al-Ahed, portavoz de Hezbollah en el futbol de Líbano

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مرحبتين! كيفك؟ (Marhabtayn! Kiifak?) Este es de nuevo el saludo que verás de nuevo cuando vayas a Líbano. Espero que estés muy bien hoy. La semana pasada estuvimos hablando sobre cómo la Copa Asiática sirvió para reconstruir Líbano después de la Guerra Civil. Es momento de ver los recovecos que tiene la política dentro del futbol libanés. Nos vamos a su liga.

Recomendación musical 1

A veces sorprende el alcance que tiene Hezbollah dentro de la sociedad libanesa, más si no estás acostumbrado a ver cómo es la sociedad de allá. Es un partido político íntimamente ligado a la población musulmana chií, pero no excluye que personas de otras religiones simpaticen con ellos. Por ejemplo, está Julia Boutros (جوليا بطرس), nacida en el seno de una familia cristiana griega. De madre libanesa-palestina, ha donado las ganancias de su música a los familiares de los caídos en operaciones contra Israel. Nunca oculta su apoyo a las causas de Palestina y la franja de Gaza. En 2006 lanzó una canción llamada Ahibaii (أحبائي | Queridos míos). Está basada en una carta que el Secretario General de Hezbollah Hassan Nasrallah les mandó a los soldados que combatían en el sur de Líbano. Hay que aceptarlo: la reacción de la gente es impresionante. 

Como parte de esta alianza con CIPMEX, ahora tenemos como invitada a Marielle Cámara. ¡No hay nadie mejor que ella para este tema, de verdad! Es internacionalista por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), Campus Monterrey. Tiene una Certificación Internacional en Educación para la Paz por el International Education For Peace Institute, y también completó el Programa de Paz y Liderazgo ejercido por la organización global Initiatives of Change (IofC). Tomó un curso de maestría de “Role of Religion in War and Peacebuilding” en la Universidad de Tel Aviv, y cuenta con experiencia laboral en consultoría política, ya que trabajó en el área política de la Embajada de Israel en México y anteriormente colaboró con el municipio de Monterrey. Sus principales intereses son los derechos humanos, construcción de paz con perspectiva de género, migración, mediación y resolución de conflictos y la geopolítica, en especial la del agua (!). Te digo que es la mejor porque su proyecto final del semestre ha sido de hecho sobre Hezbollah. Síguela en Twitter como @mariellecamarad. ¡Bienvenida, Marielle!

Muchas gracias, Sebastián, por invitarme a participar en este espacio de Editorial Puskás. Es un tema interesantísimo que estoy segura que las personas que nos lean disfrutarán mucho.

También incluí a mi amigo, el khaye Patrick Meehan Nader. Nacido en Monterrey, México, tiene tanto ascendencia irlandesa como libanesa. Se formó para trabajar en deportes y ha pasado por compañías como ESPN, beIN SPORTS y Nike. Fanatico de encontrar y contar historias no tan conocidas y eso lo ha llevado a seguir el futbol no tan ‘mainstream’. Tenía a su cargo el podcast “Al Pedo con Pix”. Acaba de fundar la app Golao. Síguelo en @TsunamiPix. ¡Bienvenido, Patrick!

Un placer participar en mi serie de textos favorita de mi amigo Sebastian.

Vamos al tema de esta semana.

El futbol libanés al servicio de la política

Después de hablar de futbol libanés, dejamos de manera intencional sin tocar cómo está la situación de la liga en estos últimos 20 años. Podríamos considerar este texto como una continuación natural de la semana pasada, cuando normalmente contamos historias que están unidas en serie solamente por una conexión con frecuencia fortuita. 

La Premier League libanesa tiene 12 equipos. Se juega bajo un formato curioso: juegan todos contra todos a una sola vuelta. Después de esto, se divide este torneo en una liguilla para los mejores (A) y otra para el no descenso (B). En ambos casos, los puntos obtenidos en la primera mitad se cortan a la mitad. Los seis primeros equipos juegan entre sí a dos vueltas para obtener a los clasificados a la fase de playoffs de la Champions League (campeón) y la fase de grupos de la Copa AFC (subcampeón), mientras que el tercero queda a la espera de saber si uno de los dos no reunió los requisitos de la AFC para competir y tomar su lugar. En la liguilla B está la misma dinámica, pero en este caso los dos últimos descienden a segunda.

La semana pasada estuvimos hablando sobre lo engranada que está la política en el futbol libanés. Un factor que contribuye a esto es la localización de buena parte de los clubes en la capital. Más que saber a qué barrio pertenecen, es conocer quién los financia y/o quién los apoya. al-Bourj (البرج) es el equipo de las familias de Beirut, Safa (الصفاء) es de los drusos, al-Hekmeh (الحكمة) o Sagesse es de los cristianos maronitas (y es más exitoso en basquetbol, tricampeón en Asia). La fuerza ortodoxa griega, con al-Nahda (النهضة) y Shabiba Mazraa (الشبيبة المزرعة), fue desapareciendo por bancarrota. Los clubes de la comunidad armenia, Homenetmen (هومنتمن | ՀՄԸՄ) y Homenmen (هومنمن | ՀՄՄ), cayeron en desgracia y ahora languidecen en tercera (aquí puedes conocerlos a fondo). Bourj se disputa el dominio de los suburbios beirutíes contra Shabab Sahel (شباب الساحل), equipo que acaba de ser descendido administrativamente por negarse a pagarle el sueldo a un jugador suyo. ¿Hay rivalidades fuera de Beirut? Claro. El derbi del norte entre Tripoli (طرابلس) y Salam Zgharta (لسلام زغرتا) también es esperado, y en el sur el duelo entre Chabab Ghazieh (الشباب الغازية) y Tadamon Sour (التضامن صور) saca chispas. El Akhaa Ahli Aley (الإخاء الأهلي عاليه) se ubica a las faldas del Monte Líbano y se juega la vida contra Safa, porque los drusos están conectados con la vida rural.

