Múnich: Arquitectura en los templos de futbol de Múnich

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Grüss Gott! Via ged’s? Este es el saludo en bávaro, idioma germánico totalmente diferente al alemán que aprendemos normalmente, o Hochdeutsch. Espero que estés bien. La vez pasada tuvimos una escala exprés en el grupo E porque estuvimos en Sevilla hablando del carácter decano del futbol andaluz para España. Ahora llegamos al último grupo y comenzamos por Múnich, la sede principal, para conjuntar futbol y arquitectura.

Recomendación musical 1

Múnich fue la segunda ciudad alemana en recibir los Juegos Olímpicos detrás de Berlín (1936). Para tamaña cita deportiva, se requirió a un compositor de envergadura para el tema que identificara a esta justa olímpica que fue demasiado desangelada por circunstancias ajenas a ellos. Entonces, confiaron en Herbert Rehbein, compositor que hacía las delicias con canciones que interpretaban personas como Al Martino y Frank Sinatra. Así nació Olympia Fanfarenmarsch, que se popularizó en transmisiones deportivas a lo largo de América Latina, en países como Chile y Perú. Para los alientos metales, el responsable fue el líder de grandes big bands de jazz, el trompetista Max Greger, el primer músico alemán en tocar en clubes de jazz de Estados Unidos.

Soy comunicólogo deportivo y traductor, y por el tema que veremos en este texto no me he atrevido a hacerlo solo, sino que he invitado a dos arquitectos:

El primero es José de Jesús Loyola. Arquitecto por la Universidad Nacional Autónoma de México, radica actualmente en la capital mexicana. Ha desarrollado proyectos como casas habitación en Querétaro, Tláhuac, y un taller de oficios como sublimado y costura en Recoba, Tlaxcala. En el presente trabaja en un pequeño despacho como proyectista y simultáneamente en la remodelación de una casa en la ciudad de México. Ha colaborando en proyectos y construcción de edificaciones de Coca-Cola México. Ferviente entusiasta y apasionado de la música, aficionado del futbol profesional y practicante de futbol amateur. Defensor y usuario de la bicicleta como transporte universal para solucionar problemas en grandes urbes. Partidario de hacer de la arquitectura un medio transicional para el equilibrio ecológico. Síguelo en Twitter como @123chucho.

Tengo el orgullo de decir que el segundo arquitecto es mi hermano. Así es. Te presento a Patricio Alarcón. Egresado de la Universidad Autónoma Metropolitana Campus Azcapotzalco, ahora trabaja en despachos arquitectónicos enfocados a la construcción de hospitales, pero también participa en proyectos privados como remodelación de edificios de oficinas tanto al interior como al exterior. ¡Bienvenido, Pato!

De antemano, agradezco la invitación para colaborar en este medio llamado Editorial Puskás a través de mi hermano. Gracias a ti, Sebas, por involucrarme en tu proyecto, y por inspirarme. Espero que a ti, como aficionado al futbol, te apasione la relación entre este deporte con la arquitectura que evidenciamos en este texto.

Vamos al tema de esta semana

Alemania, potencia en arquitectura

Como aficionado al futbol, asumo que eres una persona que sabe que Alemania ha realizado muchas contribuciones al deporte, desde directores técnicos hasta sistemas de juego, pasando por clubes legendarios, y sin dejar de lado los cracks que nos engalanan con sus habilidades con el balón. Es que es simplemente un reflejo de lo que Alemania es, un pilar dentro de la sociedad occidental en varias facetas: economía, filosofía, literatura, matemáticas, música, ciencias, jurisprudencia, política y medicina, por solamente mencionar unos temas.

La arquitectura no escapa a la grandeza del pueblo alemán. Pueden correr tratados y tratados explicando todas y cada una de las contribuciones de Alemania a la arquitectura. Hasta el siglo XX, no hubo un solo movimiento arquitectónico “in Deutschland gemacht”, sino interpretaciones alemanas de arquitectura surgida en otros países:

  • Arquitectura romana, con la Porta principalis en el castellum de Saalburg.
  • Arquitectura románica (Renania), con las catedrales de Maguncia, Espira y Tréveris.
  • Arquitectura gótica (Francia), con la catedral de Friburgo y la Iglesia de Santa Isabel en Marburgo.
  • Renacimiento italiano, con la Iglesia de San Miguel de Múnich y el Moritzburg de Magdeburgo, o el neerlandés, con el Residenzschloss de Dresde y el Altes Rathaus de Leipzig.
  • El barroco de Francia, con el Palacio Nuevo de Potsdam, el Arsenal de Berlín y la Residencia de Wurzburg.
  • El neoclásico, con la Puerta de Brandemburgo y la Köningsplatz de Múnich.
  • El historicismo (neobarroco, neogótico, etc.), con el icónico Castillo de Neuschwanstein y la Catedral de Berlín.
  • Art nouveau francés (llamado aquí Jugendstil), con el museo de Mannheim y la colonia de artistas de Darmstadt.

