El pasado fin de semana la Premier League nos dejó todo tipo de historias. El tragicómico empate del Tottenham contra West Ham en los minutos finales, la exhibición táctica de Guardiola frente al Arsenal o la cuarta victoria consecutiva del sorprendente Aston Villa de Dean Smith. Pero, esta vez, la historia que acaparó reflectores fue triste: Virgil van Dijk ‘se rompió’ en el Derbi de Merseyside; en el Everton 2-2 Liverpool.
Virgil van Dijk se rompió el ligamento cruzado de la rodilla derecha y seguramente se perderá lo que resta de la temporada. Una baja imposible de superar. Ahora Klopp deberá ponerse creativo para buscar soluciones. Que, dígase de paso, incluso la mejor solución está lejos de ofrecer las prestaciones que Virgil otorga.
Van Dijk lleva más de dos años siendo uno de los mejores zagueros del mundo. Desde que llegó a Anfield en enero de 2018 procedente del Southampton, el Liverpool dio un salto de calidad notable. Incluso, en su día hubo mucha controversia por los más de 80 millones que desembolsó el conjunto red, pero toda la polémica se disipó cuando llegó la final de Champions, la que a la postre perderían en Kiev contra el Real Madrid. La del día menos afortunado en la carrera del arquero alemán Loris Karius y la temprana lesión de Mohamed Salah tras el choque con Sergio Ramos.
Van Dijk perdió su primera final de Champions en 2018 y Holanda no fue al Mundial de Rusia ese mismo año, pero luego tuvo revancha de la mano de Klopp. El holandés no solo ha rendido en la élite, la ha dominado.
El Liverpool de Jürgen Klopp evolucionó. Pasó de jugar la final de la Europa League en 2016 a ganar Champions y Premier en temporadas consecutivas. Y nada de esto hubiese sido posible sin la figura de van Dijk. Porque ya no solo hablábamos del mejor zaguero del mundo por sus actuaciones individuales, sino que, además, su figura causó un impacto positivo en sus compañeros. Virgil hizo que Dejan Lovren, Joël Matip y Joe Gomez rindieran como nunca lo habían hecho. Los hizo mejores.
El Liverpool tiene a Matip, Gomez, Fabinho y el holandés de 18 años Sepp van den Berg para solventar la ausencia de van Dijk. Al menos hasta diciembre, cuando los reds puedan salir por un zaguero al mercado de transferencias. Y, ahí, entendiendo la necesidad inmediata e incluso pensando a futuro, hasta podrían dar un golpe sobre la mesa y fichar a un central top. Veremos.
Lo indudable es que aquí se abre el horizonte para el Thiago Alcántara mediocentro; aunque, habitualmente, en 4-3-3, no en el 4-2-3-1 con el que brilló la última edición de la Champions con el Bayern Múnich. Porque si Fabinho juega mucho tiempo en la zaga, Jordan Henderson es el interior derecho y en la izquierda se alternan Wijnaldum y Keïta, al español le quedaría libre el camino para hacer del Liverpool «su equipo». Tomar las riendas desde la base de la jugada. Precioso reto.
”Está claro que estará (van Dijk) fuera de los terrenos de juego por un tiempo, pero no queremos establecer un tiempo de recuperación porque cada jugador es distinto. Comprendió que se trataba de una lesión grave, inmediatamente después del partido, en cuanto volví a ver el contacto. Solo le había visto desde el banquillo, pero tan pronto como volví a ver las imágenes, me di cuenta de que estaría fura mucho tiempo”, se lamentó Jürgen Klopp en rueda de prensa.