Te habíamos platicado del derbi de Líbano, un duelo electrizante entre al-Ansar (الأنصار) y al-Nejmeh (النجمة). Ambos son los clubes de la comunidad sunní y ambos recibieron el apoyo de Rafic Harari (رفيق الحريري), el hombre que construyó al Líbano moderno. al-Ansar representa la cara nacionalista-secular y se mandó 11 años ganando la liga prácticamente sin oposición hasta que en 2000 perdió cuando no debía perder y le quebró esa racha al-Nejmeh, quien encarna la identidad libanesa (ojo, no árabe) y está ligado al partido Movimiento Futuro. Hariri regresó precisamente a al-Ansar en 2005, pero justamente cuando todo parecía indicar una época más de gloria, un atentado que le quitó la vida a Hariri dio al traste con todo.

Sí, ese bombazo desencadenó las protestas contra la injerencia siria. También fue el pistoletazo de salida al terrorismo, y de nuevo comenzaron los jaloneos entre diversas etnias que conforman la población libanesa. El futbol también sufrió porque la Federación de Futbol de Líbano mantuvo a la liga sin público durante seis años para evitar desmanes. Todo el avance que se había logrado con esa Copa Asiática inesperada se perdió, como también se perdió el interés en la liga local. Para cuando pudo haber de nuevo gente, las asistencias a los estadios habían bajado considerablemente, y encima les cayó el escándalo de amaño de partidos en 2013 que acabó por sepultar el poco prestigio que tenía el futbol libanés. Ahora la gente prefiere ver el futbol de fuera, con mayor nivel y transparencia.

El atentado generó un cambio mucho más sutil en la liga libanesa: la pérdida de poder de al-Ansar y al-Nejmeh. De hecho, al-Ansar tuvo una sequía de 14 años sin título que rompió en 2021, mientras que la última estrella de al-Nejmeh (valga la redundancia) es del 2014 y no parece haber fecha para volver a ganar la liga. Los dos grandes clubes pro-Hariri se vieron sorprendidos cuando entraron dos fuerzas más a disputarles los torneos. El primero era Safa y todos sus drusos que experimentaron una verdadera época dorada: ¡tres títulos en la década pasada! El otro es un club llamado al-Ahed que comenzó a ganarlo todo a su paso. En poco tiempo se han colocado dentro de los más ganadores, y de hecho son los campeones vigentes, ¡ganando la temporada pasada invictos! Este equipo está ligado a la comunidad musulmana chií y es la cara deportiva de Hezbollah. Quizá este es el caso más claro de cómo el futbol libanés va de la mano con la situación política. Esta es su historia.

Safa, club de drusos

Política de Líbano para dummies

Hay dos palabras que caracterizan la política del Líbano: compleja y polarizada. En Líbano no existe un grupo mayoritario, sino que está conformado por distintas minorías. En su gobierno, de tipo parlamentario, se les asigna a los 17 grupos minoritarios los cargos políticos de forma proporcional. Ahora bien, de los tres principales cargos de poder del país, el de presidente es asignado a un cristiano maronita, el de primer ministro a un musulmán sunita y el de presidente del parlamento a un musulmán chiíta. Recordemos antes de continuar que hay una gran diferencia entre los musulmanes sunitas y los chiítas, pues son dos grupos con profundas diferencias políticas, culturales, históricas y religiosas (pronto las veremos a detalle con la rivalidad entre Irán y Arabia Saudita). Entre los demás grupos minoritarios en el parlamento libanés se encuentran más grupos cristianos como los ortodoxos orientales, los armenios ortodoxos y los armenios católicos, y del lado musulmán los alawitas. Los drusos también cuentan con asientos en el parlamento y lugares en el gobierno.

Un ejemplo de reparto del parlamento libanés

En teoría, la forma en la que se reparte el poder en el parlamento libanés es un indicio de un país democrático, cuyo sistema político sirve para darle voz y representación a cada uno de los grupos. Incluso en la página del gobierno libanés se lee que su sistema político está basado en los principios de “separación, balance y cooperación entre poderes”. Sin embargo, la realidad es que los principales cargos de poder político son repartidos de esta manera gracias al Pacto Nacional (الميثاق الوطني) de 1943, que lo estableció así porque en esos tiempos los cristianos maronitas, los musulmanes chiíes y los sunitas conformaban los grupos élites del Líbano. 

Y como la corrupción también es un ingrediente clave en la receta de la política libanesa, los funcionarios se pelean por los departamentos de gobierno más lucrativos y las personas poderosas ofrecen lugares en el gobierno por nepotismo y a cambio de lealtad. En pocas palabras, el sistema ha logrado acentuar más las diferencias y los intereses de cada uno de sus grupos. La corrupción en la política libanesa ha afectado gravemente a los ciudadanos, quienes se encuentran sumidos actualmente en unas de las crisis económicas y financieras más graves desde mediados del siglo XIX, según el Banco Mundial. 

Imagen sacada de Reddit que muestra el compás político. Está en inglés

Por cierto, también existe un grupo muy interesante entre los minoritarios del Líbano que es el de los drusos. Los drusos son una comunidad étnicamente árabe y de habla árabe que están concentrados en Siria, Israel y el Líbano, con una población total de un millón aproximadamente. Su religión incorpora creencias del islam, el judaísmo y el cristianismo, y también tiene influencia del hinduismo y de la filosofía griega. Es una comunidad que protege mucho sus creencias y tradiciones, por lo cual no muestran ni comparten su religión con los demás grupos. En el Líbano habitan alrededor de 234.000 y, a pesar de ser una comunidad pequeña, han logrado participar en la política libanesa. Sin embargo, se ha visto dividida por rivalidad entre facciones dentro de la misma. 

¿Qué es Hezbollah?

Hezbollah, o también conocido como Hezbolá o Hizbulá (حزب الله), es una organización islámica musulmana chií libanesa la cual significa «El partido de Dios». Cuando Israel invadió el Líbano en 1979, Irán mandó un grupo de alrededor de guardias revolucionarias que estaban operando en Siria a Líbano, de las cuales algunas se movieron al norte y comenzaron a reclutar y movilizar chiíes para un nuevo grupo anti-israelí. Así fue como nació Hezbollah. Tiene la reputación de ser un «Estado dentro de un Estado» por contar con un partido político, un brazo militar y una organización social que cuenta con un gran aparato de seguridad y provee servicios sociales, médicos y de educación en Líbano. Hezbollah nace y se ve a sí mismo como un grupo chií de resistencia, que surgió en la guerra civil libanesa y luchó contra Israel cuando éste invadió Líbano en 1982. 

