Bakú: El futbol en el conflicto de Nagorno-Karabaj

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Xoş gəlmişsin! Sən necəsən? Este es el saludo en azerí, un idioma túrquico bastante emparentado con el turco y el turcomano, al otro lado del Mar Caspio. Espero que estés muy bien. Esta es nuestra segunda parada tras haber comenzado en Roma con historias del calcio y la mafia italiana. Nuestro siguiente destino es la otra sede del grupo A, Bakú. Y veremos cómo un conflicto sin resolver ha afectado al futbol. Este conflicto ocupó las planas a nivel mundial en la segunda mitad del año pasado, la guerra por Nagorno-Karabaj.

Recomendación musical 1

En YouTuba cada vez hay más espacio para los remixes y la música lofi. Te presento a un DJ y productor turco, Orhancan Subaşı, comercialmente conocido como Orheyn. ¿Con qué melodía trabajó? Con esta obra de uno de los mayores üstadlər del instrumento llamado tar (especie de guitarra), Ramiz Quliyev. Con 74 años, es uno de sus mayores exponentes y ha recibido numerosas condecoraciones por parte del gobierno de la República de Azerbaiyán. Esta canción originalmente se llama Lepeler. ¿Por qué tomar a Quliyev? Pues resulta que nació en Agdam, una ciudad fantasma por culpa del conflicto antes mencionado. De Armenia ha pasado a Azerbaiyán y se calcula que la gente regresará a más tardar cinco años después. El remix se llama Karaca dağ.

Advertencia: este texto puede incomodar a varias personas. El conflicto Nagorno-Karabaj todavía tiene cicatrices muy recientes que armenios y azeríes aún no perdonan. No he deseado contar una sola versión porque tendría inevitablemente un sesgo. No he acudido a la embajada de Azerbaiyán porque sería un problema para la representación de Armenia en México, y de la misma manera no recurrí a la ayuda de la comunidad armenia. Por ello, he decidido invitar a alguien neutral para relatar este tema. Y aquí la tienes.

Para este texto, he invitado a mi amiga Alessia Ramponi. Catalogada por el gobierno de Aguascalientes como una líder en ciernes, su currículum es bastante imponente. Es internacionalista por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y realizó sus prácticas profesionales en las embajadas mexicanas en China y Azerbaiyán, además de estar presente en ONGs enfocadas en derechos humanos en Kenia y Camboya. Voluntaria, apoya grandes iniciativas como Proyecto Habesha. Inspiradora por naturaleza, ha dado conferencias en Pakistán y El Salvador para despertar la competitividad en jóvenes. Ha sido delegada en la ONU representando a la sociedad civil en conferencias internacionales sobre Derechos de la Mujer. Y donde ha ganado mucha fama es en Instagram, gracias a ser una talentosa fotógrafa de viajes. Puedes ver sus fotografías en su cuenta de Instagram alessia.ramponi. Actualmente es asesora del gobierno de Aguascalientes en el área de Ciencia, Tecnología e Información, y es columnista sobre derechos humanos y política exterior en Brieffy, la mejor aplicación en español sobre noticias. Síguela en Twitter como @aleramponi. Es un privilegio contar con su presencia. ¡Bienvenida, Alessia! Gracias por pasarte por acá.

Vamos al tema.

Azerbaiyán, gran anfitrión

Hasta la llegada del tercer milenio, el boom petrolero para Azerbaiyán era la única columna que sostenía una casa en proceso de construcción. El país caucásico no quería experimentar grandes dificultades como sus hermanas ex soviéticas. Hace dos décadas, de hecho, Azerbaiyán empezó a invertir en relaciones públicas, comprendiendo que el petróleo no era todo en la vida y comenzó a diversificar su economía. A finales de la década de 2000, su capital Bakú empezó a postular para todo gran evento que hubiese en la faz de la tierra. ¿Y si no eran potencia en el deporte en cuestión? ¡Qué importaba! Había que poner la casa; si se aparecía el anfitrión o no, era lo de menos. Que Azerbaiyán retumbara en las noticias era lo que contaba.

Así llegaron varias justas deportivas y de espectáculos: el Campeonato Mundial de Lucha Grecorromana en 2007, el Campeonato Mundial Juvenil y Cadete de Esgrima en 2009, el Campeonato Europeo de Gimnasia Rítmica en 2009 y 2014, el Mundial Sub-17 Femenil de Futbol en 2012, el Campeonato Europeo de Lucha Grecorromana en 2014, Campeonatos de Takewondo, el Eurovisión de 2012, la Olimpiada Mundial de Ajedrez 2016… Bakú también alzó la mano para ser sede de los Juegos Olímpicos en 2020. La idea no prosperó, pero se quedó con la edición inaugural de los Juegos Europeos en 2015 y los Juegos de Solidaridad Islámica de 2017. Algo es algo. En 2019 Bakú fue escenario de la final de la Europa League y ahora será una de las 11 sedes de la Eurocopa paneuropea, lo cual es irónico porque hay personas que ubican al Cáucaso no en Europa, sino en Asia. Todo esto hace que el mundo conozca a la Tierra del Fuego, significado etimológico de Azerbaiyán.