Tras la depresión de la I Guerra Mundial, ya tenemos dos movimientos arquitectónicos netamente alemanes que influyeron en la arquitectura mundial moderna. El primero es la Bauhaus, con edificios funcionales, sencillos y libres de decoraciones, abogando por una arquitectura transparente y la revalorización de la función del objeto o edificio. Sea en Weimar, Dessau o Bernau, sus exponentes realizaban edificios accesibles, con espacios abiertos y salas comunes donde los vecinos pudieran reunirse y colaborar, balcones para acceder al exterior… La arquitectura no sería la misma sin la obra de su director, Walter Gropius. Como ejemplos tenemos la Ciudad Blanca de Tel Aviv, Israel, el pabellón alemán para la Expo Mundial de Barcelona 1929 y la sede de la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York.

El segundo movimiento arquitectónico es el deconstructivismo. Éste comenzó a finales de 1980 inspirado en la filosofía. Un precursor de este desarrollo fue Gottfried Böhm, por «roca concreta» como la Iglesia Maria, Köningin des Friedens en Neviges, en plena Westfalia. Otros ejemplos son el Museo del Diseño de Vitra (1989) en Weil am Rhein de Frank O. Gehry, Otro ejemplo es el Centro de Documentación Nazi Party Rally Grounds de Günther Domeing (2001) en Nuremberg y la Estación de Bomberos (1993) por Zaha Hadid. En Alemania, sentar las bases de un movimiento de renovación en todo el mundo se colocó en la arquitectura.

Biblioteca de Seattle

Alemania ha aprovechado cada momento para mostrar músculo arquitectónico para todo el mundo, y lo ha hecho en eventos como Juegos Olímpicos y los Campeonatos Mundiales de Futbol. La ciudad que ha acaparado los ojos de aficionados al futbol y a la arquitectura por igual es Múnich, sede de los Juegos Olímpicos de 1972 y del Campeonato Mundial de la FIFA en 1974 y 2006. Dos estadios suyos son la envidia del mundo: el Olympiastadion y el Allianz Arena. Los analizaremos desde un punto de vista arquitectónico..

El Olympiastadion, Alpes abstractos

El Estadio Olímpico (Olympiastadion) es un estadio multiusos terminado en 1972 en Alemania. Se considera de los recintos más importantes del Olympiapark (Parque Olímpico en español), el cual fue conjunto creado para albergar los Juegos Olímpicos del mencionado año y que en la actualidad representa un área verde y tranquila para la ciudad agitada de Múnich. Fue construido en un momento en el que Alemania necesitaba un estadio que cubriera la demanda y las expectativas que cada cuatro años se genera en torno a las sedes.

Por ello, fueron convocados los Arquitectos Frei Otto y Günter Behnisch, ambos con ideas diferentes respecto a la estética de sus propuestas. Por un lado tenemos a Otto, un visionario que pretendía romper los esquemas de las formas ortogonales, estableciendo un estilo de formas orgánicas y de plasticidad a sus obras, integrando los diferentes avances tecnológicos en materialidad. Gracias a su magnífica destreza en lograr esa yuxtaposición de elementos se le otorgó el Premio Pritzker en el año 2015. Por el otro, está Behnisch, un máximo exponente del deconstructivismo y que sin duda experimenta en sus obras hasta donde podemos manipular los rasgos más elementales de la construcción, creando vigorizantes formas geométricas aparentemente descontroladas e impredecibles.

Frei Otto

El recinto tuvo dos intenciones principales para su concepto: mediante la forma imitar la línea que dibujan los Alpes, y dotar de unidad, ligereza y luz a todos los edificios dentro del complejo olímpico, en lugar de separar mediante sus formas a cada uno. Estas ideas se mezclaron con la de aprovechar el terreno, sus desniveles y demás características condicionantes en beneficio del inmueble; una de ellas fue retirar material del terreno para construir la zona de espectadores, en lugar de construir una estructura que soportara la misma a mayor altura. Todo esto tuvo una línea subyacente de proteger al público de las inclemencias climatológicas de Baviera, pero que la transitabilidad del viento fluya de manera gradual, recreando una unión de sensación de libertad y protección que siempre respiramos en los espacios.