Su ideología está consagrada en el manifiesto de 1985, con el cual afirman sacar a los poderes occidentales del Líbano, llaman a la destrucción del Estado de Israel, y prometen lealtad al supremo líder iraní, el ayatolá Khomeini (آیت‌الله خمینی). Lo último se entenderá más adelante. Hezbollah ha experimentado mucho cambio y evolución a través de las décadas, cambiando su estrategia y posturas sobre diferentes aspectos y adaptándose a la realidad. Un ejemplo de esto es que, a pesar de que uno de sus objetivos ideológicos centrales es fundar un Estado Islámico, aceptó participar en la política multirreligiosa libanesa incluso hasta convertirse en un actor principal. 

Crédito: AP Photo/Mohammed Zaatari

Su líder, Hassan Nasrallah (حسن نصر الله), es el tercer secretario general del Líbano y llegó al poder en 1992 después de que Israel asesinara al líder anterior y cofundador de la organización, Abbas al-Musawi (عباس الموسوي). Nasrallah es excelente comunicándose con las masas y se ganó a la gente usando el populismo como estrategia. Creó una red muy elaborada de programas de bienestar social, de la que muchos libaneses se beneficiaron. También creó una cadena de televisión llamada al-Manar (المنار), «el faro», cuya sede se encuentra en Beirut y que ofrece noticias, programas de comentarios y entretenimiento con subtítulos en árabe, hebreo, francés e inglés que llega hasta Europa, aunque en algunos países está prohibida debido a su discurso altamente antisemita. 

Hezbollah como tal tiene una rama militar y otra rama política, y la política representa el partido libanés islámico con mayor influencia en la actualidad. A pesar de que el plan inicial de Hezbollah no era formar parte de la política, entendió que tener presencia ahí le ayudaría a obtener y mantener el poder, así como alcanzar sus intereses políticos, económicos y sociales. Forma parte de una coalición llamada Alianza 8 de Marzo (تحالف 8 آذار), donde también se encuentra el partido cristiano Movimiento Patriótico Libre (التيار الوطني الحر), que es el partido con más peso de la coalición y cuyo líder es el actual presidente del Líbano, Michel Aoun (ميشال عون). Esta alianza le ha permitido a Hezbollah no solamente actuar por detrás del presidente, sino que también le ha permitido tener por años una mayoría en el parlamento. 

Crédito: REUTERS/Aziz Taher

En el 2018, Hezbollah y sus aliados ganaron 72 de los 128 lugares del parlamento, un gran triunfo y crecimiento en influencia si lo comparamos con los 44 que obtuvieron en el 2009. Las protestas en Líbano de 2019-2020 junto con la crisis económica y financiera han jugado en contra de este grupo chií, ya que perdieron la mayoría parlamentaria, pero no nos adelantemos. Lo más importante de todo esto es que Hezbollah a través de la política ha logrado legitimidad, influencia, poder y seguridad para continuar operando en sus actividades fuera del Estado.

Con su brazo activo, Hezbollah es bastante singular. La parte más «polémica», por llamarlo así, de Hezbollah es su historial de ataques terroristas a nivel global. Entre los más sonados, están el ataque suicida en la Embajada de Israel en Argentina en 1992 y el atentado de las Torres Khobar de Arabia Saudita en 1996. Algunos países, entre ellos Israel, Estados Unidos y Canadá, designan a Hezbollah como un grupo terrorista. Otros únicamente nombran a su rama militar de esa manera, sin entrometerse con la rama política, como la Unión Europea. También se le atribuyen algunas victorias y altas resistencias contra Israel, como su lucha contra las Fuerzas de Defensa Israelíes en la Guerra del Líbano del 2000, y fue quien llevó a Hezbollah hacia el ámbito nacional, estableciéndose a sí mismo como líder político. 

Hezbollah cuenta con alianzas estratégicas con algunas de las facciones drusas, como con el Partido Socialista Progresista (الحزب التقدمي الاشتراكي) que también forma parte de la coalición 8 de marzo, pero no tienen buenas relaciones entre ellos. El Instituto del Medio Oriente incluso acusa a Hezbollah de crear alianzas con grupos drusos que son hostiles a dicho partido, que es el partido druso más grande en el Líbano, con el fin de dividir y debilitar a la comunidad en general.

Apoyo internacional de y hacia Hezbollah

Ya mencionamos arriba que el ayatolá Khomeini es la autoridad máxima de Hezbollah. Esto va en línea con Irán, ya que es su principal proveedor financiero, militar y logístico. Sin embargo, desde que Hezbollah ha estado bajo el liderazgo de Hassan Nasrallah, el grupo ha comenzado a operar de manera más independiente para legitimar su papel político en el Líbano. Digamos que, antes, Hezbollah era una extensión de Irán, mientras que ahora su relación es recíproca y su alianza les sirve a los intereses de ambas partes, aunque claramente existe una codependencia de Hezbollah en Irán por el financiamiento que le brinda. 

Hezbollah opera en puntos estratégicos para Irán para mantener control e influencia en la región y más allá de Líbano, como en Yemen, Irak, Siria y los territorios palestinos. En Siria, ambos unieron sus fuerzas para pelear del lado del presidente Bashar al-Assad (بشار الأسد) en la guerra civil, y cuando Estados Unidos asesinó al comandante iraní Qasem Solemaini (قاسم سلیمانی), Hezbollah juró vengarse del país norteamericano (ya mencionamos alguna vez este asesinato en este texto). En Yemen están inmersos de lleno con la Guerra Civil cuando apoyan de manera manifiesta a los líderes houthi. Y sus acciones también abarcan puntos importantes de América Latina. Los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez y Nicolás Maduro, se han reunido con sus líderes (aquí puedes saber más del futbol bajo el chavismo), y mantienen células que se dedican al narcotráfico y planeación de atentados terroristas. Tienen interés especial en Cuba y la frontera de México con Estados Unidos, y presidentes como Rafael Correa en Ecuador, Evo Morales en Bolivia y Daniel Ortega en Nicaragua, le han brindado apoyo sin dudarlo.

