trenes que pasan a la hora puntual y carreteras que sortean un paisaje montañoso.

No participan en un conflicto bélico desde el episodio de Napoleón en 1815, lo que permitió que Suiza se dedicara a avanzar mientras los demás países se reconstruían durante las dos guerras.

Personas de alto poder adquisitivo como ciudadanos norteamericanos y judíos guardaban su dinero en Suiza. Al morir éstas, sus ahorros no eran reclamados y Suiza se quedaba con todo ese capital. También, Suiza logró aprovechar la II Guerra Mundial para establecer negocios con ambos bandos. 

Suiza también invierte demasiado PIB en lograr una educación de calidad y en tecnología de punta. Aquí tienen su sede varias industrias de todos los sectores, y Suiza tiene el segundo mayor porcentaje de adultos con doctorado en el mundo.

Curiosamente, el sector financiero solamente aporta el 12% del PIB en Suiza, lo que quiere decir que este país no solamente significa un sistema bancario estable y pujante. Suiza es muy potente en muchos sectores de alto valor añadido, como la maquinaria, la industria farmacéutica, relojes, joyas, metales preciosos, chocolate, queso y turismo de alto poder adquisitivo. Suiza cuenta con algunas de las mayores empresas del mundo, como Nestlé, Novartis, Roche, UBS, Credit Suisse, Swiss Re, Zurich Insurance o ABB.

Oficinas centrales de Nestlé, en Vevey

Por toda su estabilidad, Suiza es sede de diversas organizaciones internacionales como la Organización Mundial del Comercio (OMC), la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Comité Olímpico Internacional (COI) o incluso la misma Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA).

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Todo ello ha atraído inmigración de calidad. Las empresas solicitan mano de obra calificada y a cambio ofrece los salarios más competitivos del mundo a ciudadanos extranjeros: llegan científicos, doctores, ingenieros, hombres de negocios, académicos. Por ahora, Alemania e Italia ocupan los primeros puestos de migrantes, con un 15% cada una; sin embargo, también otras nacionalidades se han apuntado a la sociedad suiza, en especial a trabajos de no tan glamuroso caché. 

Migración de España y Portugal

Agrupo a ambos países por tener ciertas características similares, más allá de la evidente hermandad lingüística y geográfica. 

A finales de los años 50, las autoridades migratorias en Italia endurecieron sus políticas para que ciudadanos italianos se fueran a Suiza. Suiza, por su parte, necesitaba mano de obra urgente, y por eso miró hacia España y Portugal, países asolados por dictaduras (Franco en el primero, Salazar en el otro). Suiza y España firmaron en 1961 un acuerdo en bilateral, aunque dos años antes se habían eliminado varios requisitos para obtener la visa. Varios españoles llegaban a Ginebra como turistas sin papeles para buscar desesperadamente un trabajo en este país lejos de la rigidez del régimen franquista. Esta oleada española disminuyó a mediados de los años 70 por dos razones: se murió Franco y hubo una crisis petrolera, causando que ya no hubiese dinero para pagarles a los españoles ni para los trabajos que nadie quería realizar. En la década pasada, hubo un nuevo aumento de migrantes españoles que deseaban escapar de una España en crisis. Según el último censo suizo (diciembre de 2014), hay 81.868 españoles, de los cuales el 26,5% nació en Suiza. La comunidad española ocupa los primeros lugares en extensión de diásporas en Suiza y está muy bien integrada.

Mientras tanto, los portugueses preferían emigrar a Francia que a Suiza. Suiza era apenas un país para trabajar, y a diferencia de los españoles, trabajaban duro se quedaban por corto tiempo para luego regresar a Francia o Portugal, actitud que les gustaba a los suizos: para ellos son los migrantes ideales. Otra cuestión es que Portugal tiene una tasa de natalidad más alta que Italia o España, y además, la llegada de portugueses no se detuvo ni siquiera con la bonanza económica; el portugués suele adaptarse a vivir en el extranjero de manera aceptable, trabaja sin quejarse mucho. Todo esto hace que la comunidad portuguesa sea la tercera más grande en Suiza, detrás de los italianos y los alemanes (actualmente viven más de 250.000 portugueses). Hay una tendencia que vale la pena destacar: muchos de ellos viven en la parte francesa porque les da pereza aprender alemán y para ellos el idioma es mucho más fácil de aprender.

Migración de los Balcanes

Al igual que con los españoles, Berna firmó un acuerdo con Belgrado de Josip Broz Tito para permitir la llegada de mano de obra calificada como dentistas, ingenieros y doctores. Luego de ellos, llegaron trabajadores temporales. Hasta ese momento, no había problema: todos esos balcánicos tenían su pasaporte yugoslavo y se integraron bien a la sociedad suiza. Este pasaporte yugoslavo ocultaba las diferencias en procedencia. Por lo general venían más de Serbia, Montenegro, Macedonia del Norte y Bosnia-Herzegovina.