Günter Behnisch

Los arquitectos y diseñadores fueron una suerte de pioneros en el uso de computadoras para el cálculo de las estructuras que propusieron debido a que la fabricación de numerosas piezas de diferentes dimensiones requería de mayor precisión y rapidez.

Emplazamiento y contexto

El Olympiapark, que contiene al mencionado estadio, colinda al norte con la avenida Georg-Brauchle, al oeste con la avenida Landshuter, al este con una zona de áreas verdes y la calle Lerchenauer, y finalmente al sur con oficinas gubernamentales alemanas. Además, cerca de aquí se encuentra un concesionario y fábrica de BMW y un museo.

Todo el terreno era utilizado por el ejército alemán como zona de prácticas, y después de la II Guerra Mundial los escombros fueron llevados hasta ahí para convertirse en las colinas actualmente conocidas.

Como todo recinto olímpico, el Olympiapark cuenta con diferentes inmuebles para cada disciplina: un lago para deportes acuáticos, pista de ciclismo, una alberca techada, anfiteatro, pabellón olímpico, pista de patinaje sobre hielo, un acuario, capilla, e incluso una torre de televisión de 290m. Como se puede ver en la imagen los elementos están separados y se vinculan por sendas peatonales. El complejo es enorme, pero el concepto de las cubiertas orgánicas que lo resguardan es sencillo. 

Construcción

Con un aforo original de 83.000 espectadores (y luego disminuido a 70.000 por razones de seguridad), el estadio diseñado por Frei Otto tiene una cubierta suspendida como la que diseñó para el Pabellón de Alemania en la Expo ’67 en Montreal. Utilizando paneles de PMMA (Polimetilmetacrilato) -que no se trata de otro material más que plexiglás-, logró una cubierta tensada con cables que permitía la visibilidad tanto de público como de medios televisivos, y a su vez cubría a los espacios de los atletas de la intemperie. Estos paraboloides hiperbólicos actúan como carpa flexible. Era una idea que ya se había planteado anteriormente, pero que entre ambos arquitectos decidieron llevar más allá, integrando un tejido de poliéster recubierto de PVC en cada módulo. Este innovador diseño expandió un poco más las barreras que comprenden la manera en la cual proyectamos.

Para preparar la construcción de este estadio, una parte de lo que fue un antiguo aeropuerto tuvo que ser demolida mediante explosivos y, como se mencionó anteriormente, grandes cantidades de escombros se utilizaron para dar forma a las colinas circundantes. 436 km de cable atados a 58 columnas de más de 80m de altura soportando plexiglás, lograron cubrir 75.000 m². Se construyó por sectores, y cada uno pesaba más de 1.000 toneladas.

Se resolvió actuar sin que estuvieran alzados, y luego, para subirlos, se puso en práctica una versión adaptada y poco probada de un sistema inventado por un ingeniero francés en los años 30, Eugène Freyssinet, basado en el uso de gatos hidráulicos para la construcción de puentes. El plan fue un éxito, y una vez aupada milagrosamente con los gatos y colocada a la altura indicada, la cubierta tapaba una superficie de 74.000 metros cuadrados. En aquel momento, no había otra estructura de red más grande que esa.

La parte de la cubierta destinada a la sección oriental nunca se construyó, dejando lugar a gradas que, si bien no están techadas, se mimetizan mediante orden formal con los promontorios del contexto. Además, en los planos originales no se consideró erigir espacios específicos que sirvieran de vestidores y guardarropas; por lo que se tuvo que recurrir a medidas extraordinarias: transformaron dos enfermerías en vestidores, que, con el tiempo fueron rediseñadas y se mantuvieron dentro del edificio; además de agregar espacios para los árbitros y paramédicos.

Desafortunadamente, el confort climático de los usuarios no se previó para los espectadores debajo de esta malla traslúcida. Además, debido a las controversias y trabas puestas por organizaciones en contra del estilo moderno de los diseñadores, la edificación del inmueble se retrasó. La construcción de este estadio dejó insatisfecho a Frei Otto debido a que la intención era hacer un edificio con temporalidad limitada, y con el cambio de grosor del plástico en la cubierta propuestos por otros diseñadores, los costos se elevaron de manera estratosférica y la obra pasó a ser un edificio permanente. 