Créditos: REUTERS/Omar Sanadiki – RC1DC3A73A00

Mientras tanto también han recibido apoyo económico y armamentístico de Corea del Norte y de Qatar. Sería un error también pasar por alto la cooperación que a veces tienen con Rusia. De este primer país más o menos se infiere por la cercanía de la nomenklatura norcoreana hacia la teocracia iraní, mientras que en el último caso es parte de una política de apoyo hacia los grupos islámicos como Hamás (حماس) en Palestina (aquí más información) y la Hermandad Musulmana (الإخوان المسلمون) en Egipto (más info aquí), sin olvidarnos que es el principal aliado de Irán dentro del Mundo Árabe desde el bloqueo de 2017. Y por último, hubo reportes de que Hezbollah mandó soldados al conflicto con Ucrania, pero el Ministro del Exterior Sergei Lavrov (Сергей Лавров), no lo confirmó.

Finalmente, y lo más relevante para nuestro tema, ha usado también estrategias de incorporación de juventudes para unirse a las filas de Hezbollah: dos redes educativas desde nivel preescolar hasta bachillerato, la movilización educativa (nivel superior) y la movilización por deportes. El objetivo es ganar prestigio dentro del país y entusiasmar a los jóvenes chiíes. Abarcan diferentes disciplinas y reciben continuo apoyo del gobierno. Es que el Ministro de la Juventud y Deporte (وزير الشباب والرياضة), Muhammad Fneish (محمد فنيش), es oficial de Hezbollah. El deporte más socorrido es el futbol. Más allá de las actividades para la población (torneos, campamentos), también tienen su equipo dentro de la liga libanesa, por más que lo nieguen. Te presentamos a al-Ahed.

Historia de al-Ahed

Nos tenemos que ir al sur de Beirut, en el suburbio de Dahieh (الضاحية). Sin contar los campamentos de refugiados palestinos, aquí más de 450.000 habitantes viven. Se trata de una región con mayoría chií (85%). En los periodos después de la independencia, las personas aquí simpatizaban no solamente con ideas de izquierda, sino también con el panarabismo, lo que realmente no le gustaba al presidente Camille Chamoun (كميل شمعون). En 1964 surgió aquí un club de futbol llamado al-Ahed al-Jadeed (العهد الجديد), literalmente «el pacto nuevo». Con Mouhieddine Anouti (محي الدين عانوتي) como presidente, realmente los sueños de grandeza no estaban a su alcance al deambular en la tercera división.

Por los años 70 se tuvieron que mover al barrio de Msaytbeh (المصيطبة), ya en pleno Beirut, y jugaron con el nombre de Club Islámico al-Huda (نادي الهدى الإسلامي), pero, como todo el futbol, tuvieron que parar por la Guerra Civil. Cuando comenzaron a bajar las hostilidades, Anouti retomó de nuevo el nombre de al-Ahed al-Jadeed, pero anteponiéndole Nejmet (النجمة, la estrella). Eso fue en 1984. Por alguna razón que hasta la fecha escapa, no revivió el futbol en ese preciso instante. Al año siguiente cambió de dueño y ahora el presidente era Mohammed Assi (محمد عصي). Le garantizaron un lugar en la segunda división. Después, Assi tendría vínculos probados con Hezbollah, con lo que comienza ahora sí nuestra conexión entre futbol y política.

10 años pasaron en segunda división, y en ese lapso se quedó de manera dramática en segunda, cuando un empate los privó del ascenso anhelado en 1989. En 1992 cambiaron de presidente, y ahora quien quedó en su lugar fue Abdo Saad (عبد سعد). No creas que se marchó Assi; hasta la fecha sigue como Secretario General. Saad se quedó en los playoffs para ascender una vez, pero no fue suficiente. De todas maneras, cabe destacar que Saad les dio el nombre actual de al-Ahed (العهد), «el pacto» porque querían algo con un significado coránico. Sea como fuere, ahora fue el turno de Amin Sherri (أمين شري), quien sí logró el objetivo en menos de un año. Así, en 1996, al-Ahed por primera vez llegaba a Primera División.

De su primera temporada podemos decir que cumplió. Empató la mitad de los partidos que jugó (23) y eso le permitió navegar más o menos tranquilamente para acabar en un respetable sexto lugar. No pintaba realmente mucho de ellos, más que ser una mera comparsa. Duraron así dos temporadas más. La temporada 1999-2000 fue muy dolorosa por la manera en que descendieron. Tuvieron una carrera parejera con Homenetmen, pero en la penúltima jornada perdieron en casa por la mínima. Ahora ellos debían ganarle a Homenmen y esperar que no ganara Homenetmen. Con un empate sin goles, al-Ahed perdió la categoría.

Victorias imparables

Tras el regreso a Primera, Sherri dio paso a Osama al-Halabawi (أسامة الحلباوي), un empresario del sur de Beirut. De manera casi coincidente, al-Ahed se convirtió en un equipo que buscaba ganar todo. Dieron su primer aviso en 2002, cuando quedaron terceros, llegaron a la final de la Copa de Líbano (كأس لبنان), a la final de la Elite Cup (كأس النخبة, copa entre los seis mejores de la liga). Siguientes años, y al-Ahed seguía dando advertencias de que había que andarse con cuidado. Conquistaron dos veces la FA Cup, una copa de la Federación (كأس الإتحاد, Copa de la Liga) y una Supercopa (كأس السوبر, entre el ganador de la liga y la copa de Líbano). Y sí, por esas fechas fue el atentado a Rafic Hariri. Las cosas no serían las mismas.