Inauguración de la cuarta edición de los Juegos de Solidaridad Islámica Bakú 2017

El caso del futbol es bastante anecdótico. Ubicados en el lugar 110 del ránking FIFA, la labor del DT italiano Gianni di Biasi parece ser causa perdida, y eso que metió a Albania por primera vez a un torneo continental. No son potencia y ni siquiera lograron estar en el repechaje para esta Eurocopa aunque fuera en el camino de las selecciones más débiles. De todos modos, nadie protesta que no esté la selección si tienen partidos.

Toda esta labor de labrar reputación oculta todos los vicios que tiene el gobierno de İlham Əliyev. Las violaciones a los derechos humanos están a la orden del día, ni se diga sobre los abusos de autoridad, acoso a periodistas y ONGs. Y quizá su mayor victoria el año pasado fue el conflicto heredado desde tiempos soviéticos con Armenia. Estamos hablando de la guerra de Nagorno-Karabaj, territorio en su mayoría armenia que regresó a jurisdicción azerí.

Un poco de Nagorno-Karabaj

Nagorno-Karabaj es un territorio de 4.000 kilómetros cuadrados y una población de cerca de 160.000 habitantes. El nombre Nagorno es en realidad un adjetivo ruso нагорный (nagorny), que quiere decir “de las montañas” o “los altos”. En azerí se dice Dağlıq Qarabağ, siendo Dağlıq “montañoso”. En cambio, en armenio es Լեռնային Ղարաբաղ (Lernayin Karabaj). Para evitar el nombre azerí Qarabağ (jardín negro), prefieren decirle Artsakh (Արցախ), el nombre de la décima provincia del otrora próspero reino de Armenia.

Nagorno-Karabakh se considera una región estratégica porque por ahí pasan ductos de petróleo y gas natural desde el Mar Caspio para el resto del mercado mundial.

Un callejón sin salida

Durante más de veinte años, Armenia y Azerbaiyán se han enfrentado por el control de la región de Nagorno Karabaj. Este territorio está ubicado dentro de Azerbaiyán, pero tiene una población en su mayoría armenia. El conflicto tiene sus raíces desde la época de la Unión Soviética, donde se propició la creación de la región autónoma de Nagorno Karabaj dentro de la República Socialista de Azerbaiyán.

El 10 de diciembre de 1991, mediante un referendo boicoteado por la población azerí, los armenios de Nagorno Karabaj aprobaron la creación de un estado independiente. Desde hace décadas quiere separarse y unirse a su vecino armenio. Una propuesta rusa que consistió en incrementar la autonomía de la región no satisfizo a ninguna de las partes, y una guerra de gran envergadura estalló entre el gobierno de Azerbaiyán y los independentistas de Nagorno Karabaj, quienes contaron con el respaldo armenio. Hacia finales de 1993 el conflicto ya había dejado veinte mil víctimas y ochocientos mil refugiados de Azerbaiyán. Desde 1994 el enclave ejerce su independencia de facto, a pesar de que ningún país del mundo reconoce su legitimidad.

La caída de la Unión Soviética dio lugar a nuevos países independientes y con ellos llegaron los viejos conflictos. Con la desintegración de la Unión Soviética, los armenios del Karabaj intentaron integrarse a la recién independizada República de Armenia. Sin embargo, el gobierno de Azerbaiyán, también recientemente independizado, no aceptó esta petición ya que supone la pérdida de más del 20% de su territorio. Por ende, Azerbaiyán siempre se respalda en el principio de integridad territorial para reclamar esta parte. Este es un principio fundamental de derecho internacional que evoca el derecho de un Estado de preservar intacto su territorio ante la intervención exterior. Hay también rencillas que aún no tienen cura, todos desde el Genocidio Armenio. Encima, está el factor de la religión: los armenios son cristianos ortodoxos; los azeríes, musulmanes. Sin una solución probable, ambos siguen inmersos en un conflicto que no ve la luz al final del túnel.

El conflicto de Nagorno Karabaj va más allá de la mera disputa por el territorio debido al impacto directo que tiene en la estabilidad en la región. Este conflicto involucra a países vecinos como Turquía, Rusia e Irán. Por una parte, Turquía es un gran aliado de Azerbaiyán y le ha ofrecido apoyo militar y asesoría en este conflicto. Por otra parte, a Rusia le preocupa que Azerbaiyán sea un actor clave para transportar petróleo a Europa con ayuda de Turquía a través de canales que no incluyen a Rusia. Por ende, es el garante de la seguridad de Armenia. Rusia promovió un acuerdo en 2010 en el que establece que, en caso de que el conflicto llegue a escalar, se permite a las fuerzas rusas moverse por territorio armenio con el fin de garantizar la seguridad en la región.

Mientras todo el mundo lidiaba con una pandemia que trastornaba la vida social y económica de la sociedad, Armenia y Azerbaiyán se iban a las armas. La diferencia ahora es que teníamos a un Azerbaiyán envalentonado por todo ese crecimiento en el poder económico y militar, y una comunidad mundial brillaba por su ausencia. Según cifras del gobierno ruso, la violencia fue aún más cruenta y el saldo rebasó las 4.000 bajas, 8.000 heridos y más de 90.000 desplazados.