Todo cambió con la muerte de Tito. Las condiciones económicas en Yugoslavia empezaron a empeorar hasta su desintegración y las guerras interminables. Ya no eran solamente trabajadores; era recibir a familias enteras y refugiados. Dentro de esa oleada ya había personas de dudosa reputación como traficantes de drogas y miembros de diversas mafias en los Balcanes. Los que la tenían más difícil sin lugar a dudas eran los albaneses: no solamente eran ciudadanos de segunda en Yugoslavia, la diferencia en la religión era mayor en Suiza (recordemos que los albaneses y los kosovares son en su mayoría musulmanes). Luego, está la situación del crimen. Es cierto que miembros de la mafia albanesa son minoría, pero pagan justos por pecadores: la conexión de los peyorativamente llamados “yugos” con el crimen subió en la percepción de la sociedad suiza: es la comunidad menos aceptada en Suiza. Los albanokosovares han protestado bastante con el rechazo a la iniciativa de detener la construcción de minaretes. Esto ha provocado una discriminación velada en el ambiente laboral: un albanés la tendrá más difícil para conseguir un trabajo que un suizo, incluso si tienen el mismo currículum. Si sumamos todas las comunidades de los balcanes, obtenemos más de 300.000, superando incluso a alemanes e italianos. Desglosada, tenemos estas cifras de acuerdo con el censo suizo de 2013: 90.704 serbios, 86.976 albanokosovares, 62.633 normacedonios, 33.002 bosnios, 30.471 croatas, 2.415 montenegrinos y 2.501 eslovenos.

Albanokosovares en Berna

Migración turca

Esta comunidad ya fue ampliamente estudiada. Para mayor información, dirígete a este texto (Suiza: sobreviviendo a infiernos y minaretes turcos).

Migración desde África

El fenómeno migratorio africano es relativamente reciente. Desde un periodo de 1980 a 2007, el número de migrantes africanos se ha quintuplicado gracias a una tasa permanente del 6%. En este caso, todos los 55 países africanos están representados, con sus respectivas diferencias de idioma (francés, inglés, árabe o portugués) y religión (cristianos o musulmanes); aún así, para ojos de los suizos todos eran africanos. Se tuvieron que sobreponer a esta generalización y tuvieron una actitud parecida a los suizos: había que dejar esas diferencias de lado y unirse; no tenían organizaciones que velaran por sus intereses como los españoles y portugueses. Además de la discriminación, muchos empleadores no le dan el mismo valor a los títulos universitarios obtenidos en África, por ejemplo, causando que migrantes calificados de este continente ocupen plazas de menor valía. El número de solicitantes de asilo también es considerable: 22% de estos africanos solicitaron residencia en Suiza por esta vía, destacando Eritrea y Nigeria. Y de nuevo está el factor del crimen: sea la oleada de delitos cometidos por argelinos en Ginebra o el crimen organizado de Nigeria, el suizo también tiene connotaciones negativas para con los africanos. Sea como sea, la comunidad africana tiene 73.353 miembros. No hay un dato más exacto por raza, debido a que hay migrantes latinoamericanos con ese mismo color de piel, como Brasil, República Dominicana, Haití, Cuba y Estados Unidos.

Migración: secreto para la época dorada del futbol suizo

El futbol ha sido una manera en la cual ha cambiado la percepción de los migrantes en Suiza. Antes de los años 90, Suiza solamente había clasificado a seis mundiales, en la mayoría de los casos con participaciones discretas, calificando solamente a cuartos de final en seis ocasiones: Francia 1938 (eliminación directa) y Suiza 1954. La composición de su equipo era bastante simple: mayoría alemana, avasalladora para las ediciones de 1962 y 1966, seguida por una nutrida presencia italiana que se diluyó después de la II Guerra Mundial y una presencia inconstante de suizos franceses.

Suiza calificó de nuevo a un mundial en 1994, acabando con 28 años de sequía gracias a la labor del inglés Roy Hodgson; aún seguía siendo mayoritariamente un tejido cuidadosamente hecho con fibras italianas, francesas y alemanas, pero ya había presencia de esa migración calificada, con Martín Rueda, hijo de dos españoles de Málaga. Hodgson no lo contempló en ningún partido. También había un naturalizado, el argentino Néstor Subiat, que ingresó de cambio en los duelos contra Estados Unidos, Colombia y la eliminación contra España.

Para su primera participación en Eurocopa, 1996, Hodgson también incluyó a dos “migrantes”: el turco Kubilay Türkyılmaz y el español Ramón Vega, con padres de Madrid. Ambos jugadores completaron los tres partidos con la selección suiza.

A partir de la participación suiza en la Eurocopa 2004, ha habido un incremento de ese producto de la migración a Suiza a mediados de los años 60. No es ni menos el mejor momento de este país en el futbol; no hay que olvidar que su mejor posición en un ranking FIFA es en 1993, un tercer lugar. Estoy hablando de una selección suiza que ha llegado a ser cabeza de serie en un mundial. Y todo esto es gracias a la presencia de migrantes. Para los suizos, el futbol debe competir en popularidad con deportes como el hockey sobre hielo, el esquí alpino y el tenis, solamente accesibles a una clase alta. En un contexto donde Suiza ha complicado los requisitos para inmigrar, los migrantes se han adaptado a través del futbol, aprovechando un deporte que no es tan caro para practicar. Aquí están los principales migrantes en la selección suiza (no menciono los turcos en este texto):

Una selección suiza sin migrantes

Españoles: Ramón Vega, Ricardo Cabanas, Philippe Senderos y Ricardo Rodríguez.