Nos vamos a la temporada 2007-08. Sin gente en el público, las cosas lucen mucho menos interesantes que de costumbre, pero los partidos han estado de buen nivel, sobre todo entre al-Ahed y los clubes grandes, al-Ansar y al-Nejmeh. En la penúltima jornada al-Ansar llega como líder con 47 puntos, por 44 de al-Nejmeh y 43 de al-Ahed. al-Ansar se mide en casa contra al-Ahed; si ganan, habrán dado un paso importante para ganar su tercer título consecutivo. Pues al-Ahed ganó 2-0 y al-Nejmeh se impuso por la mínima. ¡Hay liga, señores!

26 de junio de 2008. Mira cómo se ponía todo: al-Ansar era alcanzado por al-Nejmeh, pero este último era líder por diferencia de goles (ambos con 47 puntos), y al-Ahed estaba apenas un punto abajo de ellos. Para poner más calientes las cosas, la última jornada era el derbi del Líbano, mientras que al-Ahed iba a Tiro a jugar contra Tadamon. Para ganar el título, ambos tenían que ganar. ¿Si empataban? Era muy arriesgado porque una victoria de al-Ahed les dejaba con la mano en la cintura e iba contra un equipo que se conformaba con haberse salvado un torneo más. Sucedió el último escenario: empate en el derbi y al-Ahed hacía su tarea al ganar 2-1. ¡había ganado su primera liga!

A partir de ahí, al-Ahed se convirtió en la fuerza que dominaba todo a su paso. En 14 años ha ganado ocho ligas, cuatro FA Cups, cinco Elite Cups y siete supercopas. En dos ocasiones se proclamaron campeones invictos (2009-10 y 2017-18). En 2011 se convirtieron en el primer equipo en ganar el triplete y el cuadruplete al mismo tiempo cuando lo conquistaron todo. En Asia las cosas pintaban también de manera esperanzadora, cuando llegaron a las semifinales de la Copa AFC en 2016. 

Identidad de Hezbollah en al-Ahed

El Primer Ministro de Israel Benyamin Netanyahu (בנימין נתניהו) se caracteriza por sus declaraciones antiárabe salidas de tono, pero siempre tiene su megáfono dispuesto a atacar (ya lo vimos en su momento). Se le ocurrió la puntada de soltar en mera sesión plenaria de la ONU que, en el estadio de al-Ahed, Hezbollah tenía escondidas tremendas armas para las batallas de cara a cara y con ventaja muy bien librada (perdón, me encanta Café Quijano. Lola es un temazo). Ya hablando en serio, en el estadio de al-Ahed, Hezbollah tenía escondidos misiles. Por supuesto esto fue negado por el Ministro de Relaciones Exteriores de Líbano, Gebran Bassil (جبران باسيل)… que hizo su alianza con Hezbollah desde hacía antes.

En realidad, cuando el río suena, es porque agua lleva. al-Ahed no oculta la influencia de Hezbollah, empezando por sus colores. El apodo de al-Ahed es “el castillo amarillo” y de amarillo juega, compartiendo el mismo color de Hezbollah. Mantiene un vínculo con su sección deportiva. Tiene también una cooperación con el club iraní Sepahan (سپاهان), que también juega de amarillo. Durante mucho tiempo apareció la televisora al-Manar como patrocinador principal de la camiseta. Y varios altos rangos de Hezbollah pasaron por la Comisión Directiva de al-Ahed. Cuando ganaron la liga en 2017, el presidente Tamim Suleiman (تميم سليمن) le entregó el trofeo a Nabil Qaouk (نبيل قاووق), oficial de alto rango en Hezbollah, quien a su vez se lo dio a Hassan Nasrallah.

Serán el equipo que más gana en los últimos años, pero todavía no generan la raigambre de los clubes más tradicionales del futbol libanés. Apenas llegan a reunir la friolera de 2.000 espectadores por partido. Casi todos ellos pertenecen al grupo “Ultras Yellow Inferno”, y casi todo ellos son ultras que están alineados con Hezbollah. Por ahí de la temporada 2015-16 quisieron ponerse creativos para captar más asistencia y durante esa temporada ofrecieron la promoción de un falafel gratis en la compra del boleto. Y con el amor-odio que el común de la población siente por Hezbollah, mucho menos gente nueva acude

Quizá la historia más trágica que rodea al futbol, a Hezbollah y a al-Ahed es la que le sucedió a Qassem Shankha (قاسم شنخة). Él era uno de los prospectos juveniles más talentosos por ahí del 2016, e incluso ya había debutado con el equipo principal. Lo que sucedió es que él creció en Burj al-Barajneh (برج البراجنة), donde Hezbollah está muy presente. Claro, se dejó seducir, y apenas con 19 años de edad se enroló a sus filas para combatir en defensa de al-Asad en Alepo. Cayó en combate, y le dieron funeral de mártir. Los aficionados de al-Ahed dejaban ofrendas para honrar su muerte y para obtener suerte para sus partidos. ¡Vaya si no funcionó esto!

El año mágico 2019

2019 debía ser un año importante para el futbol libanés. Habían logrado clasificar a la Copa Asiática por primera vez en 19 años y había cierto optimismo para que los clubes libaneses pasaran de fase de grupos en la Copa AFC. Por ello, la liga tenía que estar a la altura si en verdad querían mantener ese avance. No sucedió así. Fue una de las peores temporadas desde el asesinato de Rafic Hariri.

al-Nejmeh cambió de técnico dos veces a lo largo de la temporada, al-Ansar despidió a su entrenador apenas a una semana de iniciar el campeonato. Tadamon Sour no tenía ni eso, ni presidente. Nabi Chit (النبي شيت) cambió de nombre a Bekaa (البقاع) para atraer a más inversionistas… terminaron descendiendo. En general, casi todas las transferencias se consumaron sobre el final del mercado de verano. Encima, la actuación de los árbitros era paupérrima, y al-Ansar y al-Nejmeh amenazaron con retirarse si la cosa no mejoraba. Y para colmo, resurgió el fantasma del amaño de partidos, ante lo cual la Federación Libanesa prefirió pretender que no pasaba nada. Ni hablamos de la participación de libaneses en la Champions Árabe: en primera ronda les tocó jugar contra al-Ahly (الأهلي) egipcio (al-Nejmeh) y el Raja Casablanca (الرجاء) marroquí (Salam Zgharta); nada que hacer.