Tanto Azerbaiyán como Armenia reclaman este territorio, pero la gente que habita en Nagorno Karabaj o cerca de la frontera son quienes realmente sufren las consecuencias de este conflicto. Se estima que esta disputa ha generado más de un millón de desplazados. A pesar de la poca difusión en medios internacionales de este conflicto, Armenia y Azerbaiyán libran una guerra que parece no tener fin. Ante la dificultad de resolver el conflicto, se creó el Grupo de Minsk, un grupo de países miembros de la OSCE, que preside la búsqueda de medios para resolver exclusivamente el conflicto de Nagorno Karabaj. Sin embargo, hasta la fecha, no se ve una paz posible. No hubo consenso en ninguno de los dos lados sobre quién es responsable de la violencia. 

Tratado de paz de Nagorno-Karabaj

El conflicto de Nagorno-Karabaj ha afectado indudablemente al futbol. Pero antes de pasar al recuento de daños futbolísticos, es momentos de hablar un poco de cómo se juega este deporte ahí.

Futbol en Nagorno-Karabakh

Te presento a la selección de futbol de Artsakh (Արցախի). Como puedes inferir, esta selección está formada por armenios y no por azeríes y de inmediato se afilió a la NF Board. Su debut fue en una serie de dos partidos en contra de otra selección caucásica de un país con prácticamente nulo reconocimiento mundial, Abjasia. El primer encuentro fue el 25 de septiembre de 2012 en Sujumi, capital abjasia, y el partido terminó empatado a un gol. Pagaron la visita una semana después, en Stepanakert (Ստեփանակերտ, Xankəndi para los azeríes), y el marcador dijo 3-0 en favor de Artsakh.

El siguiente paso en la evolución del futbol no reconocido fue la transformación de la NF Board hacia la ConIFA y Artsakh quiso inscribirse ahora como miembro pleno. Su primer compromiso sería el campeonato mundial en Laponia, Suecia, lugar donde se encuentran las oficinas centrales de este ente. Tan pronto Azerbaiyán se enteró de sus planes, su federación de futbol mandó una queja hacia la FIFA, a la federación de Suecia y a la ConIFA. Como era una competencia ConIFA y la AFFA pertenece a la FIFA, la queja no procedió, y Artsakh partía así hacia su debut internacional junto con otras 11 selecciones.

El grupo no era nada fácil: estaba en el grupo D junto con Ellan Vannin, selección de la Isla de Man, y Niza, que juega por la Costa Azul de Francia. El primer partido fue contra la selección de las Islas Británicas y goles de Mihran Manasyan al 27’ y al 31’ sorprendían a todos, pero la ventaja tempranera se diluyó con un gol de Ciaran McNulty al 41’ y finalmente con Anthony Moore y Frank Jones dieron la vuelta en los últimos dos minutos del partido. 3-2. El último partido era el 3 de junio contra Niza, que también había perdido con Ellan Vannin por 4-2. Un empate les aseguraba al menos pelear por el título. Los nicenses se adelantaron con un gol de Olivier Sborgni al minuto 7’ y no lograron nunca alcanzar.

La ventaja de los campeonatos ConIFA es que hay partidos incluso para los clubes eliminados para seguir aspirando a algo, así que los últimos lugares de cada grupo tuvieron una ronda de clasificación para ver qué lugar obtenían. La primera eliminatoria de consolación fue contra la selección de Darfur, equipo de refugiados chadianos en el oeste de Sudán. Luego hablaremos de ellos. Como se esperaba, Artsakh ganó por goleada, 12-0. Ahora faltaba el último partido para ver quién obtenía el noveno lugar, y el rival era el local, Laponia. Un vendaval en el primer tiempo dejó las cosas ya muy inclinadas en favor de este enclave caucásico y ganó 5-1.

Partido entre Darfur y Nagorno-Karabaj

La casa de Artsakh es el Estadio Republicano de Stepanakert (Ստեփանակերտի Հանրապետական մարզադաշտ, para los azeríes Xankəndi Şəhər Stadionu, Estadio de Xankəndi), construido entre 1955 y 1956. Durante los tiempos de la URSS tenía el nombre de Stalin y llegó a albergar juegos de la tercera división soviética. Cuando cayó en 1991, el estadio pasó a llamarse Stepan Shaumyan (Ստեփան Շահումյան), en un claro guiño a la ciudad; Stepanakert en armenio literalmente quiere decir “ciudad de Stepan”, en honor al revolucionario armenio Stepan Shaumyan, el “Lenin caucásico”.

Como todos los estadios, tuvo una renovación entre 2004 y 2005 y su aforo se incrementó a 12.000 espectadores. Ahí cambió su nombre al actual. La última renovación fue en 2015 con miras a los sextos juegos panarmenios en Stepanakert, y su césped natural ahora es artificial.

