La undécima jornada de la Premier League ha traído agradables sorpresas y ha sacudido la parte alta de la tabla. Con grandes enfrentamientos en la punta, por plazas europeas e incluso por el top 10, la liga ha dado un nuevo aviso de que habrá que sufrir por los resultados. El Liverpool contra Manchester City de finos márgenes, el Arsenal ganando pese a jugar mal por primera vez en la campaña local, el Aston Villa perdiendo puntos ante otro experimento de Graham Potter, un día de evolución del Tottenham ante el Everton y Ivan Toney siendo el truco de la derrota del Brighton en Brentford son las propuestas para repasar el fin de semana.
El Liverpool vs Manchester City de los finos márgenes
La gran rivalidad de los tiempos recientes en Inglaterra se ha vuelto a definir por los márgenes más finos. En otro Klopp vs Guardiola, los pequeños detalles definieron un 1-0 para los Reds con algo de truco para ambos equipos. Con un Liverpool más pasivo de lo normal sin la pelota -incluso sin presionar y defendiendo en un 4-4-2 a altura media-, adaptado ante la baja de Luis Díaz en el ataque, además de atacar en 4-2-3-1 con Roberto Firmino de segundo punta y Mohamed Salah de punta, el Manchester City también cambió su forma de jugar sus cartas atacand en un 3-2-5 con João Cancelo abierto por derecha, Phil Foden ancho como extremo izquierdo y un juego de roles en el medio campo con Bernardo Silva o İlkay Gündoğan en la base de la jugada junto a Rodri. El portugués partió junto a su pivote, a priori, para girar a un Pool que pudiera apretar como de costumbre, y como esto no pasó, el alemán le cambió el sitio en la mediapunta izquierda. No obstante, una ruta general para ambos equipos fue explotar los trazos largos sobre las bandas, aunque el City priorizara juntarse por fuera para llevar dentro el balón y encontrar a De Bruyne libre a espaldas de Thiago o a Haaland al apoyo. Por su parte, el Liverpool controló por buenos tramos a Erling Haaland con destacadas actuaciones de Virgil van Dijk y Joe Gomez absorbiéndolo (aunque el noruego se soltó por momentos) y desatascó el juego lastimando al espacio, en especial a la espalda de Nathan Aké, quien sufrió muchísimo ante cada recepción y desmarque de Mohamed Salah. Sus dudas y pobre nivel le quitaron al City la oportunidad de controlar su plan como quería y, al final, pese a que el error del gol fue de João Cancelo, el neerlandés siempre estuvo en las fotos de los problemas.
Arsenal: ganar jugando feo (a veces) es necesario
Al inicio de la Premier League, era difícil pensar que el Arsenal fuera líder con cierta holgura a mediados de octubre, afianzándose en la punta de cara al parón por la Copa del Mundo. Pero más allá de sus primeras nueve semanas dominando y justificando sus resultados, la décima ha sido la más importante porque ha ganado siendo inferior al rival y, sobre todo, jugando mal. En Elland Road, el Leeds lo puso en muchos problemas durante buena parte del juego con y sin balón. Con menor posesión en el primer tiempo y mucha más en el segundo, los de Jesse Marsch desordenaron a los Gunners sobrecargando su lado derecho con mucha gente junta, combinando de muy rápido, muy de cerca con gran movilidad. Tras robo, la intención fue llevar pronto la pelota a esa zona para penetrar el bloque rival. Pese a que no tuvo muchas ocasiones claras, llegó más. Pero en el segundo tiempo, con la entrada de Patrick Bamford por Rodrigo Moreno, los Whites dominaron la posesión con los mismos patrones y encerraron al Arsenal con Struijk (lateral zurdo) más cerrado, Roca de apoyo cercano por delante del neerlandés, Sinisterra alternando la banda con el centro hacia el pico del área y Aaronson con total libertad para sumarse. Llegaron momentos de mucho apremio con el Leeds llenando de pases y centros el área, remates desde la frontal y duelos durísimos entre Bamford y Gabriel Magalhães. Y ya estando 1-0 abajo, los locales se cansaron de generar ocasiones que no aprovecharon, incluyendo el penal errado por su ‘9’. La resistencia del Arsenal, además de tener a Gabriel como pilar, se explicó también con un pletórico Aaron Ramsdale que dejó cuatro atajadas vitales.