Por eso no fue sorpresa que al-Ahed ganara con 10 puntos de ventaja sobre al-Ansar. Con esto ganó el tricampeonato en fila prácticamente sin sudar, replicando el honor que tenía precisamente «el líder verde» durante los años 90. al-Ahed realmente no cometió esos pecados y se dedicaron a jugar. Al casi no tener competencia, aprovecharon para debutar a juveniles que venían haciendo bien las cosas como Hussein Monzer (حسين منذر), Mohamad Kdouh (محمد قدوح) y Khalil Khamis (خليل خميس). Al final quedaron dentro del 11 inicial. Y de lo que hablaba todo mundo en Líbano: estaban intratables en la Copa AFC.

La Copa AFC es un torneo de segunda categoría en Asia. Como aquí se reúnen las ligas secundarias, la variedad es la norma y la organización es bastante peculiar, por lo menos para 2019. Empezamos con que, de 36 equipos de fase de grupos, clasifican ¡11! Son tres grupos para Asia Occidental, uno para Asia Central, otro para el Sur de Asia, tres para ASEAN y uno más para Asia Oriental. 

al-Ahed terminaba en el grupo C, con al-Suwaiq (السويق, campeón de Omán), al-Qadsia (القادسية, subcampeón de Kuwait), y Malkiya (المالكية, cuarto lugar de Bahréin que rompió una racha de 49 años sin título en 2017). A base de un juego ordenado, al-Ahed sacó cuatro victorias y dos empates para avanzar cómodamente como líder de grupo. No vale la pena hablar de al-Nejmeh: ¡un punto de 18! Para ese entonces, al-Ahed ya estaba celebrando su tercer título en fila.

Duelo con al-Suwaiq. Crédito: Stringer / Lagardere Sports

Venía lo serio. En la semifinal de zona se medían a al-Wehdat (الوحدة), campeón de Jordania (aquí puedes ver su rivalidad contra al-Faisaly). Se llevaron un valioso 1-0 de Ammán y con un empate sin goles avanzaron a la final de Asia Occidental con al-Jazeera (الجزيرة), también jordano, pero campeón de copa. El partido sería hasta finales de septiembre. Ahora hicieron tablas sin goles en Ammán para ganar en casa. Habían pasado a la final de la Copa AFC, y había con qué para ganarla.

Crédito: Stringer / Lagardere Sports

La final de los equipos underdog sin televisión: la final de Copa AFC 2019

al-Ahed estaba en una gran posición para hacer historia. Hasta ese entonces solamente los clubes libaneses habían logrado meterse dos veces a la final sin poderla ganar: al-Nejmeh (2005) y Safa (2008). En ambos casos perdieron con clubes árabes. Ahora no sería así. Les tocaba jugar también con el representante de una liga enigmática que desde ya hacía historia, Corea del Norte. Se enfrentaban al 4.25 Sports Club.

Como todo en Corea del Norte, la liga es hermetismo y prácticamente una competencia entre instituciones. El 4.25 (4.25체육단) es el equipo del ejército y tiene un dominio indiscutible sobre la liga norcoreana (19 títulos). Su nombre responde a la fecha en la que Kim Il-sung (김일성) empezó su guerrilla contra los invasores japoneses en 1932. Sus jugadores, tanto en la rama varonil como en la femenil, son considerados oficiales. Por ello, no puede haber extranjeros en su plantilla. En Asia iban poco a poco escalando: primero las semifinales interzonales en 2017, luego la final interzonal 2018. En esta ocasión se habían reventado a clubes de Hong Kong y Taiwán en fase de grupos, luego remontaron la eliminatoria en semifinal interzonal ante el Abahani Limited Dhaka (ঢাকা আবাহনী লিমিটেড, campeón de Bangladesh) y luego vencieron al Hanói (campeón de Vietnam) por goles de visitante. Eran así el primer club de Corea del Norte que llegaba a la final de un torneo.

Venía un club norcoreano contra un club con clara alineación a Hezbollah; ya de por sí era algo que despertaba mucha expectativa no solamente en Asia, sino en todo el mundo apasionado del futbol underground. Y encima, nadie podría ver el partido por televisión. Es que cada final de la Copa AFC enfrenta en un partido único a Asia Occidental y Asia Oriental, y con cada año se alternan la localía en el estadio. Entonces, ahora le tocaba jugarse en Pyongyang. Pero, poco antes, el gobierno de Kim Jong-un (김정은) prohibió la transmisión y grabación de los juegos de futbol. Teníamos una situación por demás sui generis: la definición del segundo torneo de prestigio en Asia sin aforo y sin audiencia.

Y por si las cosas no podían complicarse más, en octubre Corea del Sur jugó por primera vez en Pyongyang. En un partido con ambas Coreas técnicamente en guerra (más información aquí y aquí) en casa del enemigo era más o menos entendible que no hubiera ni siquiera prensa, pero la final de la Copa AFC era otra cosa. Empezó el estira y afloja dentro de la AFC para cumplir con las obligaciones comerciales, hasta que finalmente el 4.25 aceptó jugar en Shanghái, China; era la vieja confiable, si nos permites decirlo (para Sudáfrica 2010 Corea del Norte jugó aquí de local contra el Sur). Finalmente, hubo un cambio más, cuando se postergó del 2 al 4 de noviembre y, en lugar de Shanghái, se mudó la sede a Kuala Lumpur, Malasia.

El partido en realidad fue siempre para al-Ahed. Si de entrada había una diferencia en niveles, la expulsión del guardameta An Tae-song (안대성) al 25’ vino a poner el partido más cuesta abajo. Nunca se vio amenazado y al 75’ el ghanés Issah Yakubu marcó el 1-0 al cabecear un lindo centro. Todavía Hussein Monzer pudo incrementar la ventaja casi en las postrimerías del encuentro, pero falló increíblemente con el arco abierto de par en par. De todas maneras, al poco tiempo silbó el árbitro. ¡al-Ahed era campeón! Gran parte de este triunfo se debió a la soberbia actuación de su arquero Mehdi “La Montaña” Khalil (مهدي الجبل خليل). Su 1,96 m de estatura, aunado a sus reflejos, ayudó a bajar la cortina de al-Ahed durante los últimos cinco encuentros. Por todo esto fue nombrado MVP de la competencia.