Artsakh también tiene su liga profesional, la Artsakh football League (Արցախի ֆուտբոլային լիգա). Ocho clubes participaron en su edición inicial que fue ganada por el club por excelencia de Artsakh, el Lernayin Artsakh FC (Լեռնային Արցախ). Sus números fueron avasalladores: apenas un empate en partidos, 76 goles a favor y solamente tres encajados. Para el año siguiente el campeón fue Berd Askeran (Բերդ Ասկերան, Əsgəran en azerí), porque Lernayin se retiró sin defender su título. En total hubo 11 clubes. Por la pandemia por COVID-19 no hubo liga en 2020. ¿Qué otros clubes hay? El Berd Chartar FC (Ճարտար ՖԱ, Çartar), el Avo FC (Ավո ՖԱ) de Martuni (Մարտունի, Xocavənd), el Gandzasar (Գանձասար ՖԱ) de Vank (Վանք, Vəngli), el Jraberd (Ջրաբերդ ՖԱ) de Martakert (Մարտակերտ, Ağdərə), el Kirs (Քիրս ՖԱ) de Shushi (Շուշի, Şuşa), el Tigran Mets (Տիգրան Մեծ) de Noragyugh (Նորագյուղ, Təzəbinə), más dos clubes localizados en Stepanakert: el Yerazank (Երազանք) y la selección sub-17 de Artsakh. Con la resolución parcial al conflicto de Nagorno-Karabaj, no se sabe qué ocurrirá con esta liga.

Anfitrión del Campeonato Europeo ConIFA de 2019

Poco después del campeonato mundial en Londres 2018, la ConIFA anunció que la sede del campeonato europeo sería Artsakh. Para esta selección que se dejó de llamar Nagorno-Karabaj en 2017, era el regreso formal a las actividades después de cinco años. Se retiraron del Europeo de 2015 en Debrecen, Hungría, y ni se molestaron en inscribirse para la del 2017 porque fue en Chipre del Norte, la parte turca de esta isla mediterránea. Tampoco se organizaron para jugar, aunque fueran las eliminatorias de los mundiales de Abjasia 2016 y la edición ya mencionada.

Naturalmente hubo desbandada de las 12 selecciones. La ausencia más llamativa fue Chipre del Norte por obvias razones. Al final se redujeron los participantes a ocho, entre ellos sus primos Armenia Occidental. ¿Quién más participó? Las dos selecciones separatistas de Georgia (Abjasia, Osetia del Sur); Padania, al norte de Italia; Chameria, los albaneses de Grecia; Laponia, y el País Sículo. Los partidos también fueron en Martakert (estadio Vigen Shirinyan), Martuni y Askeran.

Se esperaba que Artsakh pudiera clasificar a las semifinales, por lo menos como segundo lugar. Su grupo era contra Chameria, Laponia y Abjasia. Empezaron bien con una victoria convincente contra Laponia 3-2. El siguiente juego era contra la debutante Chameria que había perdido 4-1 contra Abjasia. Ahí comenzó la sorpresa del torneo. Hasta el minuto 83’ el partido marchaba 1-1, pero Artsakh se desfondó en la defensa y terminó concediendo tres goles en 10 minutos. El último partido era a todo o nada contra Abjasia y una victoria era la única manera en seguir avanzando por el trofeo. Finalmente fue un empate a un gol en el juego más esperado de la fase de grupos.

Artsakh terminó en tercer lugar de su grupo con cuatro puntos, lo que significaba estar en la fase de consolación. Le tocaba jugar contra País Sículo, sin duda alguna la decepción. Después de su tercer lugar en la edición anterior, había sufrido derrotas escandalosas con Padania y Armenia Occidental. Artsakh tuvo que venir de atrás en la parte final del encuentro y ganó 2-1. Ahora jugaban contra Padania, selección que estaba ahí por peor diferencia de goles. Fue un partido muy reñido que se saldó con una victoria de 2-0 para los anfitriones.

No fue una mala participación para Artsakh. Quinto lugar después de cinco años de inactividad es un buen resultado, y su delantero Arsen Sargsyan (Արսեն Սարգսյան) fue bota de bronce con cuatro goles. Por cierto, Armenia Occidental terminó en segundo lugar al perder la final con Osetia del Sur. Todo apunta a una buena participación en la edición de este año, en Niza.

Osetia del Sur, campeones

¿Qué sucede en el futbol profesional? Hay dos clubes que llevan el nombre de Nagorno-Karabaj, uno armenio y otro azerí. Ambos coincidieron en las categorías inferiores del futbol soviético en los años 80 e inevitablemente los partidos desembocaban en grescas entre aficionados. Ahora ninguno de ellos puede jugar en casa, convertida en un vacío legal del derecho internacional. Por ahora, uno de ellos es el más exitoso; el otro apenas se dispone a recorrer ese camino. Uno es el Qarabağ FK y el otro es el Artsakh FC.

Qarabağ FK: El alma refugiada de Azerbaiyán

Vayamos primero con el Qarabağ FK, de lengua azerí. La ciudad donde surgió este equipo era Ağdam, ciudad que en 1905 presenció una masacre hacia armenios. La represión de Moscú a nacionalistas armenios y azeríes por igual aparentemente calmó las cosas, pero todo estalló en plena caída de la URSS. Los armenios tendrían su venganza en 1993. Ahora Agdam era una ciudad con mayoría azerí. El chiste era ver quién mandaba y los armenios se cobraron la revancha conquistando esa ciudad que era la base del ejército azerí. La población huyó como pudo y Ağdam quedó reducida a ciudad fantasma.