A pesar de que la intención fue darle una vista positiva a la Alemania de la posguerra y servir como un contraste a su homólogo en Berlín, la construcción de este complejo siempre estuvo rodeada de polémicas negativas como los altos costos de edificación, deforestación de los alrededores y la pesada huella del pasado nacionalsocialista.

Historias de eventos jugados ahí

El Olympiastadion tuvo su primer partido el 26 de mayo de 1972, con un amistoso entre Alemania Occidental y la URSS, que se saldó con victoria 4-1 para el cuadro teutón. Lo imponente no es que su primer gol fuera anotado por el mítico Gerd Müller al minuto 49’, sino que se despachó otros tres goles más esa tarde-noche.

Como te hemos dicho, su primer evento fueron los Juegos Olímpicos, y el Olympiastadion tuvo las ceremonias de apertura y clausura, los eventos de atletismo, equitación y la final del futbol. También tuvo la marca indeleble del terror con el atentado hacia la delegación israelí, como si la historia se encargara de restregarle en la cara a Alemania el pasado nacionalsocialista, y por ello se hizo una ceremonia en su homenaje. Tras los Juegos Olímpicos, esta fue la casa de los clubes muniqueses, el Bayern Múnich y el TSV 1860 Múnich.

Dos años después fue una de las sedes del Mundial en Alemania. Tuvo tres partidos del grupo 4 como parte de la primera ronda. En su primer partido, un haitiano tuvo el descaro de romper el récord de 1.000 minutos de valla invicta del italiano Dino Zoff, pero finalmente la Squadra Azzurra, que venía de ser subcampeona, ganó 3-1. Luego, los haitianos sucumbieron 7-0 con una selección polaca y luego cayeron derrotados con Argentina (más adelante veremos la historia de Haití en ese mundial con cuestiones turbia de política, no te despegues). Por último, el Olympiastadion tuvo los partidos por el tercer lugar (Brasil 0-2 Polonia) más la final, donde el totaalvoetbal de Rinus Michels, Johan Cruyff y compañía perdió 2-1 con Alemania.

Tras esos eventos mundiales, el Olympiastadion ocupó un papel preponderante en el futbol de clubes, con las Supercopas Europeas de 1975 y 1976, con el Bayern Múnich de local. En la primera perdió ante el Dynamo Kiev, y en la segunda triunfó ante el Anderlecht. Igualmente en 1976, también tuvo la Copa Intercontinental entre el cuadro bávaro y el campeón de la Libertadores, Cruzeiro.

Copa Intercontinental de 1976

Tres años después llegó ahora la final de la Copa Europea, ahora conocida como la Champions League. Aquí, el Aston Villa consumó sorpresivamente el dominio del futbol inglés al derrotar por la mínima al Malmö de Suecia. 

Para el siguiente gran evento, tenemos que viajar a 1988, para la Eurocopa. En esta ocasión, solamente hubo dos partidos. El primero fue un 2-0 de Alemania Occidental sobre España. El segundo fue la final, donde Países Bajos derrotó 2-0 a la Unión Soviética con uno de los mejores goles de la historia, el arco imposible de Marco van Basten sobre Rinat Dasáyev. Cerramos esta década con la final del Campeonato Mundial de Motociclismo al año siguiente.

La década de los 90 tuvo tres finales de futbol de clubes europeos. En 1993, el Olympique de Marsella le ganó aquí al Milán por la mínima para convertirse en el primer y único club francés en levantar la orejona. Tres años después fue escenario del partido de ida de la final de la Copa UEFA entre el Bayern Múnich y el Burdeos de Francia. Y al año siguiente, repitió como final de la Champions League, cuando el Borussia Dortmund fue campeón por única vez en su historia al vencer 3-1 a la Juve.

La Mannschaft solía incluir al Olympiastadion en sus partidos amistosos, pero todo acabó esa noche fatídica del 1° de septiembre de 2001, cuando Inglaterra la humilló 5-1 en un punto bastante bajo en la historia del futbol alemán. 

A partir de la década del 2000, el uso del Olympiastadion empezó a ser cada vez menos frecuente, con el Campeonato Europeo de Atletismo en 2002. Y terminó en 2012 con la final de la Champions femenina, en la que el Olympique de Lyon venció al Eintracht Frankfurt, dos días antes de la final de Champions, curiosamente en la misma ciudad.