Con este triunfo, al-Ahed se convertía en el primer club libanés en ganar un torneo asiático. No era para menos, y nada más llegar a Beirut, rentaron un camión para festejar con todos los suyos. Y lógicamente se dejaron ver las banderas hacia Hezbollah. El poder alterno chií gritaba a los cuatro vientos tamaño logro.

Futuro incierto para Líbano

Las protestas masivas en el Líbano que comenzaron en octubre del 2019 y continuaron en el 2020 hablan mucho sobre el hartazgo de la sociedad civil libanesa de la crisis económica del país, el mal manejo de las políticas públicas, la corrupción y del establishment político. Aunado a eso, la crisis sanitaria del COVID-19, la explosión del puerto de Beirut en agosto del 2020 y más recientemente las consecuencias globales de la guerra en Ucrania sólo empeoraron las cosas y agravaron la ya preocupante situación económica y financiera. En mayo del presente año hubo elecciones parlamentarias por primera vez desde las protestas, y el deseo de un cambio se vio reflejado en las elecciones: Hezbollah y sus aliados chiíes y cristianos perdieron la mayoría en el Parlamento del Líbano, mientras que el nuevo bloque de oposición que surgió de las protestas de octubre obtuvo 13 asientos de los 128. Los candidatos independientes, también resultado de las protestas, obtuvieron 16. Pero el establishment obtuvo de nuevo una mayoría. 

Crédito: The New Arab

Lo anterior puede ser analizado e interpretado de distintas maneras, pero resumido y generalizado en dos ideas principales: por un lado, los resultados de las elecciones se podrían interpretar como el comienzo de un cambio, que va en dirección a la reforma política. Por el otro, se podría pensar que si, con tantos de estos puntos máximos de crisis, no lograron inducir un cambio radical en el parlamento, habla de un sistema profundamente arraigado que será muy difícil de cambiar. Algo que tiene a favor el orden político actual es que la gente se encuentra en condiciones tan difíciles, que muchas personas más que tener posibilidad de pensar en un cambio piensan en su supervivencia, y dependen del partidos y líderes políticos tradicionales para satisfacer sus necesidades básicas.

Créditos: Ibrahim Chalhoub / AFP

En cuanto al futbol libanés, nos encontramos en una situación bastante incierta. Por un lado, de rebote se metieron a la Copa Asiática de China 2023. Decimos de rebote porque Corea del Norte se retiró por Covid y terminó como uno de los mejores segundos para avanzar. Durante la fase final despertó cierta esperanza cuando llegó a estar con 7 puntos tras cuatro encuentros y aspirar al repechaje a Qatar 2022. Lo malo es que de ahí se cayó terriblemente. Eliminados de la Copa Árabe (imposible competir con Egipto y Argelia en un mismo grupo) y pésimas actuaciones en eliminatorias mundiales (apenas un empate en seis partidos). La derrota en casa 0-3 con Siria fue vergonzosa por el sistema de juego y por los desmanes producto de las relaciones entre ambos países. Parte se explica por la baja de la Montaña Khalil por seis meses debido a una lesión. De todas maneras, la Federación Libanesa ya tomó cartas en el asunto y empezó una política muy agresiva de naturalización (más información aquí). Tienen ahora a Bassel Jradi (باسل جرادي, danés), los hermanos Melki (suecos, mencionados aquí), Omar Chaaban (عمر شعبان, alemán), Soony Saad (سوني سعد, estadounidense), Hady Ghandour (هادي غندور, inglés) y Gibrán Lajud (جبران لهود, mexicano).

En la liga no parece que las cosas vayan a cambiar de curso. al-Ahed defiende su título y parece que de nuevo no tendrá quién le haga sombra. al-Nejmeh acaba de perder a jugadores clave como el lateral izquierdo Abdallah Aich (عبدالله عيش, a al-Ansar) y los delanteros Mahmoud Siblini (محمود سبليني, a al-Ahed) y Mohammad Ghaddar (محمد غدار, retiro). De acuerdo con el portal Transfermarkt, al-Ahed es la plantilla más valiosa de Líbano, con €5 millones. La conquista de la Copa AFC permitió que la Premier League libanesa escalara posiciones en el ránking para ligas, y por ello por fin podrá meter a un equipo a Champions League, cuando menos desde play-offs. Mientras tanto, al-Ahed seguirá formando la base de la selección libanesa, con jugadores como el defensa Nour Mansour (نور منصور), el mediocampista Mohamad Haidar (محمد حيدر) y el delantero Rabih Ataya (ربیع عطایا).

Nuevo Escudo

Si se confirma esta tendencia, podremos hablar de que se acabará el paralelismo entre el dominio de Hezbollah en la política, y el de al-Ahed en el futbol. De todos modos, los caminos de ambos rubros estarán inexorablemente intrincados. Orientaciones políticas, religiones, tribus, grupos étnicos… todo eso conforma la olla de presión que tiene Líbano. Cuesta a veces trabajo dimensionar todo el tejido social y cultural que fascinan hasta el más escéptico. Líbano es más que una diáspora enriquecida, es más que mujeres hermosas y enigmáticas (déjame ser, ¡me embelesan las mujeres de origen libanés!). Líbano es un pueblo que nos apasiona y que nunca deja de levantarse. Futbol y política son parte de este entramado.

Muchas gracias por su ayuda, chicos. Ha salido un gran texto hablando sobre relaciones que parecen lejanas. ¡Son bienvenidos cuando quieran regresar!