Ricardo Rodríguez

Portugueses: Max Veloso, Joel Castro Pereira.

Joel Castro Pereira

Serbios: Florijana Ismaili (Флоријана Исмаили), Dragan Đukić (Драган Ђукић), Goran Karanović (Горан Карановић), Vasilije Janjičić (Василије Јањичић), Zdravko Kuzmanović (Здравко Кузмановић), Aleksandar Prijović (Александар Пријовић).

Florijana Ismaili

Bosnios: Mario Gavranović, Eldin Jakupović, Vero Salatić y Haris Seferović.

Haris Seferović.

Croatas: Josip Drmić, Mijat Marić, Boris Smiljanić, Danijel Subotić.

Josip Drmić

Albanokosovares (incluyendo los nacidos en Macedonia del Norte): Valon Behrami, Milaim Rama, Xherdan Shaqiri, Shani Tarasaj, Granit Xhaka, Arlind Ajeti, Blerim Džemaili y Pajtim Kasami.

Blerim Džemaili

Africanos: José Gonçalves, Gelson Fernandes, Koffi Nimeley, Nassim Ben Khalifa, Enes Fermino, Blaise Nkufo, Johan Djouro, Breel Embolo y Manuel Akanji.

Otros migrantes: Johan Volanthen, con madre colombiana.

Esto no oculta que hay migrantes que han decidido representar a su país de origen, como Mario Gavranović (Bosnia-Herzegovina), Gjelbrim Taipi, Berat Djimsiti, Shkëlzen Gashi, Emir Lenjani y Taulant Xhaka (Albania), Albert Bunjaku, Florent Hadergjonaj (Kosovo), Elsad Zverotić (Montenegro), Miloš Veljković y Marko Pantelić (Serbia) e Ivan Rakitić (Croacia).

Ivan Rakitić con la selección sub-21 de Suiza

Este éxito no fue casualidad, tiene sus orígenes desde la década pasada, concretamente 2008.

Nigeria 2009: La generación dorada del futbol suizo

El proceso para calificar al campeonato europeo sub-17 es bastante tortuoso (¿qué competencia europea no lo es?). Hay que superar dos rondas previas, una normal y otra tildada “élite”. No es tan difícil salir de la ronda previa (califican dos por grupo), pero de la élite tienes muy poco margen de error: clasifica uno por grupo en una sede definida. Suiza comenzó su camino en 2008 cuando le tocó jugar en Islandia contra los anfitriones, además de Noruega y Ucrania. Al ganarle a los islandeses 2-1, Suiza resistió dos empates sin goles ante los dos últimos equipos. Lograba sortear una fase en segundo lugar.

El siguiente reto era mayor: terminar de líder en un grupo que tenía ganadores como Grecia, Polonia, además de Eslovenia, que venía de sacar del camino a Rusia. Todos los juegos serían en una ciudad cerca de Turquía llamada Komotini. Suiza apenas logró arrancarle un empate a los griegos con un gol al 50 de Haris Seferović, algo que despertaba cierto pesimismo habitual. Luego siguió un partido tenso contra los polacos, y Seferović marcó el gol que fue decisivo. Todo se definía en la última jornada: Grecia jugaba contra Polonia y Suiza cerraba con Eslovenia. Los griegos tenían ventaja por haber ganado 2-0 contra los eslovenos. Suiza iba decidida a marcar la mayor cantidad posible de goles. Y así sucedió: Seferović marcó un gol, pero Ben Khalifa tuvo una gran tarde con un hat-trick en el segundo tiempo. Santabarbara y Nimeley completaron la obra, para un 6-0. Suiza no tuvo que ver el otro partido: Polonia logró darle la vuelta y ganar 2-1. Suiza estaba en el Europeo Sub-17 que sería en Alemania.

Había que emular la victoria contra todo pronóstico en el Europeo de 2002 en Dinamarca; de esta generación salieron Tranquillo Barnetta, Philippe Senderos y Reto Ziegler, pero Suiza jamás se había metido a un mundial sub-17. Las reglas eran simples: ocho grupos divididos en dos grupos de cuatro cada uno. Para clasificar a semifinales debían terminar en los dos primeros, pero para el mundial bastaba con quedar en tercero. Lo malo es que Suiza estaba en un grupo bravísimo, el A, con Italia, Francia y España, probadas potencias.

Suiza logró arrancar prometedoramente con un empate a un gol contra Francia en un partido que dominó en el primer tiempo. El siguiente partido contra Italia aprovechó que la squadra azzurra se quedó con un hombre menos (expulsión del portero Mattia Perin) y fue cuestión de aprovechar para ganar 3-1. Y resistieron el empate a cero goles para ganar no solamente el grupo, sino para clasificar al mundial. Poco importó perder las semifinales contra Países Bajos: estaban en el mundial sub-17 de Nigeria.