Graham Potter ganó -por poco- en Villa Park
En la misma línea de merecer o no el triunfo, el Chelsea visitó Villa Park con otro experimento de Graham Potter entre manos, y el Aston Villa se quedó en la línea de lograr algo distinto a su derrota por 0-2. El equipo de Steven Gerrard dejó un partido que no ameritaba perder dado lo que generó, pero que también dejó ir por fallos en área propia y rival. Si Tyrone Mings regaló el 0-1 con un horrendo despeje de cabeza que cazó perfecto Mason Mount para empujar al arco, la floja definición de sus atacantes y un espectacular Kepa Arrizabalaga atajando hasta cinco ocasiones claras de gol condenaron parte del resultado a favor de un Chelsea que volvió a experimentar. Pese a que las piezas elegidas por Potter casi no cambiaron respecto a otros días -lesión de Reece James de por medio-, tiró de Raheem Sterling como carrilero diestro en un 3-4-2-1 que todavía tiene mucho por mostrar. Pese a que el inglés partía abierto, se metía al interior para combinar y sumar desde el movimiento sin balón, facilitando recepciones a Mason Mount a espaldas de mediocampistas rivales y con mucha libertad de Pierre-Emerick Aubameyang y Kai Havertz para mezclarse en ataque. Pero el Chelsea no tuvo claridad para abrir la frontal del rival, y este pudo castigar pérdidas y avanzar por fuera, lastimando la espalda de Marc Cucurella -central izquierdo- a tal grado que Graham Potter decidió cambiarlo al medio tiempo. Pero, de nuevo, Mason Mount apareció con un tiro libre tremendo que selló el triunfo Blue con otro experimento que por poco no consigue el resultado.
Otro paso adelante del Tottenham
Otro equipo que sigue afianzándose con seguridad en el top tres de la Premier League es el Tottenham. La evolución continua del equipo de Antonio Conte se nota en partidos como el jugado ante el Everton, sacando un resultado que les obligó a resolver varias dificultades para imponer un plan que no sólo tenía sentido, sino que ha sacado muy buenas cosas de sus fichas. Ante unos Toffees que intentaron las vías habituales para competir replegados -esta vez en un 5-3-2 que conservó intenciones de tapar todo por dentro-, con Amadou Onana presionando al pivote contrario para robar, dejar de cara a su equipo y correr a la contra, los Spurs mostraron que sus recursos de cara a este tipo de bloques son muy variados. Con el rival más pasivo y defendiendo a altura media, Conte diseñó un plan donde sus centrales recibieron muy anchos y condujeron profundo, facilitando que sus carrileros (Doherty y Perišić) recibieran al pie o se movieran hacia adentro para que Richarlison y Heung-min Son se desmarcaran al espacio mientras Harry Kane venía al apoyo. Una vez ahí, los londinenses pudieron girar el juego con balones largos a la otra banda o llegar por fuera con centros laterales. Y si a esto se le suma que el bloque logró recoger rebotes y mantenerse jugando de cara al arco de los de Lampard, se entiende el resultado y el funcionamiento. Una actuación bastante convincente con buena cantidad de balón y llegadas claras por varias vías.
Ivan Toney, el truco de la derrota del Brighton
En el partido inaugural de la jornada, y el que quizá guardó mayor truco en el fin de semana, el Brentford sacó un 2-0 que no se puede explicar sin hablar de Ivan Toney. El equipo de Roberto De Zerbi sigue mostrando que se va a plantar con su idea a donde vaya, y aunque desarrolló un juego que ameritaba otro resultado final, el delantero de Thomas Frank les dio un golpe de realidad: juntar la victoria con el rendimiento tarda bastante tiempo en Inglaterra. Los Seagulls del entrenador italiano se adaptaron al 4-3-3 que usan los Bees de Thomas Frank ante sus semejantes con un 4-2-3-1 que apostó por ganar amplitud con sus laterales -Joël Veltman y Pervis Estupiñán-, facilitando que se juntaran mucho por dentro los de mejor pie. Con Moisés Caicedo y Alexis Max Allister casi a la misma altura por momentos para atraer y encontrar a sus mediapuntas detrás de los mediocampistas locales, el Brighton consiguió fluidez, avances rápidos y un dominio de la frontal que se dio por acumulación de gente y agresividad para contrapresionar, siempre concentrando el ataque por carril central con Pascal Groß jugando libre a espaldas de Vitaly Janelt -pivote rival- y Danny Welbeck fijando centrales y dejando de cara a sus compañeros. Pero cuando al Brighton no le funcionó bien su momento de la pérdida, el Brentford encontró salidas rápidas y logró conectar con un tremendo Ivan Toney que mostró todos sus recursos. El atacante inglés ofreció ruptura, desmarques coherentes, amenaza de cara al arco y dominó a los centrales visitantes desde el físico tanto en movimiento como a balón parado. Y, por si fuera poco, dejó un golazo de tacón para adornar su actuación. El truco de la victoria de los Bees llevó su nombre, y el Brighton deberá esperar para ver la victoria. Pero Roberto De Zerbi volvió a confirmar que va por el camino correcto en muy poco tiempo, tema no menor para sus primeros días en la Premier League.