Fuentes

Tejwani, Karan. Football in the Eye of the Storm: The Beirut Derby. Breaking the Lines. 8 de diciembre de 2020
Khatib, Lina. Lebanon’s politics and politicians. Chatham House. 11 de agosto de 2021
Collard, Rebecca. How Sectarianism Helped Destroy Lebanon’s Economy. 13 de diciembre de 2019
Humud, Carla E. Lebanon’s 2022 Parliamentary Elections. 2022. Congressional Research Service Insight
Díaz, Juan Carlos. Líbano trata de emerger de su crisis más profunda con un empresario al frente del Gobierno. El País. 26 de julio de 2021
Blanford, Nicholas. Lebanon: The Shiite Dimension. Washington DC (2022). Wilson Center
Robinson, Kali. What is Hezbollah?. Council on Foreign Relations. 25 de mayo de 2022
Khatib, Lina. How Hezbollah holds sway over the Lebanese state. Chatham House. 30 de junio de 2022
Noriega, Roger F., y Cárdenas, José R. La creciente amenaza de Hezbollah en América Latina. American Enterprise Institute. 2011. pp. 1-8 
The Meir Amit Intelligence and Terrorism Information Center. Sports in the service of terrorism: Hezbollah’s Sports Mobilization conducts extensive sports activity, using it for indoctrinating and preparing youth to join the ranks of Hezbollah. 29 de julio de 2019
Levy, Uri. The Hezbollah Club. The Asian Game. 1° de noviembre de 2019
The New Arab. Lebanese footballer killed fighting with Hizballah in Aleppo. 6 de noviembre de 2016
Lanzón, Nahuel. Hilo de Twitter sobre Hezbollah y al-Ahed. Twitter. 24 de julio de 2018
The Meir Amit Intelligence and Terrorism Information Center. Soccer in the use of terrorism: Hezbollah’s Al-Ahed soccer team is used as a means by Hezbollah to increase its popularity and acquire legitimacy. 1° de septiembre de 2019
Elbers, Frank. How Politics & Globalization are Killing the Beautiful Game in Lebanon. Medium. 5 de septiembre de 2018
A. Nadim. Poor preparations, match-fixing and tensions between clubs and the FA result in worst domestic season in recent years. FALebanon. 1° de junio de 2019
Marca, Miguel. Esto es fútbol totalitario. De Chalaca. 31 de octubre de 2019
Fujioka, Atsushi. Lebanese League. RSSSF. Actualización constante
Transfermarkt.de. Perfil de al-Ahed
Middle East Institute. Divide and Conquer: The Growing Hezbollah Threat to the Druze. Octubre de 2019. 

Líbano tiene relaciones bastante agrias con Siria debido a la intervención de su presidente Bashar al-Asad, ya sea con la invasión de finales de los 90 o con el asesinato de Rafik Hariri. Nos vamos al norte, a este país bastante golpeado últimamente. En realidad, el futbol se ha jugado aquí a buen nivel. Incluso un club llegó a la final de la Champions League Asiática. ¿Cómo era el futbol hasta 2010 en Siria? Es lo que veremos la siguiente semana.

Recomendación musical 2

Café de Anatolia es un sello musical que te recomiendo escuchar. Combina chill out, techno, y deep house con música oriental. Hay videos de 3 horas con remixes para pasarla bien un rato. Fue fundado por la familia macedonia Iliev (Илиев) (el padre Zoran (Зоран) y los hermanos Monika (Моника) e Ilia (Илија)) cuando la hija estudiaba en Eslovenia. Desde 2017 hasta la fechan han fichado grandes artistas y se presentan por toda Europa Oriental y Medio Oriente. Una de las músicos que trabaja con ellos es la libanesa Ghenwa Nemnom (غنوى نمنم). Interpreta el qanun, una especie de arpa árabe. Estudió en el Conservatorio de Líbano y después de ir a Estados Unidos, dio la vuelta al mundo donde recolectó ritmos e influencias musicales. Regresó a Líbano para enfocarse en su carrera. Mezcla la música de occidente y oriente en un sonido rico, melodramático y altamente sugestivo. Esto la ha llevado lejos. Por ejemplo, estuvo amenizando el lounge del Sorteo del Mundial de Qatar. Aquí está una de sus canciones, la cual se estrenó en las ruinas del templo griego de la antigua Heliópolis, ahora Baalbeck. Se llama Echoes of the Temple.

Recapitulemos

Los clubes libaneses pertenecen no solamente a ciudades, sino también a etnias y religiones. al-Ansar y al-Nejmeh (suníes y pro-Hariri) ahora deben abrirle espacio a al-Ahed, club chií y ligado a Hezbollah. La política en Líbano obedece a un pacto de 1943 que buscaba reflejar esta diversidad otorgándoles ciertos puestos a los cristianos maronitas y musulmanes suníes y chiíes, pero en la actualidad ya no acompaña a la realidad. En este contexto surge Hezbollah, un partido político que se ha hecho fuerte con populismo y con dádivas sociales. Son leales al Supremo Líder de Irán, odian a Israel y han estado involucrados con atentados dentro y fuera de Líbano. Reciben apoyo de Corea del Norte, Qatar y Rusia y tienen presencia hasta en Latinoamérica. Hezbollah tiene una sección deportiva, dentro de la cual hay una afiliación de al-Ahed. Nació en 1964, pero hasta 1996 pudo ascender a Primera División. En 14 años han ganado todo: ligas, copas. El apoyo de Hezbollah se ve en todo: colores, relación con clubes iraníes, patrocinadores, jugadores mártires… Fueron el primer club libanés en ganar un torneo AFC, cuando vencieron en la final de la edición 2019 al conjunto 4.25 de Corea del Norte. Este juego tuvo el riesgo de no ser televisado. Las recientes elecciones en Líbano, donde Hezbollah y sus aliados sufrieron una derrota, arrojaron resultados ambiguos: o es un cambio lento, o es imposible desarraigar el viejo establishment. al-Ahed al parecer no tendrá competencia en la liga; es el club más rico de Líbano y por ahora es la base de la selección libanesa que jugará la Copa Asiática China 2023.

Nos vemos la siguiente. شوفي ما في! (Shufi ma fi!)

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Sebastián Alarcón
Soy Sebastián Alarcón, tengo 31 años. Aspiro a ser polímata. Junto futbol con geopolítica, sociedad, cultura, idiomas e historia y le agrego música para explicar el mundo. Escribo de futbol de la FIFA y fuera de ella. Si sientes la décima parte de lo que siento al escribir, mi misión está completa.

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