El sorteo le deparó un reto todavía mayor. Suiza formaría parte del grupo B con México, que venía de ganar el mundial en 2005, Japón, que es habitual, y Brasil, con tres títulos en su haber. Suiza de nuevo no era favorita ni siquiera para clasificar a octavos, así que su DT Daniel Ryser se enfocó en este mundial pragmáticamente: un juego defensivo y goles contundentes.

Suiza abrió el mundial contra México en Lagos, la ciudad más grande de Nigeria. Un gol de Pajtim Kasami no solamente fue la primera anotación de Suiza en esta categoría, sino el primero del mundial. Luego, Suiza aprovechó un autogol inverosímil del portero Toño Rodríguez. El segundo tiempo se quedaron con un jugador menos, pero la defensa resistió para llevarse un 2-0 que supo a gloria.

La siguiente cita contra los japoneses fue una gala de jamás rendirse. A los 20 minutos, Takumi Miyayoshi ya los había vacunado dos veces. Aquí apareció su bombardero bosnio Seferovic, que empató antes de irse al descanso con dos dianas. Granit Xhaka y Ricardo Rodríguez completaron la remontada, y aunque Suiza permitió un gol más, Suiza tenía una victoria más 4-3, asegurando su pase a octavos de final.

Suiza cerraba en Abuja contra Brasil que tenía nombres como Alisson, Philippe Coutinho, Casemiro y Neymar. La muralla defensiva y la promesa del Aston Villa Benjamin Siegrit lograron repeler cada uno de los 25 tiros a gol de Brasil y un gol de Ben Khalifa al 25 bastó para cerrar una fase de grupos perfecta. ¿Y Brasil? Se quedó fuera de manera dramática: tuvo los mismos puntos (3), goles anotados (3) y goles recibidos (4) que Emiratos Árabes Unidos, pero los amazónicos recibieron más tarjetas amarillas.

Suiza apenas calentaba. Venían los octavos de final contra Alemania. La Junge Mannschaft era campeona de ese europeo sub-17, pero había calificado como tercer lugar producto de un empate in extremis contra Nigeria tras ir abajo 3-0, una derrota contra Argentina y una victoria insípida contra Honduras. Suiza no había derrotado a Alemania en 33 años en ninguna categoría de futbol. ¿Cómo iba a ser favorita con un equipo que tenía a ter Stegen, Shkodran Mustafi y Mario Götze?

Suiza comenzó ganando con goles de Rodríguez al 35’, mientras que Götze empató cuatro minutos después. Al segundo tiempo, Seferović volvió a adelantar, pero Trinks volvió a dejar las cosas igualadas. ¡Se prendieron las alarmas! Sead Hajrović recibió una tarjeta roja por una entrada a destiempo. Parecía que hasta ahí llegaba la incursión suiza, pero llegaron los tiempos extra y Suiza aprovechó las facilidades del área germana para marcar por medio de Gonçalves y Ben Khalifa (penal). Aunque hubo otro gol de último minuto alemán, Suiza había vencido a otro favorito para llevarse el mundial. 

Para los cuartos de final, Suiza se volvió a ver las caras con Italia. Un empate con goles de Ben Khalifa y el italiano Carraro decoró el primer tiempo. La revancha de Oliver Buff llegó. Él fue el expulsado en el partido contra México, pero esta vez otorgó el triunfo con un gol en un córner. De nuevo, el drama. El capitán Vesseli vio la tarjeta roja al derribar a Giacomo Beretta en el área. Siegrist le negó el penal, y Suiza calificó a semifinales (2-1).

Enfrente tenía a Colombia, que había vencido a Países Bajos en la fase de grupos y sacó a la favorita Argentina en octavos además de eliminar a Turquía en penales para cuartos de final. Este fue el mejor partido de Suiza en toda la competencia. Colombia perdonó en los primeros minutos con una falla de Santiago Arias, y ahí empezó el vendaval suizo: primero fue un penal de Ben Khalifa, luego Seferović de nuevo, esta vez con la segunda anotación más bella del mundial. En el segundo tiempo, atacó Rodríguez y Martignoni. 4-0 inobjetable.

Suiza llegaba a la final de un torneo FIFA, primera vez en 85 años para una nación secundaria en el panorama del futbol. Para ganar este título solamente se interponía Nigeria, que buscaba erigirse como el máximo ganador de un mundial sub-17, con cuatro títulos, y también quería ser el primer país anfitrión en ser campeón. Nigeria marchaba como favorita: estaba en casa y había marcado 17 goles en seis partidos. Otra vez Siegrist y la defensa debieron trabajar a marchas forzadas para evitar la caída del marco. El primer tiempo Suiza resistió el asedio nigeriano a pesar de no tener la posesión y las oportunidades, obviando un acercamiento de Kamber que negó el guardameta Dami Paul.