En Ağdam jugaba el Qarabağ FK. Durante los tiempos soviéticos se conformaba con competir decentemente en los campeonatos regionales. Nadie discutía que el representante azerí en la liga soviética era el Neftçi, localizado en Bakú. El Qarabag de hecho no comenzó a jugar con este nombre. En 1952 jugaba como Məhsul, palabra en azerí que es traducción en ruso de “Урожай” (Urozhai/cosecha), como se le decía a las sociedades deportivas soviéticas que pertenecían al sindicato agrícola. En 1977 cambió el nombre a Şafaq (Шафак), que es árabe para “crepúsculo”. De 1982 a 1987 eran una cooperativa, por lo que su nombre fue Кооператор Kooperator. A partir de 1988 son Qarabağ FK.

Justamente en ese bombardeo a Ağdam comienza la historia. Su entrenador Allahverdi Bagirov falleció en plenas escaramuzas, cuando una mina explotó debajo de su coche. Ni la sorpresiva liga de 1993 alivió las cosas: le ganaron la final al Xəzər en Sumqayıt. El Qarabağ siguió compitiendo como podía, lejos de Ağdam, con jugadores que tenían la cabeza en estrés postraumático por la guerra y muchísimas dificultades económicas. Lo único que tenían a su favor era la legalidad en los estatutos UEFA: como Nagorno-Karabaj era reconocido internacionalmente como territorio de Azerbaiyán, todos los clubes de la región, fueran azeríes o armenios, debían jugar en la liga de Azerbaiyán.

Qarabağ FK se vio obligado a jugar en Bakú y se transformó en el equipo homeless… pero podían aspirar a jugar competencias europeas, como sucedió en no pocas ocasiones. Por ejemplo, en 1999 lograron eliminar al israelí Maccabi Haifa (מכבי חיפה) en la Copa Intertoto, siendo así el primer equipo azerí en ganar un partido de visitante en Europa.

Desde que Qarabağ llegó a Bakú, el gobierno los adoptó; no había otro ente que enarbolara más la causa de Nagorno-Karabaj que un equipo de una ciudad destrozada por armenios. Los derechos humanos quedaban relegados; ahora todo ese nacionalismo sobre el que giraba la política del gobierno azerí tenía eco. Pero primero había que quitar de encima al Neftçi, el tradicional gigante azerí cuyo nombre que en azerí quiere decir “petrolero”. Encima los problemas financieros amenazaban con su desaparición.

Aquí entra el padre de la patria de Azerbaiyán, Heydər Əliyev. Este antiguo funcionario de la KGB fue presidente de 1993 a 2003 y, como en el resto de la URSS, hacía gala de un irrespeto hacia los derechos humanos, y tenía un favoritismo descarado hacia sus socios comerciales en forma de otorgamiento de licitaciones. Heydər Əliyev le cedió el club Qarabağ a Azersun, una compañía de alimentos en Azerbaiyán con capital de los hermanos Gözəl de Irán, Abdulbari y Həsən. Su socio en infraestructura, Intersun, ha recibido contratos con una suma total de 4,5 mil millones de dólares, a veces en condiciones más que turbias. Es el principal beneficiado del boom inmobiliario que tiene Bakú y es quien paga los mejores sueldos de un club profesional de futbol en Azerbaiyán.

Esa inyección de capital cambió el destino del Qarabağ FK. Eso sí, los resultados no se reflejaron de inmediato. Poco a poco le fue comiendo el terreno clubes ya establecidos como Qəbələ, Xəzər e Inter Bakú. Con la llegada de la década pasada ya era el único contendiente para el Neftçi Bakú. Entonces, sucedió: en 2014 volvió a ganar la liga. El rey que simboliza el poderío económico del petróleo había muerto, ¡viva el rey que simboliza el alma azerí oprimida por los armenios! Desde entonces no ha perdido ninguna liga.

Tras certificar el dominio local, el siguiente paso era hacerse habitual en Europa. Y en seis ediciones han llegado a fase de grupos de la Europa League. La edición 2017 fue la inolvidable excepción para el Qarabağ FK. El ránking de la liga azerí en Europa le permitía partir desde la segunda fase previa. Ahí venció sin problemas al campeón de Georgia, el Samtredia (სამტრედია). En la tercera fase previa dieron cuenta del Sheriff Tiraspol moldavo con una victoria en Transnistria por 2-1.

Ahora venía el paso final, eliminar al Copenhague. Era normal ganar en Bakú 1-0, lo que no era normal era haberse ido sin recibir gol de visitante, cuestión que les sirvió en Copenhague porque perdieron 2-1, pero ese gol del sudafricano Dino Ndlovu metió por primera vez a un equipo de Azerbaiyán a la fase de grupos de la máxima competencia de clubes en el mundo. No importaba que recibieran derrotas escandalosas a manos del Chelsea y la Roma. Cualquier punto era bien recibido; sacaron dos empates ante el Atlético Madrid. Y eso no era lo único; ahora el mundo sabía que había un equipo homeless que representaba a un país ocupado. Por más goles que recibieran, el gobierno azerí se daba por servido de que esa bandera nacionalista sea masificada. Al fin y al cabo, recibía el dinero por los derechos de transmisión.

