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Por primera vez en su historia, Senegal se proclamó campeona de África. Lo hizo en la tanda de penaltis de la final ante Egipto, con Sadio Mané consagrándose como héroe y dando la gloria a un país que se había quedado a las puertas en dos ocasiones, la última en la anterior edición del torneo perdiendo la final frente a Argelia. Una vez acabado el torneo, vamos con el XI ideal de la competición:

MOHAMED ABOU GABAL – EGIPTO (ZAMALEK)

Resulta curioso elegir como mejor portero del torneo a uno que empezó siendo suplente y no jugó en ninguno de los tres partidos de la fase de grupos, pero las actuaciones de Mohamed Abou Gabal (Gabaski) en las eliminatorias han sido claves e indispensables para entender el camino de Egipto hacia la final. Entró en los octavos de final ante Costa de Marfil y fue clave deteniéndole el penalti en la tanda a Eric Bailly. Contra Marruecos en cuartos completó una gran actuación antes de tener que retirarse por unas molestias, pero volvió para las semifinales ante Camerún donde volvió a ser el héroe en la tanda y en la final ante Senegal, donde pese a la derrota final dejó una gran actuación deteniendo un penalti a Mané en el partido, uno a Bouna Sarr en la tanda y otro gran abanico de intervenciones decisivas.

En un torneo donde ha predominado la falta de seguridad por parte de los porteros, Gabaski fue un seguro de vida para Egipto, tanto dejando paradas de reflejos bajo palos como saliendo en centros laterales.

ACHRAF HAKIMI – MARRUECOS (PSG)

Gran nivel en la posición en el torneo, con Collins Fai o Issa Kaboré también destacando, pero la andadura de Marruecos hasta cuartos de final no se entiende sin la presencia de Achraf Hakimi. Con influencia tanto en salida de balón, asociándose en corto y con cambios de ritmo para girar la presión rival, como en metros finales donde desde su desborde y capacidad para llegar hasta línea de fondo y meter buenos centros nacieron varias de las mejores oportunidades de Marruecos en el torneo, además de un importante gol ante Malaui en octavos.

Defensivamente también estuvo bien, tanto estando contundente en duelos e imponiéndose, algo muy remarcable en el primer partido de grupos ante Ghana, como corrigiendo a campo abierto haciendo uso de su endiablada velocidad.

KALIDOU KOULIBALY – SENEGAL (NAPOLI)

Se perdió los dos primeros partidos del torneo por temas de Covid, encadenando esto con una lesión que ya le había apartado de varios partidos con su club, pero desde que volvió ha sido fundamental en el éxito de Senegal. La pareja que ha formado con Abdou Diallo ha sido la más sólida del torneo, encajando solo dos goles en toda la competición.

Dentro de una Senegal que preparaba muy bien la p´érdida, apenas permitiendo salidas en transición al rival, Kalidou ha destacado tanto anticipando a campo abierto como corrigiendo, imponiéndose en la mayoría de duelos. Su final, en la que fue un muro que dejó sin salidas a Egipto, el colofón a un torneo donde ha hecho valer su cartel previo de mejor defensor del torneo.

OMAR COLLEY – GAMBIA (SAMPDORIA)

La exitosa campaña de Gambia en el torneo, llegando hasta los cuartos de final, no se entiende sin la presencia de Omar Colley en el centro de la zaga. Potenciando sus cualidades, unas que ya deja ver semanalmente en su día a día liguero en la Serie A italiana, Colley ha sido fundamental en las resistencias de Gambia en campo propio. Sin tener apenas peso con balón, dentro de una selección con ideas de juego directo y dependiente de Musa Barrow para generar, las labores de los centrales se limitaban a defender en campo propio, muchas veces en área propia y frustrar al rival.

En ese contexto, Colley y en menor medida James Gomez, destacaron sumando despejes en el punto de penalti, acortando distancias respecto a la línea de medios, anticipando e imponiéndose en los duelos. La gesta de su país no se entiende sin él.

NOUHOU TOLO – CAMERÚN (SEATTLE SOUNDERS)

Las actuaciones de Saliou Ciss en la semifinal y, principalmente en la final, bien podrían haberle valido el puesto en el XI, pero la regularidad de Nouhou Tolo a lo largo del torneo y su importancia en el sistema de Camerún le ponen por encima. Mientras por derecha Collins Fai estaba relacionado a llegar constantemente a línea de fondo en profundidad, el papel de Tolo en izquierda era diferente, mucho más relacionado a la construcción y el juego con balón.

Ahí, en ese contexto, dejó ver su capacidad para asociarse en corto montando rondos alrededor suyo, desplazamiento largo oxigenando abriendo a lado débil y pases filtrados encontrando a compañeros por dentro. Por si fuera poco, en la semifinal ante Egipto se marcó un partido tremendo en términos defensivos, midiéndose y superando a Mohamed Salah, provocando el peor partido de la estrella del Liverpool en el torneo.