Segundo tiempo. Ahora era el momento para que Suiza tomara la iniciativa. Y consiguió el gol oportuno por medio de un cabezazo de Seferović en un saque de esquina. Nigeria siguió atacando… no iba a perder su mundial a manos de un debutante, pero Siegrist dijo que no. Silbatazo final del uruguayo Martín Vázquez. Victoria 1-0 de Suiza de visitante

¡Suiza era campeona con todos los pronósticos! Era su primer título FIFA, era el primer campeón en no solamente marchar invicta, sino en ganar todos y cada uno de sus juegos. Seferović empató en la cima con cinco tantos y Nassim Ben Khalifa se marchó a casa con el balón de plata. Siegrist fue coronado como el mejor portero del campeonato. Y además Suiza le negó el honor a Nigeria de ser el primer anfitrión en convertirse en campeón… algo que logró México dos años después. 

Marinación de este talento migrante

Buena parte de esa generación dorada de 2009 formó ese equipo que llegó al Europeo Sub-21 en Dinamarca en 2011: Shaqiri, Kasami, Somer, Siegrist. No bastaba solamente con terminar como líder de tu grupo, había que sortear una eliminatoria ardua contra otro ganador o uno de los cuatro mejores segundos. Suiza debió eliminar a Suecia.

En Dinamarca, Suiza no tuvo mayores dificultades para pasar líder invicta de un grupo con Islandia, Bielorrusia y los anfitriones. En la semifinal se enfrentaron a los checos, que fueron un hueso duro de roer. Tuvo que venir Mehmedi en el tiempo extra para decantar la victoria 1-0. No solamente llegaron a la final, Suiza logró clasificar a los Juegos Olímpicos, algo que no conseguían desde 1928. 

En Londres 2012, Suiza no tuvo un desempeño a la altura: terminaron últimos de un grupo con México, Corea del Sur y Gabón. Parte de este sinsabor fue la ausencia de Granit Xhaka, vital para ese pase a los Juegos Olímpicos. El problema vino que el Borussia Mönchengladbach clasificaba a su primera competencia europea desde 1996, y volvía a Champions League precisamente, competencia a la que no clasificaba desde 1978. Se negó a ceder a Xhaka a la selección olímpica para preparar ese regreso europeo. De nada sirvió: cayeron en play-off ante el Dynamo Kiev y se tuvieron que conformar con dieciseisavos de final en Europa League.

Para Brasil 2014, Suiza ya tenía una buena reputación. Lograron posicionarse como cabeza de grupo gracias a una excelentes eliminatorias y un buen historial en partidos amistosos. Mientras tanto, Pajtim Kasami logró meter un gol nominado al premio Puskás con el Crystal Palace. Todo esto era la maduración a fuego lento de una fuerza migrante que por fin le daba a los suizos un juego alegre y volcado hacia el ataque, en contraste con un juego soso que estaba antes. 

En el camión con destino a los partidos, cada quien escuchaba su cultura en los audífonos: Granit Xhaka escuchaba canciones albanesas, Ricardo Rodríguez prefería las baladas en español, Josip Drmic se deleitaba con música balcánica. A la hora de saltar al campo, todos vestían la camiseta roja con la cruz blanca, o al revés… aunque Xherdan Shaqiri calzaba botines con las banderas de Suiza y Kosovo cosidas.

Zapatos de Xherdan Shaqiri

Suiza comenzó bien su camino al vencer 2-1 a Ecuador con un gol tardío de, quién más, Haris Seferović. Todo mundo elogiaba a esos buenos migrantes. Días después, llegó una derrota escandalosa contra Francia. Dos goles en los últimos 10 minutos solamente maquillaron una auténtica vapuleada francesa. De pronto, los suizos decían que esa derrota 5-2 era culpa de esa multiculturalidad… callaron cinco días después con tres goles de Shaqiri a Honduras. Finalmente acabó la aventura con una derrota frente a Argentina.

Haris Seferović contra Ecuador

Euro 2016: duelo fratricida

Suiza empezó su camino en la Eurocopa 2016 con una papa caliente: duelo contra Albania. De inmediato los reflectores se volcaron. No era solamente el esperado debut de los albaneses en cualquier competencia de futbol gracias a la labor del italiano Gianni di Biasi. Se trataba del primer duelo entre hermanos: Granit Xhaka ya era la figura de los suizos, mientras que Taulant Xhaka era pieza inamovible del esquema albanés. Muchos hablaban de los hermanos Alcântara, Thiago (español) y Rafinha (brasileño), pero nunca se han podido enfrentar. También hablaban de los hermanos Boateng, Kevin-Prince y Jérôme, que se enfrentaron en Sudáfrica y Brasil, pero la cuestión es que ellos son medios hermanos, bastante diferentes entre sí y con no tan buenas relaciones. Granit y Taulant sí fueron concebidos por los mismos padres y además sí se llevan muy bien.