Actualmente el Olympiastadion de Múnich es sede de conciertos, festivales y eventos al aire libre, pero 2005 fue el último año donde el Bayern Múnich y el TSV 1860 Múnich jugaron sus partidos de local. Durante más de 15 años solamente se limitó a tener partidos de futbol semiprofesional y de categorías regionales, hasta que apenas el año pasado volvió a recibir esos partidos, porque al ascender a la 3. Bundesliga fue adoptado por el Türkgücü Múnich, el primer club fundado de minorías extranjeras (turcoalemana) en alcanzar el futbol profesional alemán. Ya hablé de eso hace tiempo.

¿Uso para el sarcófago de Chernobyl?

Todos recordamos el incidente de la planta Vladímir Ilich Lenin en 1986 que causó un holocausto nuclear y contribuyó a la implosión e la Unión Soviética. De hecho, hace tiempo hablé de cómo afectó al futbol. No venimos a recordar todo eso, sino resulta que aquí también influyó el diseño del Olympiastadion.

Para contener toda la radiación que hasta la fecha sigue emanando de este pueblo al norte de Ucrania, se tenía que construir un nuevo sepulcro y por ello un equipo multinacional de los ingenieros más capaces del mundo. Todos deben trabajar a una distancia segura y contrarreloj para evitar la radiación. Es un reto ingenieral bastante complejo.

Para ver cómo se logró solucionar este problema, la serie documental DMAX, Ingenería de lo Imposible, nos ilustra. En el primer episodio de su cuarta temporada, mostraron que la respuesta provino del Olympiastadion.

Primero, tenían que armar la sección superior del sarcófago en el suelo. Ahora bien, el siguiente problema era cómo levantar 8.000 toneladas sin grúas (descartadas por razones de seguridad). Entonces, un físico recordó el sistema de gatos hidráulicos para la construcción de puentes que se usó para el Olympiastandio. Así se construyó el primer sarcófago para Chernóbyl… todo gracias a una muestra arquitectónica alemana.

Nuevo sarcófago de Chernóbyl

Opiniones arquitectónicas

Quizá el concepto formal del estadio sirvió para separar el pasado alemán junto con sus formas ortogonales y sus regímenes totalitarios de aquella actualidad de posguerra donde buena parte de la población buscaba superar lo sucedido -al menos en Múnich-. Por tanto, esta “tienda de campaña gigante” que cubre los espacios más usados, sirvió también para dar al mundo la impresión de modernidad y alta tecnología.

Quienes consideran a la forma de la cubierta como atemporal no están del todo equivocados, ya que el uso de plexiglás suspendido fue una idea revolucionaria en su tiempo y pocas veces usada en la actualidad. 

Aunque la cubierta solamente techa la mitad del estadio, no deja de parecer un sitio imponente a la vista y surreal para los visitantes; el hecho de tener la mitad del estadio cubierto da pie a mimetizar y unificar visualmente el césped del contexto con el del campo de juego y el verde de las butacas, lo que crea una atmósfera de planicie natural con colinas artificiales, logrando así reforzar el concepto antes mencionado de imitar mediante la forma a los Alpes.

La construcción del Allianz Arena metió en un segundo plano al Olympiastadion, que ha ido disminuyendo en cuanto a su uso.

Allianz Arena, el bote inflado del futbol

En octubre de 2001 se llevó a cabo un referéndum en la ciudad de Bavaria, al norte de Múnich, donde el 65% de los votantes eligieron construir un nuevo estadio de futbol al costo de la remodelación del Olympiastadion de Múnich. El diseño estuvo a cargo del despacho Herzog & de Meuron (Basilea, Suiza), afamados también por crear el llamado “Nido de pájaro” (鸟巢; Niǎocháo) (Estadio Nacional de Pekín, 国家体育场; Guójiā Tǐyùchǎng) para los Juegos Olímpicos de Beijing de 2008.

Concepto

Según Herzog & de Meuron, una de las ideas directrices del proyecto fue mostrar la identidad de los dos equipos locales en el estadio – FC Bayern Munich y TSV 1860 Munich,  lo que lograron mediante la fachada iluminada de una gama de colores dependiendo del equipo que lo utilizara en el momento.

Emplazamiento y contexto

El terreno donde se encuentra este inmueble contiene la plaza, el estadio y los estacionamientos y tiene como referentes la avenida Werner-Heisenberg hacia el norte y este, al sur se encuentran los servicios de transporte público como taxis y las estaciones de Frottmaning, y al oeste el parque de pinos de Heideblick. 