La respuesta endeble de Armenia

Que el Qarabağ FK les hubiera ganado la carrera por Europa fue un gancho al hígado para toda Armenia. El mundo estaba escuchando la versión azerí. No había manera de que ellos se hicieran presentes en el futbol. Para el año 2015, la liga armenia apenas rebasaba a Andorra, San Marino y Gibraltar; encima el Banants (Բանանց), campeón de Armenia en ese año, caía eliminado con el campeón andorrano Santa Coloma. Ahora se llama Urartu (Ակումբ).

¿Por qué están tan mal las cosas en Armenia? Es verdad que los armenios son grandes hombres de negocios, pero esto solamente se da cuando se van de Armenia; no por nada buena parte de la casta oligarca en Rusia tiene apellido armenio. El país, en cambio, tiene una economía que pende con pincitas y depende en gran medida de Rusia. El que los empresarios inviertan en la liga armenia es contraproducente. Tenemos entonces una liga que despierta muy poco interés en la población y que tiene siempre corruptelas. Y ahí está el resultado de por qué Armenia parte con desventaja frente a Azerbaiyán; sí, hay mucho autoritarismo, pero al menos todo mundo jala parejo.

No es tan raro ver a clubes que se retiran a media temporada debido a bancarrotas. Le pasó al Yerevan (Երեւան) hace un año y esta temporada el Gandzasar (Գանձասար) sufrió esa suerte. Cada jornada, al menos un club gana sobre la mesa 3-0. Otra realidad reflejada en la liga armenia es el centralismo sobre Yereván. De los nueve clubes, solamente tres juegan fuera de la capital: el Van (Վան) de Charentsavan (Չարենցավան), el Shirak (Շիրակ) de Gyumri (Գյումրի) y el Lori (Լոռի) de Vanadzor (Վանաձոր).

¿Con qué club se puede contrarrestar el poderío del Qarabağ FK? No pueden ser los clubes de la capital, Pyunik (Փյունիկ), Ararat (Արարատ) y Ararat-Armenia (Արարատ-Արմենիա). Sí, son los más dominantes, y sí, son los que tienen más historia, reflejada en sus nombres: Fénix para Pyunik, fundado en 1992, y Ararat como la montaña sagrada por los armenios y por excelencia el equipo armenio en la liga soviética. El problema es que su promedio de entrada apenas rebasa los 1.000 aficionados, y ninguno tiene una verdadera conexión con Artsakh.

Antes había un equipo armenio que cumplía con los tres requisitos para ser considerado como el representante de Artsakh: tenía historia, era más o menos constante y estaba localizado ahí. Ese equipo era el Lernayin Artsakh (Լեռնային Արցախ). Nació en 1927, estaba en la tercera división soviética y de vez en cuando lograba meterse a la Copa (en 1986 perdió en penales con el Karpaty Lviv (Карпати Львів)). Cuando la URSS cayó, el Lernayin pasó a denominarse Artsakh, pero por la guerra pasaron cuatro años sin jugar.

Con esa guerra, aparentemente tuvo la mejor parte, porque tenía un techo donde dormir, un estadio donde jugar y aficionados que lo iban a apoyar. Pero de nada servía todo eso sin el reconocimiento de la FIFA. Se idearon dos caminos: uno fue tocar a las puertas de la UEFA en Nyon, Suiza, para que les diera reconocimiento a la liga. No funcionó porque sus estatutos no permitían competencias en zonas de guerra y con nulo reconocimiento. Y como Azerbaiyán se enteró, bastó una queja para que esa idea se echara abajo. El plan B era jugar en Ereván bajo el nombre de Karabaj Ereván (Ղարաբաղ Երեւան). En 1999 cambió su nombre a Karabakh Stepanakert… pero sin poder jugar en Stepanakert.

Lejos de su gente, el dinero comenzaba a escasear y esas dos bancarrotas lo llevaron a ser un equipo yoyo que ni siquiera podía aspirar a un título. Viendo que no se podía competir así, el Lernayin se salió de la segunda división armenia en 2007 y se fue a la liga de Artsakh, pero duró ahí las temporadas de 2009 a 2011, donde se volvió potencia, pero hasta ahí. Para cuando el Qarabağ FK pisó la fase de grupos de Champions, el Lernayin llevaba seis temporadas sin participar.

Sin saber qué hacer, unos empresarios armenios buscaron responder al golpe sobre la mesa que los azeríes acababan de asestar. En 2017 fundaron un Artsakh FC (Երևան ՖԱ) con sede en Ereván. No tenían nada que perder y empezaron en segunda división. En su primera temporada quedaron subcampeones y ascendieron a primera. Era cuestión de tiempo para que un Artsakh pudiera llegar a Europa.