En las gradas del estadio Félix Bollaert en Lens se dio cita su madre Elmaze, con una camiseta con la bandera mitad suiza mitad albanesa, aparición eclipsada por Erjona Suleimani, modelo albanesa y esposa del suizo Blerim Džemaili (o Xhemaili para los albaneses). En el césped estaban formados los suizos, los albaneses, y una mezcla de ambos que podían optar por jugar también por Serbia o por Kosovo: Shaqiri, Xhaka, Mehmedi, Tarashaj, Dzemaili and Behrami jugaban por Suiza, mientras que Ajeti, Gashi, Veseli, Basha, Abrashi and Xhaka escogieron a Albania. 

La familia Xhaka llegó a Suiza de esta manera: su padre Ragip era un estudiante de 22 años en la universidad de Priština cuando fue encarcelado en protestas políticas contra el régimen tambaleante de Belgrado. Ahí estuvo tres años y medio de seis que duraba la condena. Al salir de prisión, decidió huir a Suiza y se estableció en Basilea. Se casó con Elmaze y ahí nacieron Granit y Taulant. 

Ambos se sienten orgullosos de ser suizos, pero también sienten una conexión especial con Kosovo y con Albania; Kosovo recién fue admitida por la FIFA en 2016, por lo que no era una opción hasta ese entonces. Taulant es el hermano mayor, pero le ha costado mucho tener una carrera respetable. No pudo salir del Basel más que un préstamo de un año para el Grasshoppers. Al no tener el nivel para llegar a Suiza, prefirió optar por la selección albanesa. Mucha pieza resultó Granti, defensa combativo y versátil que usa su físico. 2012 fue su año clave cuando se aventuró a fichar por el Borussia Mönchengladbach por una suma de 8,5 millones de euros. Tenía muchas expectativas, sobre todo cuando el DT de los suizos, Ottmar Hitzfield, dijo que era el “Schweinsteiger suizo”. Cuatro años después llegó al Arsenal por 35 millones de libras. Eso sí, ambos sienten amor por sus padres y le dan el 80% de su salario.

En el césped no mostraron ningún miramiento, sin embargo. Nadie le dio concesiones a nadie, por más que hubieran crecido juntos. Granit demostró lo que pagó el Arsenal por su carta al comandar el medio campo y ser la válvula por la que circulaba el balón de abajo arriba. Taulant fue más discreto y no llegó a la altura de jugadores como Cana, Gashi y Hysaj, por lo que fue el primer jugador sustituido (minuto 62). El juego terminó 1-0 gracias a un gol de Fabian Schär al minuto 5. Al terminar el encuentro, ambos Xhaka intercambiaron camisetas. El que terminó más contento de todos fue Ragip, orgulloso de ambos, sin importar a quién representaban. Nadie más orgulloso que él para cerrar un ciclo que marcaba una vida bien vivida.

(Créditos: REUTERS/Carl Recine Livepic)

Por cierto, los hermanos Xhaka se volvieron a enfrentar ese mismo año, cuando el Arsenal se enfrentó al Basel en el grupo A la Champions League

Serbia vs. Suiza: el duelo polémico del mundial de Rusia

Para hablar de este partido tenemos que irnos de nuevo a las eliminatorias para la Eurocopa de Francia. Serbia se enfrentaba a Albania. Inexplicablemente, la UEFA había permitido que ambos países se enfrentaran, más cuando estaba la cuestión de la independencia de Kosovo, de mayoría albanesa. El partido empezó caliente por mensajes de serbios gritando Ubij, ubij Šiptara (mata al albanés). Luego, los serbios quemaban la bandera de la OTAN, mostraban la bandera de sus hermanos griegos. Al minuto 42 el árbitro inglés Martin Atkinson suspendió el juego por bengalas. De pronto, voló un dron al campo con una pancarta donde estaban los padres de la patria albanesa Ismail Qemali e Isa Boletini, además del mapa de Gran Albania (Albania + Kosovo) y la fecha de independencia de Albania, 28 de noviembre de 1912. El defensa serbio Stefan Mitrovic arrancó esa pancarta, causando que Lila y Xhaka fueran a querer arrebatársela. Empezó la batalla campal, que se saldó con una victoria 3-0 en los escritorios para Albania.

Vayamos al sorteo. Serbia, único país europeo en el último bombo formó parte del grupo E junto con Brasil, Costa Rica… ¡y Suiza! Cuando Kosovo ingresó en 2016, la FIFA prohibió que los kosovares que representaban a Suiza pudieran ir a la selección de sus orígenes. ¡Y ahora se enfrentarían ambos el 22 de junio en la Baltika Arena de Kaliningrado. Serbia nunca se había enfrentado a Suiza como país independiente.

Para el mundial de Rusia, Suiza, Vladimir Petković, anunció su convocatoria final. Había cuatro kosovares: Džemaili, Xhaka, Behrami (minoría albanesa de Macedonia del Norte) y Shaqiri. Behrami incluso tiene el mapa de Kosovo tatuado en su piel. Xhaka no se cansa de tuitear en albanés y mostrar la identidad albanesa cada que puede. El juego empezaba a complicarse de más por la política y por los rencores de Kosovo a Serbia. Los serbios se tomaron las cosas personales para vencer a Costa Rica: fue el primer país del mundo en reconocer a Kosovo como nación independiente.

