Desde la creación de la Liga MX Femenil, hemos visto a cuatro equipos coronarse como ganadoras. Torneo a torneo alternan en la disputa por el título o al menos comparten esos cuatro lugares finales. Son el sinónimo de inversión, realizar un proyecto, impulsar y tratar de tener el mejor plantel con sus fichajes. Los motivos son variados pero cada equipo podría ejemplificar lo que los demás podrían realizar.
Tigres Femenil: las Amazonas
Si bien el primer torneo podrá no haber sido lo esperado, a la postre y a base de traer muchos nombres importantes, el equipo se convertiría en el más ganador de la liga con cuatro títulos. Pisaron semifinales en aquella primera prueba para después coronarse al mando de Osvaldo Batocletti y goles de Katty Martínez, Belén Cruz y Lizbeth Ovalle, jugadoras que no solo son históricos para la institución, sino para el el futuro de la selección mexicana.
Tras ese campeonato no han parado de alternar en la lucha por sumar estrellas. Llegó un subcampeonato en el siguiente torneo y de nuevo un titulo, repitió el ciclo con otra final perdida y tras el parón por pandemia, se convirtió en el primer equipo bicampeón del futbol femenil. Si fichas bien, compites mejor, y por ello, traer jugadoras de cierto calibre ayudó a sanear y despegarse del resto de equipos que no lo podían repetir. Por tanto, el renovarse con la dirección técnica internacional de Carmelina Moscato eleva las expectativas de lo que puede lograr un plantel con ganas de volver a ser campeonas. De momento, tienen una idea de juego más interesante.
Rayadas: anteponerse de las finales
Si de récords habláramos, las del norte en las instancias importantes tienen un 2-3 en contra, pero el camino no fue fácil. En la primera final disputada, perdieron en penales ante el rival más importante. Su segunda final les dio una derrota más, aunque la tercera fue la vencida; ahí lograron coronar las demostraciones que habían tenido a lo largo de los años. A veces se necesita ir más allá de la derrota para valorar lo que se hace y lo que se puede potenciar de tener más apoyo.
Ahora mismo, ser las penúltimas campeonas tras el primer torneo de Eva Espejo las puso de nuevo con la etiqueta de equipo a seguir, y probablemente nunca han dejado de serlo, pero para este torneo han fortalecido zonas del campo donde están siendo protagonistas de nuevo. No sólo es creer que con lo que tienes alcanza, sino renovarse para crecer y volver a estar en finales.
Las Chivas: primeras y de vuelta
Las actuales campeonas de la liga tuvieron un camino turbulento desde la primera gran coronación. Las rojiblancas inauguraron las celebraciones por un titulo tras el Apertura 2017, ahí donde nació la liga. Pero mientras los demás equipos crecían, Chivas tenía un nublado panorama para su futuro y llegó hasta no calificar al siguiente torneo donde debieron defender la corona. El equipo entró en ese bache de si podía aspirar a algo más que clasificarse a fase final y parecía encaminarse a una espiral sin fin. Por ello, la llegada de Nelly Simón cambió el rumbo total y se redefinió como proyecto a largo plazo.
Juan Pablo Alfaro fue quien consumó lo que se había trabajado. Él fue la punta de la pirámide ya que heredó y fortaleció lo de sus dos antecesores. En ese trayecto se sumó algo más que competir; volver a pisar una final siempre es sinónimo de estar cerca, ampliar el plantel también lo fue, y ahora suenan más los nombres de Licha Cervantes o Caro Jaramillo. Recuperar ese sentir del público cercano como la conexión que parecía deteriorada también se afinó como parte del todo. Al final, se tradujo en la obtención de la segunda estrella y el campeón de campeonas para volver a ponerlas como candidatas a lo que toque disputar.
América: resurgir como el ave
Las Águilas se colocaron como el tercer equipo en coronarse por lo que está por demás decir que forma parte de la historia. Si bien ha estado cerca de llegar a la disputa por el titulo, las semifinales marcaron el límite, sumando que en los torneos recientes ha caído en cuartos de final. Por eso es importante resaltar cómo poco a poco se renovaron en el plantel, en la dirección técnica y desde Claudia Carrión como directora deportiva. No es nada más que volver a los planos que merece el equipo.
El fortalecimiento que ha tenido el cuadro americanista es enorme por cómo ha fichado a figuras del futbol femenil. Alison González y Kiana Palacios son ejemplos de mexicanas fichadas, pero también sus recientes incorporaciones son de nivel. Aurélie Kaci, Andrea Pereira y hasta el entrenador, Ángel Villacampa son una muestra. Por lo tanto, en este torneo y probablemente el siguiente, América esté en cada conversación como equipo protagonista y candidato a disputar una final a corto plazo.
Pachuca: cerca de la gloria
Previo al inicio de la liga, el torneo por excelencia fue la Copa femenil, donde compitieron 12 equipos. Ahí apareció Pachuca. Así pues, hablar de las Tuzas es referirse a las primeras reinas del futbol mexicano. Disputaron la final en el primer torneo, y desde ahí se podría pensar que el equipo fue bajando escalones. Jugó dos semifinales más, después se quedó en cuartos de final y llegó al punto de no calificar a la liguilla. Una vez que caes, no puedes hundirte más.
Como con Chivas y América, acá se tiene un nombre en común proveniente desde la gestión deportiva. Ella es Tatiana Briseño, quién ha influido en las últimas decisiones acertadas del club. Las llegadas de Charlyn Corral y Jennifer Hermoso, figuras internacionales del futbol femenil, son su carta de presentación. La última final disputada es una señal de estar de nuevo en el rumbo necesario, ese que indica cuanto estás cerca del campeonato.
Estos equipos son los de mayor renombre, uno ganado a pulso porque todos invierten en su rama femenil. No quiere decir que haya otros que no, y sería difícil no nombrar a algunos que han irrumpido de forma interesante. Por ejemplo, Pumas -en renovación periódica-, Atlas formando algo importante desde hace dos torneos, Tijuana aprovechando sus momentos y cada vez colocándose en el siguiente eslabón de la competencia, además están Toluca y Cruz Azul intentando asomarse a la competencia y otros como León, Santos y Querétaro, que quizás estén en vías de redefinirse como proyectos.
El problema es mantenerse más allá de un gran torneo, pensando que ese nivel por un tiempo corto y la calificación a liguilla es suficiente. Por eso vale tanto el trabajo de los equipos mencionados, mejorando sus áreas torneo a torneo, especializándose, intentando ir más allá de cumplir con presentarse en la competencia, trayendo jugadoras importantes y aprovechando sus fuerzas básicas de reciente creación. Continuar ese camino está al alcance del interés de los clubes porque esto, a largo plazo, dejará muchísimos dividendos para todas las partes. El tren del futbol femenil sigue avanzando con el tiempo. Hay que subirse en él y no arrepentirse porque ya es una realidad.