Para acceder al estadio, uno puede llegar peatonalmente por el sur del terreno y caminar por la plaza de acceso -cuyos patrones ondulados en el pasto coinciden de alguna manera con los patrones de la fachada-. Además, esta plaza funciona como la cubierta del estacionamiento subterráneo. No hay que perder de vista que, durante todo el recorrido de la plaza, el remate principal al fondo será el estadio y su gran cubierta de “inflables” plásticos blancos.

Después de pasar por alguna de las cuatro entradas principales, se puede ver de cerca el enorme cascarón de dos milímetros de espesor y los accesos numerados. Es en esta zona donde se aprecian realmente los 50 m de altura total de la edificación en la parte de afuera, aunque el nivel de cancha esté por debajo del nivel de las entradas.

Muy cerca de ahí se encuentra una montaña hecha de desperdicios ahora cubierta con vegetación menor, y en cuya cima se construyó una turbina generadora de energía eléctrica como parte de un proyecto después de que una crisis ambiental azotara a ese lado de Múnich, lo que es hasta cierto punto contradictorio si se toma en cuenta que también muy cerca está una sucursal de BMW.

Construcción

Este edificio deportivo que inició sus trabajos de construcción en 2002 y terminó en 2005, está equipado con una amplia zona de prensa para 350 personas, zona mixta, guarderías, tiendas de souvenirs, museo, cafés, oficinas, salas de conferencia, clubes de negocios, restaurantes y demás amenidades y espacios propios de estos inmuebles (106 palcos, zona de calentamiento, vestidores, etc.).

Sin duda, lo más llamativo del Allianz Arena es su fachada que pareciera ser de almohadones -los alemanes lo llaman “la balsa inflable” (Schlauchboot). No obstante, su forma aparentemente sencilla es más compleja de lo que presume en sus fachadas.  En realidad es un recubrimiento plástico llamado ETFE cuyas propiedades térmicas, resistencia a la luz UV y a la intemperie, le dan ventaja sobre otros materiales, además de ser ligero y, por si fuera poco, reciclable. Los módulos blancos actúan como burbujas que mitigan el clima externo y aíslan el ruido interno del exterior. Esta fachada de membrana auto limpiante se encuentra iluminada con 26,000 m² de luminarias LED, que combinadas permiten crear hasta 16 millones de colores. Sin embargo, la policía local ha recomendado que solamente se utilicen unos pocos, debido a que los accidentes automovilísticos aumentan por la distracción que producen las luces; ya que es visible desde una distancia de 80 km.

La estructura del inmueble fue hecha de concreto reforzado, concreto centrifugado para las columnas y armaduras metálicas para sostener la techumbre, que a su vez cuenta con unas cortinas que se desenrollan para dar sombra a la zona de espectadores.

Hablando de capacidad, el estadio tiene aforo para 75.000 personas completamente cubiertas y originalmente las butacas retráctiles estaban pintadas de un color en tono plateado para reflejar las luces del interior. El estacionamiento con capacidad para 9.800 autos es el más grande de Europa.

¿Qué partidos se han jugado ahí?

El Allianz Arena es un estadio de futbol que funge como casa del FC Bayern Múnich, cuya localía anterior era el Olympiastadion München (Estadio Olímpico de Múnich). Aunque al principio lo compartían, el equipo TSV 1860 Múnich dejó de ser local en el año 2017, agobiados por las deudas que son causadas por no poder abandonar la tercera categoría.

El Allianz Arena debe su nombre a la compañía de seguros “Allianz” que ha tenido su sede en Munich durante más de 50 años y ayudó a financiar su construcción. Por razones estipuladas por la FIFA ha cambiado su nombre temporalmente en ciertas ocasiones, como Fußball Arena München para futbol europeo o FIFA World Cup Stadium Munich para el campeonato mundial.

El primer partido jugado aquí fue un amistoso entre el TSV 1860 Múnich que venció al Núremberg 3-2. Al día siguiente, se jugó el amistoso “estelar” entre el Bayern Múnich y la selección alemana. Y para completar el trío de partidos, se decidió complacer al respetable con un derbi de Múnich que fue para die Löwen 1-0.

Aquí se jugó el partido inaugural del mundial 2006, que tuvo triunfo local sobre Costa Rica 4-2. Aquí se dio el segundo de los duelos árabes fratricidas en los mundiales, un juegazo donde Túnez y Arabia Saudita empataron a dos tantos (después veremos eso). Aquí Brasil le ganó 2-0 a Australia en su regreso a un mundial (ya hablé de eso) y este fue el último partido de la historia de la selección de Serbia y Montenegro, que perdió 3-2 con Costa de Marfil. El siguiente duelo fue de octavos de final, cuando la Mannschaft eliminó a Suecia 2-0. Y culminó su participación con la semifinal, en la que Francia se impuso a Portugal 1-0.