PABLO GANET – GUINEA ECUATORIAL (REAL MURCIA)

Merecía la selección de Guinea Ecuatorial a un miembro en el XI tras su impresionante campaña hasta los cuartos de final, y Pablo Ganet en el medio bien se merece ese honor. Haciendo una gran pareja en el medio junto a José Machín, Ganet destacó desde su capacidad asociativa para organizar en torno a él, moviendo de lado a lado al rival activando los tres carriles, salidas en conducción dividiendo bloque contrario y capacidad de amenaza desde lejos gracias a su potente disparo.

Defensivamente, estuvo bien controlando su zona e impidiendo recepciones ahí, además de acudir bien en coberturas a compañeros y cerrar bien la frontal del ´área ante llegadas desde segunda línea del rival. De su capacidad de robo y lanzar rápido a sus compañeros, nacieron varias oportunidades para los suyos.

IDRISSA GUEYE – SENEGAL (PSG)

Dando continuidad a su grandísima temporada en París, Gueye ha sido clave dentro de la selección campeona, tanto por su juego con balón como sus capacidades sin el mismo. En una Senegal que establecía su lado fuerte en izquierda, con Ciss llegando en profundidad por fuera y Mané creando por dentro, la habilidad de Gueye para, desde la base, filtrar balones y encontrar a compañeros en ventaja fue fundamental para las progresiones de los suyos.

Además, su enorme recorrido defensivo para recuperar rápido, sumando un gran número de robos en contrapresión por pura lectura, era importantísimo para dejar sin salida al rival y establecer a los suyos arriba. Cayendo a banda para compensar a un Mané que quedaba alto y centrado cuando el equipo no tenía el balón, su recorrido explica los grandes números defensivos de su equipo.

GUSTAVO SANGARÉ – BURKINA FASO (QUEVILLY ROUEN)

Si queremos hablar de la proeza de Burkina Faso llegando hasta semifinales, no podemos no mencionar a Gustavo Sangaré. Pese a que era Bertrand Traoré el que venía con el reconocimiento de ser la estrella de la selección, ha sido Sangaré quien ha ejercido como tal. Completando un gran mediocampo junto a Adama Guira, de lectura defensiva destacada, e Ibrahim Blati Touré, que también brilló en defensa y lanzando, Sangaré destacó por su capacidad para dejar buenos pases, tanto lanzando contras o juntando al equipo, salidas en conducción, protección ante acoso dando segundos de respiro y aportando esa creatividad que tan bien le hizo al equipo.

MOHAMED SALAH – EGIPTO (LIVERPOOL)

Dando continuidad a su impresionante temporada, una que le sitúa entre los mejores jugadores del planeta, Mohamed Salah se ha echado a su selección a sus espaldas y a punto ha estado de convertirlos en campeones. Contando con poca ayuda, con compañeros que le lanzaban los pases mal o a destiempo, el del Liverpool se las ha arreglado para convertir cada recepción en un abanico infinito de posibilidades. Regateando, superando en el cuerpeo a su par, conduciendo, dejando a compañeros en situaciones ventajosas, definiendo él…. Lo de Mo ha sido un repertorio increíble, con su partido en cuartos de final ante Marruecos como la mejor prueba de lo que es capaz.

Jugando mejor cuando partía desde la derecha a haciéndolo de 9 puro, como en el día del debut ante Nigeria, complementándose bien por su banda con el lateral y el interior, y cargando a sus espaldas las alegrías de todo un país. No se puede entender el camino de los de Carlos Queiroz en esta copa sin él.

SADIO MANÉ – SENEGAL (LIVERPOOL)

El mejor jugador del torneo, con la mejor actuación individual de la competición (en semifinales ante Burkina Faso). Primero, en la fase de grupos, siendo agua en el desierto para una Senegal super plomiza con balón, marcando el único gol de la selección en los tres partidos y generando, él solo, todas las oportunidades de peligro que tuvieron. Luego, conforme pasaban los partidos, Senegal fue encontrando sistema y Mané respondió como la pieza fundamental del mismo.

Concentrando mucho juego alrededor suyo, con el interior en la base y el lateral profundo para permitirle libertad de acción en zonas intermedias, Mané estuvo bien desbordando, juntando rivales alrededor suyo para liberar a compañero en ventaja y llevando mucha amenaza en el último tercio. Por si fuera poco, la final fue una muestra más de su inquebrantable personalidad, pues tras fallar un penalti en el tiempo de juego, se encargó del quinto y definitivo en la tanda, el que les hizo campeones, y lo afrontó con una convicción envidiable. Tras rozar la gloria en la pasada edición, por fin Mané se proclama rey de África.

VINCENT ABOUBAKAR – CAMERÚN (AL-NASSR)

El goleador del torneo, con 8 goles en 7 partidos. Dentro de una Camerún que lograba colocarle en situaciones de remate, Aboubakar no perdonó y fue clave para explicar el torneo de su selección, llegando hasta las semifinales. También dejó buenas descargas en apoyo dejando a compañeros de cara y se movió bien en el último tercio del campo, ofreciéndose como receptor o limpiándole la zona a otros.

El único pero que se le puede poner es su actuación ante Egipto en las semifinales, estando bastante desacertado en todas sus intervenciones, pero eso no hace que pierda su lugar en el XI ideal de una competición donde anotó tres goles más que el segundo goleador y cinco más que el tercero.

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Hugo Marugan
Fútbol. Para disfrutarlo, para aprender y para contarlo.

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