Encima, Suiza (un punto) luchaba palmo a palmo con Serbia (tres puntos) por la segunda plaza de un grupo que tenía a Costa Rica (cero) y Brasil (cuatro), que era favorita para ganarlo. Y para aderezar esta situación, los DTs de ambas naciones habían nacido en Bosnia-Herzegovina: Mladen Krstajić (Младен Крстајић), serbobosnio, proviene de Zenica, mientras que Petković es de Sarajevo. Esto ya era un duelo balcánico; la FIFA puso especial atención por la presencia de bengalas y cantos nacionalistas

22 de junio. Noche blanca en Kaliningrado. Los rusos son hermanos de los serbios, lo han demostrado cada que pueden, y esto es porque ambos son ortodoxos y siempre han velado por intereses políticos; no por nada, Rusia saltó por Serbia en la II Guerra Mundial. Los rusos de inmediato apoyaron a Serbia en este partido. Por otra parte, toda Albania y todo Kosovo apoyaban a Suiza; esto era una cuestión de orgullo nacional y darle su merecido a Serbia. Los suizos, taciturnos como siempre, apoyaban ligeramente. Los cuatro albanokosovares saltaron como titulares para enfrentar a Serbia. Shaqiri era el más abucheado de todos cada que tocaba el balón y/o aparecía su cara en la pantalla del estadio. La atmósfera era claramente anti-serbia: algunos serbios se animaban a mostrar pancartas con la cara de Ratko Mladic, célebre asesino serbio

Al minuto 5, se puso adelante Serbia con un cabezazo de Mitrović (Митровић) de un servicio de Dušan Tadić (Душан Тадић). Luego de eso, Suiza se sacudió el asedio serbio y se volcó al ataque. Tres ocasiones claras tuvo Džemaili, las tres las falló. En el segundo tiempo Suiza hizo una sustitución balcánica: salió Seferović, bosnio, entró Gavranović, croata. Al 52’ llegó el empate suizo por conducto de un trallazo de 25 metros de Granit Xhaka aprovechando que el portero Stojković (Стојковић) había atajado un tiro de Shaqiri. Xhaka llegó a la tribuna e hizo el gesto del águila bicéfala, símbolo de Albania. 

Todo se resumía a los minutos finales. Era un empate que encaminaba a Serbia para la ronda de octavos de final. La lluvia caía a raudales en este enclave báltico. Y empezaba un contragolpe mortal de los serbios. Gavranovic dio un pase a Shaqiri que le ganó la carrera a Dusko Tosic (Душко Тошић). Finalmente venció a Stojković para marcar la remontada 2-1. Shaqiri volvió a hacer el águila bicéfala. También le siguió Shaqiri y luego Lichtsteiner. Por cierto, Xhaka lanzó la mentada de madre en albanés a los serbios: “Ta qi nonet”.

Suiza celebró el gol de dejaba la clasificación a octavos abierta. Serbia cerraba con Brasil, mientras que Suiza necesitaba no perder ante los ticos. Quien celebró el gol como nadie fue Albania y Kosovo también. El presidente de Kosovo Hashim Thaçi y el Primer Ministro de Albania Edi Rama publicaron su satisfacción en redes sociales. Rusia protestó… al día siguiente; no se atrevió a abuchear al MVP de la noche, Xherdan Shaqiri, el nombre más buscado en Google Suiza. Era demasiada la afrenta a sus hermanos serbios.

Hashim Thaçi

La FIFA impuso una multa a Shaqiri y a Xhaka de 10.000 francos suizos por sus conductas antideportivas. Pero en Albania hicieron una campaña de crowdfunding para lograr esa cantidad de dinero que la reunió en muy poco tiempo. No fue la única consecuencia. 

Klopp evita los problemas con Shaqiri

La buena campaña de Shaqiri con el Stoke City y con Suiza le llenó el ojo a Jürgen Klopp que lo fichó para su Liverpool para sustituir a Solanke. Era la primera temporada del Liverpool de Klopp en Champions League. En el sorteo quedó encuadrada en el grupo C con el PSG, el Napoli… y el Crvena Zvezda, ¡equipo de Serbia!

No había problemas para el partido en Anfield, donde el Liverpool regresó a la senda del triunfo con un inapelable 4-0. Ahí jugó como titular y fue sustituido por Lallana. La cosa cambiaba para el partido de vuelta en Belgrado. Ahí no olvidaban que Shaqiri los había humillado en Kaliningrado con su gol del triunfo, con el águila bicéfala y con su apoyo a una Kosovo independiente. Ni siquiera se disculpó por esa celebración. Para evitar problemas en Belgrado, Jürgen Klopp decidió no convocarlo para ese partido. La cuestión era proteger a Shaq de la ira que tiene el Marakana, donde los serbios realmente están locos. Finalmente, el Crvena Zvezda ganó 2-0, derrota que casi le cuesta ir a Europa League, pero por goles anotados pasó como segundo lugar de grupo y se enfilaría así para ganar la orejona ante el Tottenham Hotspur.