Inauguración del mundial de Alemania en el Allianz Arena

Dentro del futbol de clubes, no podemos recordar al Allianz Arena sin mencionar la final de la Champions League del 2012. Fue la primera vez que el club local llegaba al partido decisivo y enfrente estaba el Chelsea de Londres. Tras un empate in extremis, los Blues se alzaron con la copa en penales. El marfileño Didier Drogba clavó el penal decisivo.

A lo largo de su historia, Alemania ha jugado cinco veces aquí, destacando una derrota por la mínima ante Argentina en un amistoso, y una victoria 4-1 ante Italia en otro amistoso, pero del 2016. Su último partido fue parte de la Liga de Naciones de la temporada 2018-19, un empate ante los franceses.

Este último partido es precisamente el primero de la oferta de cuatro encuentros para la Eurocopa de este año. Además de ello, Alemania se enfrentará a Portugal y a Hungría, y finalmente tendremos un partido de cuartos de final.

Opinión arquitectónica

El despacho Herzog & De Meuron se caracteriza en la mayoría de sus obras por lograr formas sobrias pero arriesgadas, el ritmo regular dentro de sus patrones, la uniformidad y la unidad dentro de la disposición arquitectónica, los colores claros y la combinación de materiales. Es un complejo con un envolvente único, concebido por el diseño paramétrico y que recuerda nos evoca un aire de fractalidad. Para ejemplificar su funcionamiento, es como los plásticos con los que envuelven algún envío de paquetería, los que a todos nos gusta “tronar” las burbujas de aire que protegen nuestro artículo. 

Esta es la misma tendencia que sigue el Allianz Arena en cuanto a forma: una enorme masa blanca dividida en secciones de forma romboide, visible a la lejanía y magníficamente ubicada dentro de un terreno que contiene servicios de transporte para peatones y también servicios automovilísticos.

Es quizá la misma tendencia seguida para el diseño del Nido de Pájaro (formas y materiales homogéneos manteniendo el orden visual) y que también se repite en el Matmut Atlantique Stadium en Burdeos pero en formas rectas ortogonales, y cuya impactante envolvente y el acomodo interior recuerdan más bien a la disposición de una bombonera sudamericana.

El Allianz Arena está rodeado de lugares clave de Múnich, viniendo a convertirse también en un referente por su valor estético y no solamente por los espectáculos que albergó y albergará. Quizá algunos elementos faltantes en ese paisaje de cielos azules fueron cuerpos de agua y árboles cercanos a la forma principal para reforzar la jerarquía en el paisaje plano del terreno flanqueado por elementos artificiales.

Estadios, cuando la arquitectura juega futbol

Sin lugar a dudas los hitos más sobresalientes en el campo de la arquitectura y del urbanismo son los estadios. Los encontramos de todos tipos, sabores, tamaños y usos,  siempre obedeciendo una tipología establecida – área de gradas que rodean a un recinto deportivo y que puede tener áreas techadas –  Eso sí, en cada evento mundial se explota ese rasgo particular de la arquitectura, donde la creatividad del país anfitrión lo lleva a reinventar la infraestructura de sus ciudades.

La nueva Arena Kombëtare, en Tirana, Albania

Uno de los rasgos que comparte el futbol y la arquitectura es reinventar los paradigmas ya establecidos. En el caso de la arquitectura, esto sucede mediante la conceptualización de las formas, sacándole provecho al aspecto funcional de cada edificio, y en el caso del futbol el estratega debe sacar provecho al talento, la posición y la funcionalidad de cada jugador. El director técnico planea un partido como el arquitecto planea una obra, claro que tanto en el futbol como en las obras, nos enfrentamos a contrariedades que son sorteadas tanto por los clubes como por los constructores para llegar a un objetivo final y ganar un partido o ejecutar exitosamente un proyecto arquitectónico. Como vemos, las dos disciplinas comparten reglas establecidas, pero retan a los que se desenvuelven en cada una de ellas a retar el status quo.