Eso no ocurriría. En su temporada de debut, tuvieron un decepcionante penúltimo puesto. Para aspirar a ganar, el club fue vendido a Roman Gevorgyan (Ռոման Գեւորգյան), dueño del consorcio Noah, y también de clubes en Letonia (Dinamo Riga y Jurmala), Alemania (KFC Uerdingen 05) e Italia (Siena). Le quitó la conexión artificial con Artsakh y lo nombró FC Noah (Նոա ՖԱ). Su escudo es más bien un logo sin ninguna imagen con siquiera la identidad armenia. Esa temporada quedaron subcampeones y alzaron la copa, lo cual los metió en Europa League. En efecto, lograron el objetivo de meterse a competencias europeas… pero los armenios no lograron que su versión del conflicto fuera escuchada.

No tan rápido. Justamente en la temporada del cambio de nombre a FC Noah, el Lernayin Stepanakert decidió regresar cual hijo pródigo a competir en segunda división al menos. No jugarían en Stepanakert, sino en la ciudad armenia más cercana a Nagorno-Karabaj, llamada Sisian (Սիսիան). El regreso fue más complicado de lo esperado: lugar 13 de 18. Afortunadamente, sobrevivió al corte económico por COVID-19 y esta temporada va un poco mejor; marcha en sexto lugar de 11 posibles.

Eso sí, el Lernayin Stepanakert aún está muy lejos de la promoción; solamente asciende el mejor club. No parece que en corto plazo pueda lograr subir de división, mucho menos para pisar aunque sea la Conference League. Durante mucho tiempo, el mundo del futbol solamente se enterará del club azerí de Nagorno-Karabaj. ¡Qué rabia! Armenia sigue perdiendo el partido de la propaganda con Azerbaiyán, y por goleada.

El drama de Mkhitaryan

Si Azerbaiyán blande el nacionalismo, Armenia no se queda atrás. La población estuvo dispuesta a ir a las armas para defender a los armenios en Nagorno-Karabaj, o al menos guardan todavía rencor a los azeríes. El embajador del futbol armenio sin lugar a dudas es Henrikh Mkhitaryan (Հենրիխ Մխիթարյան), con paso por Metalurh Donetsk (Металург Донецьк), Shakhtar Donetsk (Шахтар Донецьк), Borussia Dortmund, Manchester United, Arsenal y Roma. Heno o Micki en cierta manera también tiene esa visión. Se dice que cuando estaba con el Shakhtar, Mkhitaryan visitó Nagorno-Karabaj y donó dinero para paliar una pésima situación económica. Las autoridades azeríes son claras: toda persona que tenga nexos con esos armenios tiene prohibida la entrada en Azerbaiyán.

Esa visión mencionada de Mkhitaryan incluye condenar a Azerbaiyán por el ataque a Nagorno-Karabaj. A pesar de su reputación, no puede ocultar esas declaraciones. Lógicamente despierta el enojo de azeríes que quieren fastidiar a la persona más visible del futbol. Es por ello que en su paso por el cuadro schwartz-gelb hubo un incidente con Azerbaiyán. Era su tercera temporada ahí y ya estaba transformado en una pieza clave. Ese séptimo lugar en la Bundesliga solamente les dio acceso a las fases previas de la Europa League, que pasó casi sin despeinar. En la fase de grupos las alarmas saltaron cuando el Borussia Dortmund jugaría contra el Krasnodar (Краснодар) ruso, el PAOK (ΠΑΟΚ) griego y un equipo con nombre poco común: el Qəbələ FK… ¡de Azerbaiyán! Mkhitaryan decidió no ir a Bakú con el equipo por seguridad propia.

Esa situación lo persiguió con los Gunners, en dos ocasiones. Todo comenzó también en la Europa League cuando el Arsenal quedó en el grupo E con el Vorskla Poltava (Ворскла Полтава) de Ucrania, el Sporting de Lisboa… y el Qarabağ FK. El segundo partido sería en Bakú… y de nuevo Micki se quedó en Londres para que su integridad no corriera riesgo.

Pasó el torneo y el Arsenal se metió a la final contra Chelsea, en Bakú de nuevo. La UEFA garantizó que Heno estaría protegido durante toda su estancia en Bakú. El gobierno azerí juró y perjuró que no habría problemas para él. Aún así, él declinó ir. El tiempo le dio la razón, porque circularon imágenes de aficionados gunners que eran detenidos por la policía azerí solamente por llevar la camiseta con el dorsal número 7 y el nombre de Mkhitaryan. De todos modos, fue una baja muy sensible para el conjunto de Unai Emery y Sarri aprovechó para ganar a través del medio campo.

A veces no dimensionamos el alcance de las guerras y cómo se cuelan al futbol. Los países nombran equipos en su honor, donan dinero para que ganen el partido fuera de la cancha. En la propaganda, Azerbaiyán lleva la delantera y conforme pasa el tiempo la brecha crece y crece. Guerras que traen futbol, el componente inevitable e inherente en las gradas que dejan a la vista este debate: ¿se debe usar el deporte como un medio para ganar un conflicto?

Muchas gracias por aparecerte por aquí, Alessia. ¡Eres bienvenida cuando quieras! ¡Ésta es tu casa!

