Tras todos los años que se pasó a la deriva una entidad tan gigantesca en la historia del fútbol como es el AC Milan, su resurrección en estos últimos años, de la mano del ciclo de Stefano Pioli que ya les ha dado un Scudetto y unas semifinales de Champions League, es una buena noticia para todos los amantes del balompié. Ha sido un verano movido en las oficinas del conjunto rossonero, y no únicamente por los cambios en los altos mandos de la dirección deportiva del equipo, con la marcha de Paolo Maldini del club, sino por los muchos cambios que ha experimentado la plantilla. La marcha de Sandro Tonali, el jugador llamado a liderar el mediocampo milanista durante los próximos años, no parece haber dañado la estructura de Pioli, que ha añadido a su plantilla mucho talento joven, presencia física y velocidad, con los fichajes de Pulisic, Chukwueze, Loftus-Cheek, Musah o Reijnders entre otros.
El comienzo de temporada del club siete veces campeón de Europa no podría estar siendo mejor, y no únicamente teniendo en cuenta los resultados (9 de 9 en puntos, con 8 goles a favor y 2 en contra) sino también por las sensaciones y lo bien engrasado que parece estar el equipo, con muchos de los nuevos fichajes entrando en el once titular y acoplándose a la perfección a las dinámicas colectivas del equipo.
El gran cambio de este Milan 2023-24, teniendo en cuenta lo poco que llevamos de temporada, es haber dejado atrás la dependencia de su banda izquierda, formada por Theo Hernández y, especialmente, Rafael Leao. Hasta este verano, daba la sensación de que el proyecto de Pioli llegaba hasta donde llegara el fútbol de Leao. La consecución de la Serie A en la temporada 2021-22 fue, en gran parte, gracias al sprint final que se marcó la estrella portuguesa en lo individual, que fue el mejor jugador de esa edición de la liga italiana, y la campaña europea del Milan la temporada pasada volvió a estar marcada por la disponibilidad de su estrella. Ante el Napoli, en cuartos de final, fue la gran estrella de la eliminatoria, mientras que su ausencia en el partido de ida ante el Inter en semifinales (y su estado físico renqueante en la vuelta) fue clave para explicar la eliminación del Milan ante sus vecinos.
Esta temporada, sin embargo, las cosas han cambiado para Leao y el Milan. Ahora son un equipo mucho menos dependiente de él, y no en el mal sentido, sino que se pueden permitir encontrarle más arriba, con menos rivales cerca y en posiciones más ventajosas para él. Esto se debe a la mejora en el juego interior que han experimentado y, también en gran parte, a la presencia de Christian Pulisic en la banda derecha. Pasar de Messias o Saelemaekers al estadounidense es una gran mejora que Pioli está sabiendo aprovechar. Ahora el Milan puede volcar sin miedo el juego en derecha para luego ir sobre Leao, en vez de construir todo sobre su costado izquierdo, y han aumentado la amenaza en metros finales, con una mayor cantidad de recursos. Ahora dan la sensación de que pueden sobrevivir a una mala tarde, incluso una ausencia, del 10 portugués, a la vez que siguen potenciando su juego haciéndole la vida más fácil.
Más allá de lo que ha cambiado en su tridente ofensivo, lo que más está destacando del Milan en este inicio de temporada es que están jugando muy bien con balón, empezando desde abajo. Pioli está usando a sus dos laterales, Davide Calabria y Theo, en posiciones interiores, ayudando a Krunic en la base y construyendo el juego desde abajo. Se está viendo al lateral italiano ocupar la base de la jugada, incluso a veces en solitario cuando Krunic desciende entre centrales, siendo capaz de usar su maravilloso pie y percepción del entorno para encontrar a compañeros por delante a la vez que aclara la recepción de Pulisic en esa banda derecha. Theo, por su parte, suele quedarse bajo, sin ganar demasiada altura, en los primeros compases de la jugada, y sabe calcular muy bien cuándo meterle una marcha más a la circulación, siendo él, normalmente, el encargado de dictar los tiempos en las posesiones del equipo, sumándose arriba cuando decide acelerar la circulación, ya sea doblando por fuera a Leao, o cortando por dentro y llegando al área rival.
Los interiores, los recién llegados Ruben Loftus-Cheek y Tijjani Reijnders, están teniendo intenciones super verticales y agresivas llegando al área, encontrando una muy buena relación con los descensos y apoyos de Olivier Giroud que les deja de cara en el último tercio del campo. Aprovechando que los laterales se quedan abajo organizando, ambos interiores tienen licencia para ganar mucha altura y llegar al área rival, estirando el bloque contrario y dando amenaza por dentro, creando espacios por fuera para Leao y Pulisic. Todo esto lo está sosteniendo la pieza que más dudas podía generar: Rade Krunic. El bosnio, a punto de cumplir la treintena, nunca se ha destacado por ser un mediocentro posicional al uso, y con la lesión de Bennacer podían surgir dudas en ese puesto para Pioli, pero Krunic está rindiendo a un nivel altísimo, quizás el mejor de su carrera, estando seguro con balón, sin complicarse y filtrando por dentro, mientras guarda su posición, aparece en coberturas ganando duelos, y no desprotege su espalda en fases de defensa posicional.
El equipo está funcionando a todos los niveles en este comienzo de curso, sin olvidar la fase defensiva que fue la base de su campeonato liguero en el 2022. Siguen siendo sólidos defendiendo en campo propio, cerrando por dentro y protegiendo el área con Thiaw y Tomori, que también son dos bestias físicas para cuando toca defender más lejos de la portería y corregir a la espalda. Si a todo eso se le suma la presencia de uno de los mejores porteros del mundo como es el francés Mike Maignan, el resultado es un Milan que ilusiona mucho. Han caído en el grupo de la muerte en la Champions League y hay muchas ganas de probarles en esa máxima exigencia, mientras que a nivel doméstico se postulan como uno de los grandes candidatos al título nacional.
Pioli ha sabido conservar los rasgos diferenciales de su gran estrella, Rafael Leao, mientras expande responsabilidades a todos los demás jugadores. Es, quizás, el Milan más completo en tiempo y quieren recuperar su lugar en la aristocracia europea.