Suiza sigue debatiéndose en la multiculturalidad y el imponer sus tradiciones. Recientemente acaba de pasar un referéndum prohibiendo el uso de la burqa para los musulmanes. Esto ha causado cierta controversia a nivel mundial. ¿Es Suiza un ejemplo de tolerancia?

Mientras tanto, Suiza sigue gozando de un buen presente gracias a esos “buenos migrantes” que le dan alegría. Balcánicos, turcos, africanos, españoles han logrado dar un sabor especial a un futbol suizo que sigue aportando jugadores a los principales clubes. Y es que aquí terminan los rencores y el racismo cuando saltan al terreno de juego. Ya lo decía el escritor estadounidense Larry Scott Fitzgerald: 

Switzerland is a country where few things begin, but many things end

Suiza es un país donde pocas cosas empiezan, pero muchas terminan

Fuentes

Weiner, Eric. Travel – Switzerland’s invisible linguistic borders. BBC Travel. 25 de marzo de 2018
Villa, Nacho. Por qué Suiza es tan rica: 10 Motivos. Finanzas Claras. 21 de septiembre de 2020.
Calvo Salgado, Luis, y Prieto, Moisés (2019). Microhistoria del comienzo de la emigración española en Suiza: lucha política y una película prohibida. Instituto Cervantes: Trayectorias literarias hispánicas: tradición, innovación y nuevos paradigmas, (pp. 329-343)
Efe. Suiza vuelve a abrir sus puertas a los emigrantes españoles. El Mundo. 11 de abril de 2012.
Thoele, Alexander. Why Portuguese seek work in Switzerland. Swiss-info.ch. 18 de diciembre de 2012
Jorio, Luigi. Balkan migrants struggle to integrate. Swiss-info.ch. 28 de noviembre de 2005
Summermatter, Stefania. Africans in Switzerland find a common voice. Swiss-info.ch. 14 de marzo de 2012
Jaberg, Samuel. Shaqiri y esos «buenos migrantes», héroes del fútbol suizo. Swiss-info.ch. 26 de junio de 2014
Warrier, Rahul. Moving Borders: Why Albania Vs Switzerland Was About More Than The Xhaka Brothers. Outside of the Foot. 16 de junio de 2016. 
Siregar, Cady. Serbia’s most hated footballer? Why Xherdan Shaqiri was left out Liverpool’s squad for Red Star Belgrade. Goal.com. 5 de noviembre de 2018
Martínez, Antonio. Switzerland’s Historic Journey to the 2009 Under-17 World Cup. How They Play. 1 de enero de 2021
Foulkes, Imogen. Switzerland’s unlikely World Cup heroes. BBC. 1 de julio de 2014

A partir de la próxima vez entraremos en un ambicioso previo para la Eurocopa del 2021, una labor titánica para que sea una fiesta netamente europea. En lugar de dos sedes, ahora habrá futbol en 12 países para conmemorar los 60 años de una iniciativa del francés Henri Delaunay. Comenzaremos nuestra odisea por donde se dará el partido inaugural, Italia. Italia es un país muy rico en historias y con una política rica en relatos, algunos muy gloriosos, otros bastante turbios. Y es que Italia fue golpeada por el narco durante mucho tiempo. ¿Cómo fue la labor de grupos como la Camorra, la Ndrangheta y la Mafia en el calcio? Es lo que veremos la siguiente semana.

Recapitulemos

Suiza es un país marcado por la multiculturalidad. Tiene cuatro idiomas oficiales (alemán, francés, italiano y romanche), pero desde los años 60 ha visto oleadas de migrantes de diversos países, atraídos por una excelente calidad de vida, una gran economía, una inmejorable infraestructura y estabilidad en todos sentidos. Destacan los migrantes españoles, portugueses, de la ex-Yugoslavia, albaneses, turcos y africanos. Su máxima expresión se da en el futbol por bajo coste para su práctica. Muchos de ellos han dado un realce al futbol suizo. Lograron ganar el mundial sub-17, su primer torneo FIFA, en Nigeria. También llegaron a la final del Europeo sub-21 que les dio el pase a los Juegos Olímpicos. Fueron cabeza de grupo en Brasil 2014. En 2016 se enfrentaron los hermanos Xhaka (Granit y Taulant) en la Eurocopa, por el Suiza vs. Albania. En 2018, en el partido Serbia vs. Suiza, los albanokosovares Xhaka y Shaqiri marcaron los goles y celebraron con el águila bicéfala, provocando que Jürgen Klopp no llevara al segundo al partido de Champions League en Belgrado entre el Crvena Zvezda y el Liverpool.

Nos vemos la siguiente. Aufwiedersehen! / Adieu! / Ciao! / Bun ans vair!

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Sebastián Alarcón
Soy Sebastián Alarcón, tengo 31 años. Aspiro a ser polímata. Junto futbol con geopolítica, sociedad, cultura, idiomas e historia y le agrego música para explicar el mundo. Escribo de futbol de la FIFA y fuera de ella. Si sientes la décima parte de lo que siento al escribir, mi misión está completa.

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