Domo de Sapporo, Japón

Los estadios son finalmente el legado que el deporte le da a la configuración urbana de una ciudad. Desde la antigua Grecia son parte estratégica de la vida de una sociedad citadina. Sin esas joyas de los despachos arquitectónicos más aclamados del mundo, no tendríamos campeonatos mundiales o finales de copas continentales. Al ver un estadio, los aficionados al futbol y los no aficionados no pueden exitar exclamar:

«Arquitectura que seduce».

Nuevo Nemesio Diez, de Toluca, México (sí, es del de mi equipo favorito)

¡Muchas gracias por aparecerse en este texto! ¡Su expertise en arquitectura fue clave para llevar este texto! ¡Son bienvenidos en esta su casa!

Fuentes

Sitio oficial del Allianz Arena
Archilovers. Allianz Arena
ArchJourney. Allianz-Arena
Shaturaev, Jakhongir. Allianz Arena. Impossible is Nothing. 16 de febrero de 2014
Olympiapark München. Sitio oficial
Fernández, Alba. La Bauhaus, icono de la arquitectura moderna. La Vanguardia. 3 de abril de 2019
Stouhi, Dima. ¿Qué es el deconstructivismo? ArchDaily México. 4 de septiembre de 2019
Beltrán, Marcel. El estadio imposible. Panenka. 10 de mayo de 2019

Hemos llegado así al grupo de la muerte, el F. Los partidos más rimbombantes de la fase de grupos serán en la joya arquitectónica conocida como el Allianz Arena. Nos falta una última sede, la cual es Budapest, la capital de Hungría. Buena parte de la política de este país ha sido influida por un hombre de hierro, el Primer Ministro Orbán Viktor. Muchos desconocen que es un aficionado al futbol. Con este deporte ha construido una auténtica red de poder, desde financiando a equipos de minorías húngara en el extranjero hasta dando facilidades de licitaciones a una casta de oligarcas. En nuestra siguiente parada, veremos todas las maneras en las cuales Orbán ha usado el futbol.

Recomendación musical 2

Durante la década de 2000, hubo un cuarteto vocal que engalanaba el mundo pop con la técnica del bel canto normalmente destinada para la ópera. Este cuarteto era Il Divo. Aunque formados en Londres, no tenían una nacionalidad definida: un alemán-español Carlos Marín, un suizo Urs Toni Bühler, un francés Sébastien Izambard y un estadounidense David Miller. Con una imagen girada en torno a trajes Armani, Ford, Hunt y Gucci, sus voces exudan pasión, sensualidad, romanticismo y misterio. Ellos fueron los elegidos para el tema del mundial de Alemania 2006, The Time of Our Lives. Aquí hacen mancuerna con una de las mayores exponentes del R&B y del soul, Toni Braxton. No siempre los temas de los mundiales son explosivos; hay algunos que son solemnes, como este ejemplo.

Recapitulemos

Alemania tiene grandes aportaciones a la arquitectura, con movimientos como la Bauhaus y el deconstructivismo. También se ha colocado en el ojo del huracán en eventos mundiales deportivos con dos estadios innovadores:

  • El Olympiastadion. Construido en 1972 por los arquitectos Frei Otto y Günther Behnisch, asemeja a la cordillera alpina en su forma, mimetizando a los espectadores con la naturaleza y dejando que el viento fluya sin resistencia alguna. Sus carpas de plexiglás son ortogonales. Fue hecho para los Juegos Olímpicos de Múnich y aquí ha habido eventos, como tres finales de Champions varonil y una de Champions femenil, la final del Mundial de 1974 y la Euro de 1988. Fue casa del Bayern Múnich y del TSV 1860 Múnich, y ahora es del Türkgücü de Múnich desde el 2020. El sistema de gatos hidráulicos para levantar la cúpula fue usado para el sarcófago contenedor de la planta de Chernóbyl.
  • El Allianz Arena, conocido como el bote inflable por su estructura de colchones de ETFE que no solamente resguardan del calor y del frío, sino que aíslan el ruido y además obtienen diferentes colores de iluminación. Fue construido en 2005 por Herzog & de Meuron y ya ha sido sede del mundial de 2006 y la final de la Champions League en 2012. Ahora será una de las sedes de la Eurocopa.

Nos vemos la siguiente. Seavus!

Picture of Sebastián Alarcón
Sebastián Alarcón
Soy Sebastián Alarcón, tengo 31 años. Aspiro a ser polímata. Junto futbol con geopolítica, sociedad, cultura, idiomas e historia y le agrego música para explicar el mundo. Escribo de futbol de la FIFA y fuera de ella. Si sientes la décima parte de lo que siento al escribir, mi misión está completa.

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