Fuentes

France24. La euforia y la miseria por la guerra en Nagorno Karabaj. 22 de febrero de 2021
Geraldes, Pablo Aro. El fútbol de Nagorno Karabaj. Periodismo de fútbol mundial. 18 de marzo de 2021
BBC Mundo. Qarabag FK, el club de fútbol que surgió de un pueblo fantasma de la era soviética, fue goleado en su debut en la Champions League. 13 de septiembre de 2017
Padilla, Toni. Partido Polish Boyfriend: La respuesta armenia al éxito del Qarabag. MarcadorInt. 23 de agosto de 2017
Padilla, Toni. Partido Polish Boyfriend: Los dos únicos clubes fuera de la capital de la peor liga de Europa. 15 de abril de 2016
Riaño, Manuel. Nagorno Karabaj: la guerra olvidada que deja a Mkhitaryan sin final de la Europa League. El Independiente: 21 de mayo de 2019
Decker, Jim, y Hofmann, Benni. Uerdingen: Wer steckt hinter der Noah-Gruppe? Kicker. 5 de abril de 2021

Tras abandonar el grupo A, ha llegado el momento de encaminarnos al grupo B. Nuestra primera sede en cuestión es San Petersburgo. Viste en este texto el origen de nombres de equipos armenios y azeríes. El Neftchi es por el carácter petrolero de Azerbaiyán, el Məhsul obedece a las cooperativas agrícolas, el Ararat refleja el monte símbolo de identidad de los armenios. Las restantes 13 ex repúblicas soviéticas también tienen casos así. En nuestra siguiente parada, veremos los orígenes de los nombres de equipos soviéticos.

Recomendación musical 2

La música armenia es de gran belleza que está escondida, dispuesta a que la descubras. Ejemplos hay muchos, como el compositor Aram Khachaturyan (Արամ Խաչատրյան) y el violinista Samvel Yervinyan (Սամվել Երվինյան) que es inamovible en la alineación de los conciertos de Yanni… Hay una voz armenia que triunfó primero fuera, Sevak Khanagyan (Սևակ Խանաղյան). Primero participó en La Voz Rusia (2015), pero fue eliminado a las primeras de cambio. Dos años después fue a Ucrania y ganó La Voz. Con esta gloria, regresó a Armenia y representó al país en el Eurovisión de 2018. Esta es una canción que salió en honor al territorio caído a manos de los azeríes. La canción se llama Artsakh (Արցախի) y el video tiene imágenes de Nagorno Karabaj, desde paisajes hasta la guerra.

Recapitulemos

El conflicto de Nagorno-Karabaj es muy complicado. Es un territorio en suelo azerí, pero de mayoría armenia. Convivían más o menos en paz, pero años antes de que cayera la URSS ya estaban en guerra entre armenios (cristianos) y azeríes (musulmanes), aliados naturales de los turcos con el genocidio a cuestas. En 1994 hubo una guerra donde Armenia ocupó finalmente el territorio de Nagorno-Karabaj. Finalmente en 2020 el conflicto escaló de nuevo y Azerbaiyán ahora contraatacó. El conflicto no tiene una solución por el momento. En el futbol se ve de diversas maneras:

  • Artsakh tiene su liga y selección. En 2019 fueron la sede del Campeonato Europeo ConIFA.
  • Hay dos clubes de la zona que no pueden jugar en casa. El primero es azerí, el Qarabağ FK. Después de la guerra experimentó dificultades financieras que lo pusieron al borde de la desaparición. En 2001 recibió capital privado y apoyo gubernamental. Años después, ahora son el equipo a vencer de la liga azerí y es el primer club de Azerbaiyán en llegar a fase de grupos de la Champions League.
  • Hasta el momento no hay un club en Armenia que haga frente a esta participación. Su liga aún es demasiado débil y todo está muy centrado en Ereván. El club armenio de Artsakh era el Lernayin Stepanakert, que tuvo que competir en la capital. Transformado en un club yoyo por vicisitudes económicas, acabó por desaparecer un rato. En 2017 surgió el Artsakh FC que tuvo un ascenso meteórico, pero su nombre fue cambiado a FC Noah, quitando todo rastro de la cultura de Nagorno-Karabaj. Recientemente revivió el Lernayin Stepanakert, pero está hasta el momento a media tabla de segunda división.
  • El mejor jugador Henrikh Mkhitaryan se ha negado en tres ocasiones a viajar a Bakú por seguridad propia. La primera vez cuando el Borussia Dortmund jugó contra el Qəbələ, la segunda con el Arsenal al enfrentarse al Qarabağ FK, y la última en la final de la Europa League.

Nos vemos la siguiente. Sağol! / Հաջողությո’ւն: (Hajoghutyun!)

Sebastián Alarcón
Sebastián Alarcón
Soy Sebastián Alarcón, tengo 31 años. Aspiro a ser polímata. Junto futbol con geopolítica, sociedad, cultura, idiomas e historia y le agrego música para explicar el mundo. Escribo de futbol de la FIFA y fuera de ella. Si sientes la décima parte de lo que siento al escribir, mi misión está completa.

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