Sebastián Córdova: lo que pudo ser y ¿nunca será?

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El fútbol son momentos, oportunidades e instantes. El fútbol es caprichoso. Es juez, es amigo y también enemigo. Y, por encima del resto de cosas, es efímero. El fútbol es la vida en 90 minutos: no hay partido donde no se descubra algo nuevo. A veces, también es sentido de pertenencia. Incluso idiosincrasia y valores, aunque cada vez resulte más complicado identificarse con la modernidad que caracteriza al nuevo balompié.

Sebastián Córdova también ha sido efímero. Coapa lo recordará como uno de otros muchos lo que podía haber sido y nunca fue. Porque el fútbol es caprichoso, pero los jugadores también lo son. Todos lo somos, y cada vez más. En cierta parte, una utopía. Rebosa talento, llegada en segunda línea y técnica individual, como ya demostró con la Selección Olímpica en Tokio 2020, pero su fútbol nunca fue de la mano de su rendimiento. O, más bien, de su techo, del que creíamos que tenía y desconocemos si tiene. Quizá las expectativas colapsaron con la realidad y todo ha detonado. Todavía está por ver si de la mejor o de la peor manera posible, con actores secundarios que, en una concatenación de sorpresas, en una operación dominó, han pasado a copar focos, cámaras y titulares.

Con espacios, con metros por delante y pudiendo erigirse como un constante generador de ventajas, el ’10’ del Club América es intratable. Cuando quiere y su fútbol se lo permite, olvidándose de las expectativas, emana como un funambulista de alto nivel, capaz de solventar cualquier tipo de contexto, aunque eso suponga coquetear con armas de doble filo y bailar sobre el alambre. En torno a su fútbol siempre ha existido una concepción errónea. Nunca fue y nunca será un «interior organizador», aunque pueda rendir y relucir vistiéndose de algo que no es. No es estar, es llegar. No es generar, es ejecutar.

Su fútbol pedía algo más. Su fútbol, que no su rendimiento, anhelaba conocer Europa. Sentir nuevos estímulos, encarar nuevos retos y edificar su crecimiento sobre un contexto mucho más exigente y propicio. Uno más similar a sus condiciones, a lo que todos creíamos que sería y no sabremos si será. Porque sólo así se forjan los futbolistas de élite. Convertir el riesgo en zona de confort a base de esfuerzo, sacrificio y, sobre todo, trabajo. La fórmula para triunfar. O eso dicen. Ahora, con un nuevo reto en el horizonte, Córdova deberá empezar de cero, porque la distancia hace el olvido, pero el fútbol, al igual que los aficionados, seguirá teniendo memoria.

Su fútbol pedía algo más, pero él no.

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June Lavín Caballero
Estudiante de Periodismo, que dedica sus líneas a La Fábrica y a la Liga MX. Análisis y Scouting. Pasión por comunicar y escribir sobre fútbol base.

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